☪️:15'Malos planes

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Jungkook había entrado en la casa de la pareja falsa debido a que ya tenía la clave. La música estaba lo suficientemente alta para que SeokJin no notará su entrada debido al sonido de la puerta. Cuando vislumbraba el lugar, lo veía que ya había comenzado con la cena, estaba muy compenetrado, bailando suavemente y cantando. Era increíble la vista de ese hombre con pantalones deportivos cayendo sobre sus caderas, sin remera alguna, pero el delantal de cocina encima mientras cortaba las verduras.

Jungkook se mordía el labio porque todo eso era suyo... Bueno, algunas partes. Quizás.

Suspiraba sonoramente dejando caer su bolso y SeokJin finalmente miraba en dirección a la puerta por el sonido estruendoso del objeto golpeando las cerámicas.

—Cariño —saludaba, limpiando sus manos y dirigiéndose hacia Jungkook con una sonrisa hermosa.

El más joven sonreía medio segundo y luego caminaba hacia él, tomaba su rostro y lo besaba desaforado. SeokJin había quedado sorprendido medio segundo. Jungkook era apasionado, pero siempre era muy sutil y suave al inicio, aquello era... Caliente, sí. Hambriento, también. Sus manos rodeaban la cintura de su bonito chico y lo apretaba.

También necesitaba esa sesión de besos apasionados, nunca venían nada mal. Pronto su cabeza y cuerpo estaban conectados a Jungkook como era debido.

El chico lo llevaba hacia atrás, insistente intención de no ir en dirección a la cocina.

—Ok, ok... —SeokJin lograba despegar sus labios de los dulces y ajenos de Jungkook—. Estoy con el tema de la cena... Pero creo que tienes otras intenciones

—Sí, las tengo. Pidamos delivery luego de que me saques de mi cabeza, por favor —pedía, llevando sus manos detrás del cuerpo de SeokJin y desatando el delantal de cocina para quitárselo. Sus ojos eran brillantes y besaba de forma constante, pero intermitentemente los labios del mayor.

SeokJin lo miraba y asentía—. De acuerdo, quiero lo mismo —susurraba.

Minutos más tarde, Jungkook ya estaba completamente desnudo, boca abajo y gimiendo por la forma en que SeokJin era tan bueno dándole un beso negro mientras sus dedos lo estiraban y estiraban. Haciéndole desear y gemir fuertemente por más que simples dedos.

—A ti, amor... —susurraba con la voz rota, mientras se empujaba hacia la boca y los dedos de SeokJin.

Era una muy bonita y caliente imagen para el mayor. Los músculos de las piernas, las espalda y los brazos de Jungkook, se marcaban visiblemente cada vez que se empujaba o se retorcía del placer. SeokJin estaba más que hipnotizado por su cuerpo y por como su dulce voz sonaba rota e impaciente.

Tomando el condón y más lubricante, se preparaba, Jungkook se daba la vuelta y abría sus piernas mientras trabajaba su bonita polla y mordía su labio inferior. Era tan dulce y salvaje. También jodidamente sensual.

¿Cómo podía siquiera confundirse con TaeHyung cuando Jungkook era su pareja?

—Mierda... —quedaba en pausa unos momentos y Jungkook parpadeaba ansioso y espectante.

— ¿Jin? ¿Qué pasa? —se sentaba para alcanzar el rostro del mayor y buscaba que este le mirara fijamente—. ¿Qué pasa? —repetía, mordiendo el labio inferior de SeokJin y provocándole descaradamente con su lengua, mientras bajaba una mano y terminaba de colocar el condón—. No sé a dónde te fuiste, pero vuelve —pedía, con su mano sobre la nuca de SeokJin, tirando de él y volviendo a recostarse mientras el gran cuerpo del castaño lo cubría, se alineaba y volvía en sí.

—No importa —susurraba, con una voz baja y grave.

Cuando empujaba en el interior de Jungkook, lo que le siguió a aquello, fue el sexo más rudo e intenso que habían tenido. La piel de ambos resonaba en el silencio de la habitación porque las estocadas de SeokJin eran fuertes, intensas y certeras.

Jungkook estaba completamente ido por la constante presión en su punto dulce. Por lo estirado que estaba alrededor de la perfecta y gran polla de su novio. Estaba bebiendo de sus labios con verdaderas ganas. La boca de Jin era ruda y suave. Sus labios eran carnosos y Jungkook adoraba morderlos.

Dios, no podía tener suficiente. Sus piernas gruesas y musculosas se enredaban en la cintura de SeokJin y lo apretaban. Más cerca, más profundo. Sus uñas se clavaban en la espalda y hombros del mayor y este estaba totalmente incentivado por eso.

La presión en la base de la polla de Jungkook y el cosquilleo en su bajo vientre le advertían que iba a estallar. Cuando apretaba más a SeokJin y se ahogaba con su lengua, succionando, él iba a avisarle que estaba cerca...

—Jin-... Ah, joder —pero Jungkook simplemente se corría sin previo aviso. Explotaba totalmente de forma bestial entre su cuerpo y él de SeokJin—. Oh, mierda... Ah~... —sus dedos se clavaban en los hombros ajenos mientras gemía más que extasiado y seguía siendo follado durante las intensas réplicas de su orgasmo.

SeokJin seguía golpeando dentro, estaba al borde y el rostro de Jungkook y sus ojos negros y brillantes eran la cosa más hermosa y caliente. El chico estaba sonrojado, labios masacrados e hinchados, su preciosa voz gimiendo su nombre y sus ojos apenas entrecerrados bañados en lujuria y algo más. SeokJin se venía en su interior, dentro del condón y absorbiendo la imagen de Jungkook, mientras temblaba, se vaciaba y su boca buscaba desesperadamente los labios ajenos que lo recibían con auténticas ganas.

Cuando ya sentía que su orgasmo se debilitaba, quedaba totalmente deshuesado encima del menor. Este lo tenía rodeado aún, con piernas y brazos, dejándole descansar encima y con su rostro en su cuello. Se encontraba olisqueando y besando la piel de Jungkook.  Y los dedos largos del chico peinaban sus hebras mientras que los otros dibujaban círculos sobre su espalda.

—Creo que me arde esa zona de los hombros... Nunca me arañaste tan fuerte —mencionaba adormilado.

Jungkook sonreía—. Lo siento, fue... Venía muy estresado.

SeokJin levantaba la cabeza y se apoyaba sobre su brazo, aún seguía dentro de Jungkook, pero a ninguno le molestaba.

— ¿Quieres hablar al respecto? —preguntaba.

Y es que SeokJin jamás lo presionaría. Preguntaría, esperaría y haría lo que él quisiera. Si quería hablar, allí estaba, todo oídos para él. Si quería un consejo, SeokJin se lo daría luego de estudiar cualquiera fuera la situación que lo tenía preocupado y le aconsejaría siempre lo mejor para él.

Era perfecto, completo. Un hombre maduro que siempre supo entenderlo desde un inicio y es que no en vano lo había conquistado. SeokJin no era la última coca cola en el desierto, ni mucho menos. Simplemente había sido perfecto desde que se habían conocido y lo había abordado amigablemente en el ILLECEBRA, con una vibra diferente, una sonrisa honesta y unos ojos gentiles y llenos lujuria cuando el momento era adecuado.

SeokJin siempre supo verlo a él, no a su cuerpo, como el resto. Y como lo miraba ahora, con su ceño levemente fruncido, mientras esperaba pacientemente su respuesta.

—No pasa nada —soltaba—. Las clases se están poniendo cada vez más duras y comencé a trabajar en la cafetería del tío de Jimin los fines de semana

—No me dijiste nada al respecto —mencionaba, acariciando su rostro—. Debí de ir por ti esta noche . Debes estar exahusto.

Jungkook suspiraba, tenía su cabeza revuelta y sus sentimientos también eran una desastre. Se sentía confundido y se sentía inseguro. Confundido por no poder soportar a Jimin con TaeHyung, inseguro por no poder soportar a TaeHyung con SeokJin.

TaeHyung era una maldita piedra en su zapato.

—Estoy... Algo cansado —mencionaba, sonriendo con dulzura.

SeokJin besaba sus labios, luego su nariz y salía con sumo cuidado, despojándose del condón y acomodándose en la cama, tirando de Jungkook con dulzura, los cubría con una sábana debido a que la temperatura de sus cuerpo había menguado luego del sexo y una fina tela cubriéndolos, era una cálida sensación mientras Jungkook se apoyaba sobre su pecho, cruzaba una pierna para enredarla con las suyas y lo abrazaba, acariciando sus pectorales sin apuro.

—Entonces... ¿No sabías que TaeHyung no estaba aquí?

Genial ¿Por qué hablaba de su peor pesadilla con su novio? ¿Por qué este se lo preguntaba?

—Ah... Nop, estoy trabajando demasiado —respondía SeokJin, haciendo círculos en la espalda baja de Jungkook—. No estamos hablando mucho, así que no sé que hace con su tiempo libre —mencionaba como si nada.

Bueno, intentaba sonar indiferente porque lo último que quería después del sexo era hablar sobre TaeHyung.

—Aguarda un momento ¿Te molesta si fumo? —preguntaba con suavidad.

—Sabes que no —respondía Jungkook—. Aunque creí que lo habías dejado para momentos claves y evitar darle rienda suelta al vicio.

SeokJin evitaba la mirada de Jungkook mientras prendía un cigarro y le daba una calada, largando el humo para el lado contrario de Jungkook, luego suspiraba y atraía al chico nuevamente para acomodarse como estaban.

—Este es un momento clave... Después del gran sexo que tuvimos ¿No lo crees? —Jungkook reía—. Y... ¿Cómo supiste que él y Jimin estaban juntos? —el chico abría sus ojos enormemente—. ¿Te lo cruzaste en las escaleras o Jimin te lo dijo?

Por dios, había sido tan, pero tan imbécil que había olvidado que vivía en el mismo maldito edificio de Jimin y sin embargo tenía la conciencia tan sucia que no había dejado que SeokJin lo recogiera en la puerta del mismo. Como si eso le diera motivos para sospechar que había perdido su apartamento y ahora paraba en el de Jimin.

—Sip —respondía—. Estaban muy ebrios... ¿Estás bien con esto de TaeHyung saliendo públicamente como si nada? —preguntaba, luego alzaba su cabeza para mirarlo—. ¿No es eso una importante regla que no debe romper en su periodo de matrimonio?

SeokJin se ponía pensativo, no había considerado la idea de que TaeHyung arruinara todo su convenio por no poder ser malditamente discreto. Pero no tenía ganas de ponerse de mal humor justo ahora, después de una gran ronda de sexo salvaje y con su hermoso novio en sus brazos.

—Aclararé algunas cuentas con él cuando lo vea... No lo he estado cruzando mucho, pero si arruina esto para mí, cortaré su polla de una maldita vez. Las cuentas del hospital de mi madre se están volviendo extensas y mi padre no va a salvarse que parte del dinero vaya para la recuperación de la mujer que estuvo cuando era un maldito piojo sin una buena billetera siquiera —soltaba.

Jungkook apretaba su agarre y besaba su pecho.

—Extraño el estofado de tu madre... —cambiaba la dirección de la conversación, suficiente de TaeHyung y no lo quería malhumorado por culpa de su viejo.

—Organizaré una cena, lo prometo. Siempre se pone feliz de verte —mencionaba.

Que Jungkook nunca se enterará que su esencia, a su madre, le recordaba al viejo TaeHyung que había enamorado a su hijo en la adolescencia. Por dios, SeokJin nunca le diría eso. Su madre creía y sabía que Jungkook era el chico perfecto para él, aunque siguiera amando a Tae-... Bueno, eso creía su madre, pero estaba equivocada. Por supuesto.

Apagando el cigarro, SeokJin se disponía a preguntarle a Jungkook que deseaba comer, luego de eso, la noche había sido simplemente de ambos. Sin TaeHyung ni Jimin ocupando sus pensamientos. Jungkook ya vería cuando le diría, solo necesitaba encontrar el momento propicio. SeokJin entendería, se sentiría herido por no haberlo buscado sabiendo que él siempre estará disponible y predispuesto para lo que él necesitara.  Pero jamás relacionaría que se lo ocultó solo porque ahora vive con quién fue su amor platónico no correspondido, por mucho tiempo.

Aish, Jungkook necesitaba jodidamente relajarse y darle más crédito al hombre a su lado.

—Mañana tengo clases temprano, así que me iré antes de que te despiertes —mencionaba, luego de otra ronda de sexo, ya cansados y consumidos.

—Ni loco, yo te llevo. Ahora duerme, pondré mi alarma temprano. Mañana es viernes, tengo un día más tranquilo en el trabajo, pero estoy bajo la producción de otros programas radiales, así que debo de madrugar para prepararlos —mencionaba.

—Finalmente estás más sobre ello... Estoy orgulloso de ti —mencionaba Jungkook.

SeokJin besaba su cabeza, le agradecía y se disponía a simplemente dormir con Jungkook entre sus brazos. En parte, sí, estaba feliz por haberlo conseguido, por otro lado, había estado más activo que de costumbre por el simple hecho de compartir la menor cantidad posible de tiempo con su esposo.

Al día siguiente, SeokJin confirmaba que Jungkook tenía sueño pesado, porque su alarma sonaba y el chico estaba por el quinto sueño. Ni siquiera se había removido, eso dejaba ver qué también estaba agotado. Apagando la misma de su teléfono, se disponía a chequear sus notificaciones, hasta que un mensaje cordialmente enviado por su padre lo hacía perder todo rastro de sueño y cansancio, logrando que saltará de la cama como si esta ardiera.

—Tiene que ser una jodida broma —susurraba.

¿Acaso era viernes, pero viernes 13 para SeokJin? Ese mensaje no podía ser jodidamente cierto. Y por supuesto que no les habían mencionado nada al respecto.

Poniéndose rápidamente su pantalón deportivo, salía de la habitación para hacer una rápida llamada, pero antes de lograrlo, otra entraba a su teléfono y se sorprendía que siendo tan temprano, lo estuviera llamando.

Suspirando, atendía—. TaeHyung...

— ¡Dime qué es una maldita broma! —gritaba al otro lado de la línea, sonaba agitado.

— ¿Qué estás haciendo? ¿Saliste a correr? —preguntaba camino a la cocina para prepararse un café.

Sí, claro ¿Me ves a mí corriendo? —preguntaba aún en movimiento—. Me estoy vistiendo lo más rápido posible para caerle en la oficina a mi padre antes de que se vayan y preguntarle qué mierda significa su mensaje

—Cierto que los viernes dejan la estúpida oficina más temprano... —SeokJin suspiraba—. De hecho también tenía pensado ir allí después de dejar a Jungkook en la universidad.

Ah, tu chico salió despavorido del apartamento cuando llegamos anoche —mencionaba TaeHyung, distraídamente.

Y realmente lo había hecho con su cabeza en su padre, no había notado sus palabras, la observación solo había salido de su boca mientras se colocaba los zapatos.

— ¿Qué dijiste? —preguntaba SeokJin—. ¿A qué te refieres con que salió despavorido de su apartamento?

La línea quedaba en silencio, al otro lado, TaeHyung se mordía la lengua. Mierda, realmente no había estado interesado en ser un completo cretino dando a entender que Jungkook estaba viviendo con Jimin. Vaya a saber ellos y su relación e inseguridades del menor y el motivo por el cual no le había dicho nada. Y lo último que TaeHyung quería era ser el imbécil que abriera la boca.

Eh... No sé de qué hablas, oye ¿En cuanto estarás en la oficina de los viejos? Te toman más en serio a ti que a mí —cambiaba de tema.

SeokJin conocía su tono de voz cuando quería cambiar el eje de la conversación. Dejándolo pasar, miraba su reloj.

—En un hora seguramente —respondía.

Bien, volveré a casa, me daré un baño e iremos juntos ¿Estás bien con eso? No les gustará que lleguemos separados.

SeokJin suspiraba—. Seguro, de acuerdo. Nos vemos.

Cuando cortaba el llamado, preparaba café en una taza para él y otra de viaje para Jungkook. Minutos más tarde el chico estaba listo con un puchero de sueño en sus labios y sentado en su auto. Se veía agotadisimo.

—Creo que estás más delgado ¿Estás comiendo bien, cariño? —preguntaba con dulzura.

Jungkook suspiraba—. No lo sé... Pero estoy muy cansado, necesito unos días libre de todo —suspiraba y bebía su café—. Me encanta como te sale el café en las mañanas

—Es el poder de la cafetera —mencionaba. Luego suspiraba, relamía sus labios y repetía la frase de TaeHyung en su cabeza "Tu chico salió despavorido del apartamento cuando llegamos anoche".

— ¿Que pasa, amor? —preguntaba Jungkook—. Tienes tus cejas fruncidas y es tu expresión de que algo te molesta u ocasiona dudas.

SeokJin se sorprendía ante la observación.

Encogiéndose de hombros para intentar sonar casual, preguntaba—. Estaba pensando en eso que dijiste de que viste a Tae y Jimin en las escaleras...

Jungkook se tensaba.

—Ah...

—Tengo que hablar con él, recordarle que debe ser cuidadoso... ¿Estaban siendo muy descarados o... No los viste bien? —preguntaba como quien no quiere la cosa.

Jungkook recordaba que se estaban comiendo mutuamente. Pero no en las escaleras.

—No, lo sé. Los ví muy rápido y me metí a mi apartamento

— ¿Estás en el de Jimin? —cuestionaba.

—No —soltaba de inmediato—. No, yo... Estaba volviendo de comprar y los cruce... Eso fue todo —pasaba el nudo en su garganta.

« ¿Por qué simplemente no le dices? » se gritaba Jungkook a sí mismo.

SeokJin estacionaba frente a la universidad del pelinegro y suspiraba. Bien, alguien estaba mintiendo aquí...

—Te llamo luego ¿De acuerdo? —besaba castamente a un Jungkook que deseaba un beso más profundo y largo, pero al ver la sonrisa cortante de su novio, simplemente asentía y salía del auto—. Come bien, no me hagas estar molestándote veinticuatro siete para saber que estés bien, por favor. ¿Si?

Jungkook sonreía con inseguridad—. Lo prometo y te-... —mordía su lengua y suspiraba—. Ten un buen viernes.

SeokJin suspiraba—. Tú igual.

Cuando se encontraba camino a su casa, nuevamente para ponerse más decente y asistir a la oficina de sus padres, su cabeza no había dejado de pensar en ¿Por qué TaeHyung había dicho eso? pero Jungkook aseguraba no haber estado en el mismo apartamento o la misma habitación.

¿Qué carajos estaba sucediendo?

Cuando entraba, sintiéndose cada vez más perdido y honestamente, algo estúpido, TaeHyung salía, al parecer, de bañarse. Llevaba nada más que unos pantalones desabotonados con unos boxer rojo que sobresaltaba bastante. Pies descalzos, torso desnudo y algo húmedo. Eso incluía su cabello.

SeokJin se detenía en seco y no podía siquiera pensar claro cuando se lo comía con la mirada. Él literalmente había hecho que TaeHyung se estremeciera un poco en su lugar cuando la mirada fija y penetrante de SeokJin lo había recorrido y lo seguía recorriendo para verlo en detalle.

Tragaba en seco y se quedaba quieto, sentía calor por el simple hecho de tener la atención de SeokJin.

Pero aquello se estaba tornando extraño, nuevamente la maldita tensión en el aire, TaeHyung aclaraba su garganta porque SeokJin no parecía salir de su letargo—. Estoy poniéndome decente para ver a los viejos.

El castaño parpadeaba y dejaba de ver las gotas que estaban cayendo por el abdomen plano de TaeHyung, camino a su boxer.

—Sí... Claro —hacía varios días que no se veían la cara porque SeokJin había estado escapando desde la última pelea en el sofá.

—Sigue en pie lo de ir contigo ¿Cierto? Tengo mi auto, pero seguro y nos dan un maldito sermón por no llegar como un matrimonio a su oficina —TaeHyung rodaba los ojos—. ¡Oh, mi zapatos! —exclamaba al ver que el par que estaba buscando, se encontraba cerca de la puerta.

Justo donde SeokJin aún estaba parado como imbécil, bebiendo de la imagen infartante de su falso esposo. Podía negar sus sentimientos cuánto tiempo quisiera y había sido un jodido profesional ignorando la obvia atracción física que siempre tuvo y al parecer tendrá por TaeHyung, pero le estaba costando dejar de seguirlo con los ojos.

Especialmente cuando el otro se agachaba y sus pantalones se ajustaban a su bonito culo. Justo frente a él e incluso seguía tan embobado que había atinado a verlo en detalle y cada movimiento.

Joder ¿Que estaba mal con él?

Cuando TaeHyung se ponía de pie con sus zapatos de cuero tipo slippers ya puestos, giraba y SeokJin seguía ahí. Cómo imbécil, viendolo con esos ojos que le hacían sentirse más desnudo de lo que ya estaba y lo había visto desnudo ya.

— ¿Sucede algo, angelito cretino? —preguntaba, sintiéndose caliente y juguetón, otra vez.

SeokJin apartaba la vista de su torso desnudo y su pantalón sin abotonar.

— ¿Por qué lo preguntas? Espera ¿Qué dijiste? —sí, hoy era un día en el que SeokJin se sentía doblemente estúpido.

TaeHyung apretaba sus labios y levantaba su mano para alisar una arruga sobre la camiseta de SeokJin, una inexistente arruga que se posicionaba en su abdomen. El azabache lo sentía tensarse justo bajo su toque.

—Me estás comiendo con la mirada ¿Hay algo que quieras y que pueda darte? —susurraba con su voz grave.

SeokJin alzaba sus cejas, no se apartaba, pero solo porque sus pies no respondían.

—Me agrada que tu autoestima siga tan por el cielo, en serio —respondía—. Y deberías abotonarte el pantalón. Te ves ridículo —su lengua no estaba tan filosa como en otras ocasiones. Estaba más bien, deseosa de pasar por esas gotas que caían de las hebras húmedas de TaeHyung y comenzaban una carrera por su torso cuesta abajo.

—Si tanto te molesta... —exclamaba con ese tono desafiante, tomaba las manos de SeokJin y las colocaba sobre la cinturilla de su propio pantalón—. Abotonalo tú.

SeokJin bajaba la mirada, TaeHyung sostenía sus manos al borde de cada lado de la prenda, alzaba la vista y apretaba sus dientes cuando veía el destello de diversión y mucho más, en los ojos negros de TaeHyung. Alzaba su mentón, tomaba cada lado de la tela y se acercaba otro poco.

—Bien, lo haré por ti... Había olvidado lo perezoso que eres —soltaba con voz más ronca de lo esperado.

Luego comenzaba a abotonar el pantalón de TaeHyung, logrando que sus nudillos rozaran el contorno de la polla del azabache.

Primer botón y la presión que sentía TaeHyung lo hacía jadear frente a su atacante. Una sonrisa ladina por parte de SeokJin lo dejaba estúpido, segundo botón, otra presión y un roce más fuerte que iba acompañado con una leve sacudida debido a la brusquedad que SeokJin había añadido a la hora de abotonar el pantalón.

Quedaba desestabilzado y terminaba sosteniéndose de los hombros de SeokJin, una pulgada más cerca de sus labios.

—Eres un bruto —susurraba con un puchero. SeokJin bajaba la vista a sus labios y abotonaba un tercer y ante último botón, un roce más cerca de una presión era lo que sentía TaeHyung y no podía disimular que su polla estaba muy a gusto con el jugueteo—. Ah~... Ya, lo haces a propósito —susurraba sin fuerzas, intercalando entre los ojos maliciosos de SeokJin y sus labios rojos e hinchados que tenía esa mañana.

Podía sentir el olor a café y cigarro que salía de su boca y le encantaba esa mezcla de olor en su aliento.

—Tú querías mi ayuda —respondía y luego en último botón era abotonado sin pena ni gloria. TaeHyung suspiraba, aún colgado de su boca, mirándolo con avidez, el castaño quería ignorar esos ojos, pero tenía un pésimo historial intentando ignorar esa mirada en el pasado.

TaeHyung relamía sus labios lentamente—. ¿Acabaste de comportarte como un papi todo enojado? —susurraba. No se había dado cuenta que estaba acariciando con sus dedos los hombros de SeokJin.

—No soy ningún papi enojado, tú lo pediste y yo te lo di —respondía, estaba demasiado cerca.

«Deberías alejarte, SeokJin. Estás jodidamente cerca, otra vez» se reprendía.

TaeHyung mordía su labio inferior y se acercaba lo que restaba, su nariz estaba allí, tocando la ajena, pequeñas pulgadas de distancia.

— ¿Puedo pedirte lo que sea y vas a darmelo? —preguntaba con esa voz ronca, algo temblorosa y grave.

SeokJin apretaba sus dientes, su cuerpo caliente, su mano sobre la cintura del pantalón y su dedo se metía dentro, TaeHyung se arrimaba a su boca y él se alejaba.

—Te queda suelto, deberías alimentarte mejor usa un cinturón —añadía, saliendo rápidamente de la vista de TaeHyung.

Pero no lo suficientemente rápido como para disimular que tenía una tienda de campaña dentro de sus pantalones deportivos.

— ¡Aish! —TaeHyung se agarraba la cabeza y luego masajeaba su también, notoria erección—. Con razón me evita, no vuelvo a quejarme. Pedazo de estúpido.

Cuando SeokJin se encerraba en su habitación, fregaba su rostro y suspiraba. Rápidamente comenzaba a desnudarse para ponerse una muda decente antes de ir camino a la empresa de su padre.

—Lo evitaste todos estos días para que a la primera de cambio estés jodidamente babeando por él —agarraba su cabeza y se sentaba sobre su cama—. Tú no eres así, no eres el tipo de hombre que juega a dos puntas. Arregla tus malditos asuntos, SeokJin —se reprendía.

Cuando entraban al auto, el viaje camino a la empresa, había sido silencioso solo al inicio. Nuevamente SeokJin apenas le había dirigido la palabra a TaeHyung y este se encontraba molesto por ser ignorado.

—Pues dejar de pretender que soy producto de tu imaginación y que no estoy aquí —exclamaba.

—Sé que estás aquí, Tae —suspiraba.

—Entonces mírame

— ¡Estoy conduciendo!

—Sabes a lo que me refiero, detesto que no puedas mirarme —confesaba, luego se mordía su lengua. SeokJin finalmente lo miraba—. Olvida lo que dije —se sentaba derecho, se cruzaba de brazos y miraba por la ventanilla.

SeokJin suspiraba, nuevamente la sensación de mierda porque TaeHyung parecía enojarse con él. ¿Qué se suponía debía de hacer?

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —exclamaba.

La voz de SeokJin era tierna y TaeHyung se odiaba—. Ya la hiciste

— ¿Puedo hacerte más de tres preguntas? —contraatacaba.

TaeHyung suspiraba—. Touché... ¿Qué? —soltaba sin mirarlo.

— ¿Por qué dijiste que apenas Jungkook te vio con Jimin salió corriendo del apartamento? Me dijo que los cruzó en las escaleras, por eso él sabía que no estabas en casa cuando lo llamé...

TaeHyung suspiraba y se maldecia interiormente.

—Olvida lo que dije —respondía.

—No me digas eso... —exclamaba—. ¿Lo cruzaron en las escaleras o...?

—Sí. En las malditas escaleras y salió huyendo despavorido, listo ¿Feliz? Te llamé dormido y enojado, si dije "salió corriendo del apartamento" fue una maldita expresión y si tienes alguna duda de lo que sea no deberías hablarlo conmigo, pregúntale a tu chico —soltaba irritado.

SeokJin no decía nada más, prefería que tanto él como su falso esposo guardarán energías para cuando se pararan frente al escritorio de sus respectivos padres. Al llegar, en el estacionamiento, como de costumbre había gente, SeokJin detenía el auto y miraba a TaeHyung.

— ¿Me vas a tomar de la mano? —se burlaba el azabache.

SeokJin alzaba sus cejas—. Creo que sí, deberíamos... —exclamaba saliendo del auto, TaeHyung se quedaba mudo y con ojos bien abiertos. Aquello había sido una broma.

Cuando salía fuera y SeokJin caminaba decidido al elevador que los llevaría al piso donde la oficina de sus padres estaba, TaeHyung se sentía tentado a preguntar si había dicho en serio lo de que tomaría su mano, pero SeokJin estaba tan serio y distante apenas las puertas se cerraban que, no salía ninguna pregunta.

El castaño estaba compenetrado viendo su teléfono, hasta que lo llevaba a sus labios y enviaba un audio.

—Tengo unas cosas que hablar con mi padre, en cuanto termine iré a la radio ¿De acuerdo?, Tenme paciencia —exclamaba y luego cortaba el llamado.

TaeHyung silbaba bajo hasta que su curiosidad era mayor.

— ¿Realmente estuviste trabajando mucho?—mencionaba, mirando los números que el elevador iba subiendo.

—De hecho, sí. Estoy a cargo de la producción de un par más de programas aparte del mío —SeokJin no lo miraba.

—Creí que solo escapabas de mí —exclamaba, mirando finalmente a SeokJin y encontrándose con los ojos de este de vuelta.

—Eso también —susurraba y antes de que TaeHyung pudiera acotar algo, las puertas se abrían y SeokJin entrelzaba sus dedos con los suyos—. Vamos.

Por los pasillos del edificio perteneciente a sus padres, los empleados sabían muy bien quienes eran ellos. Pero TaeHyung estaba ajeno a la atención recibida, solo podía concentrarse en el firme agarre de SeokJin sobre su mano y como caminaba con suma seguridad, dirigiéndose a la oficina principal.

Cuando llegaban, la secretaria a cargo los miraba con sus ojos bien abiertos.

—Oh... Kim SeokJin, Kim TaeHyung —les saludaba amablemente, era aproximadamente de la edad de ambos—. Sus padres están en una reunión virtual en este momento, ya está pronta a acabar.

—Puedes avisarles que estamos aquí... Seguramente y nos están esperando —mencionaba SeokJin.

TaeHyung asentía, aún se sentía en una realidad alterna, porque SeokJin no soltaba su mano.

Aclarando su garganta se aproximaba a la oreja del castaño y preguntaba—. Eh... ¿Quién hablará primero?

SeokJin se estremecía, por medio segundo y su pulgar acariciaba el dorso de la mano de TaeHyung quien se tragaba un gemido cuando lo sentía.

—Te dejaré el honor —respondía y luego la caricia cesaba y la secretaria les avisaba que podían entrar.

SeokJin guiaba a TaeHyung dentro de la oficina y este otro se dejaba, debía de concentrarse, porque una vez que la secretaria estuviera fuera...

—Los dejo a solas —exclamaba la misma, luego la puerta se cerraba y ambos padres tenían sus cejas alzadas.

El padre de SeokJin iba a hablar primero, pero TaeHyung-...

— ¿Qué mierda significa que reservaron el viñedo Kim para nuestro maldito viaje la semana siguiente? —mencionaba con rabia, apretando la mano de SeokJin.

Su padre alzaba las cejas—. ¿Por qué siquiera se ofenden? Al parecer ya se están llevando bien —señalaba las manos de ambos.

TaeHyung y SeokJin se miraban y se soltaban de repente.

—Solo pretendíamos —mencionaba, sintiendo que su mano hormigueaba—. Me sacaron de la cama de mi amante por la maldita noticia que nos enviaron por mensaje de texto —soltaba TaeHyung entre dientes.

— ¿Tienes un amante? —preguntaba su padre.

—Y SeokJin tiene pareja —añadía.

El padre de SeokJin lo miraba con ceño fruncido—. ¿Tienes una relación? ¿Por qué no me lo dijiste?

—No es de tu incumbencia —respondía—. Ahora podrían explicarnos qué significa ese mensaje. Porque quizás TaeHyung no haga nada en todo el día, pero yo tengo un maldito trabajo

— ¿Ya no somos equipo, angelito cretino? —soltaba TaeHyung a su lado rodando los ojos—. Y para tu información, estoy pintando. Tengo dos comisiones en las que debo trabajar. No estoy todo el día haciéndome la paja

— ¿Estás seguro? —soltaba SeokJin incrédulo.

TaeHyung reía ladino—. Te dejo poner una cámara en mi habitación, puede usar el material como más te plazca

— ¡Basta! —ordenaba el padre de TaeHyung, luego suspiraba—. Tenemos nuevos clientes. Pasarán el fin de semana próximo en el viñedo Kim y cerraran el negocio por nosotros

—No era parte del trato —exclamaba SeokJin.

—Hijo, si lo era. ¿Quieren su herencia? Bueno, ganenla, quedamos en que colaborarían con nosotros debido a muchos tratos que nos hicieron perder por culpa de su comportamiento. Estos nuevos clientes, los perdimos una vez porque no querían en un futuro cercano lidiar con ustedes...

—Así que ahora, se van a encargar de cerrarlo y demostrarles, que son buenos negociando... Ellos saben que van a tratar directamente con ustedes, no han habido noticias amarillistas ni en Twitter de la fiestas de TaeHyung o tus relatos sexuales en tu programa radial... Por lo que están cumpliendo. Pero...

—Pero ahora, van a cerrar este trato por nosotros —añadía el padre de TaeHyung.

SeokJin apretaba sus dientes—. Tengo que dar vuelta todo mi horario laboral ¿Y qué se supone que le diré a mi pareja?

TaeHyung rodaba los ojos—. Eres tan dramática

—Pueden llevarlos — soltaba el padre de TaeHyung.

"¿Qué?" Decían al unisono los dos jóvenes y el padre de SeokJin.

—JiSeok, es una pésima idea —soltaba su colega.

—MinJae, míralos... No van a hacer esto si no llevan consigo a sus amantes —mencionaba el padre de TaeHyung.

—JungKook es mi pareja, no un simple culo de estación —mencionaba, mirando de reojo a TaeHyung, quien comenzaba a reír sonoramente.

—Bueno, para tu información, Jimin no es un culo de estación —afirmaba y todos los miraban sorprendido.

— ¿Estás en una relación? —preguntaba su padre.

TaeHyung hacía esa mueca de U invertida—. Estamos comenzando, vamos por buen camino.

SeokJin alzaba sus cejas una fracción de segundos, restándole credibilidad.

El padre de SeokJin suspiraba—. De acuerdo, este es el trato, llevenlos como una "pareja amiga" si lo arruinan, lo pierden todo... Al firmar su acuerdo tiempo atrás, aceptaron todos los términos y las consecuencias que vendrían si no hacían algo que se les ordenaba.

TaeHyung iba a decir algo, pero cuando veía que SeokJin suspiraba rendido, pues no habría nada más que hacer.

—Intentaré arreglar mi horario, tengo días vacacionales a mi favor aún... —suspiraba—. Salúdame a tu hija, digo... Esposa —exclamaba a su padre, luego se ponía de pie y salía de la oficina.

TaeHyung se quedaba viendo la puerta, bien... Habían llegado juntos, pero al parecer no saldrían juntos. Suspirando se ponía de pie.

—Es ridículo que nos pongan a negociar con alguien que en primer lugar los rechazo por "nuestra culpa" —mencionaba.

—Es bueno que lo arreglen... Un poco de responsabilidad no te viene mal —mencionaba JiSeok.

TaeHyung rodaba sus ojos—. Lo único bueno de ti, es el vino. Me traeré una caja solo para mí, estás advertido —exclamaba, luego de eso, SeokJin volvía a la oficina y todos los miraban sorprendido.

—Tae, debo volver al trabajo... ¿Te llevo a casa? —y TaeHyung se derretía.

—Sí, por favor. Sácame de aquí —añadía, siguiendo a SeokJin puertas afuera.

Cuando JiSeok y MinJae quedaban a solas, cruzaban una mirada.

— ¿Invitar a sus amantes? ¿En serio? —repetía el padre de SeokJin.

—Tu hijo tiene una relación, aparte se ve que están en buenos términos, tienen que hacer esto bien, seguro y serán más responsables frente a sus amantes —se encogía de hombros—. Solo me interesa que cumplan.

MinJae negaba—. Tu hijo sigue enamorado del mío —añadía.

JiSeok se encogía de hombros—. No es asunto nuestro.

— ¿Él sabe que jamás dejaste que SeokJin se disculpara?

— ¿Vamos a volver a hablar de esto? Ya te pedí perdón por haber dicho que tu hijo lo volvió gay... TaeHyung es pura y exclusivamente culpable de mi dolores de cabeza

—No hay culpa de nada, les gusta lo que les gusta... Una lástima que te hayas dado cuenta tarde que SeokJin era bueno para TaeHyung

— ¿Eso ya no importa o si? Mi relación con TaeHyung es frágil al igual que le tuya con SeokJin. Lo último que deseo decirle es que años atrás le negué a tu hijo, su mejor amigo y novio, la posibilidad de explicarle todo el mal entendido. Así que olvidemoslo y realmente no creo que Tae siga enamorado.

MinJae suspiraba—. Como digas, hombre. Más te vale y no lo arruinen.

—No lo harán, SeokJin es muy capaz y TaeHyung sigue siendo ese adolescente que simplemente lo sigue. Lo harán bien... Pero que le agarren el gusto al negocio familiar... Eso no lo sé.

MinJae suspiraba.

(...)

SeokJin conducía con sus dientes apretados.

— ¿Le dirás a tu chico que venga?

—No lo sé... —respondía—. No sé que es lo correcto aquí. No sé que pasa con nuestros padres y sus ideas enfermas

—Solo quieren que le agarremos amor a su empresa... ¿Por qué es tan difícil aceptar que no es lo que queremos? —TaeHyung suspiraba—. Ni cuando nos llevábamos bien queríamos hacernos cargo de eso.

SeokJin se encogía de hombros—. Supongo que es el anhelo de cualquier padre, no lo sé —luego de un silencio largo, SeokJin preguntaba—. ¿Relación seria con Park Jimin, eh?

TaeHyung reía ladino—. Es bueno follándome —provocaba. Viendo directo a SeokJin y su perfil.

—Creí que tú lo follabas —sonaba tranquilo, algo divertido—. Aunque creo que ambos son dos cositas delicadas —se burlaba.

—Soy versátil —añadía, con tono mordaz.

—No quería saber tanto

—Tú comenzaste

—Solo te pregunté si estabas en una relación con él —acusaba SeokJin—. Luego dijiste que te folla bien y me importa una mierda, no fue lo que pregunté.

— ¡Uy, quien diría que fueras tan mojigato! —SeokJin reía, como si algo chistoso pasará por su cabeza. TaeHyung se encontraba viéndole con atención—. ¿De qué te ríes?

—Nada. Solo-... —volvía a reír—. Jimin es pequeño ¿Siquiera tiene fuerza suficiente para follarte? —se mofaba.

TaeHyung abría su boca y entrecerraba sus ojos—. Uy, habló el semental salvaje.

SeokJin hacía una mueca de suspicacia—. Solo me resulta divertido imaginarlo, es realmente pequeño y delicado

—Pero yo soy extremadamente bueno montando su polla y tomando el control —soltaba de forma ronca.

SeokJin paraba en un semáforo y apretaba sus dientes, TaeHyung reía ladino y se aproximaba a su oreja, nunca se cansaría de provocarlo.

— ¿Te estás imaginando eso? ¿Ya no te parece divertido? —susurraba con esa voz sedosa.

SeokJin sentía el escalofrío que la voz de TaeHyung disparaba por todo su cuerpo. Giraba su cabeza y encontraba al otro hombre aún a centímetros de él.

— ¿No te cansas de provocarme? —preguntaba, nuevamente intercalando su mirada entre los ojos de TaeHyung y su boca.

—Es muy divertido —le respondía—. Si lo imaginaste ¿No? —SeokJin suspiraba y TaeHyung le provocaba más—. Podemos hacer que dejes de imaginarlo, no te quedará prueba alguna de que tan bueno soy montando una polla y veremos si eres el semental salvaje que tanto te proclamaste ser.

El semáforo cambiaba a verde, TaeHyung volvía a su lugar sonriendo satisfecho al notar las pupilas dilatadas en los ojos de SeokJin y este se veía en la obligación de arrancar el auto. Cuando giraba y hacía un par de cuadras más, llegaban a su casa.

—Puedes bajar —añadía suspirando.

—No respondiste —provocaba con una sonrisa divertida, sensual y con algo de malicia.

SeokJin suspiraba, giraba la mitad de su cuerpo y tomaba a TaeHyung de la nuca para atraerlo hacia él y tenerlo a centímetros.

Al azabache se le escapaba un jadeo.

— ¿Te imaginé montando una polla? —Replicaba, con una mirada tentativa—. Quizás. ¿Me considero un semental en la cama? Eso no lo dije yo... Y ¿Me estás ofreciendo sexo porque solo quieres follar? ¿O quieres específicamente follar conmigo?  —SeokJin hablaba con voz ronca, pero su ceño se fruncia y parecía levemente molesto—. ¿Qué quieres de mí? ¿Es solo mi polla? ¿Solo quieres sexo o quieres algo más de mí, TaeHyung? —preguntaba finalmente—. Todo tu pavoneo me está jodiendo la cabeza ¿Qué mierda es lo que quieres de mí? —susurraba, viendolo firmemente a los ojos, una pregunta demasiado directa para TaeHyung que no esperaba del tipo que se le venía escurriendo como agua de las manos.

Se quedaba atónito frente a SeokJin y pasando saliva, debía de ser una respuesta simple, pero toda su cabeza estaba carburando por encontrar la respuesta correcta.

Buenas buenas.... Perdón, me costó terminarlo porque estuve todo el día desde ayer con un dolor de cabeza horrible... Y aún estoy.

Espero hayan disfrutado, tremendo todo

Con amor niñita NanyKoo 💜

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