Nuestro manager me llama.

Entro en la habitación y me señala un asiento.

Dice que tenemos que hablar, que está preocupado por mí.

No le creo, soy sólo una ganancia para la empresa y, por tanto, para él.

Me pregunta si estoy bien, asiento porque soy incapaz de hablar.

Me pregunta porqué no pude hablar al recibir el premio en los MMAwards, me encojo de hombros.

Tal vez sí que se esté preocupando por mí.

No me merezco nada.

Me pide que hable con él si tengo algún problema, asiento y salgo de la habitación.

Necesito huir de aquí durante un par de horas.