Capítulo 1

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Tres leves toques en su puerta le hicieron sonreír sabiendo quién lo buscaba, es que era inconfundible, un pequeño y lento golpe como si dudara, luego dos seguidos bastante rápidos. Mirando los documentos que tenía sobre su mesa suspiró agradecido de haber convencido a su padre de ponerlo a trabajar en su pequeña empresa de entretenimiento donde apenas tenían dos cantantes y un actor. Si este lo hubiera obligado a asumir sus otros negocios, estaría dando vueltas por el suelo.

Si no hubiese tenido un hermano mayor, lo más probable hubiera sido que esa carga recayera en sus hombros. A diferencia de él, Seokjin amaba los negocios y se le daban de maravilla. ¿Lo único malo? Que en los últimos tres años apenas lo había visto en algunas festividades importantes como el Año Nuevo Lunar, navidad, Chuseok y en su cumpleaños, su hermano jamás se perdía un cumpleaños suyo. Él tampoco se perdía el cumpleaños de Jin, esos eran días sagrados reservados para ellos en los que muchas veces ni a su padre consideraban.

— ¿Ya está listo, señor Jeon? — La voz de su asistente temporal llenó la oficina.

— Odio que me llames señor Jeon, Min. — Protestó estirándose en la silla.

— Estoy en horario laboral, es lo correcto.

— Sí, sí, lo correcto. — Repitió con fastidio y un tinte de diversión en su voz. — Algún día te emborracharé y veré perder el control porque no es posible que exista una persona como tú que no permita que siquiera una pelusa se coloque en su traje. Con razón eres el asistente principal de mi hermano, hace falta un perfeccionista para lidiar con otro. — Se levantó de su asiento y pasó por su lado palmeando su hombro.

Jungkook conocía a Min Yoongi desde que era niño, solía ser compañero de clases de su hermano mayor. A veces lo veía en casa estudiando, otras cuando visitaba la escuela donde ellos asistían o si él lo invitaba a jugar con él. Recordaba que cuando adolescente estuvo casi tres años babeando por él, pero luego desapareció por completo y con esto su enamoramiento después de un año.

Un día simplemente lo vio estacionado frente a su casa, mucho más reservado y serio que en el pasado aunque él siempre se las arreglaba para hacerlo sonreír. Cuando Seokjin estaba en el país, apenas tenía tiempo para verlo porque el mayor jamás lo soltaba pero cuando viajaba, justo como en ese instante, Jungkook lo tomaba para él. Sabía que Jin odiaba eso mas no le importaba, solo debía besar los cachetes de su hermano dos veces y cualquier molestia se disipaba en segundos.

Parecía mentira que tantos años ya hubiesen pasado. Él ya tenía veintisiete años y su hyung, cinco años mayor que él, ya tenía treinta y dos, justo uno menos que Seokjin. Lamentablemente ellos ya no eran amigos, mantenían una estricta relación de jefe y empleado que no comprendía. Si bien Jin nunca fue de muchos amigos y prefería estar con él a pasar el tiempo con cualquiera de sus amigos, a pesar de todo, su relación con Min antes era mucho menos distante que ahora.

— ¿Quiere que lo lleve a su apartamento de soltero o a casa? — Indagó Yoongi una vez sentados en el negro Mercedes Benz que conducía.

— Llévame a casa, aprovecharé que papá está de viaje para preparar todo. Regresa el próximo lunes, pero este fin de semana me desconectaré del mundo. Esta noche iremos a salir, el resto del fin de semana me volveré un ermitaño en mi apartamento y no miraré ni siquiera un momento mi ordenador. ¿Vendrás con nosotros esta noche?

— No lo creo, yo...

— Te pasaré a buscar yo a las once de la noche aproximadamente, te confirmaré más tarde. — Le interrumpió dándole un guiño al mayor que se limitaba a asentir. — Debes relajarte un poco, hyung.

— ¿Quién dice que no me relajo durmiendo plácidamente durante todo el fin de semana? Todos tenemos distintos medios para nuestro esparcimiento y diversión. Yo disfruto mi cama y el televisor. Tú disfrutas las actividades físicas, deporte, baile, viajes. Otros prefieren leer o perderse en trabajo.

— Como mi hermano. — Rio Jungkook sin poderlo evitar. — De tener qué señalarle un defecto a mi hermano sería ese, Jeon Seokjin es un alma solitaria que se refugia en el trabajo. Sus únicos pasatiempo son la cocina y los libros, es como un anciano prematuro. De hecho, ustedes dos lo son, por eso se complementan aunque no parezca, si se dieran la oportunidad de ser amigos de verdad, sería genial.

Yoongi lo miró por el retrovisor sin sonreír abiertamente, pero a él le seguía pareciendo tierno Jungkook porque, a pesar de su edad y logros, seguía conservando una inocencia pura bastante peligrosa. Era demasiado ingenuo en muchos aspectos y aunque por un lado era bueno, por otro no lo era tanto. Seokjin y él jamás podrían ser amigos, conocidos sí, jefe y empleado también pero amigos, esas ya eran palabras mayores.

— ¿Ha escuchado de él? — Se atrevió a preguntar.

Seis meses ya habían pasado desde el día en que lo llevó al aeropuerto por la última vez. Siempre era así, recogía a Seokjin cuando llegaba al país, conducía a cada lado que le fuera indicada y cuando era necesitado. Cuando su estadía concluía, volvía a llevarlo al aeropuerto y no escuchaba más de su persona hasta que en la pantalla de su teléfono volviera a mostrarse una fecha y hora de llegada.

— ¿Mi hermano? — Inquirió como si no supiera que se estaba refiriendo a él, necesitando una confirmación que llegó con una sola mirada del mayor por el retrovisor. — Ya no se comunica tan seguido como solía hacerlo, pero al menos una vez por semana hablamos por teléfono algunos minutos, puede que el resto de los días hayan algunos mensajes perdidos, pero eso sería todo. ¿No te ha llamado o dicho cuándo piensa regresar?

— Si no se lo ha dicho a usted, es muy poco probable que me lo diga a mí.

— Bueno, me sorprendieron en mi cumpleaños pasado, así que todo es posible. — Respondió recostándose en el asiento con sus ojos cerrados. — Por cierto, ya estamos fuera de la empresa, ¿seguirás con el trato formal? — No obtuvo respuesta y esto hizo a Jungkook sonreír. — Necesito comida de Ajumma.

— Ya le he avisado a la señora Uhm Junghwa que iría temprano a casa, ya debe estar preparándole todo lo que le gusta para consentirlo.

— Siempre lo he dicho, hyung. Eres como empleado el más eficiente y como hombre el mejor. — Habló inclinándose para palmear su hombro alegre.

— Gracias por la adulación. — Sonrió visiblemente, Jungkook siempre lograba que lo hiciera y por eso siempre iba a ser su mocoso preferido.

+++

Taehyung entró a aquel restaurante sintiendo sus manos sudar, estaba nervioso aunque no lo mostrara. Solía ser un cliente regular de ese sitio al que ese día le diría adiós. Tal vez lo extrañaría, pero sabía que a su vida llegarían muchos cambios que serían solo para mejor y no debía aferrarse al pasado. Para prosperar, había que aprender a soltar las cosas que anclaban y no dejaban navegar libremente en la búsqueda de nuevos horizontes.

Se sentó en su mesa preferida y que había reservado solo para asegurarse que la tendría libre para cuando fuera. Pidió una bebida para ir bebiendo algo, jugando con su móvil en lo que esperaba a la persona que pronto debería llegar. Puntual como siempre, aquel hombre de porte envidiable hizo acto de presencia.

Imposible no responder la sonrisa que le estaban brindando, el abrazo o incluso el beso que depositaron en sus labios. Oh, su novio siempre había sido un detallista y excelente besador.

— Buenas tardes, ricitos. — Ese apodo siempre le pareció un poco cursi y aunque no le gustaba demasiado, terminó acostumbrándose e incluso se le hizo agradable ser llamado así. — No esperaba que me pidieras quedar para almorzar hoy, has estado tan ocupado todas estas semanas.

— Buenas tardes, Seojoonie hyung. — Le devolvió el saludo volviendo a sentarse en su asiento frente al contrario. — Lo sé, he estado muy ocupado pero necesitaba verte.

Park Seojoon y Taehyung llevaban casi seis meses de relación. Este era el supervisor de uno de sus mejores amigos, Wooshik. Su novio era el Jefe de Recepción en el Hotel Euphoria y lo conoció allí por casualidad un día que fue a llevarle a su amigo su distintivo olvidado en casa por el que recibiría muchos problemas. Justo en el momento que se lo entregaba, Seojoon los sorprendió.

De alguna forma se encontró pidiéndole un número de teléfono que no fue negado. Acordaron un primer encuentro en una cafetería y así, sin darse cuenta, ya llevaban seis meses juntos.

— ¿Necesitabas? ¿Por qué eso me suena un poco tenebroso? — Rio un poco nervioso viéndolo. — ¿Sucedió algo, ricitos?

— Nada grave, solo necesitaba que conversáramos, necesitábamos hablar.

— Esas frases nunca me han gustado. — Admitió sosteniendo la servilleta, estudiando el rostro de su pareja. — Dime qué es eso que quieres decirme.

— Primero comamos.

— Creo que podría sufrir una indigestión así que prefiero saber antes, así sabré a qué atenerme. — Insistió dejando la tela a un lado para cruzar discretamente los brazos apoyados en la mesa. — Dime.

— Terminemos. — Soltó sin más. Había pensado en tantas cosas para decirle que ahora viéndolo frente a él, supo que lo mejor era decirle lo que quería sin adornarlo. — Quiero que sepas que estos seis meses han sido geniales, todavía me gustas y créeme cuando te digo que no pude encontrarme con un mejor novio. No eres tú, se trata de mí...

— Vaya, sí que eres original. — Se rio negando, sinceramente no comprendía el proceder de Taehyung, pero podría suponer que no le tocaba entender una decisión ya tomada.

— Estuve esperando por muchos meses la confirmación de una escuela, LMA, también conocida como London Model Academy en conjunto con London College of Fashion en Inglaterra. La aceptación recién me ha llegado hace una semana y desde entonces he estado pensando en cómo decirte esto. Es una oportunidad que no deseo perder porque es algo que siempre añoré. Se trata de mi carrera, mis sueños y sé que quizás suene egoísta pero no perdería este chance por nada ni nadie.

— ¿Por qué nunca me lo mencionaste siquiera? Sí sé que te interesa la moda, maquillaje, belleza y estilo mas jamás supe que lo querías estudiar, menos que esperabas viajar al extranjero para especializarte en estas enseñanzas.

La llegada de la camarera causó que entre ellos se hiciera silencio, ya Taehyung había pedido, solo esperaban que llegara su acompañante para preparar ambos pedidos juntos. Mientras el mayor hablaba, él lo observaba en silencio. Park Seojoon era casi perfecto, pero la perfección sin evolución no valía de nada.

— Perdóname. — Volvió a hablar una vez solos. — Por no haberte sido sincero desde un inicio porque la verdad jamás creí ser aceptado, lo olvidé incluso pero ahora... Es que no puedo decir no.

— No digas no, merecer labrarte un mejor futuro, es tu sueño y yo comprendo eso, lo respeto. No tienes que pedirme perdón por desear superarte, sí me hubiese gustado saberlo desde un principio para no tomarme las cosas tan en serio contigo. Por Dios, te iba a pedir que te mudaras conmigo. — Estaba avergonzado de sus propias intenciones y esto le parecía tierno al menor.

— Mi vida estará tomando un nuevo rumbo, pero nada quita que nuestros caminos se vuelvan a cruzar en un futuro.

— No estoy seguro de querer que eso suceda. — Bromeó regalándole una sonrisa a Taehyung.

— Oye, tampoco he sido un mal novio.

— En eso supongo que tienes razón.

+++

— Vaya, sí que es bueno tener un amigo como tú que me permita conocer estos placeres de los que privan a los mundanos y solo el uno por ciento de los privilegiados pueden disfrutar. — Taehyung sonrió al escuchar a Wooshik. — Este lugar es increíble.

— Solo esperemos que no se olvide de los pobres ahora que ha alcanzado su objetivo. — Musitó Hoseok enganchándose de sus hombros.

— Más le vale que no se olvide de nosotros porque tuvimos todos que trabajar arduamente para que él alcanzara sus objetivos, principalmente yo que hasta mi trabajo puse en juego. — Le dio una nalgada a Taehyung, ignorando la forma en que el otro lo miraba. — Aunque no me quejo, me llevaré muy buenas comisiones.

— Te voy a extrañar mucho ahora que no vivirás conmigo en nuestro pequeño apartamento. — Agregó Hoseok.

— No te preocupes por eso, Hobi, ya te dije que haré tiempo para vernos seguido y posiblemente vaya frecuentemente, ese será mi escape. Además, seguiré ayudándote con el alquiler, no sentirás mi falta y tampoco tendrás que solicitar un nuevo compañero de piso. — Comentó Taehyung estirando sus manos hacia sus hombros para acariciar las contrarias.

— Yo me ofrecí a vivir con él pero me rechazó.

Hoseok revoleó sus ojos al escucharlo. Ellos salían juntos, pero no eran amigos, a decir verdad, ni siquiera la agradaba su persona solo lo toleraba por Taehyung. Él era el puente entre ambos y sin este, prefería mantenerse bien alejado del mayor de los tres.

— No te ofendas, pero sabes que no me agradas, la convivencia contigo no sería grata así que prefiero evitarla. — Wooshik chasqueó su lengua, mirándolo con ojos entrecerrados.

— No comiencen ustedes dos, esta noche es para mí, nuestra despedida temporal. Quiero solo buenos momentos, tragos y de ser posible, un buen semental que me brinde lo que por mucho tiempo no tendré. — Los tres se carcajearon mientras se dejaban envolver por las luces fosforescentes que junto con la música creaban un agradable y sensual ambiente.

Tres botellas de champán entre risas, bailes y música se fueron como agua, todos estaban animados, bailando entre ellos aunque de tanto en tanto alguno bailaba con algún desconocido y regresaba al grupo. Uno de los dependientes se acercó a ellos con una cubitera en la cual las luces hacían resaltar la botella que venía dentro, alumbrando incluso los hielos ahora multicolores.

— La botella que tenemos aún no se ha acabado, ¿quién pidió otra? — Cuestionó Taehyung echando su gris cabellera hacia atrás, hablando sobre el ruido de la música. Wooshik negó haciendo alusión a que él no había pedido nada y el pelirrojo lo imitó. — Nosotros no hemos pedido aún y ese no es el champán que hemos estado bebiendo.

— Esta bebida es cortesía de alguien más. — Quien traía la bebida se hizo a un lado, dejando ver a un sujeto que levantaba su copa hacia su dirección desde la otra zona VIP a escasos metros de ellos. — ¿Desea devolverla?

El peligris humectó sus labios y sonrió observando la botella. El tipo quería impresionarlo y solo con observar su aspecto, fingiría dejarse impresionar. Llevaba su cabello peinado hacia atrás dejando al descubierto no solo su frente sino también ambos costados de su cabeza que llevaba prácticamente afeitados, los cortes eran visiblemente más bajos. Sexy y no tan común entre coreanos al no ser que hayan vivido en el extranjero, que siguiera la cultura internacional o fueran figuras públicas.

Su atuendo era una mezcla entre juvenil, clásico y estrella de rock. Camisa negra y ancha que no le dejaba saber a esa distancia qué tan bien ejercitado estaría su cuerpo, al menos así fue hasta que llegó a sus pantalones del mismo color y notó lo bien que se ajustaban a sus muslos mientras permanecía sentado con sus piernas cruzadas. En sus pies unas muy inusuales botas militares de color negro resaltaban con la luz que de forma intermitente las alumbraban.

Todo lo que llevaba encima eran prendas de ediciones limitadas, el champán, es estilo de quienes lo acompañaban, la zona en la que estaba sentado, todo eso era una confirmación de que por sus manos corría dinero y eso a su vista, lo hacía mucho más apetecible.

— No, puede servirnos y acomodarla en la mesa. — Le respondió haciéndose a un lado para que el hombre pasara y, una vez recibida su copa, brindó con sus amigos antes de volverse hacia el sujeto que lo contemplaba. Le gustaba esa mirada en asecho. Elevó su bebida y sonrió en su dirección, viendo como era imitado por el contrario. — Hoy se folla.

Hoseok arrugó su frente sin comprender en ese instante, viendo a su amigo sonreír. Solamente bastó con seguirle su vista para notar que ya había elegido su víctima. Suspiró con una sonrisa, chocando sus copas.

— Siempre tienes buen gusto, buena elección.

— Eso lo sé, Hobi. Sé que hoy el plan era no separarnos, pero creo que les fallaré, si ese hombre no decide irse conmigo, yo igual me lo llevaré. Lo quiero. — Rio comenzando a bailar una vez más con sus amigos.

Había cuatro hombres más junto a ese hombre y de esos, dos bailaban pegados a su cuerpo provocativamente. Con una copa en su mano y sus ojos mirando hacia abajo, centrados en los movimientos de quienes le bailaban, el desconocido dejó ver una sonrisa ladeada que provocó no solo esa chispa competitiva en Taehyung, sino que sacó el "homme fatal" de su interior.

— Eres malo, te dije que me gustaba y te lanzaste por él. — Comentaba Jimin moviendo su cuerpo contra Jungkook. — Es completamente mi tipo.

— Creí que Namjoon hyung era tu tipo. Además, a ti te gusta recibir y él tiene cara de compartir los mismos gustos, so, está hecho para mí. — Bromeó palmeando su trasero.

— Bebito, sabes perfectamente que mi actividad en la cama es tan dual como mi personalidad. Yo recibo, doy, me tiro de una lámpara y hago la danza del helicóptero si de gozar se trata. — Jungkook no pudo evitar reírse y Sicheng que bailaba juntos con Jimin tampoco. — Namjoon es mi esposo ideal, mi tipo enloquecedor pero no me da ni la hora, no me quiere.

— Ya sabes como es él, es demasiado serio y tú demasiado promiscuo. Quizás si te contuvieras un poco, él podría pensar diferente. — Jimin hizo un puchero frente a las palabras del pelinegro.

No es que fuera promiscuo sino que quien le gustaba desde la secundaria jamás le hizo caso y en algún punto del camino prefirió dejar de esperar y disfrutar su vida sexual. Intentó varias veces tener una relación, pero simplemente no funcionaban y él tampoco ponía demasiado esfuerzo en ellas.

— Namie es tu tipo y el de muchas personas más, hombres y mujeres. — Comentó Sicheng señalando en dirección del aludido quien, junto a Yoongi, estaba siendo rodeado por tres mujeres. — Oh, creo que alguien se llevará a tu hombre, Jimin.

— WinWin, creo que no debiste avisarle. — Musitó Jungkook viendo al rubio ir en dirección a donde estaban sentados sus amigos. No supo qué hizo o dijo, solo notó a los mayores rodar sus ojos y a las mujeres irse mientras Jimin se sentaba entre ambos.

— ¿Ups? — Se encogió de hombros con una sonrisa coqueta. — Si ese hombre que has estado mirando esta noche no se va contigo, ¿quieres que te acompañe a casa, Jungie?

— No, ya hemos hablado de esto por meses. Entre tú y yo no ocurrirá nada, eres mi amigo y no echaré a perder esta amistad por un revolcón. — Negó con una sonrisa, acariciando sutilmente su espalda para que se distanciara.

— Bueno, no hay peor lucha que la que no se hace. Quizás algún día se me brinde la oportunidad. — Los dos brindaron entre risas hasta que la vista de Jungkook fue captada por un peligris que a él se acercaba. — Creo que esta es mi salida. Usa condón. — Le guiñó un ojo y se alejó antes de que el desconocido llegara a ellos.

3/12/20
Hasta aquí mi actualización, quise estirarla hasta mi cumpleaños como un auto regalo que quería compartir y disfrutar con ustedes.

PD: Perdóneme los errores...

https://youtu.be/rl9CR5F5CyA

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