Epílogo

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Jimin estaba terminando su turno en la cafetería mientras veía al peor es nada de Jungkook. El tal Jun era una cosita increíblemente bonita, alta y estilizada. Piel pálida y ojos grandes, con nariz respingona y labios carnosos. Lo odiaba tanto. Era sólo un año más grande que Jungkook y venían tonteando hacía unos dos meses, pasado los dos meses de su rompimiento con SeokJin.

Todavía no podía creer que Jungkook estuviera en algo sin compromiso, en un tiempo considerablemente rápido. Aún recordaba cuando había aparecido esa tarde luego de la charla con SeokJin dónde las esperanzas de Jimin se habían dado contra el suelo, alzado por el cielo y luego estrellado otra vez.

Cuatro meses atrás.

Jimin se estaba comiendo las uñas mientras degustaba un helado de vainilla. Se sentía patético, se había duchado, pero estaba en pijamas. Él sólo necesitaba saber una cosa y cuando la puerta sonaba, se tensaba frente a esta, sentado en el sofá, congelado.

Cuando Jungkook entraba y lo primero que veía era al rubio en el estado más cómodo que jamás lo había apreciado antes, él sabía que tenía que hacerlo. Jimin notaba que Jungkook tenía los ojos rojos e hinchados, su nariz colorada y su pelo un poco desordenado.

— Kook... —susurraba dejando el helado de lado—. ¿Te fue mal? —preguntaba con cuidado.

Jungkook se veía destrozado y pequeño, todo en él quería envolverlo en sus brazos, aunque esté fuera más grande que él y quería mantenerlo allí hasta hacerlo sentir mejor.

Jungkook sorbía su nariz y desviaba su mirada al cerrar la puerta, luego se apoyaba en esta y se encogia de hombros.

—Me dijo que me ama, finalmente —respondía.

Jimin se sentía decaído—. Oh, eso es... Entonces ¿Todo fue bien?

—Nop —decía el pelinegro—. Me ama, pero ama más a TaeHyung y es con él con quien quiera estar, no conmigo —susurraba.

Su garganta se volvía a cerrar. Jungkook consideraba que estaba bien, en serio. Le dolía como la mierda, pero no sentía que algo estaba inconcluso o que podría haber hecho más. Él estaba sin carga alguna, pero igual se sentía solo, aunque SeokJin le hubiera dicho que no lo estaba y aunque le hubiera mandado un mensaje pidiéndole que le avisará cuando estuviera en lo de Jimin.

Jungkook ahora no quería mandarle nada.

—Lo lamento, Kook —decía el rubio, poniéndose de pie, pero no se acercaba a su amigo—. Supongo que lo de ser tu amante no sigue vigente, eh —soltaba luego.

Hasta el día de hoy, Jimin sabía que había sido un terrible uso de palabras, recordaba a la perfección la mirada dolida de Jungkook tornándose en una agria e indiferente.

—Me voy —soltaba camino a su habitación.

Jimin abría sus ojos—. ¿A dónde? ¿Por qué?

—El apartamento donde SeokJin se estuvo quedando esta semana lo compró para mí —decía tomando la maleta en un rincón de su habitación mientras comenzaba a guardar la ropa—. Me iré, Jimin.

El rubio sentía ansiedad, ansiedad de la fea.

—No es necesario ¿Por qué lo haces? No te pediré más sexo si eso te ofende

—Cierra la boca —pedía Jungkook entre dientes—. Necesito mi espacio y mi tiempo. Quiero estar solo —añadia.

Jimin abría su boca para decir algo, pero la volvía a cerrar, sus ojos húmedos y un nudo en la garganta. Dando una pisada en forma de queja, salía de la habitación de Jungkook sin decir nada más.

Eso había sido todo, ellos habían quedado como "amigos" pero ni siquiera se sentía tan cercano a Jungkook, al menos no ahora.

Jun era compañero de este en la universidad, el chico siempre había tenido una fascinación por el pelinegro, pero obviamente Jungkook había dejado en claro que tenía una relación, hasta que un día no la tuvo, Jun sonrió demasiado perfecto y Jungkook decidió que podría relajarse y quizás aceptar algo simple y sin compromiso para ver dónde se encontraba en este punto de las citas nuevamente.

Y resultó ser que ellos encajaron muy bien, en muchos sentidos. Jungkook había resultado ser quien había aclarado que solo sería casual. La frase "sólo sexo" le molestaba, aunque fuera eso el "sólo casual" se sentía mejor y Jun no se había quejado al respecto. Jimin lo había conocido por accidente una noche, cuando lo había ido a buscar al ILLECEBRA y le había caído simplemente mal, aunque el chico fuera todo sonrisas amables. Aish, Jimin quería golpearlo con sus pequeñas manos.

No le gustaba, no le gustaba ni un poco.

—Oye, Jun —soltaba llamando su atención. El chico estaba hablando con su prima y le sonreía coqueto, pero de inmediato miraba en dirección a Jimin.

—Oh, hyung ¿Si? —aish, amable tan amable.

— ¿Tienes idea por qué Jungkook fue tan irresponsable de cambiar su turno a último momento? —su tono no era amigable en absoluto.

Su prima lo miraba con ceño fruncido y le hacía una mueca, Jimin nunca era desagradable con nadie, pero era inevitable.

—Oh, eh... —el chico reía—. Jungkookie se emborrachó mucho anoche en una fiesta de la universidad y hoy no quiso levantarse —decía con timidez—. Por eso lo cambio, pero él está bien. Sólo necesita este día para recargar.

Jimin apretaba sus dientes—. ¿Recargar, eh? ¿Y lo has visto siquiera? ¿Sigue vivo?

Jun abría sus ojos confundido ante la hostilidad del rubio—. Hablamos anoche, hoy no quise molestarlo

—Que buen novio resultaste, deberías ver si está vivo —decía marcando el número de Jungkook.

Jun suspiraba avergonzado—. No somos novios, hyung —decía sonriendo incómodo—, es algo casual y a Jungkook no le gusta lo asfixien demasiado, así que le doy su espacio. Somos buenos amigos.

Jimin movía su pie porque el chiquillo de Jungkook no respondía—. YooA me voy antes —decía a su prima —, necesito ver si este maldito ebrio se encuentra bien.

Jun alzaba su dedo para hablar, pero Jimin lo fulminaba con la mirada y sacudia su cabeza, el chico se quedaba callado y él se disponía a ir al apartamento en el que Jungkook vivía ahora muy feliz. Ese que SeokJin le había regalado.

Jimin había dicho un mal comentario cuando Jungkook hacía sus valijas meses atrás:

— ¿Entonces te dice que te ama, pero no lo suficiente y te deja un apartamento de premio consuelo?

—Tú no puedes opinar al respecto, nunca entenderías la clase de hombre que SeokJin es —exclamaba Jungkook.

—Bueno, me puedo hacer una idea. Puso a su amor de la infancia por encima de su novio actual. Un tipo que es jodidamente descarado y posiblemente no te llegue ni a los talones porque-....

— ¿Podrías callarte? —pedía Jungkook, controlando su respiración alterada—. Sí, TaeHyung es un desastre descarado y tú podrías identificarte muy bien con él, pero en el corazón no se manda Jimin —exclamaba riendo amargamente—. Dudo que lo entiendas, para ti todo se resume en sexo, pero ese descarado se la jugó por SeokJin y SeokJin lo ama, no puedo hacer nada aunque quisiera —decía Jungkook vulnerable—. Amo a SeokJin y quiero que sea tan feliz como espero serlo yo mismo el día de mañana, quizás encuentre a alguien que también me vea por lo que soy y vea lo que valgo en vez de reducirme a un buen cuerpo o una bonita polla —susurraba viendo directamente a Jimin.

Casi de forma despectiva.

— ¿Esto es porque dije que quiero sexo contigo? —soltaba Jimin.

Jungkook suspiraba—. Vete, por favor. No quiero y no puedo hablar de más nada ahora. Déjame hacer mi maleta y salir de aquí, necesito distancia de ti y de nosotros y de todo. Por favor.

Jimin miraba la espalda del menor y no podía articular ninguna frase para quedarse y discutir como debían. Lo notaba demasiado cabizbajo y se compadecía de él. Se compadecía de ambos y se detestaba demasiado, por lo que salía en silencio de la habitación otra vez.

El pelinegro no podía manejar dos emociones de pura decepción, así que sólo se enfocaba en hacer sus maletas y rememorar sus momentos con SeokJin.

Él había entendido, aunque se hubiera arrastrado más si era posible, pero seguía agradeciendo a SeokJin que hubiera sido honesto con él de inmediato. Por supuesto el único hombre en amarlo sería el único en dejarlo porque amaba demasiado a alguien más. Era tan perfecto que aunque fuera imposible de creer, hacía que la ruptura doliera menos.

Luego de dos meses de gatear con calma, había encontrado gratificante su tiempo con Jun, por lo que había decidido remarcar la diferencia con algo casual. El chico era una brisa de aire fresco y le gustaba pasar él tiempo con él.

Las horas en la universidad se volvían más livianas de la mano de Jun, el mismo que una noche antes de su estado actual, le dijo que no bebiera tanto el vino de cerezas de uno de uno de sus compañeros porque lo golpearía como un camión. Y tenía razón.

Jungkook estaba tendido sobre la cama con sólo un boxer, estaba destapado con la sábana de su cama probablemente arrojada al suelo y luego... Momento, ¿Estaban golpeando la planta de su pie?

— ¿Qué?... Ya —soltaba con su rostro pegado a la almohada, estaba babeando, lo sentía. El golpe continuaba en su pie, moviendo su cuerpo—. ¿Quién carajos?

— Levántate, maldito ebrio —decía la voz de Jimin.

Jungkook tocaba la sien de su cabeza y fruncía el ceño—. ¿Puedes no gritar? —decía.

—No estoy gritando —soltaba Jimin entre dientes—. Mírate, tan irresponsable. ¿Cambiando turnos a último momento por estar ebrio? ¿Qué sucede contigo, Jeon?

Jungkook se daba la vuelta y se sentaba en la cama, abría sus ojos, apenas, y veía que Jimin seguía vestido con el traje de su trabajo, en la cafetería. La camisa negra ceñida a su cintura dentro de sus pantalones negros y su cabello muy prolijo. Se veía jodidamente bien.

— ¿Qué haces aquí? ¿De que me hablas?

—De tu irresponsabilidad y la mala influencia que es tu noviecito, quien por cierto ni se preocupa en venir a verte, bravo... Que buena elección —decía histérico.

Jungkook fregaba sus ojos y lo miraba una vez más, Jimin se sentía molesto, se veía molesto.

— ¿De que influencia hablas? Es la primera vez que cambio el turno a último hora, no faltó ni por una fiebre ¿Qué te pasa y que haces aquí? Oh y Jun no es mi novio —decía Jungkook con un puchero—. Somos buenos amigos que follan en ocasiones —decía encogiéndose de hombros.

Jimin reía sin gracia, cambiaba su peso a la otra pierna y llevaba su cabello hacia atrás.

—Ni siquiera se preocupa lo suficiente , no te vino a ver

—No necesito un niñero, Jimin —decía poniéndose de pie y caminando al refrigerador para una bebida especialmente de agua. El rubio lo seguía con la mirada y sus pies vacilantes acercándose a Jungkook.

— ¿Emborracharte hasta el cansancio es la nueva moda?

Jungkook pasaba una buena cantidad de agua y reía—. Jimin, apenas si bebo. ¿Qué te pasa hoy? ¿Te levantaste con el pie izquierdo y quieres pelear particularmente conmigo? —decía caminando al baño.

Necesitaba una ducha.

Jimin suspiraba—. Vine porque estaba preocupado y quería verte —susurraba lo último.

—Bueno, ya me viste. Puedes irte y cerrar la puerta detras de ti —ordenaba casi cerrando la puerta de su baño, pero Jimin lo detenía—. Jimin... ¿Qué haces? —susurraba cansado.

— ¿Cuánto tiempo y distancia necesitas de mí? Ese Jun no es bueno para ti —decía el rubio con ojos tristes.

Jungkook suspiraba—. Jun es literalmente el mejor tipo que existe. Es dulce y atento y no me rompe las bolas. Me gusta

— ¿Más que yo? —carajo, él no quería decirlo así. O quizás sí.

Jungkook apretaba sus dientes—. Quizás si necesite más tiempo y distancia de ti —decía intentando cerrar la puerta del baño.

— ¡No he tenido sexo con nadie desde la última vez contigo! —decía de repente Jimin.

Jungkook se congelaba, suspirando y maldiciendo, abría apenas la puerta—. ¿Y eso qué? ¿Por qué no lo hiciste?

—Sabes por qué —decía Jimin.

Jungkook reía secamente—. Cierto, había olvidado que era tu amante glorificado. Lo siento, no volveremos a follar tú y yo. Somos amigos —nuevamente cerraba la puerta y esta vez Jimin lo dejaba.

Jungkook esperaba detrás de esta y esperaba, pero nada. Dejaba caer su cabeza y suspiraba, cuando giraba para darse un buen baño la voz de Jimin sonaba baja y tímida.

— ¿Podemos ser más que simplemente amigos?

Jungkook hubiera deseado que su corazón no se hubiera disparado tan de repente—. ¿Qué dijiste? —cuando se volvía y quería abrir la puerta, Jimin sostenía el pomo del otro lado y no lo dejaba hacer tal acción—. Jimin, abre la puerta

—Sólo escúchame ¿Si? —suspirando sonoramente, Jimin se sinceraba con él—. Sé que soy el idiota más grande que has conocido, y he hecho cosas estúpidas y dicho cosas aún más estúpidas, pero... Lo dije todo mal —exclamaba con congoja—. Cuando pedí ser tu amante si te quedabas con Jin no era porque te viera como un amante glorificado y fuera adicto tu polla —decía—. Sólo quería- quiero... —se corregía—. Estar contigo y yo creí que elegirías a Jin por encima de mí entonces, te daba a entender que me conformaba siendo solo tu amante y prefería ser usado por ti que por alguien más.

Jungkook relamía sus labios y cerraba sus ojos, recordaba sus propias palabras con SeokJin meses atrás.

—Luego descarté la idea y soné como un maldito pervertido que sólo disfruta de sus parejas cuando son ajenas y todo se trata de sexo, pero contigo yo me siento, yo... El Jimin estúpido que puede ser tranquilamente aburrido y tú no te aburririas. Ese Jimin que puede ser calmado y no necesitarías al salvaje porque tú siempre me viste a mí y te gustaba todo de mí... Antes —susurraba.

Jungkook aspiraba fuertemente, su frente presionada a la puerta mientras oía a Jimin suspirar tembloroso al otro lado.

—Me dije que si quería ser suficiente para ti habían cosas que cambiar y comencé por dejar la locura de lado. Tú eres tranquilo, eres un chico de pareja estable y me gusta tal cual eres. No sólo tu cuerpo. Me gustas tú, siempre me gustó tu inocencia y tu calidez —continuaba Jimin—. Me enamoré de ti al mismo tiempo que tú lo hiciste de mí, pero eras tan puro y yo tan terrible que, no quería arruinarte... Y decidí que lo mejor sería mi amistad. Pero ahora, mi amistad se transformó en algo más, en algo que se había dormido y luego no lo pude detener y creció y yo... —Jimin suspiraba—. Te amo, sí.... Pero no como amigo, sé que varias veces te he dicho que te amo y no es nada de nuevo, pero si es nuevo el sentimiento con el que es dicho. Te amo y me gustaría que en algún momento me veas como suficiente porque te extraño demasiado y necesito a mi amigo y me encantaría también ese amante fogoso, ese novio dedicado que sé que eres y que podrías llegar a ser. No lo merezco, pero me muero por tenerlo.

Jungkook pasaba el nudo en su garganta y volvía a respirar, sentía que Jimin soltaba la puerta y cuando sentía que sus propias piernas no eran gelatina, aspiraba el aire por su nariz y abría la puerta. Cuando lo hacía, Jimin estaba allí parado con sus ojos húmedos y su rostro rojo. Pocas veces había visto a Jimin tan vulnerable, excepto por el acontecimiento de meses atrás. Esta vulnerabilidad era emocional y toda esa declaración había sido para él.

—Imaginé tantas veces este momento años atrás y no fue para nada a lo que esperaba —decía Jungkook.

Aún tenía su aspecto desprolijo y su cabeza palpitaba, pero este suceso, este momento justo aquí, importaba más que eso.

— ¿Lo hacía mejor en tu imaginación? —preguntaba Jimin con una mueca.

Jungkook reía apenas—. No, de hecho lo hiciste increíble —susurraba sin aliento.

Jimin alzaba sus cejas y su corazón aún seguía ansioso y precipitado.

—Lamento que hayas esperado tanto por mí... —decía—. Puedo esperar lo que sea necesario también —mencionaba Jimin—. Pero no vayas a decirme que no, por favor.

Jungkook lo miraba atónito, relamiendo sus labios llevaba su cabello hacia atrás y suspiraba—. Dios, tengo demasiada resaca para enfrentar este momento ahora

—Mientes —soltaba Jimin cruzandose de brazos.

Jungkook lo miraba y reía—. Dios, por supuesto que ibas a ser jodidamente descarado respecto a tu confesión —Jimin se encogia de hombros.

—Soy descarado veinticuatro siete —suspiraba ante lo admitido—. Lo tomas o lo dejas —decía levantando su mentón, desafiante y cagado en los pantalones porque sabía que no podría manejar su llanto y corazón roto si Jungkook daba una negativa.

El pelinegro no lo podía creer, hasta en su momento más vulnerable Jimin intentaba llevar las riendas. Dios, él todavía amaba a este personaje. Y se acercaba sin pensamientos de segunda, negativos que pudieran llenarlo de miedo e inseguridad. Recordando las palabras de SeokJin meses atrás, la frase "nuestro tiempo es ahora" con respecto a él y TaeHyung, quizás tenía razón, en ese momento no era su tiempo con Jimin porque ciertamente necesitaba tener las ideas claras y él quiso intentar superarlo.

Darlo por menos, algo así como un crush adolescente sin fuerzas suficiente, pero Jimin era más que un crush. Y quizás su tiempo, si era ahora, así que se aproximaba y tomaba el rostro ovalado del más bajo y cuando iba a besarlo Jimin ponía su mano sobre su boca.

— ¡No! —gritaba, Jungkook lo miraba con ojos abiertos de par en par no sabiendo con certeza si lloraría o no—. ¡Lávate la boca, hombre! Acabas de despertar y tienes resaca, tu aliento me está matando —decía Jimin.

Jungkook apretaba sus dientes y fruncía su ceño—. Cuántas pollas habrás chupado antes de besarme con mal aliento —decía con ojos entrecerrados.

No era con malicia, era un tono de voz ligero y Jimin no aguantaba la risa, para luego abalanzarse encima de Jungkook y besarlo con desesperación, con anhelo y deseo. Jungkook había casi forcejeado y había querido evitar sucumbir, pero sus brazos ya tomaban la cintura de Jimin y lo levantaba del suelo en el proceso en que su lengua se rozaba con la ajena para hacer de un beso ansioso uno caliente y húmedo.

—Mmm... —soltaba Jimin en el proceso, sus pies colgaban y sus brazos enroscados en el cuello de un Jungkook semi desnudo.

Le gustaba mucho como este lo tenía aprisionado, dificultandole la respiración. Este era Jungkook, su Jungkook.

Cuando el beso cortaba, los párpados de Jimin se abrían, él sonreía y estaba seguro que tenía esa sonrisa de idiota enamorado.

—Los labios más dulces, Jeon —susurraba.

Jungkook reía—. Mírate, si eres cursi aparte de descarado

—Por supuesto, tienes un personaje peculiar entre tus brazos —presumía, luego enseriaba su rostro y besaba de forma castaba Jungkook—. Te amo

—Me parece genial, era hora —soltaba Jungkook y una patada en su pantorrilla aterrizaba—. ¡Ah,ah! Jimin... —saltaba del dolor, soltando al rubio que caía de pie—. Eso dolió

—Así me dolió y molesto cuando ví a Juuuun contigo —decía cruzado de brazos.

Jungkook sobaba su pantorrilla y reía divertido—. Ya, es un amigo

—Que te conoce desnudo —replicaba.

—Y sigue siendo un amigo y lo seguirá siendo aún cuando le diga que se acabó lo casual porque ahora Jimin recapacitó y me quiere de novio

—Marido... Algún día, quizás... —corregía Jimin, con tono altanero, pero algo inseguro, mirando en todas las direcciones—. Y para siempre, por el momento.

Jungkook sonreía con dulzura—. De acuerdo, como marido, para siempre. Por el momento —replicaba—. Mejor no prometer nada, pero comprometerse con el otro ¿De acuerdo?

Jimin suspiraba y sonreía como enamorado—. De acuerdo, me gusta así

—Funcionas mejor sin estar bajo presión —decía Jungkook sonriente, esto no parecía real, pero mentiría si dijera que no había notado la diferencia en Jimin hacía un buen tiempo, pero no era su deber jugarsela. No esta vez, él merecía que Jimin hicieron algo y si no lo hacía no debía ser.

Pero al final, al parecer, si debía ser.

El programa radial de SeokJin, tenía como de costumbre muchísimos oyentes online y clásicos.

La gente había estado ansiosa por la nueva tanda de chismes debido a los últimos acontecimientos. TaeHyung había publicado un dibujo en sus redes sociales hacía un par de meses atrás y la gente se había vuelto loca. Muchos se sentían identificados y otros simplemente lo habían adorado.

Era la silueta de una pareja parada sobre lo que parecían cenizas mientras un ala de fuego a cada lado  los rodeaba dándole a cada uno la forma de un par de alas que, cuando en realidad prestabas suma atención era un fénix renaciendo. Todo el mundo sabía que se trataba de su matrimonio, SeokJin había contando hacía unos programas atrás que ellos habían sido novios de adolescentes, pero pasaron cosas.

Entonces obviamente quisieron el chisme completo, SeokJin omitió nombres y algunas cosas más para luego darles sus escabrosos detalles. La gente parecía más obsesionados con el par, por lo que por supuesto la pintura de TaeHyung fue un arte en extremo valorado. Sin mencionar que incluso tenía más éxito en su área ahora.

Pero aparte de eso, todos sabían de la celebración Kim × Kim en el viñedo más popular, por lo que por supuesto el encargado de leer las preguntas a SeokJin, su colega MiSu, estaba más que entretenido de ver cómo SeokJin rodaba los ojos, porque era conocido por dar detalles jugosos, pero él sólo podía rodar los ojos cuando la gente era increíblemente atrevida y curiosa, pidiendo por más.

FloreDeLoto96 quiere saber si has hecho BDSM con TaeHyung, él parece ser muy fanático de eso ¿Qué tal tú Jin?

SeokJin resoplaba—. Es masoquista, pero de la forma tradicional, cariño —respondía sonriente y sacudiendo su cabeza.

YooHappy pregunta si ésta celebración random, tiene que ver con que casi llegan al año de matrimonio ¿O qué diablos, Jin? —MiSu tenía talento para expresar las preguntas con el correcto humor requerido. Eso siempre era entretenido para SeokJin.

El castaño suspiraba y sonreía, la celebración se debía a qué finalmente estaban casados. O sea, sí, lo habían estado desde un inicio, pero hacía unos pocos meses habían decidido realmente celebrarlo porque era algo real.

—A decir verdad. Nuestro matrimonio fue un arreglo —respondía con calma—. Ninguno lo quería, pero lo necesitábamos —mencionaba relamiendo sus labios—. Y eso nos llevó a terminar enamorandonos de nuevo. Entre idas y vueltas, tira y afloja y... Sólo pasó.

Efectos de sonido de gente vitoreando sonaban y hacían sonreír a SeokJin.

Era una locura todo lo acontecido en los últimos meses. Todos a su alrededor estaban tan sorprendidos al respecto, excepto por su madre. Parecía ser la única que sabía que esos dos algún día, volverían para no separarse nunca más. Y es que no lo querían. Habían sido los mejores meses para ambos y TaeHyung aún lo sacaba de quicio mejor que nadie, pero lo hacía tan feliz que no podría pensar en nadie más compartiendo su cama, su espacio, y un matrimonio.

Joder, ellos se pertenecían y siempre lo habían hecho, por supuesto que tal acto de valentía al estar juntos de nuevo, merecía una celebración. Una auténtica dónde dirían sus votos en voz alta y harían una fiesta pequeña para los más íntimos.

TaeHyung había insistido entusiasmado y SeokJin no podía decirle que no, si eso era lo que TaeHyung quería, él, muy en el fondo... También. Él quería celebrar su amor, a su esposo y a su matrimonio el cual recién comenzaba y por el cual deseaban muchos meses y años más.

—La gente quiere saber quién va arriba y quién va abajo —decía su colega MinSu con una sonrisa divertida—. Creo que la gente cree que duermen en camas separadas. Especialmente esas de arriba y abajo.

SeokJin comenzaba a reírse ante aquello, el programa pasaba con éxito y luego era hora de volver a casa.

Era increíblemente cálida y reconfortante la sensación de volver a su hogar y saber que TaeHyung estaría allí, cocinando descalzo, probablemente despeinado vistiendo alguna remera grande de SeokJin y sólo vistiendo su bóxer en la parte inferior de su cuerpo.

Lo volvía loco y quería volver cuánto antes, así que cuando lo hacía y lograba llegar a la casa que se convirtió en el hogar de ambos, por supuesto el ambiente tenía un olor exquisito a comida casera y a la distancia en la cocina podía ver a TaeHyung bailando una canción de Jazz que sólo él conocía y con la que SeokJin no podría idetificarse menos.

—Hola, angelito... ¿Por qué la cara de felicidad? —decía TaeHyung al verlo parado, mirándolo fijamente.

SeokJin sonreía y avanzaba a paso lento, TaeHyung sonreía con esa sonrisa infartante rectangular de puros dientes y abría sus brazos. El castaño llegaba, lo tomaba de la cintura y lo levantaba con facilidad, TaeHyung alias el pulpo, se colgaba con piernas en su cintura y brazos enroscados a su cuello y lo besaba.

Sus besos sabían a salsa agridulce que habia estado preparando. Era perfecto para SeokJin.

— ¿Cómo fue tu día? —preguntaba TaeHyung besando su mejilla y luego de nuevo sus labios.

SeokJin tenía sus ojos cerrados—. Aún te extraño cuando ando lejos

—Oh, tan necesitado —se mofaba TaeHyung.

— ¿Que hiciste tú?

—Luego de finalizar una comisión, tomé esta remera que tenías esta mañana. Me la puse, la olí y me masturbe unas cinco veces pensando en ti —decía descaradamente.

SeokJin gemía frustrado—. Que injusto ¿Tienes energía para mí ahora?

TaeHyung reía ladino, se bajaba de SeokJin y lo empujaba a la pared más cercana mientras le daba un beso suave y húmedo, con sus manos abriendo su bragueta y liberando su polla tranquila, que no tardaba en tomar una dureza justa en su mano. TaeHyung mordía el belfo inferior de SeokJin mientras este gemía suavemente y caía de rodillas frente a su esposo.

SeokJin lo miraba con párpados pesados mientras TaeHyung pasaba la lengua por esa vena en particular que parecía siempre que estaba a punto de explotar cuando se excitaba. Y sus ojos se cerraban, luego esos labios rodeaban la punta de su glande y chupaban con calma. SeokJin apretaba sus dientes y sus manos se enredaban en el cabello de TaeHyung.

La lengua del azabache limpiaban los primeros chorros de semen y añadía—. Hasta el fondo, angelito —y comenzaba a chupar la polla de SeokJin con auténtica necesidad.

Su garganta sentía como la carne dura pasaba hasta el fondo y sus ojos se humedecian ante la sensación de ahogo, pero retrocedía succionando con ganas y SeokJin gemía ronco, luego su cabeza iba y venía al ritmo en el que apretaba y chupaba la polla de un SeokJin que sentía que comenzaba a ser drenado de todo el cansancio del día.

Sus caderas descontroladas dónde las manos de TaeHyung descansaban, luego de apretarlo, aflojaban su agarre y era la señal que necesitaba para comenzar a follar la boca de su bonito esposo sin piedad.

Masoquista, lo justo y necesario.

No le tomaría mucho, el sonido de saliva y carne entrando y saliendo de la boca ultrajada de TaeHyung lo hacían sentirse alto y poderoso. Más de la cuenta.

Entre la neblina de placer, notaba como TaeHyung tomaba su propia erección de su boxer negro y comenzaba a masturbarse, gimiendo sobre la polla de SeokJin y bebiendo de esta. Los movimientos precavidos se volvían erráticos y TaeHyung sabía que SeokJin estaba cerca, así que con su mano libre, la posicionaba en las bolas de su candente esposo y masajeaba mientras ordeñaba la polla que segundos más tarde explotaba dentro su cavidad bucal y le asaltaban los sabores de SeokJin empujándolo a tener su propio orgasmo.

—Ah... Tae, cariño —SeokJin sentía sus piernas débiles, pero su cadera se movía hacia adelante presionando su polla contra la garganta que se apretaba alrededor y lo vaciaba y tragaba como podía.

Luego sus manos peinaban el cabello de TaeHyung y salía, pero por supuesto TaeHyung seguía chupando en el proceso en el que se drenaba a si mismo, sobre su mano, por sexta vez en el día.

—Tae...

"¿Mmm?"

—Muy sensible —decía el castaño empujándolo entre risas roncas.

TaeHyung se alejaba y lo soltaba, la polla flácida y drenada dejaba su boca feliz y TaeHyung relamía sus labios mientras miraba a SeokJin desde el suelo con ojos vidriosos y hermosos.

—Eres increíble —decía SeokJin con una sonrisa relajada y párpados pesados. TaeHyung mordía su labio y tomaba sus caderas, daba un beso casto a su polla y subía sus pantalones, luego se acomodaba a si mismo.

—Soy increíble y tuyo, quien lo diría —se ponía de pie y limpiaba la comisura de sus labios y SeokJin lo atraía con su mano en la parte posterior de su nuca y lo besaba.

Lo besaba intenso y dedicado. TaeHyung se derretía, nunca se cansaría de ser besado así. Era tanta la devoción y el amor que SeokJin demostraba en un simple beso que ponía el mundo de TaeHyung de cabeza.

Cuando SeokJin lo soltaba y succionaba el labio inferior, TaeHyung suspiraba un—: Woah... Amo que me beses así.

SeokJin sonreía—. Me encanta hacerlo, te quedas sin cerebro y sólo puedes recibirme y abrirte para mí. Me encanta, pestañas

—Angelito, me abriría para ti en cualquier momento y bajo cualquier tipo de concepto —SeokJin reía con facilidad, a TaeHyung le encantaba—. Te escuché hoy... Por cierto, todas las invitaciones fueron respondidas de forma positiva.

SeokJin asentía—. Genial, haremos esto realidad finalmente

—Frente a testigos, gracias por acceder a este festejo. Sé que ser ruidoso no es exactamente tu estilo —decía TaeHyung enrozcando sus brazos nuevamente en el cuello de SeokJin.

—No, no lo es. Pero me gusta la idea, por eso acepté... Lo que sea por ti.

TaeHyung sonreía satisfecho—. Te amo, angelito

Y yo te amo a ti, pestañas.

ADIÓS ILLECEBRA 😭💜💜💜😭

Gracias de corazón por el apoyo a este fic, gracias por siempre bancarme con paciencia y dejar sus comentarios que adoro leer e intento responder. Espero comprendan que a veces se me pasa o no llego, pero los leo siempre (tengo que actualizar wattpad para poder reaccionar a sus comentarios, aún tengo la versión vieja)

Pero nuevamente, l@s adoro y les agradezco que sigan acá. Esto de actualizar no es tarea fácil cuando la historia es original y saben que trato siempre de no ser repetitiva o muy cliché, quiero que se entretengan en cada fic nuevo que les lanzó y quiero que se sientan diferente en cada mundo al que entran, y fuera del sexo detallado, quiero que lo sentimientos y mensajes que deja cada personaje, se pueda entender fuerte y claro.

Me gusta cuando se identifican con uno u otro, lo disfruto mucho porque sé que logra llegarles. Si hubo error de deditos pido disculpas, soy medio miope (medio si me miran con un ojo)

L@s abrazo fuerte a la distancia y le mando muchos besitos chuuus. Se baja el telón para mí primer JinTae con el Kookmin. Recuerden que pueden volver aquí las veces que deseen y recuerden que seguiré dándoles más historias y personajes a los cuales amar y detestar, más momentos con los que reír y llorar. Los amodoro con el almita.

Con amor niñita Nanykoo 💜

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