Twelve

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NamJoon estaba muy molesto.

Su lobo gruñía enojado dentro de su pecho, estaba sentado en la sala de la casa de SeokJin, los brazos cruzados sobre su pecho, sus cejas fruncidas y sus labios estirados. Miró a la cocina una vez más, escuchando la risa del omega, y la del alfa intruso.

Un chico menor había llegado la tarde de ese día. Los celos empezaron desde que Jin lo abrazó por el cuello y aumentaron cuando Kuyng gateó hasta la puerta muy emocionado de tan solo oler al amigo del omega.

NamJoon lo conocía, claro que sí, era el alfa que estaba en aquella foto colgada en la pared sonriente a un lado de su omega.

SeokJin los había presentado, pero el alfa de cabello negro ni siquiera recordaba su nombre, el omega le indicó que espere en la sala mientras él iba a la cocina a hablar con su amigo. Naturalmente el moreno obedeció solo porque su omega sonreía con dulzura mientras lo miraba.

Sintió a su cachorro sostenerse de su pantalón hasta que torpemente se puso de pie, su mirada cambió completamente cuando sus ojos se posaron en él, le tiró un sonoro beso provocando que Kuyng clavara el rostro en su pierna sonrojado.

—Mira como me haces olvidar el enojo en un segundo— lo levantó poniéndolo de pie sobre sus piernas. —¿Por qué lo quieres tanto? Papá es más guapo que él—

—No me quiere más de lo que te quiere a ti— una voz ronca se hizo oír. —Pero de lo segundo no estoy tan seguro—

Miró de manera fría al alfa, pero cuando divisó al omega una sonrisa se plantó en su rostro.

—¿Ya te vas, Jangkook? —

El alfa menor sonrió descaradamente.

—JungKook— frunció las cejas al ver como pasaba su brazo por el hombro de SeokJin acercándolo a su costado. —Y sí, antes déjame despedir de mi chiquillo bonito—

—Tienes un segundo para soltar a Jin—

—Quieto, lobo. Yo lo cuidé mientras no estabas, un gracias es suficiente— hizo el amague de levantarse cuando JungKook plantó un beso en la frente de SeokJin, pero el omega corrió hasta él sonriendo.

SeokJin tomó a su hijo en brazos yendo hasta JungKook quien lo abrazó repartiendo besos en sus mejillas.

—Cuídate, Jinnie. Cuida al chiquillo, llámame si necesitas algo— esta vez NamJoon fue quien sonrió. —Aunque lo dudo—

Pero antes de que el menor cruzara la puerta, NamJoon tomó aire.

—JungKook—

La sonrisa en el rostro del alfa le hizo arrepentir de sus palabras, pero no se las guardó.

—Gracias—

El alfa menor se inclinó hacia adelante, le guiñó un ojo y salió de la casa.

—Necesito hablar con tu omega, YoonGi—

El moreno se encontraba acostado en la cama de la habitación de hotel que alquiló. Salir de la casa de Jin fue difícil ya que el omega se negaba a dejarlo ir, pero el alfa debía arreglar unas cosas antes de llevar a su pequeña familia hasta su hogar.

Oyó como su mejor amigo llamaba a su omega, quien seguramente estaba aplicando alguna crema a su rostro o repitiéndose frente al espejo lo hermoso que era. Rodó los ojos al recordarlo de esa manera.

—¿A qué debo el disgusto de tu llamada, Kim? —

Rodó los ojos al oír la indiferente voz del omega, pero no podía molestarse, lo necesitaba en ese momento.

—También me da gusto escucharte, Hoseok—

Sonrió cuando escuchó su risa, seguida de la estrepitosa risa de Min.

—Dime. Sé que necesitas algo—

Cerró los ojos al recordar a su pobre omega hundido en llanto mientras le contaba la verdad de todo. Imaginó su rostro sin brillo cuando estuvo alejado de él, su lobo lloriqueaba de impotencia.

—Necesito que canceles cualquier viaje que mi madre tenga en estos días. Mañana estaré de regreso—

—¿Por qué haría eso? Me echará a patadas si se entera que lo hice porque tú me lo pediste—

—Asumo cualquier problema. ¿Harás lo que te pido? —

—Solo si me dices por qué—

Hoseok realmente era muy chismoso. No entendía como YoonGi se había enamorado de un omega tan explosivo, pero le alegró el corazón cuando presenció el cambio completo que tuvo su mejor amigo y aún más cuando recibieron a su primer cachorro y eso hacía que le disguste menos Jung.

—Mi omega y mi cachorro estarán conmigo, y hay temas que debemos arreglar—

—Oh, ¿oíste eso, cariño? — dejó de escuchar por un momento la voz del omega, sabiendo que estaba hablando con YoonGi. —Lo haré NamJoon, pero si me despiden seré tu nuevo secretario—

—¿Dejarás sin trabajo a tu alfa? —

—Eso significa que lo tendrás que ascender—

Escuchó como el pálido lo regañaba en voz baja, y la voz dulce del omega diciéndole que él se encargaba de manejar todo.

Colgó la llamada antes de recibir otra petición de Hoseok, el ascenso de su mejor amigo estaba planeado antes de que el omega lo mencione, Min se lo merecía.

Miró la hora en su celular, seguramente su omega ya estaba acurrucado en la cama con su hijo. NamJoon tenía muchas ganas de quedarse, pero si se quedaba iban a hacer todo menos dormir, y el problema era que la cuna de Kuyng estaba en la misma habitación, y el alfa respetaba a su cachorro.

Aun quería romper todo lo que tenía cerca cuando recordaba todo lo que SeokJin le dijo. Toda la vida el moreno llevó una excelente relación con su madre y con su padre, pero estaba consciente de que cuando su tierno omega llegó a su vida, la alfa fue la primera en oponerse aun sabiendo que ambos eran destinados.

Mentiría si dijera que no intentó alejarse del omega antes de cortejarlo, pero todos los caminos lo llevaban de vuelta a Jin. Como si antes de la creación ellos ya estaban destinados a suceder.

Apretó la mandíbula hasta doler cuando recordó el rostro de su pequeño hijo, su cachorro idéntico a él, de sonrisa tierna y risa cantarina, se preguntaba como alguien sería capaz de siquiera pensar en dañarlo o aun peor, de quitarle la vida.

Su lobo sentía la necesidad de proteger, de morder y destruir al que intentaba hacerle daño a su omega y a su cría.

Su rostro contraído cambió rápidamente cuando el beso cruzó por su mente. Sentir los suaves labios de SeokJin contra los suyos fue algo que deseó desde que volvió a verlo, era mejor de lo que recordaba. Sus manos picaban al haber estado en contacto con la piel de su omega, Jin había adquirido un poco más de peso, sus piernas eran aun más gruesas junto con su cadera, conservaba la cintura delgada que tanto NamJoon amaba abrazar en las noches, y ni hablar de su trasero, aunque no lo tocó sabía que estaba más grande, lo sintió.

Sacudió su cabeza dejando de lado esos pensamientos que estaban tomando otra dirección. Se sacó la camisa porque de repente había empezado a sentir calor, apagó las luces y se dispuso a dormir.

NamJoon no quería pensar en qué pasaría luego de ir a su hogar, SeokJin cursaba su último semestre ahí en Seúl, no sería tan egoísta de pedirle a su omega que se mudara a su hogar nuevamente dejando todo atrás.

Esperaría un poco, tal como Jin esperó a que él los encuentre.

Se bajó del auto que conducía un chofer de la compañía que le alquiló el mismo cuando llegó a Busan. Él los llevaría hasta la estación de trenes dando por terminado el servicio.

Golpeó la puerta de la entrada un par de veces hasta que oyó como alguien corría hasta llegar a ella.

Un tímido SeokJin le abrió la puerta, agachando la cabeza en cuanto vio a NamJoon.

—Buenos días, alfa—

—Mírame—

Las mejillas del omega se sonrojaron mientras una brillante sonrisa se dibujaba en su lindo rostro.

El moreno se acercó un paso tomando el rostro del rubio entre sus manos, juntó sus frentes y luego rozó sus narices en un beso esquinal.

—Buenos días, cielo—

Las pequeñas manos de SeokJin hicieron puño el abrigo de su alfa acercándolo más hasta rozar sus labios.

—Te extrañé— susurró el omega sobre sus labios.

—¿Un año? —

Rio cuando el omega golpeó su barriga soltándose por completo de su agarre.

—Entra y cierra la puerta—

Se volteó haciéndole una seña al chofer de que espere, el alfa levantó su pulgar indicando que esperaría.

Antes de cerrar la puerta ya tenía a alguien agarrándose de su pantalón, su lobo saltó emocionado cuando observó como su hijo se ponía en pie abrazando las piernas de su padre.

NamJoon estiró los brazos hacia abajo sosteniendo los hombros de Kuyng mientras caminaba con su hijo aun abrazado a su piernas riendo a carcajadas.

—Se va a lastimar, Joon— la seriedad que Jin intentaba aparentar fue tirada abajo cuando el alfa le guiñó un ojo.

El moreno finalmente tomó a su hijo en sus brazos besando su frente. Se acercó a su omega y con su mano libre rodeó su cintura acercándolo.

—¿Estás listo?—

—No—

Sonrió para luego estirarse y robar un beso de los labios de su omega.

—Los protegeré de todos. No lo olvides—

SeokJin asintió dejando un beso en su hombro.

—Lo sé, alfa—

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