|Encuentro Desconocido|

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Empecé a caminar, la próxima esquina era realmente oscura, pero bueno, uno no puede vivir con temor por la calle, y quizás había puesto mi teléfono en mis bóxer para precaución. Adentrándome a aquellas cuadras que al darme cuenta, eran dos, por supuesto aún pasaba gente, aunque no tanta, no quise acelerar mi velocidad para no llamar la atención, ni parecer asustado al respecto.

Iba con cierta celeridad, pero sentía pasos detrás de mi, había volteado una vez y nada, así que continúe caminando de nuevo.

«Hay alguien, Querido Dios, no me dejes cagarme en mis pantalones»

Me detuve una vez más, como el buen paranoico que soy, giraba nuevamente y nadie, literalmente nadie detrás de mí. Momento de dejar las películas de terror y suspenso.

Podría jurar que había otras personas cruzando esas cuadras, pero miré y la calle se veía vacia, a lo lejos contemplaba las cuadras iluminadas que había dejado atrás, mi corazón comenzaba a acelerarse sin sentido, pero aún seguía inmóvil mirando a la nada.

«Ok, quizás si hubiera sido buena idea dejar que Hyungsik me acompañe, si algo sucede lo hubiera usado de escudo. Mi ego es mi enemigo»

Tomando jodida conciencia de que aún seguía inmóvil, escuchaba un ruido que venía del callejón que había pasado siendo un llamado de alerta.

—Mierda —murmuré, estaba asustado, carajo. Decidido había girado precipitadamente para correr si era necesario y—. ¡Joder! —musité por haber chocado con alguien.

«Mierda, mierda, mierda»

—No deberías andar sólo por estas calles —un hombre de mi estatura con un rostro difícil de contemplar ante tal oscuridad y los nervios que me poseían y nublaban la vista. Él tipo en cuestión me sostenía por mis brazos porque al chocarlo estuve a punto de caer. Era un maldito roble ?o qué mierda?—. ¿Estás bien? —su voz era grave. Sonaba amable, pero aún así estaba congelado y no podía contemplarlo como debía, subiendo una de sus manos a mi hombro me sacudía suavemente—. Repito ¿Estás bien?

Había acercado apenas su rostro al mío y pude apreciarlo mejor. Mis ojos se habían encontrado con los suyos y no me esperaba una cara tan bonita, era subreal muy "Hermoso" para ser hombre. Y eso lo había pensado pocas veces, excepto por mí.

A ningún hombre jamás lo había visto hermoso, pero éste lo era, había quedado embobado como Hyungsik con Hye-jin.

Era de mi estatura, cabello oscuro un poco enmarañado, piel canela—al parecer—labios semi carnosos y un rostro simétrico.

Sus ojos—sus ojos—no podía distinguir claramente su color ¿Oscuros, claros? la poca luz de la calle no me dejaba contemplarlo como debía, pero eran grandes y sus cejas bien definidas.

—Sí. Sí, estoy-... Um-... —Seokjin y sus balbuceos, capítulo cincuenta y siete..

—Asustado ¿Te sucedió algo? —contemplé como miraba por detrás de mí, buscando algo o alguien. Eso ponía mi piel de gallina.

—No, nada de eso. Yo sólo-... —me di cuenta que seguía sosteniendome, así que me liberaba lentamente de su agarre y él me lo permitía. Momento incómodo—. Sólo me asusté del... Silencio y la calle es más oscura de lo que me imaginaba —tragué saliva intentando sostenerle la mirada, carraspeando mi garganta para que mi voz igualar un poco la suya, pero era jodidamente grave. Me sentía un gran idiota mirando a todos lados menos al extraño frente a mi.

Era muy hermoso, muy guapo, me costaba sostener su mirada. No era algo común en mí.

—Sí, un joven como tú no debería andar por estás calles solo —decía con una mirada ceñuda debajo de la poca luz de la calle.

— ¿Un joven cómo yo? ¿Qué tienes, setenta años? Y no soy una especie de damisela en peligro —extraño peculiar, tenía su misma estatura ¿Qué carajos les pasa a todos que siempre me ven tan débil? Un rostro bonito no es sinónimo de tipo frágil.

—No eres una persona en peligro, porque tuviste suerte de no cruzarte con ninguno. Estás calles no tienen buena fama —soltaba, observándome cruzado de brazos.

«¿No tenía nada mejor que hacer que intentar lucir intimidante? A este paso, ya roba mi maldita billetera»

—¡Exacto! no hay peligro. Excepto tú —exclamé mirándolo de arriba a abajo. No quería ponerme en guardia o me vería más estúpido.

—¿Yo? —sus tupidas cejas se levantaron detonando sorpresa en su perfecto rostro.

—Oye, si vas a robarme o algo, sólo hazlo. Te doy mi bolso. Mi billetera está ahí, mi laptop, mi camara, llev-... —«Claramente no podía guardar todo en mis bolas»

—Hey, hey detente. ¿Acaso me veo como alguien que va a robarte?

—¿Secuestrarme? mis padres son pobres, no te pagarán nada por mí, creo —sonaba como un lunático peculiar, sin mencionar que había dicho todo eso de forma tan graciosamente natural.

Cuando sentía miedo no se me notaba, era como un talento maldición, mientras exclamaba palabras de tipo supuestamente rudo. Quien nos hubiera observado sólo vería a dos tipos teniendo una charla muy normal, ya que tenía mi tono de "no te tengo miedo, hombre".

Me observaba divertido mientras sonreía, era una sonrisa torcida que se le veía encantadora. Me estoy debatiendo entre cagarme en los pantalones o dejar mi polla le sonría.

«Bien, extraño, secuestrame. Sólo no me mates, pero bueno, llévame contigo. Si debo sacrificarme, permítanme elegir a mi verdugo»

—No quiero secuestrarte, venía caminando y te ví muy asustado mirando a tu alrededor. Quise ser amable y asegurarme que estabas bien, lamento haberte asustado más —su tono de voz era relajado.

— Oh... ¿Eso?

—Sí, eso —ahora me sonreía relajado, o eso aparentaba. Claramente él no estaba cagado de miedo si planeaba a atacarme, no tengo pinta de ser amenazante. Gracias mamá por este rostro angelical.

—Okey bien, estoy bien. Sólo escuché algo en ese callejón y me det-...

—¿Te detuviste a mirar si alguien de allí salía? —señalaba con dirección a este y su tono era sarcástico.

—Algo así —respondí con cara de idiota. Mis labios carnosos formando ese puchero que detestaba y me hacía ver más joven de lo deseado.

Él había usado ese tono de voz que me hacía parecer de un metro cincuenta a su lado y un idiota el cual buscaba morir en un callejón oscuro y mal oliente.

—¿Qué te parece si me permites acompañarte hasta llegar a las cuadras con luz? Este es un cruce oscuro y poco confiable para andar solo. Nos haremos compañía mutuamente —se movia a un lado para dejarme pasar.

—Pero tu vas para el otro lado —exclamé señalando a mis espaldas.

—Y me quedaré más tranquilo si me dejas acompañarte hasta la luz, también me siento desconfiado ¿Tomas el autobús o...?

—Tengo mi auto estacionado en una esquina —, «Aish, sí, soy un imbécil»

—Perfecto ¿Me dejas acompañarte sólo para asegurarme que llegues a destino?. Te ves asustado, sin ofender, hombre —levantaba sus manos en son de paz.

Suspirando y levantando mi frente en alto añadí—. De acuerdo, si así lo deseas. Hoy todo el mundo quiere acompañarme, quizás el destino me esté dando una advertencia  —, «La noche fría y el callejón oscuro, no me ayudan con la voz pacíficamente sexy de este extraño»

—Así lo deseo —sonreía amablemente señalandome el camino.

Me quedaba una cuadra más de oscuridad y calle poco confiable, debí haber escuchado a Hyungsik y dejar que me acompañara hasta mi auto. Al menos había estado un día entero con él y no parecía querer matarme, literalmente hablando. Este sexy extraño, aún no lo sé.

No pude evitar mirar de soslayo a mi acompañante «Perfecto perfil» pensándolo bien menos mal que le dije adiós a Hyungsik. «Necesito joder y así dejar de pensar con mi polla»
Cuando finalmente llegabamos a la luz sonaba su celular el cual me había hecho saltar del susto, un maldito clásico.

Unos ojos curiosos me miraban rápido para luego leer en la pantalla el nombre del contacto que lo estaba llamando.

Con un semblante arrugado, antendía—: ¿Madre? sí, estoy camino a la cena, sólo me detuve a ayudar a alguien. Claro estaré ahí en unos minutos, no te preocupes. Adiós —no soy un niño de mamá, pero eso fue frío.

«No es ladrón, ni secuestrador y aparentemente tiene complejo de héroe»

Nos detuvimos finalmente en la luz a mitad de su conversacion. Sonriéndome amable soltaba—. De acuerdo, ya estás a salvo. Me gustaría acompañarte hasta tu auto, pero no quiero asustarte más por esta noche —su voz era tan profunda, era una delicia escucharlo y observarlo.

Ahora la luz de la luna y los faroles de la cuadra, cooperaban para permitirme ver mejor sus rasgos, Dulce Jesús, ese rostro era perfecto, seguro que tenía cara de idiota mientras lo observaba, pero creo que no me importaba. No volvería a verlo después de esta noche de todos modos.

—Mi auto está en la esquina del edificio donde trabajo, aquí a dos cuadras. Si no estás apresurado por llegar a tu cena, no me molestaría tu compañía unos minutos más —, «De repente recordé como ligar con hombres y utilizar mi encanto. Mírate SeokJinnie»

—¿Trabajas a dos cuadras de aquí? —preguntaba curioso.

—Sí, en el DailyWeb-News

—Oh, el edificio más alto de esa cuadra

—Exacto, ahí trabajo. Soy nuevo, comencé hoy y estoy hablando mucho, creo —¿Deseoso de un amigo o qué?

—Felicitaciones —sonreía.

«Un completo extraño te felicito amablemente. Cierra tu boca y ve hacia tu auto. Deja de humillarte»

—Gracias... Entonces, ¿Me acompañas? —no pude evitar pintar una cara inocente y voz suave «Controlate, hombre»

—No, hasta aquí llego yo. Es más seguro —decía, pura desilusión.

«En otra vida, te secuestraba»

—Oh, okey. Gracias por haberme acompañado hasta aquí  —joder, ya estábamos en el baile, no entendía por qué sería más seguro que me dejes las dos últimas cuadras solo, pero este tipo no entendía de indirectas — Adiós, extraño —dí media vuelta y comencé a caminar a máxima, disimulada, velocidad.

No había girado, no quería hacerlo, estaba sólo un poco, con el ego por el suelo. Por un momento había creído tener un momento con el sensual extraño y no, había imaginado todo. No tener sexo, hace mal.

Al subir al auto, habia recordado avisarle a Hyungsik y enseguida me entraba una llamada de él. Divertida vibración en mis bolas. Un hombre hace lo que puede.

—¿Tanto tardaste en subir a tu auto ¿Estás bien, sucedió algo? —, «Me enamoré de un extraño sobreprotector que rechazó venir hasta mi auto y que encima no pregunté su nombre, ni él tampoco se interesó en saber el mío» Adoro el maldito drama.

—Amigo, estoy bien. Sólo me detuve a comprar un café en Starbucks —teníamos uno en frente del trabajo, no tenía sentido mentir así como no tenía sentido contarle nada.

—Niño bonito, no vuelvas a hacerme eso —si me muero no me extrañarás, recién nos acabamos de conocer, pero gracias por la caricia a mi ego herido, arrastrado y maltratado. Soy un drama king.

—¿Tú llegaste bien? —pregunté, para devolver la misma atención.

—Hace cinco minutos, no vivo muy lejos —respondía más tranquilo.

—Me alegro, nos vemos mañana, señor. Adiós —decía sonriente.

—Seokj...—corté de inmediato, dejando a Hyungsik con mi nombre en su boca, mientras mis pensamientos volvían al sexy desconocido.

«¿Quién era él?»

Con mi curiosidad a flor de piel, había llegado a casa consumido por mis pensamientos, nunca pregunté su nombre y viceversa. Una lástima.

También estaba cansado, había sido un día largo. Debería revisar las fotos tomadas del estudio, pero primero necesitaba una ducha y alimentarme para tratar de olvidar a mi extraño amable caballero y el torbellino de emociones que me había hecho de estar cagado en mis pantalones a cachondo en menos de lo que canta un gallo.

Me dispuse a dejar de lado todo el estrés y excitación de hoy, había sido un excelente primer día laboral, ahora tenía que trabajar en redactar bien esta historia para que tuviera la atención merecida.

Recostandome hora después  para escuchar el audio de la entrevista a Hye-jin, comenzaba,. Podría decirse que estaba, casi, bastante completa, cualquier cosa podría pactar una segunda cita, había expresado que no le molestaría.

Con mi laptop en mano, revisaba el borrador, pero mi mente vagaba al encuentro con el tipo del callejón.

Recordaba su rasgos para no olvidarlos, pensar que no lo volvería a ver me provocaba una sensación extraña. Hacía rato que un hombre no despertaba tal interés en mí, junto con aquellas sensaciones de adolescente de quince años que creía, no volvería a experimentar.

Cerré mi laptop, no podia comenzar a trabajar asi. Decidí hacerme un té para beberlo en la cama mientras revisaba la cámara.

—Veamos que tal tus fotografías —susurré para mí, sólo yo. Mi subconsciente y mi otro yo.

Había tomado unas cinco fotos del estudio en diferentes ángulos y estaba jodidamente orgullos de mi trabajo, pero debía checar las tomas de Hyungsik.


Llegando a la última foto, recordé el tipo acosador del café al que había logrado sacarle una foto, pero no sabía que había quedado de eso. Hyungsik me había asustado en ese momento arruinando mi toma.

Llegando a la foto indicada, no lograba ver como quería en la cámara, no sin mis lentes que sólo Dios sabía dónde estaban con todo el tema de la mudanza, así que las pasaba a la laptop para una mejor vista.

—Te tengo —comencé a hacer zoom a la foto y a tratar de aclarar cada vez más la imagen borrosa.

Llegué a aclararla hasta donde pude con mi programa de edición. Había notado el rostro del acosador chismoso y tenía razón, estaba mirando a mi dirección o quizá había notado que lo estaba fotografiando.

Reí estrepitosamente con mi peculiar risa de.limpia vidrios a la que sólo yo tenía derecho de apodar así.

—Oh, mierda ¿Cómo...? —no estaba del todo seguro, pero el acosador tenía un aire al extraño tipo del callejón. El pelo, su rostro simétrico y sus cejas definidas.

Estaba casi seguro que eran la misma persona, un poco más de zoom y se parecían. O mi cabeza me estaba jugando una buena pasada.

Intentaba recordar el rostro de mi extraño, pero su presencia había sido bastante intimidante y mi incomodidad y nervios tampoco habían cooperado para guardar en la SD card de mi cerebro su bonito rostro a la perfección y así, poder comparar.

Me detestaba por eso, tenía una excelente memoria fotográfica, pero cuando se trataba de un hombre y lo que me provocaba, a veces no podia recordar a la perfección cada rasgo y de ahí nacían mis ganas de querer volver a verlo.

Necesitaba dormir, quizá solo eran mis ganas de tener algo del tipo misterioso con complejo de héroe del callejón. Y mis ojos ya pesaban aunque aún estaba muy excitado y curioso por lo sucedido, debía de calmarme.

Nuevo y segundo día, ya empezaba a trabajar en la edición de mi historia, faltaban detalles, pero iría repasando. Posiblemente el Jueves pactaría otra entrevista con Hye-jin.

Anoche me había costado bastante conciliar el sueño pensando en aquel tipo, así que me había levantado sin poder desayunar, ni tomar mi café matutino y aún no me había dado un receso para prepararme algo aquí, queria que esta historia fuera perfecta y quería dejar de pensar en un tipo random con voz grave y apariencia del infarto.

—¿Un café en Starbucks, eh? —el señor encantador y su voz irritante.

—¿De qué hablas? —pregunté confundido.

—Me preocupaste anoche, SeokJin —que tipo tan atento para un desconocido como yo.

—Lo lamento, hace rato no rindo cuentas a nadie, se me hizo costumbre —respondí con sarcasmo.

—¿Qué cosa? ¿Ser una especie de Llanero Solitario? —me reí ante la comparación de Hyungsik.

—Si, algo así, hombre. Como sea llegue y estoy bien ¿No me ves? —me levanté de mi silla para girar, abriendo mi chaqueta de cuero y mostrando que estaba completo—. Estoy intacto

—Perfecto —dijo mirándome embelesado.

Una mirada similar como cuando observaba a Hye-jin. Troné mis dedos dos veces frente a su rostro para despertarlo y que dejara de verme como imbécil. Lo sé, soy increíble, pero por favor.

—No exageres —respondí.

—No lo hago ¿Así o más sensual te vestiras para nuestra cita? —decía apoyándose en mi escritorio, mirándome seguro de su propio encanto.

—No digamos "cita", solo accedí para que dejarás de comportarte como paranoico anoche —las cosas claras, niño.

—¡Ah, no! Prometiste salir conmigo y no pienso rendirme ante esta excusa de que sólo lo dijiste para evadirme, no señor

—¿No te gusta el rechazo? a todos nos ha pasado al menos una vez —dije con sarcasmo desinteresado ante su divertida escena.

—Jamás a mí... jamás me rechazaron —exclamaba relajado.

—¡Ay, el niño bonito! —dije con sarcasmo.

—Y tampoco rechacé —exclamaba muy tranquilo.

—Mirenlo ¿Aceptabas citas de chicas que no eran tu tipo?  ¿O de chicos? —no podía deshacerme del tono sarcastico.

—No sé que es tener un "tipo de chicas o chicos", para mi todas las mujeres son hermosas y hubo hombres que me dejaron sin aliento y no me prohibí nada, hombre —respondía con una sonrisa en su rostro.

—Gusto en conocerlo, Don Juan —mencionaba con sarcasmo.

—No lo soy

—No me digas —la ironía no quería abandonar mi tono de voz.

—Que no, no discutiré esto contigo. Tendremos esa cita y verás que no soy ningún Don Juan, no aceptaré un no como respuesta —se acercó más a mi observándome con sus ojos color café.

—Mi espacio personal, hombre —decía con calma.

—Sal conmigo

Riendo ladino, negaba con mi cabeza—. ¿Y si no quiero?

—¿Cómo lo sabes? —, «¿Qué mierda?, claro que sé lo que quiero y lo que no»

Y ahora quiero... Quiero de alguna manera seguir peleando estúpidamente con Hyungsik. No me agrada pensar con mi polla, no señores.

—Lo sé y eso es todo —respondí igual de caprichoso.

—Saldrás conmigo, lo sé —me sonreía confiado—. Ahora dejaré que sigas trabajando, no quiero interrumpir en tu excelente historia —daba media vuelta y se echaba a andar dándome la espalda

—¡Ya dije que no, amigo!

—No necesito una respuesta ahora, la invitación es para el viernes y recién es martes —exclamaba sin mirar atrás y levantando un brazo en señal de saludo.

«Engreído»

Era la hora del almuerzo, no había desayunado y mi cuerpo necesitaba cafeína, esta vez si iría por un café a Starbucks, debería almorzar, pero normalmente si no desayunaba mi cuerpo gritaba a cuatro voces que necesitaba café.

Subiendo al ascensor, presionando PB, una mano abría las puertas del mismo.

—¿Adónde vas? —, «¿Me puso un rastreador?»

—¡Mierda, Hyungsik, me asustaste!

—Eres adorablemente asustadizo, SeokJinnie. Voy contigo —se metía al ascensor presionando PB una vez mas.

—No dormí contigo para que me llames SeokJinnie —dije con rostro aburrido, él sonreía—. Voy por un café a Starbucks —añadí.

—Deberías almorzar

—No puedo, necesito café. Quizá lo acompañe con un muffin o un tostado

—¿Eso? —chasqueaba su lengua entre sus dientes como desaprobación—. Necesitas almorzar, te invito

—No deseo almorzar y ya acepté una salida contigo el viernes. No antes, ni después. No señor, mucho menos no después

—¿Quieres decir que si vuelvo a invitarte no aceptarás? —preguntaba ceñudo.

—¡Exacto! Las relaciones de cualquier índole entre colegas, no funcionan amigo mío —las puertas se abrieron y salí a toda velocidad, pero el niño encantador comenzaba a seguirme como cachorro perdido—. Hyungsik, ya deja de seguirme

—No lo hago, voy a almorzar a Starbucks.

Me detuve en seco, girando, casi chocaba conmigo, por suerte ya estábamos fuera del edificio.

—¿Justo en starbucks? —pregunté con cara de poker—. Hombre, soy soltero por una clara razón —decía con diversión.

—Siempre almuerzo ahí, no es culpa mía que tu estés deseoso de cafeína —me miraba sarcástico y engreído.

—Eres como un cachorro perdido que manipula con sus ojitos negros

—Para nada —reia divertido —. Fui sincero, te invité a almorzar y dijiste que no tienes hambre, perfecto almorzare solo —respondía con cara de nada.

—Perfecto, no te sientes en mi mesa, estaré trabajando en mi entrevista

—Te ayud-...

—¡Nop! Limitate a enviarme las fotos para ver cuál elijo. Tienes mi email en tus contactos, sé que George lo agregó a tu agenda personal —volví a girar en seco dándole la espalda y avanzando con seguridad hacia mi reino de cafeína, pero mi billetera se deslizaba de mi mano.

Me sorprendí con la persona que mis ojos estaban contemplando justo frente a mí

«Tú»

Adaptación de nuevo, ojalá y no se aburran.

Con amor niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro