Primera Vez

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Octubre 30, 2021.



SungHoon yacía en el regazo de HeeSeung, este de aferró a su cintura intentando encontrar del calor ajeno mientras dejaba pequeños besos en el cuello del menor.

— Deberías estar estudiando — dijo él y SungHoon soltó una risita.

— Eres un descarado, hace cinco minutos rogabas por mi atención.

HeeSeung rodó los ojos a pesar de que lo dicho anteriormente era verdad, pero no deberían juzgarlo, estaba solo con su novio en la cama de su habitación.

Los padres del menor salieron desde un par de horas antes a una clase de cena de trabajo, y como no querían que SungHoon se quedara solo en medio de la noche en un hogar vacío y expuesto, entonces él invitó a su novio. Les prometió estudiar para su examen y no distraerse tanto, pero le parecía imposible si HeeSeung jugueteba con él así que terminó cediendo.

— ¿De qué será tu examen?

— Uhm — sintió cosquillas cuando el mayor habló sobre su cuello y seguía con los suaves besos —. Lenguaje, es una materia que tengo dominada, nada difícil...

— Siempre has sido tan inteligente, Hoon. No sé por qué te exiges tanto.

SungHoon podría ser alguien inteligente, sí. Pero dentro de él, estaba el sueño de ser un universitario, graduarse con honores y ser alguien en la vida, por ende le gustaba presionarse así mismo en busca de ser el mejor.

— Sabes que me gusta hacerlo, no te preocupes por eso — murmuró.

Comenzaba a ponerse nervioso. HeeSeung siempre había sido tan cariñoso con él, lo cuidaba tanto que lograba ponerle los pelos de punta, pero esta vez se sentía distinto. Sabía a dónde se quería dirigir.

Tomó un poco de cabello de Lee y le alzó la cabeza con cuidado provocando que parara lo que estaba haciendo.

— ¿Quieres que me detenga? — cuestionó HeeSeung de inmediato, alejándose un poco.

¿SungHoon quería que se detuviera?

Durante los dos años que llevaban juntos no habían pasado más allá de sesiones de besos y mimos. Ahora que se encontraban tranquilos y sin la preocupación acerca de ser encontrados en aquella calurosa situación, realmente no sabía si quería hacer eso o no.

Porque, aunque él confiaba plenamente en HeeSeung y sabía que no sería capaz de dañarlo de forma alguna, el problema no radicaba en su pareja.

El problema era él.

Casi podía asegurar que sus inseguridades saldrían a la luz, el pudor de ser visto desnudo y expuesto ante otra persona. Era como una bola de nieve que hacía querer parar el tiempo y huir de ahí.

Pero las ganas de dar el primer paso con HeeSeung tampoco desaparecían de su mente... Y su cuerpo, que seguía con escalofríos debido a la sensación que tenía segundos antes.

Observó al mayor, que le miraba curioso, con aquellos ojos bonitos y la la preocupación en su rostro temiendo haber incomodado al menor.

Debatió unos segundos más en su mente, dejando de lado lo que podía pasar y solo concentrándose en su decisión final. Y aunque consideraba exagerada la espera para una simple respuesta, quería estar seguro con lo que se dejaría hacer.

— Ven... — dijo atrayendo al más alto y lo besó dulcemente, un beso efímero —. Sí quiero, pero no ahora. Qué te parece si...

[...]

HeeSeung iba sonriente por la calle con su mochila en la espalda y las manos sobre la agarradera de esta.

El día anterior estuvo charlando un largo rato con SungHoon y llegaron a la conclusión de que podrían llegar a tener relaciones, sin embargo, el mejor quería prepararse un poco mentalmente así que lo dejaron para el día en curso. HeeSeung aceptó, más que encantado. Cuando volvió a casa se aseguró de pasar a la farmacia.

En algún lugar leyó que era imprescindible el uso de condones aún si era chico o chica con quién se fuera a relacionar, no le importaba gastar los pocos billetes que traía en su mochila.

Ahora, se encontraba camino a la casa del menor. Según lo que dijo, sus padres nuevamente fueron requeridos esta vez en la oficina de trabajo, así que tendrían la tarde —y parte de la noche— para ellos solos.

Por su parte, SungHoon estaba en su cama viendo videos de su artista favorito intentando matar el tiempo en la espera de su novio. También, aunque no lo admitía, controlaba sus nervios y emoción.

Escuchó el timbre anunciando la llegada de HeeSeung y bajó las escaleras casi corriendo.

— Hola — dijo él con la voz temblorosa.

— ¡SungHoon! — HeeSeung prácticamente le saltó encima brindándole un abrazo y luego tomándolo de la cintura botando un beso en sus labios.

El menor sonrió en medio del beso y lo llevó a su habitación tomado de la mano. Lee dejó caer su mochila en una lugar aleatorio y se arrimó a la cama del contrario para sentarse.

SungHoon, desviando un poco el tema le mostró el libro que había conseguido en la biblioteca y HeeSeung comenzó a hojearlo, echándole un ojo.

— Hace tiempo leí la biografía de ese escritor, es muy conocido, así que ver un libro así fue casi como encontrar oro — explicaba emocionado.

— Tendrás que prestarmelo algún día.

— Es mejor que tú también lo pidas cuando vaya a devolverlo — sonrió. HeeSeung alzó la ceja y se echó a reír.

— Si tú lo dices, pero está bien, me queda claro que mi novio no está dispuesto a prestarme un tonto libro — fingió tristeza.

— ¡No es un tonto libro! Es un García Márquez, él no estaría muy orgulloso de ti si viera como te expresas de sus obras — dijo SungHoon, siguiéndole el juego.

HeeSeung lo atrajo a su lado y se posicionó de modo que pudo comenzar a dejar besos en las mejillas de SungHoon.

— Lo siento tanto por él — murmuró y Park le respondió con un "Tonto" por lo bajo.

Las manos del mayor acunaron el rostro de SungHoon, acariciando su cabeza y logrando que este se relajara. Después dejó un corto beso en sus labios.

— ¿Estás... Listo?

SungHoon jugó con sus manos y asintió, lenta pero decididamente.

No supo en qué momento su novio comenzó a besar su cuello, ni cuando sus prendas superiores desaparecieron dejándolo en un pantalón negro.

Estaba tan ido en las sensaciones de el ir más allá. Cómo HeeSeung pasaba sus dedos por su piel descubierta y besaba su pecho.

No controlaba los sonidos que salían de su boca ni sus ganas de que sus labios estuvieran permanentemente contra los del mayor, pero definitivamente eso le estaba gustando. Se aferró a los hombros de HeeSeung y luego, como había pasado con él, le quitó la camiseta.

La piel de HeeSeung era morena y suave, eso le parecía atractivo. Pocas veces lo había visto sin ropa pero podría asegurar que ahora era su favorita.

El mayor se dio cuenta de cuan sensible era SungHoon en el cuello. Poco a poco y sin dejar que Park saliera de su trance, se posicionó entre sus piernas que, ahora, se encontraban expuestas. Acarició los muslos del menor y el contrario sintió cosquillas.

A SungHoon no le molestaban los juegos previos, de hecho, le ayudaban a encontrar el momento indicado en que supo que realmente estaba listo.

— Hazlo — dijo en voz baja, sentía que si hablaba un poco más le pasaría algo, todo estaba siendo muy intenso a pesar de ser unos cuantos besos y toques —... Por favor.

HeeSeung miró los ojos de SungHoon y estos denotaban sentirse tan cohibido pero a la vez feliz y ansioso.

— Relajate, ¿bien? Tienes que tener paciencia, quiero que te guste.

El menor asintió y observó a HeeSeung levantarse de la cama, tomó su mochila y saco algo de ahí.

Lee se acerca de nuevo con una pequeña botella llena de un líquido frío y un paquete de condones. Vuelve a ponerse entre las piernas de SungHoon y este se cubre el rostro con su larga mano, entre un sonrojo y la vergüenza.

Los besos que el mayor dejó en su abdomen volvieron a dejarlo en un trance, sus ojos se apretaban mientras sentía a flor de piel las manos ajenas en sus piernas.

De nuevo, no supo en qué momento, pero HeeSeung comenzó a prepararlo mientras le susurraba cosas lindas intentando relajarlo. Le generaba curiosidad cómo el contrario aprendió a hacer tales cosas pero recordó que, tiempo atrás le contó su primer noviazgo con un chico de la escuela.

— Hee... Ya hazlo, por favor, ya, solo... Uhm...

— Bien, bien. Lo haré con cuidado.

SungHoon se aferró a los brazos de HeeSeung en un intento de liberar la sensación extraña de los dedos del contrario en su interior. No era doloroso, pero definitivamente no era su sensación favorita. HeeSeung mismo le dijo que sería solo un momento, así que aguantó mientras mordía su labio y desviaba su atención a la ventana. Ya era de noche.

Segundos después, sintió la intromisión de Lee y todo lo que estuvo pasando por su mente hasta aquel momento se vio interrumpido y quedó en blanco.

¿Dolía? Por supuesto. Pero HeeSeung se encargó de dejarle en claro que podría parar en cuanto se lo pidiera, dejó que con sus brazos rodearan su cuello y gimiera, intentando controlar el dolor.

SungHoon no quería que se detuviera, sin embargo sí le pidió un momento y HeeSeung asintió, acariciando su anatomía.

Una vez le dio paso de nuevo, el mayor comenzó a moverse cuidadosamente y sintiendo la respiración pesada del contrario contra su pecho. Besó su frente varias veces y, finalmente, se fundieron uno con el otro.

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