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—Estoy en casa—

SeokJin tiró su mochila en el piso antes de correr las escaleras para arriba hasta su habitación en donde seguramente estaba su madre.

Su omega ronroneaba al oler el aroma a miel que desprendía su bebé. En cuanto oyó un llanto supo que Kuyng también lo había olido.

Abrió la puerta rápidamente siendo recibido por una sonrisa de su madre.

—Hola mi niño— besó su mejilla con cariño. —Es hora de ser un padre responsable—

Kim rodó los ojos con una sonrisa cuando su madre salió de la habitación dándole espacio para estar con su hijo luego de algunas horas sin verlo. Lo observó moviendo sus piernitas en el aire mientras lloraba anhelando el contacto de su padre.

Los pechos de Jin habían dolido toda la mañana durante sus clases incluso tuvo que ir al baño de la universidad para cambiarse del top ajustado que llevaba por dentro de la camiseta ya que este se estaba empapando de a poco de su leche.

Finalmente se despojó de la parte de arriba de su vestimenta, se acostó en la cama de costado atrayendo a su pequeño hacia su pecho, sintió un alivio muy grande cuando empezó a succionar. No quería imaginarse como serían los cinco meses que duraba su último semestre en la universidad. Apenas era el primer día y su omega lloraba lastimero al no tener a su cachorro cerca.

Su corazón se estrujó cuando los ojitos lagrimosos de su hijo, lo miro atento. El omega peino con sus dedos el cabello de Kuyng, hizo un puchero al notar por trillonésima vez el parecido tan grande que tenía con su padre.

Sin notarlo sus ojos también se cristalizaron cuando las memorias atacaron su corazón y su mente.

—Estoy seguro que papá también te amaría como yo— sonrió al ver a su pequeño no desprendía la mirada de su rostro. —Eres tan precioso como él—

↷Un año atrás

SeokJin mantenía una mano en su vientre muy asustado. Había recibido una llamada por parte de Yong, su cuñada, apresurándolo para que vaya al hospital ya que NamJoon se encontraba internado debido a un fuerte accidente que había tenido.

Condujo el auto que el Kim mayor había comprado hace poco tiempo para el castaño cuando él no estuviera en casa. Trató de relajar su cuerpo y poner todas sus energías en el lazo para sentir las emociones que el alfa le trasmitía.

Pero SeokJin no sentía nada.

Bruscamente secó las lágrimas de su rostro con la manga de su abrigo. NamJoon tenía que estar bien. Sintió las patadas fuertes de su cachorro dentro de su vientre y gruñó frustrado, no era el momento para las rabietas de su hijo. Su padre se encontraba en el hospital.

Con todo el cuidado que pudo estaciono el auto, se bajó y con pasos rápidos se adentro al hospital. No podía correr ya que su vientre de seis meses era pesado, y con lo torpe que eran sus piernas seguramente al bajar del auto ya estaría besando el suelo.

Volvió a revisar su celular, en donde Yong le indicaba el piso en donde se encontraban todos los familiares de su alfa. Solo respiró hondo antes de enfrentarse a ellos, sabía muy bien que la única que simpatizaba era su cuñada. Y en ese momento no podía refugiarse en los brazos de su Joonie.

—Buenas noches— pronunció esas palabras con voz muy bajita.

—¿Qué hace este aquí? — la alfa se acercaba peligrosamente a él.

Jin puso una mano protectora en su vientre, las pataditas de su bebé le recordaban que no debía sentir miedo porque tenía que cuidarlo, estaba listo para gruñirle a su suegra cuando el padre de NamJoon se interpuso.

—Cariño, ahora no—

—Silencio omega—

El omega bajo su mirada sin decir una palabra más y Kim sintió pena por él. La madre de Nam lo miraba con rabia en sus ojos. Y él aun no lograba comprender por qué, nunca hizo algo en contra de ella, o se porto de mala manera para que la alfa y el omega lo odiaran tanto.

—Madre, basta. Jin es el omega de tu hijo, es obvio que tiene que estar aquí por su alfa— Yong rodeo al menor por los hombros para llevarlo lejos.

Ambos se sentaron en las bancas de espera, el omega aún no sabía nada de su alfa y eso empezaba a desesperarlo.

—Yong, ¿cómo está NamJoon? —

—No sabemos, los doctores no han salido del quirófano—

Quirófano.

Su omega aullaba y rasgaba su interior haciendo que su corazón se encogiera de dolor y necesidad. La marca en su cuello picaba, esa misma mañana Nam había reabierto la herida y Jin solo quería sentir su lengua sobre la marca

—Jinnie, el lazo ¿no te dice nada? ¿Qué sientes? —

—No— su voz se quebró, cubrió su rostro con sus manos empezando a sollozar. —No siento nada—

Dos horas pasaron para que pudiera tener noticias de su alfa, dos horas en las que SeokJin lloraba en silencio tocando su vientre abultado y susurrando de vez en cuando palabras a su cachorro que se notaba muy inquieto esa noche. Nadie se acercaba a preguntarle por su estado, aun sabiendo que era el omega de Kim.

—Familiares de Kim NamJoon—

Todos se reunieron con el médico que salía del quirófano, el menor con esfuerzo logró llegar hasta el círculo improvisado de la familia del alfa.

—La operación no salió del todo bien— Jin mordió muy fuerte su labio para no sollozar. —El paciente presentó dos costillas esternales rotas, debido a una contusión tuvimos que acudir a una operación. El problema aquí es que su familiar a entrado en estado de coma. Lo siento mucho—

No, mi alfa, no, no.

Todos los presentes soltaron jadeos sorpresivos, SeokJin no estaba prestando atención, sus oídos se habían tapado debido a un pitido muy fuerte, se aferró a la pared para no caerse, sintió unas manos tomando sus hombros, pero ese toque dolía, ardía, no quería otras manos que no fueran las de su alfa.

Luego, ya no pudo sentir nada.

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