Capítulo36: Te amo

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Liam

Erin no para de llorar en el regazo de mi madre. Lachlan a su lado habla con no se quién por teléfono preguntando por Peter.

Miro mis manos llenas de sangre seca que no me he molestado en limpiar, mi cerebro está completamente bloqueado. El corazón me duele y es inevitable no recordar el día en que perdí a mi padre y a la luz de mis ojos: mi hermana. Todo por culpa de un maldito enfermo sin salud mental que nació para joderme la vida. Y ahora Eva...

—Ten—extienden un café delante de mí y niego—Debes tomar algo, Liam, esto te reanimará.

Niego y Edward bufa sentándose a mi lado en el banquillo.

—Dos horas—musito—Dos malditas horas de cirugía y nadie sale a decirnos nada.

El castaño vuelve a suspirar.

—¿Sabes por qué no estoy como un histérico?—duda y no respondo—Porque la conexión de gemelos que tengo con Eva es tan fuerte que mi corazón no está angustiado, él me dice que mi hermana va a estar bien.

Ni siquiera puedo mirarlo, por mi culpa Eva está en ese quirófano.

—Cuando éramos pequeños sentíamos el dolor del otro ¿sabes?—suelta una risita de tristeza—Si ella se golpeaba yo sentía que me dolía también, Erin dice que cuando bebés uno comenzaba a llorar el otro también lo hacía y ahora siento que mi hermana saldrá de esa sala de operaciones y con esa hermosa sonrisa que te enamoró nos dirá que todo está bien.

Su optimismo me calma un poco.

—Lo siento—susurro.

—No sé la historia con detalles pero se que nada de esto es tu culpa. Soy testigo de lo mucho que quieres a mi hermana, se que nunca le harías daño. Debes estar tranquilo—palmea mi hombro. 

—Señor Longworth—el detective Dallas se me acerca—Espero que sepa que el asunto es de magnitud internacional y necesitamos su declaración para darle detalles a la Interpol. 

Asiento. Antes de que pudiese hablar la puerta de la sala de operaciones se abre mostrándome al doctor.

—¿Familiares de Eva Williams?—duda quitándose la mascarilla. Ignorando al detective me acerco junto con los demás al hombre con bata.

—¿Cómo se encuentra mi hermana?—duda Erin desesperada.

—Todo está bien, señorita. Ya sacamos la bala y afortunadamente no tocó ningún órgano vital para la salud de la paciente, también detuvimos el sangrado de la herida a tiempo.—el alma me regresa al cuerpo cuando escucho sus palabras y Edward me da una sonrisa con ojos llorosos de felicidad—Lamentablemente el bebé no resistió.

El corazón se me detiene.

¿Bebé?

—Tuvo un sangrado que permitió darnos cuenta de su estado y sufrió un aborto espontáneo en medio de la cirugía.

—¿Estaba embarazada?—dudo para mí mismo y siento que todo me da vueltas. No soy el único sorprendido, la cara de los demás lo dice todo.

—Cuando hagamos el traslado de la paciente a una habitación podrán verla—nos da un asentimiento de cabeza y se marcha no sin antes escuchar las mil  gracias por parte de Erin.

Uno de mis sueños es ser madre.

—No sabes cuanto me encantaría ser yo quien te lo cumpla.

Nuestro pequeño flashback me cae como un balde de agua fría en invierno. Eva estaba embarazada, había una persona creciendo dentro de ella que era parte de mí.

Le pego un palmetazo a la pared para luego apoyar mi frente en ella cerrando mis ojos con fuerza, tengo tanta frustración.

—Cariño—escucho la voz de mi madre detrás de mí y siento su palma en mi hombro.

—Era mi hijo, mamá—ella me abraza por la espalda—Me quitaron a mi hijo.

—Lo se cariño, lo sé y lo siento mucho—dice acariciando mi espalda. Me siento devastado, furioso con ese hombre pero también conmigo mismo por no haber protegido mejor a mi chica y ahora nuestro bebé...ya no está.

¿Qué más tengo que perder? ¿Qué otra cosa me depara el maldito destino?

Eva

Parpadeo dos veces sintiendo la molesta luz del led en el techo. Me muevo un poco y lo primero que noto es la bata de hospital y el suero en mis venas, aún estoy un poco desconcertada.

—Hermanita—escucho la voz de Erin a mi lado—Qué bueno que despertaste ¿cómo te sientes?

Lo primero que noto al mirarla son sus ojos que me dicen a gritos que ha estado llorando.

—Estoy bien solo me duele un poco—digo tocando levemente mi abdomen. El último recuerdo que tengo es la bala en mi abdomen, Liam llorando suplicándome que no cerrara los ojos—¿Dónde está Liam? ¿Él está bien?—mis preguntas salen desesperadas y ella toma mi mano.

—Está fuera dándole declaraciones al detective—responde y suspiro aliviada—¿Qué pasó Eva? La policía no nos ha dado detalles y Liam está abrumado desde que llegamos, no tiene fuerzas para abrir la boca.

—No quiero hablar de eso ahora hermana, por favor—le suplico—Cuando salga de aquí prometo contarte todo con lujo de detalles.

—Está bien está bien—dice rápidamente y acaricia mi cabello—¿Por qué no nos dijiste acerca de tu embarazo?

Entonces era cierto. Los doctores debieron de darse cuenta. Entro en un ligero shock ¡Oh Por Dios voy a ser madre!.

—El bebé...—digo aún desconcertada—¿Mi bebé está bien? No le pasó nada ¿verdad?

Mi hermana me mira con dolor y mi corazón se aprieta porque se que la respuesta no es buena, su cara me lo dice todo.

—Cariño el bebé...no resistió a la operación.

Las palabras son como dagas lanzada hasta mi alma.

Comienzo a llorar, el dolor es insoportable, en el fondo sin hacer ninguna prueba yo sabía de mi embarazo, y a pesar de que no era el momento me hacía tanta ilusión tener un bebé mío, un Peter probablemente de ojos azules como los de Liam o una niña de cabellos castaños.

—Mi bebé—susurro tocando mi abdomen, mi hermana no deja de repetirme que lo siente mientras trato de detener mis sollozos.

Cuando estaba más calmada le pedí a Erin que llamara a Liam, quería verlo, abrazarlo, ver que todo estaba bien y decirle lo que tengo atorado desde hace tiempo.

Una sonrisa involuntaria se me dibuja en los labios cuando lo observo parado en la entrada de la habitación.

Limpio mis lágrimas y ladeo mi cabeza—¿Vas a quedarte parado ahí todo el día?

Se me acerca poco a poco y noto sus azules ojos más claro de lo normal, señal de que andaba llorando y se me parte el corazón de nuevo.

Toma asiento frente a mí en la camilla, acaricia mi mejilla y suspira con alivio.

—Jamás te perdonaré que te hayas puesto delante de mí.

—Ya pasó—le digo calmada.

—Estaba asustado—susurra cerca de mi boca—Tenía tanto miedo de perderte

Le doy una sonrisa—De mí no te librarás tan fácilmente.

—De ti no quiero librarme nunca—ambos sonreímos levemente. Su mano baja a mi abdomen—Se cuanta ilusión te hacía ser madre y nunca voy a perdonarme lo de nuestro bebé.

—No es tu culpa—odio que se culpe de todo.

—Debiste hablarme del embarazo.

—Yo no lo sabía—respondo—Tenía mis sospechas por el atraso y las jaquecas pero nunca hice la prueba por miedo a la reacción de los demás. Iba a tener a este bebé aunque eso implicara un año de atraso en la Universidad ¿que diría Erin de mí cuando ella se ha sacrificado tanto por nosotros?—suelto aire—¿Y que dirías tú? Tenía mucho miedo de decepcionarlos a todos.

—Eso no iba a pasar, Erin te apoyaría como siempre lo hace y yo estaría tan feliz de saber de la existencia de ese bebé, llevamos poco tiempo pero eso no iba a ser un impedimento para alegrarme—me sonríe levemente y dirige su mano hacia mi nuca acariciando mi cabello—No se que mierda me hiciste Eva pero eres una de las cosas más importantes de mi vida.

Mi pulso se acelera.

—Y tú de la mía. Agradezco tanto al destino por ponerte en mi camino—le respondo—No tienes ni idea de cuanto te amo.

Me da una sonrisa de lado, nuestras narices se acarician mezclando nuestras respiraciones.

—Yo también te amo, ojos negros. Te amo tanto.

Me aferro a su cuello y lo atraigo hacia mí para besarlo.

—Y te haré doscientos bebés cuando salgas de este hospital—susurra sobre mi boca y me saca una carcajada.

Espero que este sea el fin de la pesadilla y el inicio de un sueño del cual no quiero despertar.  Después de todo lo que pasamos creo que nos merecemos esto.

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Se nos pusieron cursi aquí al final =)

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