Capítulo 19:

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

(Parte 2)

Siento como quitan la capucha de mi cabeza y parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz. Estoy atada en una silla. Diviso frente a mí a los dos hombres que me atraparon.

¿Dónde estoy?

Ladeo mi rostro dándome cuenta que estoy en una especie de casa abandonada.

—Hola primor, que bueno que despertaste.—dice uno de los hombres.

—¿Qué quieren? ¿Dónde estoy?—pregunto asustada.

—La verdad es que estás bien chula, no es así compa.—su acento denota que es mexicano.

—Yo no les hice nada.

—A ver guapa, si estás aquí es porque te casaste con el hombre equivocado. ¿Cuál es el nombre? Mmm...ah sí, Anderson.—concluye con una sonrisa maquiavélica provocando que los bellos de mi piel se ericen.

Siento mi cuerpo temblar de mucho miedo no solo por mí, también por la vida de mi bebé que aún está en mi vientre.

¿Qué habrá hecho James para que estos tipos me tengan secuestrada?

—Jefe, ya tenemos a la mujer. ¿Qué quiere que hagamos con ella?—dice uno de ellos hablando por celular.—Está bien.—cuelga la llama y rompe el celular contra el suelo.

—¿Qué dijo?

— Que está resolviendo unas cosas y tardará en venir, ¿Por qué le pegaste?—gruñe uno de ellos.

—Que querías que hiciera, puso resistencia.—responde el otro mientras toma mi mentón para ver el golpe que tengo en mi mejilla.

—Espero que al jefe, no le moleste.

—¿Qué van hacer conmigo? Yo no tengo nada que ofrecerles.—admito con voz quebrada. No quiero estar aquí, me siento impotente.

—Podemos hacer tantas cosas.—gruñe lamiendo sus labios. Ladeo mi rostro asqueada cuando siento su mano sobre mi rodilla.

—No me toques.—le pido.

—Chino, ahora no.—interviene su amigo. Él "chino" se aleja con un gruñido.—Basta de juegos, tenemos que buscar provisiones. No sabemos cuánto tiempo estaremos con la mujercita.

—Yo iré por ellas entonces, tú quédate vigilándola.—gruñe enojado mientras saca un cigarrillo y un encendedor. Comienza a fumar y avienta el humo a mi cara.

Trato de respirar lo menos posible ya que estoy embarazada y el humo no es apto para mi en este estado.

—Ya vete y deja de perder el tiempo.—le ordena al chino.

—Ya voy. Vengo más tarde chula.—hago una mueca de asco cuando lo veo irse.

—Puedes gritar todo lo que quieras, aquí nadie te va a escuchar. Estamos en medio de la nada.—me asegura el otro hombre y sale por una puerta dejándome sola.

Dejo salir las lagrimas que había estado reteniendo. Sé que debo ser fuerte, pero es difícil en una situación así. No sé, si vuelva a ver mi familia y no sé si veré a Damián de nuevo.

Muevo mis manos para intentar soltarlas, pero me quejo de dolor ya que las estoy lastimando por que la soga esta muy apretada.

—¿En qué te metiste James? ¿Por qué?

Dejo caer y cabeza hacia atrás deseando que esto sea una maldita pesadilla. El hombre vuelve a entrar y lo miro.

—Quiero ir al baño.—digo y él me observa.

—No hay baño.

—No puede ser, necesito ir.—susurro y el gruñe.

—Hay una opción, pero siendo una mujer millonaria sé que no va a gustarte.—sonríe malicioso y frunzo el ceño.

—¿Cuál?—pregunto temerosa.

—En un árbol, podrías limpiarte con una hoja.—responde como si nada.

Tengo que salir de aquí, quizás sea la única oportunidad. Es eso o morir a manos de un desconocido.

—Lo tomas o lo dejas.—dice el hombre.

—Está bien. Tengo que ir.—finjo tener muchas ganas.

Él se acerca y comienza a desamarrar la soga. Me quejo y veo mis manos lastimadas. Toma mi brazo con fuerza y saca su arma para apuntarme. Saca unas esposas de una bolsa y me las entrega. Rayos, será más difícil intentarlo con esposas. Pero ni modo. Me las pongo y él las verifica.

Me dejo guiar por un pasillo hasta que salimos afuera. Es de noche, pero hay luna llena por lo tanto hay un poco de claridad. Llegamos hasta un árbol y él me señala la yerba. Se queda viéndome y frunzo el ceño.

—No puedo si usted me mira.—digo y él se encoge de hombros.—Por favor.

—No quiero nada de trucos, porque sino te mueres.—me amenaza y asiento asustada. Él se da la vuelta y me agacho. Agarro una piedra y antes de que se dé cuenta lo golpeo.

Lo escucho quejarse y corro sin pensarlo. Me detengo y quito mis tacones dejándolos a un lado. Es un maldito bosque, no se ve nada más que árboles.

Sigo corriendo y me quejo al sentir piedras enterrarse en mis pies descalzos. Brinco del susto al escuchar un disparo. Siento la adrenalina recorrer todo mi cuerpo. Ese hombre está siguiéndome.

—¡Eres una perra!—grita detrás de mí.

Me arrincono de un árbol cansada y adolorida. Inhalo y exhalo una y otra vez. Pienso que lo he perdido cuando siento un ruido en cerca de mi hombro.

Ladeo mi rostro encontrándome con una serpiente. Grito fuertemente mientras me alejo y me remuevo asustada cuando siento a ese hombre rodear mi cintura con sus brazos.

—¡Ahh!—grito del susto.

—Creíste que te ibas a escapar.—siento como pone su fusil en mi cien.

—Suéltame.—le pido cuando me da la vuelta y me sostiene con un brazo para con el otro darme una bofetada.

Todo se vuelve negro.


Abro mis ojos adolorida, me asusto al darme cuanta que ya no estoy en una silla. Ahora estoy en una cama con una soga de metal amarrada en mis pies y la otra parte amarrada con candado en el tubo de la cama.

—Las cosas pudieron ser más fáciles para ti, pero como intentaste escapar. Ahora tengo que castigarte.—me advierte y bajo mi rostro.

Observo mis short sucios y mi blusa llena de barro. Siento mis lagrimas salir y el hombre me toma del cabello para obligarme a verlo.

—Vas a pasar la noche sin comida y sin agua hasta nuevo aviso.

—Por favor estoy embarazada mi cuerpo necesita agua y alimento.—le suplico, no por mí sino por mi hijo.

—Eso debiste pensarlo antes de querer escapar estúpida.—suelta mi cabello y camina hasta la puerta.—Que tengas linda noche.—concluye con una cínica sonrisa.

Fui una estúpida.

Debo lucir espantosa, me siento sobre la cama y rasco mi nuca. Siento mis manos temblorosas. Te odio James, te odio por meterme en esto.






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro