Liam

Extiendo el fajo de billetes hacia el hombre que me mira con una expresión divertida en su rostro.

Tan hijo de perra.

Vuelvo a meter mis manos en los bolsillos de mi pantalón y les doy una mirada a sus dos matones detrás de él antes de hablar—Ahí tienes, saldada la deuda de mi padre—al fin me libré de esto que me persigue por un año—¿Satisfecho?

Él suelta una risita mientras mira el dinero y luego me mira a mí—Pensé que no lo lograrías, Longworth, pero veo que me equivoqué contigo, eres tan temerario como tu padre.

Bufo y mantengo una expresión fría hacia él—Ya tienes tu dinero, yo me largo.

Hago el intento de girarme pero su voz me detiene—Un momento, Liam.

¿Y ahora que mierdas quieres este hombre?

—Tengo una propuesta que hacerte y creo que te interesará.

—¿Propuesta?—suelto una risa sarcástica—No quiero nada que venga de un corrupto como tú.

El jefe me señala con su dedo—Cuida tu vocabulario conmigo porque sabes que me irrito fácil.

—Como sea—hago una mueca—Ahórrate tus propuestas.

—Deberías aceptar, Longworth—da un paso hacia mí—A menos que quieras que tu madre se entere de todas las mierdas en las que andaba tu padre y que tu te encargaste de tapar.

Los músculos de mi cara se contraen en furia—¿Me estás amenazando, Igor Waller?.

—Es solo una advertencia—dice relajado.

—No lo haré. Dile a tus matones que lo hagan por ti—los mencionados me dan una mirada asesina y yo solo les sonrío irónicamente, con el tiempo aprendí a que esos idiotas no me intimiden.

—Necesito tus conocimientos informáticos—informa y yo alzo una ceja.—Un chico que desde los 8 años gana concursos en la esfera de la computación debe saber hackear un sistema de seguridad de una cuenta en Berna.

—¿Cómo sabes...?—iba a preguntar como sabe mi habilidad con los dispositivos electrónicos pero es idiota de mi parte preguntarle.

Lo que este hombre no sepa, lo busca, lo investiga y lo obtiene.

Su risa burlona vuelve a aparecer—Debiste comenzar a estudiar Informática y no Leyes. Tu perfil para abogado no era muy alto, que bueno que lo dejaste.

Te recuerdo por quién dejé mis estudios.

—No voy a hackear una cuenta por ti y mucho menos en Suiza—me niego rotundamente.

—Qué lástima, entonces tendré que cerrar el local donde trabajas—mi corazón se detiene en ese momento—Es un lugar muy bonito y parece que te han acogido muy bien esas personas. Por cierto—hace una pausa—la chica que nos atendió hace unos días, vaya muñeca.—me muerdo la lengua de tanto genio, se que habla de Eva y no me aguanto cuando se trata de ella—Tiene el rostro más inocente que he visto. ¿Acaso te la coges?

—Ya basta—suelto lo más calmado posible—esas personas no tienen nada que ver contigo.

—¿Entonces si colaborarás?

—Tienes un montón de dinero a base de tus negocios ilegales puedes encontrar a un hacker.

Él niega—No confío en esos tipejos. Tu eres el indicado para hacer el trabajo—comenta y bufo.—Vamos Liam, te voy a pagar bien.

—No quiero tu sucio dinero—espeto.

—Pues tu te lo pierdes. Pero si no quieres que algo le suceda a tu madre o  que cierre el local...es mejor que colabores.

Siento tanta rabia en este momento, siento el calor en mi rostro y apuesto a que estoy más rojo que un chile. Él sabe perfectamente como dar en el blanco con sus amenazas para debilitarme y hacerme ceder. Mi madre es la cosa más preciada para mí y por culpa de este hombre no perderé a otro ser querido. Tampoco expondré a los Williams, no merecen eso y mucho menos Eva, me mato antes de exponerla.

—Haré lo que quieres—cedo y él sonríe satisfecho.

—¿Oyeron muchachos?—duda hacia sus matones—El cerebrito estará con nosotros.—los dos hombres se ríen a carcajadas e Igor me mira—Elegiste bien, Longworth Junior. Nos mantendremos en contacto para que sepas cuando y donde te necesito.

Sin decirle nada más me giro y me subo a mi moto–al fin ya estaba arreglada–y me marcho hacia mi casa con solo una cosa en mi cerebro:

Mi vida es un puto asco.

(...)

Eva

Camino por el largo sendero, tocando las rosas rojas en los arbustos a mi lado y sonrío, las flores son hermosas y adornan de belleza cualquier lugar en el cual se encuentren. De pronto siento una mano sobre la mía y me giro a ver de quién se trataba.

Era un chico.

Pero no podía ver su rostro. Solo su cabello que era castaño y su complexión masculina.

Él entrelaza nuestras manos y comienza a correr, llevándome con él por todo el verde prado. El sol calentaba el día y una brisa fresca nos abrazaba, era un día perfecto.

Algo hace detenernos de golpe, había fuego, mucho fuego, un incendio abrazador encendía todo el lugar, las llamas se esparcían por todo el lugar frente a nosotros, cuando giro mi cabeza hacia un lado, no lo encuentro.

El chico ya no estaba.

Y me desespero.

Trato de correr pero no puedo, mis piernas están inmóviles y no puedo avanzar.

—Eva—una suave voz llama mi nombre pero no respondo—Eva—ahora sacude mi hombro—¡Eva!

Mis ojos se abren de golpe junto al pequeño brinco que pego en la silla, mi cuello duele y lo toco por mis manos, observo el libro de Psicología del Desarrollo que me servía como almohada y luego la dura madera de la mesa debajo.

¿En que momento me quedé dormida sobre la mesa del comedor?

—Hermana...—la dulce voz de Erin vuelve a llamarme cuando reacciono y la miro con mis ojos aún entre cerrados,ella estaba parada a mi lado.

—Se me fue el tiempo estudiando, no me di cuenta cuando me quedé dormida.

—Son las...—ella mira su reloj de muñeca—22:40, no es bueno que te quedes estudiando hasta tarde.

Bufo y me acomodo en mi silla—Lo sé, pero se acercan los finales del semestre y tengo que estudiar.  

—Saldrás genial, como siempre—dice sonriente.

—¿Qué es eso?—pregunto al observar lo que parece un folleto en sus manos.

—De eso quería hablarte—comenta emocionada y se sienta justo frente a mí—Ronald y Ruby llegarán mañana a la ciudad.

Frunzo el ceño totalmente confundida—¿Ronald y Ruby?¿Quiénes son esos?¿Alguna banda de Rock?

Ella ríe ante mis preguntas—Son los Taylor.—dice como si fuera lo más obvio del mundo y yo solo la miro más confundida aún—La pareja millonaria del sur de Queesland con la red de pastelerías más grande del país. Vendrán mañana a la ciudad y se quedarán un tiempo, harán un evento en el anfiteatro cerca del Parque Marino y estamos invitados, todos nosotros—la emoción en sus palabras es desbordante—Quieren visitar la pastelería por todos los post y buenos comentarios que se hacen en las redes sociales acerca de Peter's y si les gustan nuestros pasteles entonces nos asociaremos. 

—Eso es más que genial—sonrío—De seguro le gustan tus pasteles, eres la mejor.

—Somos los mejores—rectifica

El sonido de su celular nos interrumpe, era un mensaje de texto que Erin lee detenidamente, suspira y lo responde rápidamente.

—¿Quién te manda mensajes a esta hora?—dudo curiosa.

—Lachlan.

Una sonrisa se me escapa al escuchar ese nombre—¿Qué quería mi cuñado?.

Ella me mira mal—No es tu cuñado, y solo me preguntó si estaba de acuerdo en llevarle a Peter desde el viernes.

—Está claro que extraña estar todos los días con el niño...como antes.

Ella rodo los ojos—Eva, se por donde va la conversación así que párale.

Le hago ojitos—¿Cuándo vamos a hablar de eso?

—Nunca—dice tajante.

—Erin...

—No insistas, no quiero hablar del asunto.

Rodo los ojos derrotada—Ok, lo que digas. Solo pienso que ya es hora de hablar de eso.

—¿Sabes de lo que yo creo que ya es hora de hablar? De Liam—la expresión de mi rostro cambia completamente—Suéltalo. ¿Qué tienes con él?

—No tengo nada.

—Claro—dice en sarcasmo—Y yo soy la princesa de Inglaterra—me río—Hasta un ciego vería como ese chico te mira, tratando de captar tu atención. Se llevaban bien y últimamente los noto extraño.

Suelto una risita nerviosa—Tal vez...le dije...que me dejara en paz.

—¡Eva!—protesta—Más vale que te disculpes con él.

Bufo—Me evita y eso...me duele...creo que estoy confundida con absolutamente todo en lo que a Liam respecta.

Ella ríe—Te dije que llegaría un chico que te conquistaría.

—No cantes victoria. Aún siento algo por Bruno—una palmada en mi frente me hace protestar—¡Auch!

—Eso es para que despiertes...creo que aún estás dormida—masajeo mi frente—Se que no será fácil olvidar a Bruno pero creo que deberías darle una oportunidad a Liam, deja que corra el tiempo y que las cosas fluyan.

Bueno, nos hemos besado, no quiero ver que será lo próximo que pase si dejo que las cosas fluyan.

—Quiero que mañana vayas directo a casa de Liam a disculparte por tu comportamiento, no fuiste justa con él—me señala con el dedo.—También necesito que le informes del evento, y que alquile un traje, si es necesario lo ayudas con eso.

—Si, señora—rodo los ojos y ella me da una última mirada antes de irse a su cuarto.

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¿Significará algo el sueño que tuvo Eva?       

Eso está a punto de averiguarse