Capítulo 37

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¡No me toques! — Gritó Jungkook sorprendiendo al peligris que miró a su alrededor para asegurarse que no estuviera su esposo.

Unas horas antes, después de aquella pequeña discusión que Jaehyun y Tae tuvieron, luego de la cena, la ex pareja de Jungkook decidió que era momento de irse. Con una excusa que envolvía su ajetreada agente se disculpó con el señor Jeon diciendo que debía regresar a Seúl. A pesar de lo mucho que Jungkook le insistió, a pesar de lo hablado y de que él tenía pensado quedarse los días restantes, simplemente decidió partir. Eso era lo mejor y por eso, una vez que su manager lo fue a recoger, se fue sin mirar atrás.

Desde entonces el dirigente de Jeon's Entertaiment no había dejado de llorar. El dolor en su pecho por la partida definitiva del hombre que él todavía amaba le estaba calando tal cual esperaba y un poco más. Respetaba plenamente su decisión, era justo, pero no era eso lo que quería. Más allá de todos sus planes, no quería sacar a Jaehyun de su vida y lo peor era que le había prometido no buscarlo más.

Había perdido al hombre que amaba por haberse acostado con un hombre que le fascinaba en la cama, que lo provocaba, pero que fuera de ese mueble, de esa chispa innegable, no quedaba nada más. Lo peor era que no podía culpar a nadie más que a él mismo porque tomó las decisiones, nadie le puso un arma en la cabeza y ahora debía pagar las consecuencias. De todos modos, dolía, muchísimo y no ayudaba en nada ver la estúpida risa de Taehyung cuando este le preguntó si había problemas en el paraíso, acercándose para abrazarlo. Sentía repulsión no por Taehyung, sino por su propia persona, por toda esa retorcida situación.

— ¿No me escuchaste? Vete a dar una vuelta, a follarte a tu marido a un burro a hacer lo que te salga del culo, pero déjame en paz de una jodida vez, Kim Taehyung. — Por el alto volumen de su voz, Jeon Dongun descendió las escaleras para ver lo que estaba ocurriendo, encontrándose con su hijo exaltado discutiendo con Taehyung.

— Jungkook, esas no son formas de hablarle a mi esposo.

— Entonces recoge a tu esposo para que no esté jodiéndole la vida a las personas. Haz que desaparezca de mi presencia si no quieren que ocurra una jodida desgracia. ¡Si me dejaran en paz, todos seríamos más felices! — Aquel grito salió con un jadeo por el llanto que confundió todavía más a su padre. Intentó acercarse, hablar con Jungkook, pero este simplemente pasó de largo dejándolos a los dos en la sala de estar mirándose seriamente.

— ¿Qué fue eso? — Indago Dongun mirando serio al menor.

— ¿Qué fue qué? — Respondió algo nervioso por la fija mirada de su esposo.

— Tu discusión con Jungkook.

— No estábamos discutiendo como tal, al menos yo no, él se estaba solo desahogando con mi persona creo yo. Desde que Jaehyun se marchó no ha dejado de llorar, creo que terminaron finalmente, fue por eso que me acerqué para hablarle, para brindarle mi apoyo, pero creo que se lo tomó a mal, no vio con buenos ojos que me inmiscuyera en sus asuntos. Eso fue todo, no pensé que estaría tan dolido y mucho menos reaccionara de ese modo.

— Bueno, es Jaehyun, si no me equivoco fue el primer hombre de Jungkook. Siempre han estado juntos a pesar de sus separaciones, cada uno es importante en la vida del otro. A su propia manera, siempre se han querido muchísimo y nadie puede decir lo contrario porque no han vivido su relación en carne propia. Yo he sido un testigo y no puedo imaginar la profundidad de los sentimientos de esos dos aunque en un momento determinado hayan estado con otras personas. No hay una receta exacta para el amor, no podemos decir si amaras no pensarían, harías o dirías esto, cada persona es única y siente diferente. No podemos simplemente moldear algo y esperar a que todos quepan ahí. A Jin en un comienzo no le gustaba la relación de esos dos y si soy sincero a mí tampoco, pero pude ver que Jae podría ser el hombre perfecto para mi Jungkookie. El único problema es que a veces la perfección no es suficiente para mantener una relación por tanto tiempo.

— Opino que ellos lo que se tienen es costumbre, no amor, tu hijo lo superará pronto.

— No lo creo, si ellos no vuelven, aunque mi hijo pueda estar con más personas e incluso comenzar una relación, no lo superará pronto. En algún momento sí, pero no inmediatamente. Cuando te acostumbras a alguien, te quedas en una zona de confort agradable, sonríes con su presencia, siempre es grata, pero deja de hacerte sonrojar. Ya no te emocionas solo sientes bonito, te alegras. Cuando se recibe una llamada que saca las sonrisas que lograba Jaehyun en Jungkook. El amor, Tae, no es un hábito, un compromiso o deber, tampoco es lo que cada persona repite constantemente porque la literatura, religión, familiares y los medios le han inculcado desde que abren sus ojos. No es una canción romántica, es solo un sentimiento que se vive, se siente.

— ¿Por qué hablas con tanta nostalgia? — Frunció su ceño estudiando su rostro, aceptando la mano que el mayor le brindaba para que se fuera a sentar con él.

— Porque me recuerda mi vida, a mis hijos, mis padres. Los mismos preconceptos que se tienen del amor, muchas personas lo tienen con tu sexualidad, con personas que sienten tener una identidad de género diferente a aquella con la que nacieron. El mundo les dice cómo es que debería ser sus relaciones, cómo es correcto vestirse o lucir, a quién y cómo deberían amar. Ha cambiado un poco con el paso de los años en algunos sitios más que otros, pero ahí sigue. Lo mismo pasa con los sentimientos, te dicen cómo serías supuestamente un buen padre, qué es amar. Nadie puede decir o describir a ciencia cierta cómo es el amor porque todos lo viven con intensidades diferentes y muchos lo pierden porque creen que su amor debe cumplir con estándares que no deberían existir.

— En eso estoy de acuerdo.

— A veces veo a las esposas de mis socios y me frustro solo de verlas. Unas se comparan con otras, porque el esposo de una hace cosas que otros no. No importa que uno de muchas muestras de amor, hay quienes lo necesitan verbalizados o viceversa, los que miden el cariño por todos las cosas materiales de valor que puedan ofrecer, por los viajes, por la cantidad de hijos y cosas absurdas. Cuando dos personas no se quieren casar, tener hijos, las personas automáticamente piensan que si no se quieren casar o tener hijos ya no lo aman diferente. Asocian una cosa a otra, un gesto a otro sin necesidad. Es por eso que aunque les doy mi opinión, no me involucro en las decisiones de mi hijo con respecto a la persona con quien elijan estar. Mientras no se hagan daño o dañen a otros, creo que está bien que vivan sus amores como deseen.

Taehyung quería hablar, pero sabía que justo en ese momento podría ponerse en evidencia. Por ese motivo optó por callar y abrazarlo, dándole la razón con un asentimiento y un beso que se interrumpió cuando escucharon el sonido de una maleta.

— Hijo, ¿a dónde vas a esta hora? — Se apresuró a preguntar poniéndose de pie. — No deberías conducir ahora, no tienes un buen estado mental y podría suceder una desgracia mientras vas en el timón.

— No me pasará nada, todo lo contrario. Manejar a esta hora me relajará, necesito pensar, organizar mis ideas y ver qué debo hacer.

— ¿Sigues pensando en irte del país? — Fue una sorpresa para Taehyung escuchar aquella pregunta tan repentina. ¿Jungkook estaba planeando irse de Corea del Sur?

— No lo sé, papá, quería irme con Jaehyun lejos de todo esto, imitar a mi hermano que pronto se largará de aquí, pero ahora no sé. Quería irme con mi pareja, no solo, no sé qué haré y te agradecería que no me hablaras de eso ahora. Mejor disfruta de tu descanso y la privacidad, descansa. Yo estaré bien.

Sin decir más, Jungkook salió de aquella casa apartada y comenzó a conducir. Por momentos sus ojos se humedecían y él los limpiaba con brusquedad. Molesto, porque perder a una persona que amaba por su propio error dolía. Mirar atrás para ver todo lo perdido, como los sentimientos acumulados, la búsqueda por cada día ir creciendo juntos, las palabras, las sonrisas, como todo eso parecía ir desvaneciéndose a pesar de verlo con tanta claridad.

Jaehyun y él no se necesitaban para completarse, ellos solo se aceptaban completamente, respetaban y querían tanto las partes del otro que le gustaban como las que no. No evitaron alejarse solo por el pensamiento de que también estuvieron ahí esperándose a través de los años, no era un compromiso, un deber, una costumbre. Era el planear constantemente una cosa que sabían ambos disfrutarían, sorprenderse, complementarse cada día y seguir en busca de más sin olvidar todo lo logrado, atesorándolo.

A Jungkook le dolía aceptar que jamás volvería a encontrar una persona como él, que nunca volvería a tener un amor así.

No sabía si en un futuro volvía a enamorarse, era lo más probable, ya que decían que ni siquiera el sufrimiento era eterno. Sin embargo, amar del modo en que ellos lo hicieron, eso no volvería a ocurrir en su vida y de cierta forma, eso se convertía en un consuelo.

Llegar a su edificio después de varias horas de conducción no fue tan gratificante como quería. Cuando caminó hasta la puerta del apartamento de Jaehyun y apoyó la frente en esta, no pudo hacer nada de lo que deseaba, solo llorar por un rato más antes de subir y perderse en la tina hasta que su cuerpo le obligó a dormir.

— ¿Crees que tu hijo haya llegado bien? — Taehyung indagó con cautela mientras besaba el pecho de su esposo. — La forma en que se fue me preocupa, después de lo que pasó también con Jin...

— Jungkook es diferente de Jin por ese lado. — Mencionó deteniéndole. — Él me escribió hace un rato para decirme que había llegado bien, no tenemos que preocuparnos. — El menor asintió sonriéndole, inclinándose para besarlo.

Esa noche, Taehyung necesitaba que su esposo se encargara de vaciarle la mente para no pensar en lo molesto que se sintió al ver a Jungkook llorar por alguien más o las malas contestas que le dio. Hubo algo en su mirada que no le gustó en lo absoluto y por primera vez, realmente temía no volver a tener una oportunidad con él. Quizás eso era lo mejor, que ellos no se mezclaran más de esa manera, él podía divertirse en otros lugares y con otras personas menos problemáticas y peligrosas para su relación. Tal vez había llegado la hora de hacerle caso a Hoseok aunque esto significara no volver a tener alguien con quien el sexo se sentía tan bien.

— Sí, justo ahí, mi amor... — Taehyung jadeó cerrando sus ojos, escuchando los jadeos de su esposo, como besaba su cuello mientras se movía en su interior. — Soy muy afortunado por tenerte en mi vida, amor. — Musitó abriendo sus ojos para mirar a su esposo. — Te quiero mucho, Dongun, en verdad lo hago, por favor, nunca dudes de eso. — Con su corazón rebosante de calidez, el mayor se inclinó para besarlo, limpiando sus lágrimas con suavidad.

— Nunca me alejaré de ti, mi angelito hermoso.

Taehyung odiaba esos momentos en donde se sentía tan vulnerable, donde su coraza se quebraba y no podía hacer más que llorar. No sabía por qué estaba así en esos momentos, pero sinceramente agradecía a ese hombre que desde que llegó a su vida, jamás lo dejó solo. Alguien que le brindó su cariño incondicional, que no lo juzgaba, maltrataba verbal o físicamente, que le entregaba lo que pidiera y más. Podía haberlo buscado por interés, pero tuvo la suerte de encontrarse a un hombre que aun con todos sus defectos, era increíblemente bueno y respetuoso con su persona dentro o fuera de la cama.

Podía no ser todo lo que quería en el sexo, se sentía bien, pero no lo llenaba por completo. No obstante, no lo cambiaría por absolutamente nadie. Él también quería esa seguridad que el mayor le brindaba en todos los aspectos de su vida y que no dejaría por nada. No lo haría...

+++

Namjoon observaba a Yoongi en silencio, el mayor agitaba sus piernas mientras volvía a mordisquear las cutículas de su dedo pulgar. Intentaba no hacerlo, pero incluso sus lágrimas se encontraban descendiendo mientras sentía el peso de esa mirada en él. La mandíbula del menor estaba brutalmente tensada pese a mantener la calma.

— Hyung... — Yoongi elevó la mirada para encontrarse con la contraria. — No te muerdas las cutículas. — Ante esto, retiró el dedo cubierto de saliva de su boca para posarlo sobre sus muslos. — Dime qué fue lo que pasó como siempre has hecho, cuéntame todo tranquilo.

— Yo...

Después de tanto tiempo, estaba con Seokjin encerrado en una habitación. Todo estaba reducido a asuntos de trabajo, nada que tuviera que ver con ellos dos. Según él, ya había superado en gran parte sus sentimientos por Jeon Seokjin, no obstante, la forma en que el corazón de Yoongi palpitaba distaba de aquello creído. Lo veía hojear, leer y discutir sobre todos los informes que le entregó con la calma que siempre lo caracterizó. Era tan elegante, intrigante, un apersona que le hacía preguntarse siempre qué había en su mente.

En algún punto, la mirada de Seokjin lo alcanzó, se quedaron en ese contacto visual hasta que el menor se levantó a tomar agua. No podía mirar a quien volvía a convertirse en su jefe oficialmente, había aceptado trabajar con él, le gustaba lo que hacía, pero comenzaba a arrepentirse de la idea. No era posible que con su sola presencia causara tantas cosas en él, era tan injusto que su mente estuviese dividida entre Namjoon y ese hombre que cada vez que pasaba una página hacía su piel erizar.

— Ha sido un excelente informe. — Yoongi se sobresaltó al sentir el aliento de Jin tan cerca de su cuello, haciéndolo paralizar, pero queriendo voltearse para inclinarlo sobre esa maldita mesa, quebrarlo hasta que gritara su nombre. Poder venirse en su interior, dejarlo sudado y con la capa que su propio semen dejaría en su cuerpo. Lo único que impedía aventurarse a cometer aquella locura que volvería atraparlo en un juego que solo era divertido mientras estaban en la cama, era el hecho de que él ahora tenía una relación con Namjoon y Jin tenía esposa, una hija. — Ahora solo falta hacerle seguimiento a los asuntos de Taehyung y la nueva asambleísta que quiere hacer negocios con nosotros. No me gusta mezclarme con políticos, pero podemos ver si todo está en orden.

— Así lo haré. — Musitó procurando voltearse sin éxito.

— Min... — Cerrando los ojos, Seokjin exhaló con pesadez, dejando que su frente descansara contra la cabeza ajena. — ¿Por qué no me has dicho que no me vaya a los Estados Unidos?

— ¿Por qué le pediría algo así cuando usted y yo no teníamos ni siquiera una relación laboral? — Preguntó Yoongi también cerrando sus ojos, sintiendo la mano de Jin posarse en su hombro para ir descendiendo hasta su cintura. — Señor, estamos en su casa.

— Maldición... — Era horrible estar sintiendo la necesidad de perderse en él y hacerlo suyo en su casa, con su mujer e hija ahí. Se maldecía tener que estar viviendo las mismas cosas de su padre y sentir que cada vez lo comprendía más. — Vuelve conmigo, Min.

— Tengo novio y usted está casado, no creo que esa sea una proposición que debería hacerme. Además, lo dije la última vez, no quiero más migajas disfrazadas de afecto mientras follamos para después levantar paredes a nuestro alrededor separándonos. No es eso lo que quiero en mi vida.

— No es eso lo que te estoy ofreciendo esta vez. Ahora, me estaré entregando a ti completamente, me permitiré hacerlo. — Controlando su fuerza, volteó al más bajo para mirarlo a los ojos, la mano en su cintura afianzándose mientras la otra buscaba sus mejillas, ahuecándolas. — Te estoy ofreciendo una relación en la que intentaré poner todo de mi parte, en la que de tu mano iré rompiendo mis reglas. — Confundido, Yoongi relamió sus propios labios intentando concentrarse solo en la mirada ajena y no en sus labios o tacto. — Dime algo.

— No sé qué quieres que te diga, Jin. — La respuesta llegó carente de honoríficos algo que sorprendió un poco al castaño que le sonrió. — Yo ya tengo una relación real, lo que me estás ofreciendo es que me convierta en tu amante porque estás casado.

— Sabes mejor que nadie que entre Chanmi y yo lo que hay es un acuerdo, buena amistad y una niña. No serías mi amante, sino mi pareja para mi familia y para mí. Mírame y dime que no me extrañas, que ese hombre te llena completamente y no me necesitas como yo a ti.

— Sí, te extraño o mejor dicho, extraño los buenos momentos, pero no te necesito en mi vida. Estoy satisfecho con lo que tengo junto a Joonie. — Al sentir la pierna presionando entre las suyas, Min cerró los ojos y luego lo volvió a mirar.

— Por favor, primero piénsalo, no me digas nada ahora mismo. Tendrás hasta después del evento organizado por mi padre para que me des una respuesta. — Inclinándose, unió sus frentes, buscando unos labios que no alcanzó.

— ¿Qué sucede con Jungkook?

— ¿Qué hay con él?

— ¿Ya no lo amas?

— Es mi hermano, de una forma u otra lo amaré hasta el día en que muera. Mis sentimientos por él están aquí, en mi pecho, pero no continuarán desarrollándose. No te estoy utilizando para suplantarlo esta vez, los roles por un lado me ayudaban, por el otro, realmente me gustaban, pero estoy dispuesto a dejar todo eso atrás. Realmente quiero empezar de cero contigo, quiero darme la oportunidad de estar con la única persona que ha logrado que yo sienta algo apartando ese lado oscuro de mi vida que quiero enterrar. Sabes todo lo que he tratado, no puedo sin más desaparecer este sentimiento o lo hubiese hecho desde el día en que lo descubrí.

— Yo lo sé. — Musitó Yoongi sintiendo su pecho apretarse al ver lo que muy pocas veces había visto, las lágrimas de Jin aflorando. Con cuidado, elevó su mano entre sus cuerpos para acariciar sus mejillas, atrayéndolo a un beso que Jin en un comienzo no correspondió. — Quiero besarte ahora, no hagas que me arrepienta. — No necesitó decir nada más, Jin se lanzó por sus labios, sintiéndose respirar en mucho tiempo. Era una necesidad latente el abrazarlo como nunca antes hizo, algo que Min notó y le permitió entregarse más. — Dios, te he extrañado tanto, he extrañado tanto tus labios.

Los dos se fueron perdiendo en un beso que se caldeó a medida que avanzaba. Lo hicieron hasta que sus cuerpos se acostaron sobre la mesa y la puerta del despacho se abrió dejando ver a una Chungha que sorprendió a Yoongi. Rápidamente el pelinegro buscó separarse, pero Jin lo mantuvo en su sitio.

— Ella sabe... — Fue todo lo que le dijo acariciando su rostro.

— ¿Sabe qué?

— Lo sé todo, soy su esposa y he sido su amiga desde que aprendimos a caminar prácticamente si no es que mucho antes. Durante muchos años ignoré gran parte de su vida, pero cuando nos casamos, ambos decidimos sincerarnos. — Confundido, Yoongi miró a Jin, fue entonces que se dio cuenta de que en verdad le había contado todo a su mujer con excepción de sus sentimientos por su hermano menor. — No pasa nada, estoy bien con que ustedes estén, yo también puedo hacer mi vida. — Musitó mirándolos con un poco de lascivia. — Los imaginé muchas veces, pero ver esto, a los dos así, es más, mucho más.

— Chungha... — Jin hizo un llamado de atención que le hizo reír.

— Ya sabes todas mis condiciones, ¿ya las hablaste con él? — Seokjin negó descendiendo de la mesa, estirándole la mano a Yoongi para que lo siguiera. — Una de esas condiciones, es que nunca se harán este tipo de cosas en la casa de nuestra hija, para eso una segunda residencia es mejor. Así que ahora, para conversar, será mejor que nos vayamos ahora que mi bebé finalmente se durmió.

Yoongi no salió de su confusión al ver la tranquilidad de Chanmi, ni siquiera después de que los tres abandonaran la mansión para irse al apartamento de Seokjin. Es que Min no entendía que hacía yendo a hablar con esos dos, pero ahí estaba, sentado junto a ellos conversando.

— Mis condiciones para ustedes son sencillas, como bien dije, nada mientras nuestra hija esté presente. Cuando crezca y tenga la edad suficiente para ir comprendiendo lo que sucede, entonces nos sentaremos hablar con ella. No quiero que se haga público todo este asunto y no me refiero a la familia o sus amistades, sino la prensa y con ella el resto del país. Si realmente tendrán una relación, acepto que Min sea parte de la vida de la niña mientras crece, pero no quiero que Jin descuide sus obligaciones como padre y esposo. Con esto último me refiero a los compromisos sociales y demás, por supuesto, Yoongi siempre podrá venir con nosotros como nuestro inseparable asistente o seguridad aunque solo sea tuyo. — Comentó mirando a su esposo.

—E-Esperen...

— Hay otra cosa que me gustaría preguntarles y pedirles. Ya Seokjin sabe, pero como tú no estabas enterado lo diré porque creo que es una decisión de dos, en este caso tres. — ¿Tres? Yoongi no quería pensar de más, solo esperaba que no le estuviera haciendo la misma proposición que Jimin. — Quiero un segundo hijo, no lo quiero de diferentes padres, así que espero mínimo una donación de esperma. Ahora en lo personal, si no te incomoda demasiado, preferiría concebirlo de manera natural. No me importa que mires o participes. — Los ojos de Min se engancharon ante la extraña proposición pasando a mirar a Seokjin. — Lo último y no es una condición sino más bien un deseo, es verlos a ustedes, no tienen que dejarme participar, eso ya sería avaricia. — Se burló, pero los hombres en la habitación seguían serios. — Me conformo con mirarlos, siempre he querido ver a dos hombres juntos y la idea de ustedes dos me prendía mucho, después de verlos hoy, comprobé que no me disgusta ni un poco, todo lo contrario.

— Yo acepto lo que Min quiera. — Musitó Jin tranquilo. — Yo estoy bien con todo.

— Yo... Yo ya tengo que irme. — Fue todo lo que dijo Yoongi, frenando cuando Seokjin se levantó de su asiento para agarrarlo y besarlo una vez más frente a una Chunga que sonreía mordiéndose el labio.

— Se ven tan lindos... — Al escucharla, el menor de los hombres volvió a separarse, mirándola a ella y a Jin antes de irse de aquel apartamento.

Después de escuchar todo lo sucedido, Namjoon contemplaba a Yoongi como si este le hubiese contado una historia de terror. Estaba tranquilo en su lugar, pero sus ojos parecían querer abandonar su rostro. El silencio se adueñó de su apartamento, él caminó y Min permaneció sentado en el sofá.

— ¿Has decidido algo? — Se aventuró a romper el silencio Kim, volteándose para sentarse frente al mayor, viéndolo asentir. — Entonces, ¿qué es eso que has decidido?

¡Hola por aquí! Espero que estén bien y gusten de este capítulo, nos vemos prontito.

LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro