SEVEN

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RAQUELLE 

.   .   .   .   .

Una de las cosas que odio es levantarme temprano gracias a una llamada. Y aún más cuando decido faltar a la escuela.

—Los odio.—Digo mirando al pálido y al moreno.—En serio, los detesto a ambos.

—Lo sabemos, pero no faltarás a clases y menos de literatura.—Me dice Stiles caminando a mi lado. 

—Además de que ya llevas varias faltas y ambos prometimos tener mejor rendimiento escolar.—Me recuerda Scott, ruedo mis ojos tratando de ocultar las inmensas ganas que tengo de cerrarle la boca a mi yo del pasado en ese momento.

—Y eso incluye no faltar a la escuela.

Verán, en resumen. Allison y yo habíamos decidido pasar un día lejos de la escuela, actualizarnos, disfrutar un día pero ella se durmió y yo, aburrida, decidí llamar a Stiles. 

Fue la peor decisión que tomé hasta ahora. A los cinco minutos lo tenía en la puerta del edificio en el que vivimos, tocando el claxon. 

Resoplo por lo bajo mientras que los tres entramos a la clase de literatura con la profesora Blake. 

Miro el asiento disponible que está al lado de Lydia y sin dudarlo, me siento en él.

—Hey, ten, quejumbrosa.—Stiles me mira mientras apoya los libros de esta materia y yo en respuesta le sonrio.

—Me lo debías por no dejarme ponerme algo decente.—Me bufa mientras rueda los ojos.—Lo digo enserio. Interrumpiste mi día libre.

Stiles niega con la cabeza y mira al frente, Scott nos mira a ambos con una sonrisa dándose la vuelta ya que la profesora Blake entra dando paso a la clase aburrida que nos toca.

—Modismos analogías, metáforas y símiles, todas herramientas que usa el escritor para contar su historia.—Jennifer Blake viene hacia donde estoy yo por lo que guardo mi celular debajo del banco. 

Ella camina mientras sigue hablando pero frena al lado de la rubio fresa.—Lydia, no sabía que tenías tantos talentos ocultos.—Al decir eso mi ceja se alza. 

¿Que le importa los talentos de sus alumnos?, solo se tiene que concentrar en su trabajo y su vida.

—Ni tú ni ningún chico con los que he salido.—Responde Lydia tapando el árbol que dibujó.

Blake tartamudea un poco por la sorpresa hasta que carraspea.—Bueno, eso fue un modismo, por cierto.—Lydia la deja de mirar para volver a su dibujo.—Los modismos son algo secreto para la gente que conoce el lenguaje o la cultura.

Su caminata se vuelve a frenar frente a mis amigos, ella mira a Stiles por unos segundos más antes de hablar.—Son frases que solo tienen sentido si conoces las palabras clave. Decir "salir en falso" solo tiene sentido si sabes su significado en una carrera, o una frase como "ver todo el tablero".

—Como el ajedrez.—Murmura Stiles haciendo que la atención de la profesora se moviera a él.

—Eso es correcto, Stiles. ¿Tú juegas?—Pregunta con curiosidad.

—No. Mi padre juega.—Responde mi amigo a lo que ella sonrie en grande.

—Ahora, ¿cuando un modismo se convierte en cliché?.—Al ver como ella se aleja vuelvo a sacar mi celular y abro la nueva app del juego que me descargué ayer, "Cut The Rope". 

Llega un momento en el que me siento observada por lo que levanto la vista, encontrándome con  la mirada de mis amigos.

—¿Ahora qué?—Pregunto dejando salir un suspiro.

[...]

Saliendo de clase, inspiro aire y tomo mi celular. 

Oficina del entrenador, ahora.

Presiono enviar y ya no hay vuelta atrás. Volteo a verlo y levanto mi dedo medio.—Los odio.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar el lugar al que establecí. Al pasar por los vestidores, abro la puerta y me adentro.

La puerta se abre apenas entro mostrando a Aiden.

Él me mira con una sonrisa, tomo aire y antes de que Aiden pudiera hablar, caminé hacia él y tomé sus mejillas. Mis labios se estamparon con los de él.

No se como describir lo que siento. Sus labios son suaves, a lo contrario de lo que alguna vez pensé secretamente. 

Sus manos pasan a mis caderas y mis brazos se envuelven alrededor de su cuello.

Mis labios se mueven una vez que él acepta el beso, es raro porque Aiden tardó en aceptar. 

Lleva queriendo esto por mucho tiempo y ahora que lo tiene duda.

Se que suena demasiado cliché, pero nuestros labios congenian de una manera que jamás sentí con nadie. Besa de una manera que estoy segura que es hecha por los mismos dioses.

Nuestros rostros se separan un poco para poder respirar.

—Creo que acabo de besar al mismísimo Eros.

La risa de Aiden hace que mi pecho vibre ya que seguimos juntos. 

—¿Eso es bueno o...-?

—Solo bésame de nuevo.—Le digo en un susurro. Aiden hace lo que le ordeno. 

Nuestros labio vuelven a unirse y otra vez lo siento. Siento ese algo en el estómago, mi corazón palpita fuerte, mi cabeza deja de pensar y por primera vez, esta está en blanco. 

Mi cuerpo hace a Aiden moverse hacia atrás, apoyándolo en la mesa.

De repente Aiden se separa para mirarme.

—¿Por qué me estás mirando así?—Pregunto en un susurro con la voz agitada, su frente se pega a la mía.—¿Qué?

—No quiero que hagamos esto por despecho. 

—¿Despecho?—Pregunto separándome de él.

—Si, ya sabes por lo de...

—¿Por lo de quien?—Pregunto acomodándome el cabello.—¿Por lo de Boyd?

—Lo viste bien, fue Kali.—Me dice tomando mi cintura para que me vuelva a acercar a él.—No tuve otra opción.

—Lo se, pero tu eres un alfa y-

—Y también recuerda que soy un alfa en una manadas de alfas.—Me dice mirándome a los ojos. 

Tragando en seco me acerco a él. No tendría que estar haciéndolo. No quiero hacerlo, o bueno...Sí quiero. 

Cuando nuestros rostros están a centímetros de tocarse y volver a besarnos, el ruido de la venta siendo rayada nos hace separarnos. 

La ventana que está en la puerta de la oficina del entrenador tiene una marca, más que una marca, un dibujo, un símbolo. 

—Venganza.

—Derek.

Aiden se levanta rápido y abre la puerta, saliendo. Ni yo lo ví venir.

Pestañeo un par de veces antes de seguir a Aiden y ver como es lanzado a un locker de los vestidores. Cora, la hermana de Derek, es la causante de esto. Ella empieza a arañarlo con fuerza y Aiden la toma de los hombros arrojándola con fuerza hacia los lavamanos.

Él, cegado por la furia, con sus ojos rojos y su rostro lobuno, toma unas pesas y se acerca a Cora. 

—¡Aiden!—Digo mirándolo, Aiden parece no escucharme por lo que camino rápidamente hasta donde está la Hale y me posiciono frente a ella, tapándole a Aiden la vista de ella. —Aiden, detente.

Mi susurro parece haber surtido efecto ya que sus ojos se vuelven a su lugar y su mano baja la pesa. Sus ojos pasan atrás mío antes de que sintiera como un golpe me tumba al otro lado. 

Cora, se había levantado y me había empujado para sacarme del camino. Ella quería pelear contra Aiden. 

Aiden al ver eso, levanta la pesa de nuevo y con esta le pega en la cabeza a Cora.

—¡NO!—El grito de Lydia llama mi atención, ella entra por la puerta y luego le siguen Scott, Ethan y Stiles. El último viene corriendo hacia mi.

—¿Te lastimó?, ¡La lastimaste!

Yo niego.—No, fue Cora...Ella me tiró peor estoy bien.

Con ayuda de Stiles me paro y miro como Scott suelta a Aiden y se aleja unos pasos.

—Aiden, ¡no puedes hacer esto!—Le dice su gemelo al que golpeó a Cora.

—¡Ella me atacó y atacó a Ra-!

—¡No importa!—Le corta Ethan al ver como iba a seguir hablando. Los ojos de Aiden siguieron en la chica Hale, incluso cuando yo me acerqué a Scott. —Kali le dio a Derek hasta la próxima luna llena, No puedes tocarlo a él ni a ella.

Al terminar de decir eso, él poso sus ojos en los mios. Estos parecían denotar preocupación y lamento. Yo le sonrio y asiento lentamente. Aiden traga duro y su hermano le toma del brazo al ver que no se movería.

Ellos salieron y yo me acerco a Stiles.

—Oigan, creo que está malherida.—Dice Stiles con preocupación, a lo que frunzo el ceño.

—¿Estás bien?—Me pregunta Lydia, generando que mis amigos me miren.

—Si, lo estaré.—Aseguró mirándola, ella asiente poco conforme pero tampoco habla.

Esperamos unos segundos hasta que Cora cobra conciencia y se puede levantar por sí sola.

Ella se acerca a los lavabos en donde hay espejos, y allí ella se ve el golpe. 

Yo me acerco a un casillero de los chicos y busco el de Isaac, una vez que lo encuentro, abro su bolso. Meto mi mano rebuscando alguna venda y me sorprende al sacar una condones, la caja está abierta y le falta uno. 

—Iugh.—Murmuro cuando una idea de lo que hizo se cruza por mi mente. Sacudo rebuscando y ahora si, luego de traumarme, encuentro una venda. 

Camino de vuelta hasta donde está la Hale. Me acerco a ella y pongo la venda enfrente suyo haciendo que ella se volteara a verme. 

—De nada.—Le digo, ella desenrolla la venda y corta un pedazo con su garra de lobo. Lo que sobra de la venda lo apoya en la esquina del lavabo. 

—Lo siento.—Dice por lo bajo mirandome en el reflejo del espejo.

—¿Por qué lo sientes?—Me hago la desentendida, ella rueda los ojos mientras se coloca la venda mojada sobre la parte herida de su cabeza.

—Por haberte empujado.

—¿Y nada más?—Pregunto a lo ella apreta mandíbula.

—Y por haber interrumpido su cena.

—¿Cena?—Pregunta Scott viendome.

—Si, se estaban comiendo mutuamente. En cualquier momento habría un buffet entre ellos.—Dice con un tono de voz divertido pero su rostro refleja seriedad, noto como un ligero calor aparece en mis mejillas. 

Mierda, me sonrojé.

—¡Raquelle!—Dice Stiles en modo de sorpresa, Lydia me sonrie y Scott me mira con los ojos un poco más abiertos de lo normal.—Dijimos que lo distraigas, que lo mantengas ocupado.

—Técnicamente lo distraje y lo mantuve ocupado.—Digo mientras me encojo de hombros, el ojo de Stiles empieza a titilar. 

—Auch.—Se queja Cora por lo bajo llamando nuestra atención.

—Ella parece no estar bien.—Dice Lydia viéndola.

—Me curaré.—Cora habla ya volviendo a su actitud normal con nosotros.

Ella se separa del lavabo en el cual se sostenía y al hacerlo parece marearse ya que se va para atrás, Stiles es el que se mueve primero para sostenerla pero Cora, como toda Hale, se separa bruscamente.

—Dije que estoy bien.

—¿Te das cuenta de lo loco y suicid que fue eso?—Habla Stiles mirándola fijamente. Otra vez eso, Stiles mirando a Cora, de esa manera.—¿En que pensabas al atacarlo?

—Lo hice por Boyd.—Salta Cora, es como si mi amigo hubiera encendido un interruptor de enojo en ella.—Ninguno de ustedes hace nada.

Scott la miró con pena.—Lo intentamos.

—Y están fracasando. Solo son unos estúpidos adolescentes yendo de un lado a otro, pensando que pueden evitar más muertes. —Mis manos se hicieron puños y mi mandíbula se apreto.—Pero siempre llegan tarde. Lo único que hacen es hallar los cuerpos.—Al decir eso fue la gota que revalso el vaso. Mi paciencia se colmó.

Ella se dio la vuelta para querer irse pero yo tomo su brazo con fuerza.

—Disculpa, pedazo de anciana. Me había olvidado que la justicia se hacía con violencia. Que con querer asesinar a uno de ellos se iba a solucionar un vacío, una tristeza que sientes dentro de tí. Pues no, no es así, solo creas más problemas. Por que solo te desharás de uno de ellos, UNO de ellos, y el resto matará a la poca familia que te queda.—Mis dedos se cierran con más fuerza en su brazo. Sus labios se aprietan.—Así que si, podremos ser unos adolescentes, pero nosotros estamos buscando la manera de que desaparezcan y poder vengar la muerte de uno de nosotros. —Me acerco más a ella.—Y no, no somos estúpidos. La estupidez se encuentra en la persona que no entiende lo que es una verdadera palabra. La estupidez está en la persona que hace cosas torpes. Tú eres la estupida, tu torpeza nos mete a todos en problemas.

Tomo un respiro por que si sigo así no podré controlarme y diré muchas cosas hirientes.— Se que Boyd fue importante pero es tiempo de que entiendas que la estupidez en este momento, no sirve de nada. Así que mueve tu estúpido trasero lobuno al loft de Derek y duerme una siesta reparadora, que tienes peores bolsas que yo. —Le digo, Cora me mira y luego se safa con fuerza de mi agarre.—Y, cora, duchate. Te dolerá menos.—Digo antes de que salga por completo del lugar.

Cierro los ojos y suspiro.

—Wow, eso fue...Un poco duro.—Dice Scott

—Bien creo que iré a fijarme cómo está ella. Y le pediré disculpas de tu parte.—Dice Stiles viendome.

—No, no lo harás.—Le digo cuando él empieza a caminar.

—Adiós.—Stiles sale por la puerta

—¡Stiles, no lo harás!—Hablo fuerte tratando de escuchar respuesta.

—Lo hará, ¿cierto?—Lydia habla, mirándonos.

—Si.—Responde Scott

—Sin duda.—Le sigo yo.

[...]

La siguiente clase fue realmente aburrida, no estaba ni con Stiles ni con Scott ni con Lydia. Así que cuando el timbre sonó no tardé ni cinco segundos en salir de allí. 

Gracias a eso es en donde estoy parada, frente a la puerta del cuarto del Tio Chris viendo a Allison y Isaac verdaderamente juntos. Estoy aquí desde hace un tiempo por lo que escuché casi toda la conversación.

—¿En serio crees que Christopher Argent, cazador de criaturas sobrenaturales desde hace décadas, es el Darach?—Pregunto haciéndoles sobresaltarse.

—Yo, eh-

—Ally, es tu padre y mi tío.—Hablo desde el umbral de la puerta, ellos dos se separaron. Puede solo puede ser que haya interrumpido el momento por una razón en particular, o puede que no. No lo se. 

Allison se aclara la garganta mientras saca su teléfono y se acerca a mi.—Mira.

El señor Westover desapareció.

—¿Y esto demuestra...?

Allison suspira mientras se mueve haciéndome una señal de que la siga. Entro y miro los papeles que hay en el escritorio de mi tio.

—Ve esto.—Ella toma una luz negra de la mano de Isaac y luego la coloca sobre uno de los papeles del tío.—Son cinco sacrificios.

Al ver a lo que se refería decido mantenerme callada, no quiero decirle que visité al viejo. 

—¿Y esto significa...?

—Tiene que ser él, tiene todos los datos, personas, lugares, momentos. —Ella me mira y en sus ojos noto un destello de ansiedad y mucho estrés.

—Allison, mirame.

La pelinegra deja de hablar rápidamente y me mira, yo tomo su rostro con mis manos y uno nuestras frentes.

—Escucha, esto nos está sobrepasando a todos. Y no por eso tú debes llevarte todo el estrés. —Ella traga asintiendo.—Debemos mantenernos unidas, nosotras y los chicos. Incluyendo a bufandas.

Allison ríe provocando que una sonrisa aparezca en mi rostro y muy probable en la del rubio también.

—Christopher puede o no ser, hay más posibilidades de que no.—Ella iba a hablar pero la corto.—Y se que hay muchísimas razones por la que él lo sea. Pero pensemos con nuestra intuición, Ally. 

Allison cierra sus ojos respirando hondo.—Lo se, pero no- no me siento segura. Mis dudas aumentan todo el tiempo, ya estoy apunto de perder los estribos.

—También, pero recuerda que somos Argent's y nosotras tenemos el mando. Pensemos, ambas, ayudémonos. Nuestra intuición es mayor, solo hay que silenciar a la mente,—Toco su frente con suavidad— y al corazón.—Pongo mi dedo en donde se encuentra este.

Ella asiente.—¿Como lo haremos?—Pregunta con seguridad.

—Primero respiremos, luego veremos cómo seguimos.—Las dos sonreímos y respiramos.

Nos separamos y nos acercamos a la mesa.—Hay dudas que solo tienen solución si preguntamos, pero al no poder solo se soluciona sacandolas. 

—¿Eso qué quiere decir?—Pregunta Isaac al lado de Allison

—Ella se refiere a que iremos a corroborar si es o no es mi padre.—Allison toma una especie de mapa.—Tiene que haber otro punto en la corriente telúrica.

—O sea a un próximo lugar de sacrificio.

Con la luz negra vuelve a repetir la acción anterior pero esta vez sobre este mapa.

—Ahí. Esa marca es nueva.—Dice Isaac a lo que yo lo miro.

—Entonces está ahí.—Dice mi prima mientras saca una fotografía con su celular.

Allison, Isaac y yo salimos de allí. Los tres nos encaminamos hacia la puerta pero Allison se da vuelta antes de que Isaac la abra.

—Necesito que te quedes.—Me dice Allison a lo que yo abro la boca para hablar pero me callo cuando veo la desesperación en su rostro.—Por favor.

—Está bien.—Digo con un suspiro, mis brazos las envuelven.—Por favor, salgan con vida y avisenme si necesitan algo. Tan solo marca mi numero. Luego iré al recital en la escuela.—Allison asiente apoyada desde mi hombro, luego se separa de mí.—Ten.—Saco mi daga de mi botas y se la doy.

—Pero es tu-

—Lo se. Generalmente me da buen suerte.—Le sonrio. Ella me mira y me abraza. Nos separamos y toma mi daga.—Más te vale que vuelvas con mi daga o me pagarás unas botas nuevas.

[...]

Mis manos repiquetean en el volante, y mi labio está siendo mordido por mis dientes. Mis nervios están más que presentes y ni hablar de mi ansiedad. Sonará muy mal pero me siento Stiles en este momento. 

Me dirijo hacia la escuela, doblo la esquina y veo a una persona caminando en la acera a unos metros delante mío. 

—Aiden.—Susurro.

Mi mente se está debatiendo entre si soy muy buena o soy una persona razonable que piensa en las cosas que pasaron. 

—Dios, soy demasiado buena para este mundo.

El auto acelera hasta estar al lado de la figura de Aiden, bajo el vidrio de la puerta y me giro a verlo.

—¿Necesitas un aventón?—Pregunto a lo que él me mira con una sonrisa y sorpresa en su rostro.

—Me vendría bien uno, Dagas.—Dice provocando que mis ojos rueden.

—Sube.—Destrabo la puerta dejando que abra la puerta y se suba. Al hacerlo no tardo en arrancar.

El silencio entre nosotros se hizo incómodo provocando que mi ansiedad aumente. Mis manos no dejaban de moverse y ni siquiera contando hasta diez en mi mente puedo parar.

Ahora me es cuando me replanteo sobre mi decisión.

—¿Puedes parar?—Pregunta de repente Aiden.

—¿Qué?, no- digo estoy en medio de la autopista y-

—No hablo de eso, Raquelle.—Me mira divertido ante mi desentendimiento.

—¿Entonces...?

—Deja de sobrepensar. Tus nervios me ponen los pelos de punta y más el olor apestoso a ansiedad.—Se queja.

—Lo siento, es que no lo puedo controlar. No se que pasará ni que vendrá en el futuro. No puedo dejar de ver todo y nada al mismo tiempo. De mirar a las personas más de dos veces, de olvidarme las cosas.—Mi habla es callado cuando siento como su mano se entrelaza con la mía.

Volteo a verlo.—¿Que-?

—Deja de pensar, solo concentrate en el ahora. Iremos al recital y nos separaremos, luego no lo se, tal vez...Más adelante tendremos alguna cita. —Dice con tranquilidad. Una risa sale de mi.—Por ahora, solo...Tengamos esto.

Asiento mientras tomo aire y sigo conduciendo. Su mano sostiene la mía todo el camino hasta que llegamos.

Nos separamos y yo entro, al hacerlo me encuentro con Scott y Lydia.

—Hola.—Saludo llegando al lado de ellos. Scott al verme frunce el ceño y empieza a oler el aire.—Deja de olerme, asqueroso.—Le doy un golpe en el brazo.

Lydia ríe.—Que habrás hecho.

El recital comienza haciendo que todos se concentren en la música.

Lydia mira su celular un momento y luego se gira a vernos, Scott está demasiado concentrado en el recital para verla. Yo le levanto la ceja y ella me responde en silencio "Stiles". Mi ceño se frunce pero aún sí asiento.

A los minutos el recital empieza a ponerse aburrido por lo que miro a la gente de mi al rededor, a mi lado veo a Stiles.

—Oh, hola Stiles.—Lo saludo a lo que él me lo devuelve.—¿Stiles?—Pregunto cuando me doy cuenta de quién es. Miro atrás y no hay nadie.

—¿Si?

—¿Y Lydia?—Pregunto, él me mira confundido.—Dijo que le mandaste un texto.—Su ceño se frunce aún más.

—¿Que?, no, me olvidé el celular en casa.—Ambos nos miramos y luego vemos a Scott.

—Scott, ¿has visto a Lydia?—Pregunta Stiles, él niega.

—Mierda.

Los tres empezamos a correr hacia afuera. 

—¡¿LYDIA?!

—¡LYDIA!

Los tres empezamos a llamarla pero no la vemos ni oímos por ninguna parte.

—Scott, dale tu celular a Stiles. Que él la llame. Tú usa lo lobuno, ya sabes oído, vista, todo y yo le mandaré mensajes, ¿okey?

—No me contesta las llamadas.

—No puedo ver ni oír nada y su olor es inexistente.

—No contesta ni mis mensajes.

Scott se tapa los oídos y cae de rodillos.—Lydia.

La música del recital se comienza a eoir más fuerte y sonora, su ritmo se está poniendo un poco...Turbio, por así decirlo.

Los tres entramos de nuevo buscando a Lydia por lo que Scott oyó. Corrimos hasta un salón con sillas apartadas.

Scott abre a puerta y vemos al Sheriff de rodillas con una navaja clavada en su hombro y luego a la profesora Blake.

—¿Profesora Blake?—Pregunto indignada mientras entro.—Perra inhumana.

Scott se acerca a ella ya sabiendo que está distraída. El Darach, o la Darach como sea, toma a Scott y empiezan a pelear.

Yo me acerco a Lydia y con mi daga le rompo las cintas que tiene en su muñeca.

—Raquelle, cu-

Lydia trata de advertirme pero es muy tarde ya que siento como soy tirada con fuerza hacia las sillas.—Perra.

Me levanto con cuidado y logro ver como el Sheriff es besado por el rostro verdadero de Blake. Es monstruoso y tiene dos franjas de pisadas en el rostro. Sus ojos siguen siendo iguales pero su boca está abierta mostrando sus dientes y su piel está blanca.

Me paro y con mi última fuerza tiro mi daga contra el Darach pero ya es muy tarde. Tiene al Sheriff con ella.

Lo ultimo que logro ver es como mi daga se clava en la pizarra y a Scott corriendo hacia mi para sostenerme antes de que caiga.

—Te tengo.—Me dice Scott y yo cierro mis ojos.

Mierda, esto se fue de control.

[NOTA DE AUTOR]

SI, al fin he salido de un bloqueo. Por dios, he durado semanas en este bloqueo y jamás me sentí tan mal por no poder escribir. 

Ni siquiera pude hacer edits por que no me gustaba como quedaban. En fin...HE VUELTO y con una portada hermosa que fue hecha por LadyRevival, enserio muchisisimas gracias.

Y pues, estén atentis que es probable que actualice a mi Leia y Gaara, que las tengo bien olvidadas a mis bebés. Pobres.

Bueno, de este capítulo mi parte favorita fue escribir el beso. POR FIN, se han besado y Raquelle se está ablandando con él. 

Bueno, ahora si, les deseo un muy feliz dia, noche, mañana, tarde o el horario en el que se encuentren.

Recuerden de hidratarse, abrigarse, - si hace frío en donde vives-, y algo que es MUY crucial es su salud mental. 

Tomarse respiros de vez en cuando no hace mal, descansen, coman. Y pues eso, ustedes son perfectxs por como son, si alguien les dice lo contrario pues que se tomen el palo. Ustedes lo valen. 

Y ya está por aquí, recuerden que les ama, Luu.



pd; es probable que sea editados algunos errores ortograficos por la mañana, por que aquí son las 4: 36 am, y en menos de cinco horas tengo que ir a la uni :)





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