Capítulo 37:

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Escucho a Damián hablar por teléfono platicándole a la directora que no podrá asistir a la universidad por problemas. Intenté convencerlo de que fuera a dar clase, pero no quiso dejarme sola hoy que voy a enfrentar a James. Lo veo colgar la llamada y me sonríe.

—La directora me dio permiso, además sabe que yo casi no falto.—me dice y asiento.

—Por lo menos. Gracias por apoyarme.—beso sus labios.—Tengo nervios, es como si fuera a presentarle un novio a mi madre.—digo cargando a mi hijo y Damián sonríe.

—Todo va a estar bien.—saca el bulto de Diego y lo pone sobre su hombro.

Respiro hondo, mi mamá no sabe nada de lo que está pasando entre James y yo. He tomado la decisión de venir con ella primero antes de ir a enfrentar a mi ex-esposo.

Tocó el timbre y la puerta se abre de inmediato. Mi mamá abre sus ojos de par en par, cómo si le impresionara verme.

—Kylie, por Dios anoche mi yerno vino a buscarte muy alterado. Dijo que te robaste a mi nieto.

—Así que James vino a buscarme aquí. Mamá he venido a decirte toda la verdad. ¿Quieres escucharla? O ¿Quieres quedarte con lo que te dijo tu querido yerno?—ella suspira y frunce el ceño al ver a Damián.

—Por supuesto que quiero escucharte hija, pero quién es este hombre y qué hace contigo.—dice viéndolo de reojo.

—Damián Jackson, para servirle.—se presentó él.

—Es el hombre que amo y por el que estoy dispuesta a luchar hasta que James me dé el divorcio.—confieso y abre sus ojos.

—¿Cómo que es el hombre que amas?—pregunta molesta.

—Nos dejas pasar.—contesto y nos deja entrar a la casa.—¿Esta mi hermana?—me siento en el sofá junto a Damián.

—No está en casa, ella salió.—responde seria.—¿Cómo es eso de que amas a otro hombre? Tú estás casada con James Anderson.—me recuerda.

—Sí mamá, me casé con James y yo sé que te mentí diciéndote que lo amaba. Pero no quería que te sintieras culpable por mi matrimonio. No quería que supieras que me estaba casando para salvar a mi papá.—Damián me observa confundido, nunca le conté por que me casé.

—Hija, yo te advertí que si no lo amabas no te casarás. No eras tú quien tenía que sacrificarse por tu padre.

—No podía permitir que mi papá siguiera sufriendo. En fin, yo en la universidad conocí a Damián y juntos iniciamos una relación clandestina.—admito y ella se tensa.

—Eso es reprobable hija, cómo se te ocurre traicionar a tu esposo.

—Tú no conoces al verdadero James, solo ves lo bueno en él. Pero yo que he vivido con él estos tres años, sé quién es en realidad. Tanto que me mintió todos estos meses, ayer me enteré que nunca perdió la memoria. Todo fue una mentira que él creó para retenerme a su lado, por que yo le había pedido el divorcio.—ella se sienta junto a mí.

Diego comienza a llorar y trato de calmarlo, se lo entrego a Damián para que me ayude mientras yo hablo con mi mamá.

—No puedo creer todo lo que estás diciendo. Ese no es el hombre que yo conozco.

—Es un gran actor te mintió a ti, a su madre y hasta a la prensa. Yo todo este tiempo me sentí sola y fue cuando Damián apareció en mi vida, y lo siento no pude evitar sentir algo por él. Por que soy humana y también cometo errores.—ella toma mi mano y me sonríe dulcemente.

—Si las cosas son así como dices, entiendo tus motivos y te apoyo. Pero no estoy de acuerdo en la manera en la que hiciste las cosas, por qué apartaste a Diego de su padre.

—Fue la única opción que tuve, James quería mandarme a Miami para alejarme de Damián y me amenazo con quitarme a mi hijo si no lo obedecía.—le explico y ella asiente comprendiendo.

—Sabes que vas hacer juzgada duramente por todos los medios. James es una persona muy importante, debiste pensar mejor las cosas, pedirle divorcio antes de cometer adulterio.

—Es que James no me quiere dar el divorcio, él piensa que soy de su propiedad.—respondo.

—Además no creo que James quiera que todo el mundo se entere de que fue un cornudo, su ego es demasiado grande y a él le interesa mantener una gran imagen ante la prensa.—interviene Damián.

—Él tiene razón, James no va a exponerse a que todo el mundo se burle de él.—apoyo a Damián y él asiente mientras carga a mi hijo.

—Como quiera habrán rumores de su ruptura.

—Chismes que se olvidaran tan pronto aparezca otro escándalo.—le recuerdo y ella sonríe.

—Así que usted es el hombre que mi hija ama.—dice viendo a Damián.

—De la misma manera que yo la amo a ella.—confiesa sin pelos en la lengua.

—Tienes una mirada limpia y pura.—asevera mi mamá como si fuera una bruja.—De todos modos hay una gran verdad y es mi nieto, ese vínculo entre James y tú jamás podrá romperse. No puedes alejarlo de su hijo.

—Y no pienso hacerlo, él es su padre y seguirá siéndolo. Pero eso no significa que debo permanecer casada con él. Yo estoy dispuesta hacer las cosas bien, él es quien quiere crear una guerra entre nosotros. Quiere vengarse de mí quitándome a Diego.—le aseguro y ella toma mis manos.

—Eso no va a pasar, ya verás que James va a recapacitar.—trata de tranquilizarme.

—En fin, también vine para dejarte a Diego por un rato. Tengo que ir a enfrentar a James para ver si logramos llegar a un acuerdo. Pero quiero dejar a mi hijo fuera de todo esto y sé que contigo va a estar bien.—digo y ella asiente.

—Yo cuídare de mi nieto y ustedes dos vayan a poner las cosas en orden. De todo corazón deseo que puedan convencer a James para que hagan las cosas de manera pacífica.—me levanto del sofá y ella me abraza con fuerza.

Me siento bien de haberle dicho toda la verdad. Hasta aquí llegaron todas las mentiras. Me he liberado y eso me hace darme cuenta de que estoy haciendo lo correcto.

—Aquí está la pañalera.—dice Damián mientras mi mamá y yo nos separamos. Mi mamá carga a Diego y lo llena de besos.

—Tengo que irme pequeño, pero voy a volver. Te amo.—le susurro a mi hijo aunque no pueda entenderme.

Doy varios besos en su cabecita y él solo se dedica a chupar sus dedos.

—Bueno mamá ya tenemos que irnos, cuídalo mucho y cualquier cosa me llamas.

—Nos vemos Diego.—Damián se despide de mi hijo y toma mi mano.

Le doy una última mirada a mi mamá e hijo antes de salir de la casa rumbo a mi peor tormento. Ahora sí tengo que enfrentarlo y luchar por lo correcto.









Tocó el timbre varias veces y la puerta se abre. La empleada me observa asustada y se hace a un lado. Veo la casa con retratos y objetos en el suelo.

—Dile a James que estoy aquí.—digo y la empleada asiente y se va.

—Al parecer se desquitó aventando objetos por toda la casa.—comenta Damián.

—Espero que esté más calmado, por que sino será imposible llegar a un acuerdo con él.—suspiro exasperada.

—Vaya, pensé que nunca más volvería a verte.—dice bajando las escaleras.—¿Dónde está mi hijo?—gruñe molesto.

—Está bien, hemos venido a hablar contigo.

—Yo no tengo nada de que hablar con ustedes, lo único que me importa es mi hijo y tú te lo robaste.—me culpa acercándose.

—Es mi hijo y tú querías separarme de él, por eso tuve que huir. Quiero que lleguemos a un acuerdo, dame el divorcio y deja que yo tenga la custodia de Diego. Tú podrás estar con él siempre, no voy a impedírtelo por que es tu derecho.—él se ríe sarcástico.

—¿Quién te dio permiso a divorciarte de mí?—pregunta serio.—Tú seguirás siendo mi esposa hasta que yo lo decida.

—Ella no necesita tu permiso para divorciarse, basta con que le muestre al juez las marcas que le dejas cuando estás enojado.—interviene Damián.

—¡Tú Cállate!—grita James.

—Damián, te pedí que no hablaras vas a complicar las cosas.—susurro y él niega.

—No puedo quedarme callado.—asevera viéndolo.—Por qué no entiendes que Kylie no es un objeto. Deja de complicar las cosas y acepta lo que ella te propone. Podrás ver a Diego cuando quieras, no te lo vamos a impedir.—dice él.

—No creas que voy a dejarte el camino libre, voy a recuperar a mi familia. Además nada me garantiza que Kylie vaya cumplir el trato de dejarme ver a mi hijo.

—Ya te dije que no te voy a separar de nuestro hijo.—le repito y él niega.

—Eres una zorra tú no tienes palabra.

—Deja tus insultos, ella no está sola y no voy a permitir que la trates así.—interviene Damián poniéndose frente a mí.

Ambos están nuevamente cara a cara y no puedo hacer mucho para impedirlo. Sostengo el brazo de Damián para controlarlo.

—Damián eso es lo que él quiere, provocarte para así tener más pretextos para quitarme a mi hijo. Por favor no le des motivos.—le pido y se tensa.

—Ella se va a divorciar de ti y juntos vamos a luchar por la custodia de Diego.

—Sobre mi cadáver.—gruñe James.

—Por favor James, entra en razón.—le suplico.

—Kylie se va a quedar conmigo te guste o no. Voy a luchar por ella.—gruñe Damián.

—Ella es mi esposa y tiene un hijo conmigo, eso la amarra a mí para siempre.

—Se va a quedar conmigo aunque tú no quieras.—le asegura Damián.

—Vas a tener que matarme si quieres que renuncie a ella y a mi hijo. Ella es mía.

—Nunca ha sido tuya y lo sabes.—dice Damián.

—Basta los dos, por favor no empeoremos las cosas.—intervengo entre ambos.

—Me estás quitando a la mujer que amo.—insiste James.

—Que yo no te amo a ti entiéndelo James, nunca te voy a amar, lo nuestro no funciono. Damián y mi hijo son la única razón de mi vida entiéndelo.

—¡Cállate!¡Cállate!—grita furioso acercándose a mí.

Damián me cubre y James se detiene. Ambos se quedan de nuevo frente a frente. No vamos a llegar a ningún acuerdo, lo mejor será que nos vayamos.

—Me has conocido de muchas maneras Kylie, pero no como tu enemigo. Te entregue mi vida y todo mi amor. Ahora todo mi tiempo, toda mi energía la voy usar para hacerte la mujer más infeliz de este mundo.—sus palabras salen cargadas de odio.—Si yo no puedo ser feliz, tú y este infeliz tampoco van a serlo y a mi no me importan las consecuencias. Así como tampoco a ninguno de ustedes dos les ha importado mis sentimientos.—gruñe lleno de rencor y dolor.—Lárguense, vete Kylie... te voy a dar la libertad que tanto quieres, pero te voy a quitar a mi hijo así sea lo último que haga.

—Tú solo quieres vengarte de mí, está bien hazlo, pero no con mi hijo. Él es el menos culpable.—siento mis ojos cristalizarse de tanto coraje.

—¡Vete! No hagas que me arrepienta de darte tu libertad, nos veremos pronto frente un juez.—me amenaza.

—Vámonos no vale la pena, James no va llegar a ningún acuerdo.—interviene Damián tomando mi mano.

—Hazle caso a tu amante y lárgate de mi casa.—gruñe molesto.

Enojada y angustiada le doy una última mirada antes de salir de esta maldita casa. Tengo mucho miedo de perder a mi hijo, yo solo espero que todo esto termine bien.

Siento mis lagrimas salir de puro coraje y las limpio. Damián me abraza con fuerza mientras me refugio en su protección.

—No quiero perder a Diego.—mascullo entre dientes.

—No lo vas a perder, juntos vamos a luchar por él.—me asegura y me alejo al sentir mi celular.

—Es mi mamá.—digo y contesto el celular.—Ya vamos para allá mamá.

—¡Hija! ¡Lo siento! ¡Yo te juro que intenté protegerlo!—grita desesperada.

—¿Mamá qué está pasando? ¿Por qué estás así? ¡Dime le pasó algo a Diego!—respondo preocupada.

—Estoy en la policía, alguien me golpeó en la cabeza y se llevó a mi nieto.—solloza entre el llanto.

—¡Qué! ¿No? Eso no puede ser...

Siento mi mundo caerse y un frío recorrer mi espalda.

—¿Qué pasa Kylie?—pregunta Damián  asustado.

—Diego desapareció...





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