Capítulo 58

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Desde muy temprana edad para Min Yoongi el objetivo era crear relaciones basadas en nociones de confianzas profundas y reales. El amor se definía no por la exclusividad sexta, sino por el respeto real, la preocupación, el compromiso de actuar con buenas intenciones. La responsabilidad de las acciones y el deseo de crecimiento mutuo. Por este motivo siempre dijo que él podría amar a cualquier ser humano sin colocarse alguna etiqueta.

En algún punto experimentar y descubrir que se podía sentir tanto placer en su propio cuerpo de mano de Seokjin. Las actividades y experiencias solo aumentaban haciéndole descubrir desde los más intensos hasta los más turbios orgasmos. Namjoon había intensificado todo, pero recordándole varias de las cosas que había dejado olvidado en el pasado. Le ayudó a volver a entrar en contacto consigo mismo, a no olvidarse y retomar el valor, poder y amor sobre su persona cedido.

Envuelto en una toalla y secando sus pies en otra ubicada en el suelo, el pelinegro avanzó a pasos tranquilos por toda la habitación. Eliminando la toalla en su cintura secó por última vez su tatuado brazo, sentándose en la cama en la cual había estado durmiendo durante las últimas semanas.

Necesitaría coraje porque relaciones como esa en la que estaba entrando daban miedo. Amar a otras personas sin un guión podría ser aterrador. Permitirse y permitirle a las personas que llegaban a amar tomar sus propias decisiones sin tener el más mínimo control también daba miedo, por eso comprendía tan bien a Seokjin. Del tipo de coraje que implicaba estar dispuesto a dejar de lado las garantías, las excesivas expectativas y el egoísmo de poner en primer lugar solo los propios deseos para poder amar y confiar en sus compañeros.

— Buenos días, dormilón. — Una suave voz femenina llegó a él junto a la dueña de esta envuelta en una verde bata de seda con un moño alto en su cabeza. — Pronto nos servirán el desayuno. — Avisó recostándose a la puerta, observando sin disimular cada centímetro de esa pálida piel expuesta. Las comisuras de sus labios se elevaron y Yoongi en respuesta le sonrió brevemente. Ya se había acostumbrado a las indiscretas y un tanto lascivas miradas de Chungha. — ¿Vienes?

— En unos segundos, nada más déjame vestirme. — Respondió poniéndose de pie bajo la atenta vista. — ¿Deseas ayudarme?

— ¿Puedo? — El brillo en los ojos de Chanmi se intensificó, la alegría se hizo notoria al caminar hacia el de negros cabellos. — Como hoy no tienen que salir a trabajar, ¿qué tal si te pones algo de lo que te regalé? Nada de trajes oscuros y entallados, vístete un poco más informal, todavía son jóvenes, no te guíes exclusivamente por los gustos de Jin.

— No me guío por sus gustos solamente, a mí también me gustan los trajes, la ropa formal. — En el rostro de la mujer figuró una mueca que casi hizo reír al mayor. Se habían vuelto buenos amigos, cómplices en algunas cosas, todavía distantes en otras. — Eso es demasiado juvenil para mí, otra cosa.

Jeon Seokjin mecía a su hija en brazos cuando vio a su esposa llegar de la mano de su hombre. Fue inevitable sonreír, esas imágenes se estaban tornando una constante agradable en esa rutina que vivía desde el nacimiento de Ryujin, desde que Yoongi había aceptado darle una oportunidad. Sus días se estaban volviendo un poco más alegres.

— Ven aquí... — Llamó el castaño a Yoongi, avanzando también algunos pasos hasta que una de sus manos alcanzó la mandíbula contraria para atraerlo en un beso dominante, mas suave y lento.

— Bueno, me llevo a mi princesa así su papá y su tío pueden tomarse su tiempo para unirse a nosotros en el comedor. — Colando sus brazos en medio de los dos hombres agarró a su hija cuidadosamente, con ambos observándolas con una sonrisa. — No se tarden, por favor.

— No lo haremos. — Le aseguró Seokjin esperando a que su esposa e hija desaparecieran de su vista para abrazar con mayor ahínco al pelinegro de cabellos húmedos para besarlo un poco más. — ¿Cómo dormiste?

— Bien, pero me desvelé en cuanto te sentí despertar. Madrugaste sin necesidad hoy también. Si hubieras tomado tus medicamentos tal vez...

— No quiero hacerme dependiente a ellos. Además, tenía algunas cosas que arreglar, sé que hoy no debemos ir a la oficina, pero necesito que me lleves a algún lugar. — Asintiendo, fue Yoongi quien esta vez dio varios pasos adelante para arrinconarlo contra uno de los muebles del pasillo. Una mano en su cuello, otra en su cintura, sus labios unidos con vehemencia contenida. — Te extraño, está siendo un suplicio dormir contigo y no poderte tocar, Min.

— Sin exagerar, eh. — Rio sobre sus labios. — Sí me has tocado, solo que no como deseas.

— ¿No me extrañas?

— Lo hago, mucho. Sin embargo, ya hemos hablado de eso, necesito un poco de tiempo para algunas cosas, principalmente para volver a tener sexo del modo en que lo hacíamos. Ahora, dime a dónde tenemos que ir más tarde. ¿Negocios, reunión, otra vez de compras? — Una negación llegó junto con un beso y un agarrón de nalgas que el menor devolvió con creces hasta reír con un quejido y separarse entre mordidas.

+++

— ¿Por qué estás tan nervioso? — Preguntaba Namjoon mientras conducía su vehículo acompañado de un Jimin que no dejaba de jugar con su teléfono como si hubiese algo muy importante que mirar. Todo lo que hacía era observar la hora y constatar que ni siquiera los minutos parecían querer pasar. — Jimin...

— No lo sé. — Se encogió de hombros suspirando, bloqueando la pantalla de su celular para poder recostar la cabeza en su asiento y cerrar los ojos. — No sé por qué estoy tan nervioso por sentarme a conversar con Jungkook. Es mi amigo, nunca le oculté mi atracción por Taehyung, pero de algún modo ahora se siente mal contarle todo lo ocurrido. Es decir, no el hecho de contarle, sino lo que hice, se siente como si no debiera haberlo hecho. ¿Es esto realmente necesario?

— Me gustaría comenzar a pensar en nuestro futuro teniendo todo el camino despejado, sin nubes que amenacen con llover. Una de las cosas que más me mortificaba era tener conocimiento de lo que estaba pasando entre Taehyung y tú.

— Ellos ni siquiera son novios, tampoco lo eran. Sí, se gustaban, pero no tienen nada que ver más allá de ser familia.

— ¿En serio crees que no son nada? — Jimin ensanchó sus ojos y Namjoon negó con una sonrisa. — Si en verdad no son nada, pues con más razón podrías hablar sin preocuparte. — Estacionándose ya en el edificio de la compañía, Namjoon zafó su cinturón de velocidad para acercarse al menor que con resignación estiró sus labios. Se bañó de la paz que Kim le brindaba, pudo sonreír e incluso abrazarlo mientras sus besos lo calmaban.

— No quiero perder la amistad de Jungkook, ni siquiera la de Taehyung y temo que con esta conversación pueda perder las dos. Yo debería quedarme callado, al final, si no lo sabe no debería salir dañado, ¿no crees? Si en verdad ellos pudiesen estar teniendo algo tampoco quiero entrometerme. — Sus palabras brotaban, sus ojos continuaban sin abrirse.

— Lo que decidas hacer está bien. No puedo obligarte a hacer algo que no quieres, sin embargo, hablar con la verdad pone menos en riesgo todo que callarte. ¿Qué consideras que ocurra si Jungkook se entera por su cuenta y malinterpreta todo? Yo lo sé, pero no me corresponde a mí decírselo, sino tú, incluso alguien más podría decirle. Jaehyun por ejemplo, me dijiste que los vio una vez en el ascensor del edificio. Tarde o temprano podría estallar porque no existe nada completamente oculto si involucra a más de uno y el resto no está muerto. No sé mucho de Taehyung más allá de lo hablado con ustedes o visto en la empresa, ni siquiera aquella noche en que lo conocimos interactué mucho con él. Pero jungkook, ese ha sido no solo nuestro jefe, sino un amigo, un hermano. Piensa tranquilamente en ello y después, aceptaré lo que decidas aunque no comparta tu idea.

Jimin escuchaba y observaba a su acompañante intentando inyectarse con la calma que este desprendía. Algo bueno que siempre tuvo junto a Namjoon fue esa sensación de protección y tranquilidad en la que tan cómodo podía llegar a sentirse. Confiaba en él y quería también confiar en su amistad con Jungkook, esperando que su confesión no terminara con esta después de tantos años. Su amistad e incluso su trabajo podría verse afectado si su relación se deterioraba.

Pasar todo el día entre reuniones y trabajo no era anda nuevo para Jungkook. Había amanecido entre los brazos de Taehyung, desayunaron juntos y luego cada uno se marchó por su respectivo lado, por lo que su día se veía bastante prometedor a temprana hora de la mañana. ¿Cuánto tardaba una persona en incubar un resfriado? Él no solía enfermarse y ahora los estornudos que lo estaban atacando avisaban un posible malestar que estaba afectando su desempeño porque todo su cuerpo comenzaba a sentirse demasiado cansado.

Sus dedos teclean a gran velocidad varias palabras que conformaron un correo electrónico que tras enviar, le hizo suspirar con calma. Esa brecha de relajación le dio la libertad a su mente para vagar hasta la llama recibida la noche anterior del mismo número que estuvo llamando a Taehyung. Levantándose de su asiento, Jungkook caminó hasta el cuadro ubicado a un costado de su escritorio, justo encima del mueble que guardaba algunos libros que decoraban el sitio.

Recorrió el dorado marco hasta presionar el mecanismo que abrió lo que parecía ser una puerta en miniatura cubierta de arte moderno. La caja fuerte de Jeon quedó expuesta junto a un lector digital y un teclado numérico. Marcaba primero su contraseña para después pasar a apoyar por completo su mano derecha en el lector que tras reconocer sus huellas le permitió el acceso. No tenía demasiadas cosas ahí a diferencia de la caja fuerte de su apartamento, en esta solo había algunos documentos importantes, una moderada suma de dinero en efectivo, su chequera empresarial y por último, la carpeta que tomó en sus manos, esa que Seokjin le había entregado tiempo atrás y que no quiso mirar con detenimiento.

Cerró nuevamente todo para volver a su escritorio con la carpeta que almacenaba todo lo investigado sobre Kim Taehyung por su hermano menor, al menos gran parte de esto porque incluso Jungkook sabía que Seokjin podría haber omitido ciertas cosas. Se sentó en su silla recostándose en esta y cruzando los pies para comenzar por la primera página, esta vez, prestándole toda su atención.

Allí había cuatro fotos de Taehyung, una casi recién nacido, en otra parecía tener alrededor de unos nueve años de edad. La tercera mostraba a un Taehyung con su uniforme escolar ya siendo adolescente, era como esas fotos de graduación que a todos les obligaban a tomar. La última era la más actual y reconocía perfectamente el atuendo que llevaba y el lugar en el que fue tomada. Allí se habían conocido, estaba seguro de que esa foto fue tomado en el lobby del hotel en donde se encontraba el club obsequiado por su hermano.

Una ligera sonrisa se apropió de sus labios mientras contemplaba al pequeño Taehyung, así como las otras tres imágenes. Ya en la segunda página venía sus datos personales como fecha de nacimiento, tipo de sangre, nombre de su madre, las escuelas visitadas y demás. Pudo ver el nombre del orfanato en donde Taehyung vivió y también aquel sitio en donde una vez lo vio llorar, la casa en donde había nacido y en la que vivió hasta que su madre fue asesinada. Leía e interiorizaba cada palabra hasta que se dignó a pasar la página, justo en el momento en el cual su secretaría le avisaba de la llegada de Jimin y Namjoon.

Le sorprendía un poco que los dos fuesen a verlo a la misma vez en la oficina, pero como era de esperarse les concedió el permiso para ingresar mientras cerraba y guardaba la carpeta en uno de los compartimentos de la mesa. Una vez más Jungkook sonrió ampliamente cuando se levantó para ir a saludar a sus amigos, indicándoles que tomaran asiento.

— Somi, tráeles algo de beber. — Pidió observando a los contrarios intercambiar algún tipo de mirada cómplice.

— Para mí un café estará bien. — Anunció Namjoon con tranquilidad.

— Yo necesito algo un poco más fuerte. ¿Es posible obtener algo que contenga alcohol? — Jungkook enarcó una ceja, su secretaria asintió con cordialidad antes de retirarse de la oficina.

— ¿A qué debo el honor de esta visita? — No sabía con exactitud qué era, pero Jungkook percibía algo raro en el ambiente.

Jimin normalmente siempre llegaba diciéndole alguna de sus ocurrencias o al menos instándolo para que trabajase un poco menos a pesar de saber que nunca le haría caso en eso. Namjoon aunque más calmado, siempre sonreía al chocar sus manos, relajado, pero se mostraba un poco tenso e incluso podría agregar algo protector alrededor de Jimin.

— ¿Cómo has estado? No nos hemos visto en las últimas semanas. — Mencionó Park frotándose sus muslos con las manos para calmar la ansiedad.

— Todos hemos estado muy ocupados, apenas nos comunicamos. — Asentía Jungkook a modo de confirmación. — ¿Qué les parece si nos reunimos la próxima semana?

— Suena genial para mí. — Respondió Namjoon mirando de soslayo a Jimin. — Vinimos a verte porque queríamos conversar contigo sobre varios temas. Te hemos estado llamando, al no poder comunicarnos decidimos que sería mejor simplemente pasar a verte.

— Lo siento, la verdad es que estaba muy ocupado, pero hicieron muy bien en venir sin más. Díganme qué es eso de lo que tenemos que conversar. — El pelinegro los observaba con detenimiento, notando el modo en que Namjoon llevó su mano derecha hasta la izquierda de Jimin para evitar que siguiese frotando su muslo, entrelazando sus dedos. — Mini y yo estamos ahora en una relación. No queríamos decirlo de este modo, pero dado que ambos somos artistas de tu agencia, queríamos primero hablarlo contigo para así también ver la mejor forma de llevar todo esto sin que afecte nuestras carreras.

— Ya conocen las políticas de esta empresa, lo más importante es su discreción, en estos momentos a ninguno nos convendría que se hiciera pública esta noticia. — Comentó Jungkook dándole paso a una sonrisa, poniéndose de pie para acercarse y abrazarlos. — Estoy feliz de que después de tantos años finalmente hayan decidido darse una oportunidad. Jiminie, atrapaste a tu hombre. — Se burló pellizcando al nombrado, viendo la risa de este mermar mientras se acercaba un poco más a Namjoon. — ¿Quieren que les sea sincero? Estoy sintiendo toda esta conversación muy extraña, no es como usualmente se siente todo cuando nos reunimos.

— ¿Tal vez porque estamos en la empresa? — En cuanto hizo la pregunta, Jimin se arrepintió de haberla hecho porque pudo notar como los otros dos enarcaron sus cejas frente a sus palabras. — Bueno, de acuerdo, esto se me da muy mal así que seré tan directo y franco como siempre.

Namjoon contempló a Jimin y Jungkook a los dos mientras sus dedos acariciaba sutilmente su mentón. El rubio que se encontraba nervioso se levantó sin más del sofá para caminar hacia el cristal que le permitía la vista a la ciudad. Sin hacer mucho ruido el castaño se levantó para dirigirse al hombre con quien se estaba embarcando en una relación para acariciar sus mejillas y besarlo, alentándolo. Con palabras calmas le indicó que él saldría de la oficina porque era una conversación que ellos debían tener solos y, con un casto beso junto a un apretón de mano, se dirigió hacia la puerta confundiendo aún más a Jungkook.

— La verdad, Kookie, es que nosotros no vinimos solamente para hablar sobre nuestra relación aunque sí pensamos en tocar el tema porque bueno, es importante después de todo. Yo... A ver, me conoces muy bien, sabes cómo soy y a veces puedo no pensar correctamente aunque mentiría si dijera que no lo deseé. Años atrás, cuando conocimos a Taehyung en aquel club, mucho antes de que me dijeran nada te dije que me atraía, también conversé contigo luego de que ustedes estuvieron. En tu casa te dije que si él me daba la oportunidad y ustedes no tenían una relación yo no iba a desaprovecharla. No lo hice, no desperdicié ese chance.

Todo el cuerpo de Jungkook se había tensado sin poderlo evitar, la mano descansada en su muslo sin querer se ciñó contra este mientras él intentaba acomodarse en el asiento. La modesta diversión que el extraño nerviosismo de uno de sus amigos le había causado se disipó por completo abriéndole paso a un impasible rostro que no dejaba entrever reacción o emoción alguna. No interrumpió al mayor, permitió que este le contase todo lo ocurrido, todos sus encuentros sin detalles explícitos.

Jimin parecía un muñeco de cuerda o batería que estaba completamente recargado, hablaba sin parar y, aunque en un comienzo divagó un poco, fue tan directo como la mirada que le daba a su amigo. Un contacto visual que le permitiese ver la verdad tras sus palabras.

— Yo sé que ya ustedes no tienen nada que ver, nunca fueron realmente novios, pero estoy consciente de que todavía te atrae, puedo verlo. No actué buscando engañarte o por pura maldad, simplemente era un hombre soltero que quiso disfrutar de aquello que le gustaba estando seguro de no hacerle daño a nadie. Ahora estoy empezando esta especie de relación con Namjoon y ya lo conoces, le gustan las cosas demasiado correctas. Desde la vez que me vio con Taehyung se ha estado sintiendo incómodo y sin querer me ha contagiado. Me gustaría que tuvieses claro todo, incluyendo que te adoro, Kookie, eres como un hermano para mí. Espero que esto no te moleste demasiado y no ponga en tela de juicio nuestra amistad.

— ¿Todavía te gusta Taehyung? — Fue todo lo que preguntó Jungkook tras varios segundos en silencio cuando Jimin dejó de hablar. — ¿Quieres estar con él?

— Si hablamos de gusto y atracción, sí, me gusta. Sexualmente hablando la pasamos muy bien, pero he llegado a apreciarlo más como un amigo. Físicamente, me sigue pareciendo llamativo, mas mi corazón yace junto a Namjoon. Sabes que desde hace muchísimos años he estado enamorado de él y también descubrí que lo amo tanto que puedo imaginarme mi vida y diversión junto a él. Al no ser que le apetezca un trío... — Se rio ya más relajado y con cierta torpeza. — No, en serio, quiero mantener a Tae como a un amigo más, lo ocurrido entre ambos forma ya parte del pasado.

— ¿Cuándo fue la última vez que se acostaron?

— ¿Qué?

— La fecha de su último encuentro sexual.

El mayor rodó sus ojos hacia arriba haciendo memoria de la última vez que estuvo con Taehyung sin tenerlo demasiado claro en su mente. Habían tenido sexo en varias ocasiones, otras solo juegos bastante inocente para lo atrevido que solía ser todo aquello que los envolvía. No obstante, desde que supo de la relación de Seojoon y Taehyung decidió mantener todo en una simple amistad. Ambos lo acordaron sin necesidad de hablar de ello, tras el encuentro en el apartamento del mayor de los Park ellos simplemente se distanciaron sexualmente.

Mientras observaba a Jimin hacer cálculos, el pelinegro repetía en su mente la fecha en donde Taehyung y él acordaron exclusividad. Si su padrastro había roto ese acuerdo significaba que las reglas del juego habían cambiado. El momento de finalizarlo ya estaba ahí.

— No recuerdo bien, creo que desde hace unos meses, ¿cuatro? Pienso que desde hace cuatro meses. — Hacía cuatro meses ellos ya se habían acostado, pero no tenían el acuerdo de exclusividad. — Tres, tal vez son tres.

— ¿Tres o cuatro, Jimin?

— Ay no sé, no recuerdo bien. Cuatro, sí, cuatro. — Jungkook relamió sus labios mientras tensaba su mandíbula y su amigo lo observaba. — Kookie... ¿Tú todavía...?

— Tengo que trabajar. — Se levantó de su asiento alisando los inexistentes pliegues de su pantalón. — Yo les escribiré para que nos reunamos algún día de esta semana. Pero como dije, respecto a su relación, lo primordial es que sean discretos públicamente, se saben que siempre han sido amigos así que no tendrán muchos problemas. Con respecto a Taehyung, no te preocupes, es mi padre quien debería cuidar a su esposo, no yo, él es solo mi padrastro y nada más. — Palmeando suavemente su hombro le dio un asentimiento y una ladeada sonrisa antes de caminar hasta su escritorio y finalmente sentarse. — No te preocupes por nada y gracias por dejarme saber.

— Le diré a Namie que nos reuniremos esta semana entonces. — Mencionó Jimin encaminándose a la salida estudiando un poco a su amigo. — Me voy entonces, para que puedas seguir trabajando.

— Cierra la puerta cuando salgas, por favor.

Una vez en la soledad de su oficina, Jungkook apretó con fuerza sus manos y cerró los ojos, recostándose en su silla. Taehyung y Jimin... ¿Taehyung y alguien más? No le gustaba la sensación que lo embarraba en esos momentos, no le gustaba estar desconfiando de su padrastro porque aunque no fuese su pareja, supuestamente tenían algún tipo de relación exclusiva. No quería aplicar el pensamiento de que si le fue infiel a su padre rompiendo todo acuerdo también le fallaría a él. La relación con su progenitor tenía una dinámica diferente, estaba basada en un interés monetario para Taehyung. Lo de ellos era atracción y gusto real, ¿cierto?

¿Le gustaba sinceramente a Taehyung o sus instintos y ojo clínico había fallado con ese hombre? ¿Sabía fingir tan bien? A su padre no cualquier persona lo envolvía y Kim lo había logrado en meses, no podía subestimarlo. Había dejado de lado todo estado de alerta hacia su persona cuando sin querer se fue envolviendo más y más con él.

Se preguntaba si lo que Taehyung despertaba en él era tan fuerte e importante como para pasar por alto tantas cosas. Para ignorar otras tantas, como el hecho de que también había tenido sexo con Jimin, su amigo. ¿Quería estar enredado con una persona que traía acuesta tantos problemas como placer? Mientras volvía a contemplar las fotos de su expediente y datos personales se hacía muchas preguntas en su cabeza.

— Procura no engañarme e intentar jugar conmigo, Kim Taehyung. — Musitó para sí mismo viendo la hora y cerrando la carpeta para pasar a guardarla en su caja fuerte. — Juro que no te gustará el resultado, te lo advertí desde el día en que nos encontramos en mi casa. — Colocó nuevamente el cuadro de la pintura que cubría la caja de seguridad en su sitio y permaneció mirándola por varios segundos. En esta, un lobo negro mordía el cuello de uno blanco mientras estaban rodeados por fuego.

Exhalando fuertemente el aire contenido caminó hasta alcanzar su saco y la llave de su vehículo para salir de su oficina despidiéndose de su asistente. Ya le había dicho que esa tarde despejara su agenda, así que no necesitó decir mucho.

— ¡Jungkook! — Taehyung lo había llamado cuando descendió del elevador para dirigirse a su automóvil, pero el pelinegro iba tan perdido en sus propios pensamientos que no lo escuchó, dejándolo con la palabra en la boca. Quería hablar con él, pero era mejor si no lo hacía después de todo. Suspirando lo vio alejarse para luego adentrarse en el edificio.

+++

Le desagradaba la vista de ese lugar, a pesar de la vegetación podada que lo rodeaba y el contraste del atardecer, todo lucía lúgubre y frío. No tenía la más remota idea de cómo era la vida allá adentro, pero su piel se erizaba aun sin haber puesto jamás un pie en el interior. Jungkook estaba estacionado frente a un centro penitenciario a casi una hora de la ciudad de Seúl. Todavía no podía creer que estaba ahí, ni siquiera sabía por qué había ido, pero ahí estaba, arreglándose la corbata para descender del auto cuando una figura reconocida fue divisada a la distancia.

No lo notó desde un comienzo, pero el Rolls-Royce negro estacionado a varios metros era el vehículo que Yoongi conducía para su hermana, por eso no era extraño ver a Seokjin entrando en este. Lo raro era que ellos dos estuvieran justo en ese lugar. ¿Qué hacía su hermano mayor justamente en aquel sitio?

Permaneció en su asiento a la espera de no sabía qué exactamente, los contempló marcharse en silencio y con muchas preguntas en su cabeza. Se dignó a descender del auto cinco minutos más tarde tomando consigo su llave y teléfono mientras caminaba al interior. En información tanto aquel nombre como el suyo propio y, tras una leve revisión, fue guiado a un salón privado en el que solo una silla se encontraba frente a un amplio cristal y teléfono. Del otro lado del cristal había un oficial y otra silla vacía.

Tomando asiento, confirmó una vez más la hora, el horario de visita terminaba dentro de pocos minutos, pero se las había arreglado para que le concedieran un poco más de tiempo en caso de necesitarlo. Se acomodó con elegancia y aguardó hasta que la puerta se abrió, otro oficial junto con un reo se mostraron serios ante él. Era la primera vez en su vida que veía a ese sujeto, pero le resultaba inquietantemente similar, la verdad era que se parecían mucho.

— Gracias por venir, joven Jeon.

— Señor Jeon para usted, Jung Honyuk. — Sí, ese hombre era idéntico a Hoseok, el parentesco con solamente verlo quedaba confirmado. — Ya estoy aquí, así que dígame para qué me pidió reunirnos. ¿Por qué tendríamos que hablar usted y yo sobre Kim Taehyung?

Hola hola 👋🏾
Espero que estén bien y les haya gustado el capítulo.

¿Tienen alguna idea de lo que Jungkook hablará con el papá de Hoseok? ¿Qué creen que desee ese hombre?

LORED

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