Capítulo 67

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Ese día, cuando Jungkook recibió el mensaje de Taehyung vio aquello como una rara señal del destino. Lo cierto era que, accedió y concertó a ese viaje con su padre y hermano debido a lo recientemente descubierto. De manera ingenua creyó que ayudaría en algo pasar un tiempo familiar juntos, estrechar los lazos familiares, pero eso era algo absurdo, no cambiaría nada y Seokjin seguramente lo había intentado de mil maneras. No carecían de amor fraternal, mas había algo más allí que creció sin que el mayor lo pudiese controlar.

Las primeras horas y días intentó mantenerse normal, como si nada de aquella noche hubiese pasado, pero fue imposible. Verlo a los ojos y notar todo lo que por años había estado guardando y escondiendo. Pensar en lo mucho que debió haber sufrido solo, sintiéndose un pésimo hermano mientras ponía de lado su propio bienestar por estar pendiente del de su hermano menor.

Jungkook había dejado escapar varias lágrimas cuando vio algo que no recordaba haber visto,— no de ese modo — a lo largo de su vida. Su padre, cuando empató en una partida de tenis a Seokjin, le abrazó. Eso no fue lo más extraño, lo verdaderamente raro fue como Seokjin le devolvió ese abrazo. Parecían padre e hijo, unos normales que durante toda la vida guardaron una excelente relación cuando no era así.

Ellos mejoraron cuando la menor de los Jeon llegó a la familia, esa niña quizás le hizo a Seokjin ver las cosas diferentes. No sabía con exactitud todo lo que ocurrió porque ni su padre o hermano compartieron alguna vez todo con él, pero fue agradable verlos así. Entonces, tuvo miedo, de que buscando ayudar terminara por arruinarlo todo. ¿Su padre conocía ese secreto? ¿Qué sucedería si no estaba al tanto y terminara por enterarse?

Según tenía entendido, ni siquiera a quienes le atendieron, Seokjin le reveló aquello que con tanto fervor guardaba; ¿por qué revelaría él un secreto que no le pertenecía, aunque lo incluyera? Jin siempre buscaba protegerlo, cuidarlo, quería demostrarle que no estaba solo y también podía confiar en él.

Así fue como se alejó de ellos y se trancó en un baño en el cual se sentó a llorar como un niño, sintiéndose patético por reaccionar así. Ahí, en ese instante en donde se sentía tocando fondo, el mensaje de Taehyung fue como una ayuda para mover sus brazos y piernas hasta llegar a la superficie y respirar momentáneamente para no ahogarse.

Le alegró saber de él y necesitaba a su vez un pequeño escape de su reunión familiar. Por ende, poniendo como excusa una emergencia en la oficina, condujo tres horas de regreso a Seúl prometiéndoles regresar más tarde o a primera hora de la mañana.

Ahora estaba ahí, sentado en una mesa cargada de comida y rodeado por tres hombres que no dejaban de mirarlo. En primera instancia se sorprendió al ver a Seojoon ahí. Era el hermano mayor de su mejor amigo y lo conocía, mas no entendía muy bien cuál era la posible relación que podría tener con Taehyung y Hoseok.

— ¿Más arroz, Jungkook? — Preguntó Seojoon sacándolo de sus pensamientos por un instante.

— No, así está bien, gracias. — Respondía viendo como el mayor se giraba conteniendo una sonrisa para servirle al peligris.

Hoseok no los miraba, a decir verdad, el pelirrojo no miraba a casi nadie y cuando lo hacía era demasiado esporádico, dos cortos segundos y volvía a concentrarse en su plato. Lucía incómodo, nervioso incluso y esto llamó la atención de Jungkook.

— ¿Quieres más arroz, Tae? — El nombrado elevó la mirada hasta encontrarse con Seojoon, comportándose lo más natural posible para que ninguno de los presentes actuara diferente y se mantuvieran en su línea. — ¿Carne?

— Estoy bien así, Seojoon hyung. — Contestó con una sonrisa, estirando sus palillos para coger un poco de kimchi y también servirle algo a un pelirrojo que le sonrió en respuesta.

Fue Hoseok el primero en levantarse, Taehyung le siguió y entre los dos recogieron la mesa mientras Jungkook respiraba la leve tensión en el aire. Con sus manos en los bolsillos se acercó al hermano de Jimin, palmeando su hombro.

— ¿Cómo has estado? Hace mucho no te veía.

— El trabajo consume la mayor parte de mi tiempo y si a eso le sumamos la búsqueda constante de superación laboral y profesional, pues, queda poco para hacer. — Se encogió de hombros. — ¿Qué hay de ti? Siento lo de Jae, lo supe por Jimin.

— He estado bien, también con mucho trabajo, pocas cosas han cambiado. — Fue todo lo que respondió, desviando sutilmente la mirada hacia los mejores amigos.

Jungkook no podía decir que conocía a Taehyung, mucho menos a Hoseok, pero precisamente este último, siempre fue un poco más transparente y fácil de leer. Era el mejor amigo y cómplice de su padrastro, pero ellos definitivamente eran muy diferentes. Cuando el pelirrojo entraba en confianza y se sentía cómodo era todo risas. La única manera para verlo tan silencioso era si estuviese ya con cierto nivel de alcohol en su sistema o si algo lo estuviese incomodando. Esa noche no estaban tomando alcohol, así que quedaba únicamente otra razón para su silencio.

— ¿A alguno le apetece postre? — Llegó Hoseok al salón sin querer mirar a Jungkook directamente a los ojos porque sinceramente se sentía mal de estar en esa situación. Cuando sus miradas se encontraron, le sonrió sutilmente y en respuesta Jungkook también le devolvió la sonrisa mientras se ponía de pie. — ¿Te vas?

— Sí, no podré quedarme para el postre, solamente pasaba a saludar, pero debo regresar pronto con mi papá. — Se disculpó Jungkook ganándose la atención de Taehyung.

— Te acompaño... — Se apresuró a decir Taehyung pasando de largo para acompañar a su hijastro al exterior del apartamento, cerrando la puerta tras de sí. — Lo siento, no esperaba tener visitas cuando te escribí, si hubiese sabido que vendrías yo... — Sus palabras se vieron interrumpidas por un inesperado beso.

Podía sentir la intensidad con que Jungkook profundizaba ese beso, la fuerza de su lengua, la suavidad de sus labios. Esos dedos que se clavaban en su cuello y cadera manteniéndolo en su sitio, la fuerte respiración que chocó contra su rostro cuando se separaron. Todo este hizo que él se lanzara por más y, durante algunos segundos, Jungkook lo aceptó.

— Hay visitas en casa, bebé, vamos a portarnos bien. — Fue todo lo que dijo sonriente. — Ya hablaremos de nosotros después. Quería pasar a saludarte y dejarte saber que leí tu mensaje. Perdón por lo que te dije, sé que estuvo fuera de nuestro acuerdo y no puedo culparte por alejarte. Aquí, entre los dos, eres quien más tienes que perder si esto sale mal, así que comprendo que te hayas asustado. — Sus palabras llegaban como un bálsamo a Taehyung, tratar con Jungkook ahora era mucho más sencillo que años atrás, no tan complicado como imaginó. — ¿Te llamo cuando regrese del viaje?

— Le prometí a Dongun que estaría con él cuando regresas de ese viaje, así que sería mejor hablar la próxima semana. ¿Qué te parece si nos vemos el domingo? El sábado es la fiesta de aniversario de Jeon's Entertainment, podríamos tomarnos el domingo para nosotros.

— ¿El domingo? — Jungkook sopesó la idea por un momento y luego asintió. — Está bien, el domingo próximo nos vemos. — Se inclinó una última vez para besarlo y apretar con firmeza su trasero haciendo al mayor reír. — Entra, no quiero que te reporten como desaparecido.

— Tú conduce con cuidado. — Frente a esto, Jungkook asintió, agitando su mano para alejarse. — Mierda... — Suspiró Taehyung apoyándose a la pared, sintiendo que toda la tensión se le había bajado de golpe porque se sentía sudar frío a cada instante que Jungkook permanecía allí con Seojoon tan cerca. — Hobi. — Llamó una vez adentro del apartamento, encontrándose solamente a un Seojoon que comenzaba a recoger sus cosas.

— Se fue a la habitación. — Le respondió Park viendo la confusión en el rostro del peligris. — ¿Todo bien?

— ¿Eh? Sí, todo, bien, espera un momento, debo decirle algo a Hobi.

Con una sonrisa se le acercó para darle un leve pico que lo tranquilizara y con esto logró que volviese a sentarse en el sofá a esperar por él. Caminó por el pequeño pasillo hasta la habitación de su mejor amigo. Una vez adentro cerró la puerta y se acercó al pelirrojo que sentado en su cama veía hacia el exterior por la ventana.

— Hyung.

— Tengo sueño, Tae, mejor hablemos mañana.

— Sé que estás molesto, disculpa por ponerte en una situación incómoda. — Musitaba acercándose con un puchero que siempre hacía sonreír al mayor, aunque esa noche no estaba teniendo éxito. — Al final no sucedió nada.

— ¿Vas a esperar a que suceda algo? ¿Sabes ya cuántas veces me has puesto en este tipo de situaciones ridículas e incómodas? ¿Cuántas veces me has pedido perdón? Ser tu amigo no es un pase abierto y exclusivo para que me uses a tu conveniencia.

— ¿Yo te uso a mi conveniencia? Que yo recuerde no estabas muy molesto con eso cuando conseguí que entraras a Jeon's Entertainment, tampoco las veces que has viajado conmigo o cada vez que te regalo algo. No estabas molesto con que te usara cuando logré que Wooshik, tú y yo dejásemos de pasar trabajo. ¿Quién me ha usado y se ha valido de mi cariño desde el puto orfanato? Porque te recuerdo que por culpa del asesino de tu padre, los dos terminamos en el sistema. — El tono de Taehyung era déspota, crudo y molesto, sus palabras no se silenciaron ni siquiera cuando las lágrimas de Hoseok hicieron un camino por sus mejillas.

— Eres un idiota que parece no sabe diferenciar las cosas, creo que me estás confundiendo con Wooshik y permíteme recordarte que las cosas jamás fueron así. Te estuve infinitamente agradecido cuando me animaste a seguir mis sueños y presentarme a las audiciones cuando incluso en ese momento te pedí que no lo hiciera porque no me sentía preparado. Sería un hipócrita si te dijera que no te agradezco por la nominación que me diste, sin eso, tal vez nunca me hubiesen admitido para audicionar y yo no hubiera dejado de lado mi miedo, pero no te confundas Taehyung, si quedé dentro fue porque me entregué, trabajé y me esforcé hasta desfallecer, bailando, creando, mejorando, no por ti.

Taehyung dio media vuelta con una sonrisa burlesca en su rostro, pero Hoseok lo volteó nuevamente para que lo mirara a los ojos, demostrando su molestia abiertamente.

— Viajé contigo dos veces y porque me necesitabas cubriéndote tu trasero. Una vez más, no quise y si lo olvidaste, ni siquiera pude disfrutar de esos viajes porque no era nada más que tu jodida tapadera. Tus regalos, todos y cada uno, te los agradezco porque me has dado cosas que en mi vida me hubiera podido comprar, pero para mí el mayor regalo que me pudiste dar, el que yo consideraba realmente valioso, era tu amistad. Porque cuando todo el mundo, niños, jóvenes y adultos me dieron la espalda por ser el hijo de un asesino, yo quedé completamente conmovido cuando el hijo de la víctima se me acercó y me abrazó sin más. En esa oscuridad tú fuiste mi luz, Taehyung, te convertiste a mi hermano, en mi amigo y juré estar a tu lado siempre, pero me parece que tú jamás me has considerado realmente eso, ¿cierto?

— ¿Ahora te vas a hacer el ofendido?

— No necesito hacerme el ofendido, Taehyung, porque realmente lo estoy. Evidentemente, tú eres más real y benévolo con una sanguijuela como Wooshik que incluso te amenaza y se lucra de tu amistad, sentimientos y secretos para vivir bien. Pero veo que ustedes dos se merecen, porque eres idéntico. Mientras te apoyo en todo estás feliz, cuando te digo lo que pienso me vuelvo inservible para ti. Quería que abrieses los malditos ojos, mas no lo harás y te vas a estrellar tarde o temprano. Cuando eso ocurra, este falso amigo esperará a que le toques la puerta nuevamente.

— ¿Ahora incluso me deseas mal? Vaya, que guardado te lo tenías. — Espetó dirigiéndose a la puerta que abrió sin mirar atrás.

— ¡Taehyung, no seas imbécil! — Exclamó siguiéndolo, mas el nombrado únicamente tomó la mano de Seojoon para dirigirse a la puerta. — ¿No te das cuenta de la estupidez que estás haciendo?

— Yo soy quien no quiere hablar más por esta noche, hyung, porque los dos nos seguiremos diciendo cosas que no podrán ser retiradas. — Fue todo lo que dijo desde la salida. Ambos se miraron brevemente hasta que la puerta cerró y la pared quedó como una muralla que separaba a diferentes reinos. — No hagas preguntas, por favor.

— No lo haré... — Contestó Seojoon acariciando su brazo. — ¿Deseas ir a mi casa? — Un asentimiento y un beso fueron la respuesta a esa pregunta. — De acuerdo, vamos a casa.

+++

Quizás en el fondo, él siempre tuvo que saber la verdad porque fue el primero en ver a través de ese personaje que Taehyung caracterizaba. Tal vez estar consciente de una decepcionante verdad era mejor que vivir con una incertidumbre eterna, con desconfianza o temor. Negarse eternamente a aquello que el fondo se sabe, pero se espera con inocencia a que no sea verdad. Porque se prefiere aceptar un erróneo pensamiento que afrontar que estos eran reales.

Estupidez, esa era una palabra que no alcanzaba para cubrir todas las acciones hechas por Jungkook. Conocer la verdad de Taehyung, verla por sí mismo y formar parte de ella, pero aun así decidir creer en todas las mentiras. Joder, que Jungkook lo supo desde el momento en que lo vio entrar de la mano de su padre, ese peligris era la infamia encarnada y aun así él decidió creer, convertirse en otro infame a su lado por una fantasía aparentemente maravillosa.

Sería absurdo culpar a Taehyung por todo, el único culpable había sido él por dejarse enredar en esa maraña de placeres y mentiras. La inocencia de creer que en el fondo el peligris únicamente necesitaba a su lado una persona que lo colmara de amor, brindándole también todo aquello que considera importante como el sexo, la diversión y el dinero. Porque así al final vería que esa no era la meta, cuando tuviese todo eso, desearía una tarde tranquila viendo el televisor como ellos solían hacer, una siesta o una comida juntos. Según la falsa ilusión que se hizo, Taehyung iba entregándose lentamente a él, a lo que tenían. Sí, estaba con su padre, pero su corazón comenzaba a residir en él.

La verdad tal vez era un castigo para el hijo maldito que se alegraba cada vez que su padrastro estaba cerca él, ese que guardaba la esperanza de tener que un día sentarse frente a su padre para explicarle cómo no pudo controlar los sentimientos por su esposo. Porque solamente un infame como Jeon Jungkook tendría sexo con Kim Taehyung creyendo que se hacían el amor y que en cada encuentro se envolvían más sentimientos.

— Vaya, Jeon, realmente me das pena. — Se dijo a sí mismo mirándose por el retrovisor de su automóvil mientras se reía. — Ingenuo hijo de puta. — Fue lo último que dijo antes de apretar fuertemente sus cristalizados ojos y descender del vehículo.

En ese momento, él tendría que haber estado de regreso a con su padre y hermano, sin embargo, estaba estacionado en su propio edificio. Cerrando el auto se alejó hacia el ascensor, presionando por reflejo el botón. Cuando las puertas se abrieron y el número diecisiete fue evidente, todo lo que hizo fue volver a reír. A pasos lentos abandonó el elevador y avanzó por todo el pasillo hasta detenerse frente a aquella puerta. No guardaba muchas esperanzas, pero cuando se abrió y la imagen de Jaehyun quedó frente a él se sintió un completo imbécil.

— ¿Qué haces aquí a esta hora, Jung?

— L-Lo siento, no debería estar aquí. Yo necesitaba hablar, ver o estar con alguien, pero la única persona que vino a mi mente eres tú. Ni siquiera sé por qué, yo no debería... — Jaehyun lo observó detenidamente y luego suspiró haciéndose a un lado para que pudiese pasar.

— Entra. — Jungkook avanzó al interior del lugar, respirando profundo, sintiendo más deseos de reír y llorar a la vez. — Espero que no hayas venido buscando follar tus problemas.

— Jamás haría eso contigo, Jae.— El nombrado regresó de la cocina con dos cervezas, entregándole una al otro pelinegro.

— Lo sé. — Mencionó avanzando hacia el sofá seguido por Jungkook. — ¿Tu hermano, tu padre o Taehyung?

— Los tres... — Fue su primera respuesta porque de cierta forma no era mentira, había tenido todos esos días la presión de lo ocurrido con Taehyung, lo descubierto de Seokjin y su padre sobre sus hombros. No obstante, sus familiares no fueron los causantes de su estado actual. — Taehyung. — Jaehyun asintió sin decir nada más. — Me está engañando, no está siendo fiel a nuestro acuerdo o mejor dicho, nunca lo fue.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? — Jungkook simplemente lo sabía.

Ver a Seojoon fue una campanada de iglesia que lo hizo despertar. Se podía decir que nada de lo que vio era considerado sospechoso, pero él mismo era amante de Taehyung. Pudo ver el brillo de un enamoramiento demasiado intenso en los ojos de Seojoon cada vez que este miraba a Taehyung y no podía ocultarlo. La tensión en el ambiente, la reacción de Hoseok y su mente yendo atrás en la memoria fueron uniendo las piezas faltantes. No sabía si había sido solo Seojoon, si existía alguien más, pero tenía la certeza de que Taehyung había estado jugando con él mientras le exigía una exclusividad que él mismo no daba.

— ¿En verdad quieres hablar ahora?

— Ni siquiera sé si quiero hablar o por dónde empezar.

— ¿Una partida de videojuegos? — Mencionó levantando un mando logrando que las comisuras de Jungkook se elevaran. — Aunque parezcas un cachorro abandonado ahora mismo, no me compadeceré de ti, elijo primero mi equipo.

— Trato hecho. — Musitó elevando sus pies para cruzarlos sobre el sofá, dejando la botella en la mesa frente a ellos mientras miraba de soslayo al pelinegro de cuello tatuado y sonreía agradecido de al menos tenerlo todavía como amigo en su vida. — Gracias... — Murmuró lo suficientemente audible como para que Jaehyun lo observase un momento.

Se hizo un breve silencio, pero pronto el dueño del lugar rio.

— Gracias no, por favor tendrás que decir si lo que buscas es que no acabe contigo en este juego, Jeon.

+++

— ¿Cuándo piensas regresar a la casa? ¿Sabes que tenemos que sentarnos a hablar de eso con Chungha tarde o temprano? — Preguntaba Yoongi mientras el chofer se estacionaba y veían a su alrededor los flashes parpadeantes y todas las personas que se movían de un lado a otro en el aniversario de Jeon's Entertainment.

— Todos necesitábamos un tiempo para organizar nuestras mentes, comenzando por mí. No voy a unir de ello, pero ahora mismo tampoco es el mejor momento para hablar. Ya les dije que iría esta semana, así que es cuestión de día. Ahora, es el momento para apoyar a Jungkook, a mi papá que fundó esta empresa e incluso yo que también la manejé durante algún tiempo antes de que mi hermano se hiciera cargo. Es noche de celebración.

Yoongi se limitó a asentir, arreglando su atuendo y el de Seokjin antes de compartir un fugaz beso. Descendieron juntos desbordando seguridad y elegancia. El menor siempre tomaba el papel de asistente cerca de Jin por el bien de todos, pero ahora era diferente al pasado. Sin importar qué, Seokjin le hacía sentir que estaban juntos y esto le llenaba de dicha, de fuerza.

Fue una sorpresa cuando se centraron a Kim Chanmi frente a ellos sin la niña. Estaba acompañada por Taehyung, Jimin y Namjoon, los cuatro se veían como estrellas de la noche a pesar de que ella era la única que no era una artista de la empresa.

— Buenas noches. — Saludó Chungha cuando llegaron a su lado, entrelazando la mano a la de su marido porque estaba consciente que les tomarían algunas fotos. — La niña se quedó con el abuelo Dongun. — Mencionó depositando un beso en su rostro. — ¿Todo bien?

— Todo bien. — Asintió Seokjin desviando la mirada hacia un Yoongi que era abrazado por Jimin y admirado por Namjoon.

— Luces genial hoy, hyung. ¿No es así, Namu? — Mencionó Jimin, pero al notar la seriedad en Seokjin, Namjoon se limitó a pellizcarle la cintura.

— Disfruten la noche, nosotros deberíamos ir hacia donde está el resto de los artistas. — Fue todo lo que dijo Namjoon sin mirar demasiado a Yoongi porque tal cual Jimin había mencionado, realmente se veía bien esa noche. — ¿Taehyung, vienes con nosotros?

— Sí, voy con ustedes. Cha, Yoon, Jin, si me disculpan... — Mencionó inclinando su cabeza frente a su cuñado para luego alejarse de allí. Prefería estar lo más lejos de Jin posible, además, la mirada que le dio desde que lo vio por alguna razón lo puso alerta.

Como cada evento, la noche fue entretenida, entre conversaciones casi obligatorias, fotografías, risas y bebida. Taehyung no había podido acercarse demasiado a Jungkook esa noche, siendo el CEO, a cada segundo estaba acompañado de alguien. Muchos hablaban de negocios, incluso algunos estaban interesados por saber si trabajaría más como artistas, nuevos proyectos, pero Jeon decía poco o nada.

Hoseok también estaba en el evento, de hecho, todos lo saludaron con naturalidad, pero cuando el pelirrojo se acercó para hablar con Taehyung, dado que no se habían vuelto a ver desde su discusión, el menor se alejó dejándolo con la palabra en la boca. Podía ser infantil su comportamiento, pero todavía estaba molesto y dolido con su mejor amigo por todo lo que este le había dicho.

— ¡Felicitaciones, CEO Jeon! — Felicitó Taehyung cuando el menor finalmente se acercó al grupo para brindar con varios de los artistas de su compañía, incluyéndolo.

— A ti también, después de todo, eres parte de esta empresa. — Respondió con una sonrisa, acariciando sutilmente su cintura mientras brindaba. — Salud, Tae. — El mencionado sonrió, pero antes de poder decir algo más la mano en su cintura se esfumó y Jungkook comenzó a caminar hacia otra dirección.

Bebiendo de su copa, con una mano en su bolsillo, su ondulado y gris cabello camuflando su mirar, Taehyung siguió con la vista los movimientos de Jungkook. No pudo evitar rodar los ojos cuando Jaehyun se le acercó y luego se retiró, pero cuando Jungkook lo siguió hacia otro grupo, bebió todo lo que quedaba en su copa y pidió otra más. Ese podría ser el resumen de la noche. No hubo más acercamiento o contacto con Jungkook, a veces el menor le regalaba una sonrisa o inclinaba sutilmente la copa en su dirección, mas eso era todo.

Jaehyun no estuvo todo el tiempo junto a Jungkook, por alguna razón la mirada de Taehyung siempre los seguía aunque no estuviesen cerca. Sin embargo, hubo algo que le llamó la atención. El artista de cuello tatuado pareció despedirse de varias personas y caminó fuera de la fiesta, minutos más tarde, Jungkook hizo lo misma y Taehyung no pudo ocultar su incomodidad. Una vez más, con tantas personas presentes, ¿por qué tenían que estar cerca esos dos? Estaría bien si Jungkook se follaba a cualquier idiota de ese lugar, pero no a Jeong Jaehyun.

— Tae, ¿estás bien? — Indagó Jimin al verlo beberse en menos de diez minutos su tercera copa de vino como si fuese agua. — Ven aquí. — Mencionó tirando sutilmente de su pantalón bajo la atenta mirada de Namjoon. — Estás siendo evidente.

— ¿Evidente con qué? — Preguntaba encogiéndose de hombros a pesar de saber a lo que Jimin se refería. Como si en su mente no estuviese la molesta idea de Jungkook reconciliándose con su expareja, se giró con una sonrisa adornando su rostro. — Es noche de celebración y yo estoy celebrando.

Desde que su esposo e hijastros regresaron del viaje no había podido ver a Jungkook. Estuvo toda esa semana con Dongun y, si bien la pasó genial con su esposo en esos días, era raro que los mensajes de Jungkook fueran tan escasos. Le respondía cuando le escribía, pero ahora que lo pensaba detenidamente, eso fue todo. Había algo raro y todo lo que podía pensar era en que el imbécil de Jaehyun estaba fondeándolo otra vez.

— ¿Estás bien? — Preguntó Jaehyun observando a Jungkook suspirar en el asiento a su lado. Ambos estaban en el interior de su auto, escabulléndose un poco del bullicio y la multitud. — Yo ya quiero irme, no me apetece regresar.

— Sinceramente, estoy igual. ¿Se vería demasiado mal que el CEO se marche sin más? Pienso que Somi puede encargarse de nuestros invitados sin problemas. — Respondió Jungkook tranquilo en su asiento, estirando su mano para acariciar a su amigo.

— La pobre, siempre le dejas todo el problema.

— Sálvame. — Los dos se rieron como viejos amigos. — Llévame a casa.

— Después no...

— ¡Bájate! — Tanto Jungkook como Jaehyun brincaron en su sitio cuando el parabrisas del deportivo fue golpeado por un Taehyung evidentemente borracho que lanzaba lo que restaba de su vino al cristal. — Deja de tocarlo y bájate, Jungkook. ¡Ahora!

¿Qué demonios estaba ocurriendo?

— Yo paso de todo esto, Jungkook, así que mejor bájate y arregla tus problemas con ese hombre porque no quiero que me arrastren a mí a toda esa mierda. De verdad, lo siento, quiero apoyarte, pero estas cosas ya no son agradables. — Habló Jae ignorando la manera en la cual el peligris tocaba con fuerza el cristal de su ventana. — Hay periodistas cerca, Jung, por favor.

— Perdona. — Se disculpó con sinceridad, descendiendo del vehículo y acercándose a un Taehyung que lo empujó. — Pueden vernos.

— ¿Están follando nuevamente? ¿Regresaron?

— Taehyung... — Musitó tirando de él para apartarlo de los focos de luz, evitando que todos fueran testigos de aquella precaria escena. — Mira, no es el momento.

— ¿Por qué no? — Preguntó el peligris que bajo los efectos del alcohol estudiaba a Jungkook. ¿En verdad esos dos estaban planeando regresar o ya lo habían hecho? — Jungkook... — Lo llamó sosteniendo su rostro con ambas manos. — Te amo, yo también te amo, no eres el único que mezcló sentimientos cuando no debía. — Habló notando la confusión y sorpresa en la mirada del menor, sabía que Jungkook no esperaba que dijera algo así. Sin pensarlo más se lanzó para abrazarlo con fuerza, enredando sus dedos en su negra cabellera. — Te amo.

Un saludito por aquí a todos los que leen esta infamia. ¿Cómo han estado?

¿Qué les pareció el capítulo y la confesión del infame mayor? ¿Qué creen que venga a continuación? Nos leemos pronto...
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro