Capítulo 50

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Reinaba un silencio cómodo dentro de aquel automóvil, Jungkook conducía centrado en la carretera mientras Taehyung lo observaba a él y sus manos entrelazadas. Era raro, tranquilo, pero extraño para el mayor. Cuando finalmente llegaron a su destino, aquella casa designada para sus encuentros, el pelinegro le pidió que esperara un momento, descendió del auto y lo bordeó para abrir su puerta con una amplia sonrisa casi aniñada. Al extenderle su mano, Kim permaneció mirándola por un instante antes de finalmente negar y tomarla con una sonrisa.

Se había percatado de un patrón en Jeon Jungkook que este le mostró desde su primer encuentro con todos sus detalles desde que le envió aquella botella, cuando le abrió la puerta del vehículo que los llevaría a su apartamento. Jungkook no sabía simplemente tener sexo, podía ser rudo, salvaje e incluso cruel si se lo proponía, sin embargo su trato y actos no dejaban ver el lado más oscuro de su ser con tan brillante luz envolviéndolo. No estaba mal, pero no el mayor no se encontraba muy seguro de querer algo así a largo plazo.

Esperó que desde el vehículo se perdieran en besos desenfrenados, toques obscenos, descender con una ansia loca de poseerse y entrar a la casa chocando por las paredes con besos duros, caricias firmes, no todo eso. Caminar tomados de las manos como una pareja cualquiera en plena fase de romanticismo, quedarse sentado con el menor preparando o más bien sirviendo una comida que mandó a pedir mientras se dirigían allí.

— ¿Te falta mucho? — Preguntó Taehyung observando la hora porque aunque ya le habían dicho a Dongun que no regresaría hasta el siguiente día, sentía que el tiempo apremiaba y quería aprovecharlo.

— No, ya puedes ir desvistiéndote.

— ¿Qué? — Indagaba el peligris confundido por ese pedido tan inesperado.

— Desnúdate y ponte los guantes para que las manos no se te llenen de grasa al comer. — Reiteró contemplando la confusión que del contrario emanaba.

Extrañado, Taehyung asintió procediendo a desnudarse como le fue pedido, observando a Jungkook trasladar toda la comida al salón principal, encendiendo incluso el televisor. Ignoraba que todo eso formaba parte de un plan sencillo que el menor trazó en su mente para darlo un sencillo castigo solo porque algo en la historia de Taehyung quedándose en casa de su hermano seguía sin encajarle.

— Ven aquí... — Llamó Jungkook desde la sala, desnudándose también bajo la atenta mirada que recibía.

A un lado, sobre la misma mesa en donde se encontraba la comida, había un frasco de lubricante que Jungkook agarró entre sus manos, vertiéndolo sobre su aún flácido miembro, ese que comenzaba a acariciar para endurecerlo. Taehyung seguía sin poder entender muy bien sus planes, pero algo en todo eso era sumamente provocativo.

— Siéntate en mi regazo. — Demandó Jungkook serio.

— ¿Así como así? No me he preparado y...

— Taehyung, quiero que te sientes aquí y no para follar precisamente. Este será tu asiento para que te sientes a comer tranquilamente, eso sí, sin dejar que mi erección desaparezca, quiero que la mantengas caliente y dentro de ti todo el tiempo. — Parpadeando confundido, el nombrado comenzó a sentir como su corazón comenzaba a latir fuertemente bajo esa fría mirada, esa sensación de dominio que del otro exudaba lo estaba poniendo tan nervioso como excitado. — Quiero ver el televisor mientras como algo y me relajo.

Siguiendo su pedido, Taehyung avanzó hasta el pelinegro que por él aguardaba. Ubicó sus rodillas a cada lado de su cuerpo, sus manos se aferraron a sus hombros para ayudarse a mantener el equilibrio y descender. El pene de Jungkook goteaba lubricante; eso no facilitaba mucho su penetración porque seguía doliendo mientras se abría paso estirando su interior. Fue el mayor quien llevaba el ritmo, pero no lo hacía más sencillo. Suspiró en reiteradas ocasiones expulsando el aire retenido en su pecho tratando de finalizar su tarea sin siquiera tener el estímulo de una caricia.

— Mierda... — Jadeó con dificultad una vez que estuvo por completo sentado sobre el otro, lleno hasta lo más profundo. — N-No te muevas. — Pidió rápidamente cuando Jungkook intentó moverse para alcanzar la comida. — Deja que me acostumbre. — Una vez más, Taehyung casi maldijo porque el contrario hizo caso omiso a sus palabras, inclinándose aún con todo el peso que tenía sobre él. — Gracias. — Logró decir al recibir el muslo del pollo que le fue entregado y no sabía cómo comer porque era la primera vez que lo hacían comer con una polla estirando su trasero.

— Quiero comer, así que deja mi comida sobre tus clavículas para poder hacerlo a gusto.

— Me mandas a utilizar guantes, pero haces que coloque en mi cuerpo carne que me llenará de grasa, no te entiendo.

— Yo tampoco te entiendo demasiado y aun así aquí estamos. — Espetó Jungkook mirándolo con seriedad, nada que ver con la imagen que le estuvo mostrando durante todo el trayecto a ahí. — Tengo hambre.

Relamiendo sus labios, el mayor asintió sin volver a protestar, desmenuzando el pollo para colocar varios pedazos sobre sus clavículas y morder otros para comerlos él. Sin embargo, no pudo comerse por completo ese primer pedazo porque el contrario perdió los dedos en su cabello para llevarlo a un muy sucio beso que le hizo gemir bajo. Normalmente, hubiesen escogido comidas más sueltas, limpias y elegantes como frutas, cremas e incluso bebidas, algún tipo de licor o champán, mas no. Se encontraban comiendo pollo frito, había eso y trozos de cordero, todo carnes grasosas y poco sensuales. Aunque sí había vino sobre la mesa, todo aquello no dejaba de ser un poco inesperado para Taehyung.

¿Jungkook era así?

Tal vez el error de Taehyung era creer que conocía a su hijastro, que había descifrado gran parte de su persona tan fácil como hizo con su padre. Parecía que Jungkook por momentos mostraba lo que quería enseñar, sorprendiéndolo cuando esperaba una cosa y sucedía otra. Cuando se preparaba para un rechazo podría encontrarse con una aceptación y viceversa. Esperaba algo y llegaba otra cosa por completamente diferente. Es como si el menor estuviese jugando con su mente mientras él consideraba que era al revés.

Viendo a Taehyung masticar, Jungkook se inclinó para acariciar su pecho con su nariz, labios. Una lengua húmeda le hizo estremecer y luego temblar cuando recorrió su pezón, cuando sus dientes tiraron de este haciéndolo cerrar los ojos con fuerza y mover sus caderas.

— Deja de moverte y come bien. — Habló haciéndole abrir los ojos y luego asentir. — Vas a tirar mi comida y no queremos que eso suceda. — Los ojos de color avellana miraron esos oscuros con fascinación, preguntándose cuáles eran los planes verdaderos de Jungkook. — ¡Come! — Exclamó sin parpadear.

Taehyung dejó que la carne demolida bajara por su garganta mientras sentía la respiración de Jungkook sobre esta, una lengua que recorrió su clavícula para hacerse con el trozo de carne que tranquilamente comió mientras miraba el televisor o eso creía el mayor. Lo cierto era que el pelinegro estaba estudiando de soslayo cada una de sus reacciones, confirmando cosas que desde el encuentro en aquel bar comenzó a notar. Quizás las revistas, libros y toda esa información que solía leer de su hermano sin que este supiera lo estaba haciendo imaginarse cosas y quería confirmarlo antes de exponerlo.

— Kook... — Taehyung llamó quitándose los guantes que había utilizado para comer, colocándolos en el plato que Jungkook pronto devolvió a la mesa. Perdiendo sus dedos largos en el negro cabello frente a él, el mayor se inclinó a un beso que no fue rechazado, sintiendo su pecho todavía latir fuerte pese a estar relajado porque era increíble seguir sintiendo a Jungkook completamente erecto dentro de él, sin suavizarse en algún momento. — También quiero ver el televisor. — Musitó sobre sus labios, sintiendo en respuesta unas manos en su cintura que lo ayudaron a voltearse.

Lo había pensado incansables veces desde que se dirigían a esa casa ese día, pero todo era muy extraño para Taehyung y a su vez reconfortante. Estaban ahí haciendo algo sexual que a la vez carecía de ese ingrediente que hacía llegar al sexo. Cobijado entre el calor del cuerpo de Jungkook, la privacidad de ese sitio, comida, televisor, grasa e incluso besos. Oh, le gustaban esos besos que Jungkook estaba dejando en su espalda. Las manos ubicadas en su cintura sin tocarlo verdaderamente, solo descansando allí.

— ¿Cuáles son tus límites en el sexo? — Rompía Jungkook el silencio y sus pensamientos, haciéndolo gemir simplemente por comodidad, casi como un ronroneo.

— ¿En el sexo? — Un sonido a su espalda le dio la confirmación. — No sé, creo que depende de la persona y mi ánimo, incluso las cosas que no he probado podrían ser experimentadas por lo que no estoy totalmente cerrado a algo. — Mencionó pensativo. — Ah, la coprofilia, esa es la única que ni siquiera me plantearía. — Sin poderlo evitar, Jungkook se carcajeó a su espalda. — Hay cosas y gente para todo en este mundo, pero excitación sexual y heces no es lo mío. Aunque pensándolo bien, se han dado accidentes. — Jungkook golpeó su espalda y Taehyung se carcajeó. — ¿Nunca te has encontrado con ellas en tu camino? No todos se hacen una limpieza exhaustiva con enemas y esas cosas cada vez que van a tener sexo.

— Sí, pero no es que eso excite, simplemente ocurre, un proceso normal del organismo y que no quiero discutir ahora que recién acabamos de comer, gracias. — Todavía riendo, Taehyung se echó hacia atrás, acomodándose en el pecho de Jungkook sin que este saliera de su interior.

— A ver, la necrofilia, pedofilia, tampoco me interesa, es una práctica fuera de mis límites, frotismo, jamás me frotaría contra una persona sin su consentimiento. La zoofilia, si fueras un hombre lobo me lo pensaría. — Jungkook lo pellizcó y el mayor rio. — Ya sabes, esas prácticas que ya son para personas con sus trastornos aunque todos estemos un poco locos. Incluso el sexo oral o la masturbación fueron filias en el pasado a pesar de que hoy se consideren prácticas no parafílicas. Estoy bien con casi todo lo correcto, entre comillas. No me importa el exhibicionismo o voyeurismo dado el momento, me agradan los tríos o sexo con más personas. No lo sé, prácticas sexuales que no hagan daño ya sea físico, psicológico o económico incluso a otras personas o a mí.

— ¿El sadomasoquismo?

— Hay muchas prácticas dentro del sadomasoquismo que son placenteras y no precisamente causan dolor. Mezcla muchas otras filias también, todo depende de como se lleve a cabo. No me molestaría que me ahorcaras o me dieras unas buenas nalgadas, yo muero por golpear fuertemente ese trasero tuyo. — Aunque no lo vio, Taehyung pudo sentir la sonrisa detrás de él. — ¿Estás interesado en algo en específico?

— Algo en específico no, pero quiero saber hasta dónde podría llegar contigo y qué tan dispuesto estás a probar diferentes cosas en el sexo que nos involucren a nosotros. — Taehyung asintió pensando en sus palabras, apretando su trasero ahora que sentía el pene de Jungkook comenzar a suavizarse un poco, se movió muy sutilmente, una de sus manos deslizándose hasta amasar tranquilamente sus testículos.

— Estoy dispuesto a probar casi todo contigo y lo que no me guste te lo diré, todo lo que tienes que hacer es respetar mis palabras dado el momento si quiero que te detengas o pido que no hagas algo en específico, si te digo que no me gusta o me interesa.

— Por supuesto, jamás haría algo que fuera en contra de tus deseos o sin tu consentimiento, por eso estoy teniendo esta plática contigo.

—¿Qué tan abierto estás tú? — Preguntó volteando su cabeza para mirarlo aunque sin dejar de acariciarlo.

— Por ahora comparto tus pensamientos, no creo estar cerrado a muchas cosas. — Mencionó mordiendo suavemente su espalda, logrando que el peligris cerrara sus ojos. — Muévete despacio.

— Haces pedidos tan al azar que me confundes. — Se reía Taehyung acatando lo declarado, incorporándose un poco para facilitar sus movimientos. — ¿Puedes pasarme el lubricante?

— Ya utilicé todo el lubricante que por ahora necesitarás. — Con una sonrisa, Taehyung asintió, pasando a morderse su labio inferior, sintiendo al menor en su interior.

Pasaron un rato con movimientos, cada vez que Taehyung intentaba aumentar el ritmo una mano tatuada apretaba su cadera y lo obligaba a ralentizar su cintura. Lo único que no negado fue el hecho de voltearse para poder mirarse a los ojos y besarse. Un sexo suave, lento, que los obligaba a centrarse en el otro, conectarse más allá de sus zonas íntimas.

Un encuentro rápido por la adrenalina, la búsqueda del salvajismo y rudeza, quizás porque estaban en un lugar inadecuado o tenían poco podría ser increíblemente excitante, pero este no era el único sexo que a Jungkook le gustaba tener y estaba seguro de que Taehyung tampoco aunque ya estuviese acostumbrado a ello. En un día como ese en donde contaban con el tiempo necesario para sesiones más largas, un sexo lánguido como el que estaban teniendo les permitía controlar sus velocidades y darse la oportunidad de experimentar placeres diferentes.

Jungkook lo estaba obligando a ir despacio para que su cerebro procesara la experiencia de cada sensación a su lado. No es que a él no le encantase también empotrar a cualquiera de la forma más bestia posible, pero le gustaba esa sensación calma también cuando estaba con una pareja. Taehyung no era su pareja, de hecho, solo con Jaehyun solía hacer el amor de este modo, mas le apetecía llevar al mayor a ese nivel. Es como si todo se sintiera mucho más, algo multisensorial que al ralentizarlo le permitía saborear más las vistas, los sonidos, olores, sabores y caricias...

En ese momento, el contacto visual era por momento el mayor protagonista a excepción de cuando sus frentes se unían o restregaban sus rostros contra el pecho o cabeza del otro con sus ojos cerrados. Se trazaban miradas tanto suaves como extensas e intensas mientras se tentaban con toques ligueros y respiraciones alteradas que mantenían un control. El calor en el interior de Taehyung, el roce del pene de este contra el abdomen de Jungkook, admirar sus labios ser humectados por las lenguas.

Se burlaban mutuamente y bordeaban, una provocación que iba por minutos transformando la excitación. No era un sexo que acabaría en dos, cinco, diez o incluso veinte minutos porque el objetivo no era correrse. Al menos no para Jungkook que arrastraba a Taehyung con él a ese paseo. Quería que experimentara algo que aunque hubiese vivido antes seguramente estaba perdido en su memoria. No es que él fuese único, pero Jungkook sabía que existían pocos que como él, daban marcha atrás y se concentraba más en el placer del descubrimiento de sus sensores y mente que de sus cuerpos porque todos tendían a desesperarse para caerle atrás al orgasmo o sensaciones fuertes.

Con una sonrisa ladeada, dejaba que sus manos serpentearan por el cuerpo sobre él. Todo iba más allá del control del orgasmo. Claro, lo acumularía y posiblemente si se acercaban demasiado rápido Jungkook lo detendría porque no le interesaba llegar rápidamente al clímax, sin embargo era más que solo potenciar ese momento. Quería que se disfrutara el camino a ahí, no la llegada.

Estirando una de sus manos hasta el cuello de Taehyung, lo atrajo para un beso mucho más profundo y duro que el resto de la actividad mientras con la otra se mantenía controlando los movimientos de un peligris que se desesperaba y gemía.

— Respira. — Demandó Jeon obligándolo a calmarse. — Eso, quiero que te muevas despacio, no te he dado autorización para que vayas rápido, hoy no mandas tú, no te lo has ganado.

— ¿Sabes que te odio? — Preguntó con una sonrisa viendo el asentimiento de Jungkook antes de ir en busca de sus labios y volver a besarlo. — Mierda... — Cada vez que lo contenía lo frustraba, pero tenerlo ahí ampliaba esa intimidad sexual que estaba teniendo, sintiendo todas esas ondas de placer que burbujeaban debajo de su piel en ese sexy juego de poder. — ¿Estás practicando el edging conmigo en este momento? ¿Te crees el famoso Doctor Control?

— Algo así. — Se carcajeó Jungkook entre besos escuchándolo resoplar.

Con una sonrisa que no se borró de su rostro rápidamente, Jungkook estudiaba cada una de sus facciones y permitía que el contrario hiciese lo mismo. Todo se había convertido en una aventura en lugar de una actuación dejando espacio para una mayor exploración de sus cuerpos, gustos, expresiones y persona en comparación con sus encuentros anteriores. Era demasiada la frecuencia en que el objetivo del sexo era la penetración, el orgasmo, unos buscando miembros grandes y otros suponiendo que por la dureza o tamaño sentirían más. Hacerlo de este modo, aunque no fuese algo que harían cada día, les permitía centrarse en muchas otras vías de placer y compenetración para salir de sus cabezas y entregar algo más que el cuerpo.

Buscando los cabellos de Jungkook, el peligris se aferró a ellos para mirarlo fijamente. Él no era un adicto al sexo, pero definitivamente amaba hacerlo. Eso que estaban haciendo, no era sexo y Taehyung se estaba dando cuenta de que ese maldito menor lo estaba obligando a hacer el amor, haciéndole sentir deseado, tibio y querido, algo a lo que le rehuía incluso en sus encuentros con Seojoon hasta cuando fueron novios. Sin darse cuenta había caído en la trampa. Jungkook parecía querer brindarle sexo que a veces sería duro, rápido y rudo, otras profundas, lento y cuidadoso. Eso no era lo que buscaba, no quería ese tipo de conexiones, mas solo por ese día, solo esa vez, se dejaría llevar.

Dejando caer una mano hasta su cuello, lo ahorcó con fuerza, besándolo con molestia, gimiendo al sentir como su trasero fue golpeado con excesiva fuerza.

— Maldito.

— ¿A dónde crees que vas con esa velocidad? ¡Dije lento! — Espetó firme, pero bajo, sacando un quejido del contrario. — No lo repetiré.

— Esto no es lo que quería. — Se quejó apoyando su frente a la ajena, permitiéndole a su aliento salir por completo.

— Lo sé, hoy tú no querías un sexo dulce o suave. Deseabas que cada habitación de esta casa temblara, que la cama se rompiera, gemidos lascivos, gritos, tirones de cabellos y piernas trémulas. — Escuchando sus palabras a pesar del ritmo lento, Taehyung jadeó. — Esperabas que tus labios también temblaran, tus ojos se pusieran en blanco, querías un orgasmo como los que ya te he ofrecido, no obstante yo no siempre te voy a dar exactamente lo que quieras. Si ofreciera siempre el mismo producto, ya hubiese quebrado mi empresa. — Comentó lamiendo su cuello, mordiendo su mentón y mandíbula. — Hoy quiero esto, que sientas cada centímetro mío dentro de ti mientras nos movemos gentilmente.

— No quiero toques sutiles, caricias largas, hacer el amor. Quiero que sea salvaje, duro, bestial, quiero que me hagas gritar y jadear mientras me aferró a las sábanas o tu espalda.

— Eso suena bien, pero no lo tendrás, no hoy.

— ¿Siempre me harás esperar y rogar por todo? — Indagó Taehyung calmando su desespero en un beso que lo volvía a tranquilizar.

— Lo que fácil se obtiene, fácil se desecha y a mí no me descartan de una manera tan sencilla, así que si esos eran tus planes estás muy jodido Kim. Te estás follando al Jeon equivocado. — Fue ahora él quien afianzó su mano en el cuello de Taehyung, abrazándolo con su mano libre para inmovilizarlo y ser él quien moviese suave y profundamente sus caderas hacia arriba, sabiendo que estaba alcanzando su próstata de esta forma.

— Hijo de puta.

— Gracias... — Fue todo lo que murmuró besando suavemente su hombro. — Este es el Jeon Jungkook que estabas buscando, lo siento si el pedido no vino como quisiste, no se aceptan devoluciones.

— A pesa de todo, no quiero devolverte. — Logró decir soltando un gemido largo y ronco. — S-Solo ve un poco más rápido, solo un poco.

— No, vas a venirte de esta manera, sin siquiera masturbarte, sé que puedes y lo harás porque para Kim Taehyung no hay imposibles, ¿o es que acaso me mentiste cuando mencionaste que todo lo podías? — El mayor negó entre gemidos y Jungkook sonrió, poniendo un poco de distancia para volver a besarse. — Puedes venirte cuando quieras, pero a este ritmo.

No podía, Taehyung así no lograría venirse.

Bueno, al menos eso fue lo que pensó durante los primeros minutos después de aquella frase, pero el roce constante en su próstata, la forma en que apretaba el miembro de Jungkook en su interior, esos besos, sus caricias, el lugar, el ambiente, todo hizo que terminara llegando a un clímax inesperado. Joder, no esperó que fuera tan intenso y avasallador. Permaneció quieto en su lugar pasando las réplicas de su orgasmo hasta sentir como la tibieza en su interior aumentaba, silencioso y tranquilo Jungkook lo estaba llenando al correrse sin salir de él.

¡Hola holaaaa! ¿Cómo estás? Espero que bien y que este capítulo les haya gustado, que al igual que la mente de Taehyung por momento no encontran este encuentro aburrido jijiji.

LORED

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