Las semanas del semestre pasaban lo suficientemente rápido como para que ya se encontraran casi en el mes de octubre; vaya sorpresa que fue para Laura ese semestre. Tenia muchos amigos nuevos, sus notas habian subido de poco en poco, Fernando ya era prácticamente un punto y aparte en su vida, haber obtenido el cambio a otro salón le había resultado en algo sumamente benéfico, solo se veían por muy mala suerte, una vez a la semana; y eso porque tenían al mismo profesor de salud comunitaria, que, por ahorrarse tiempo y Estres los viernes era capaz de fusionar a ambos grupos en una sola clase; todos ganaban... Bueno, casi.
Era evidente que tal acto no le hacia ninguna gracia a Laura y a Fernando. Este ultimo también había cambiado; si de un principio ya era un reverendo pelmazo, ahora era un fanfarrón con aires de superdotado, sus notas habían subido lo suficiente como para excentar la mayoría de  sus clases, el egocentrismo se le había subido a la cabeza. Y eso era mucho decir para sus 1.90 mt
Laura le restaba la mayor importancia posible, haciendo su vida totalmente independiente, así tuvieran que compartir clases... Su estocada preferida? Que la viera con Ángel, un amigo que conocía de un semestre antes, con quien cursaba fisiología; se llevaban bastante bien a pesar de la diferencia de edades que era de unos 10 años. Ya que para el, Laura era lo mas cercano a la típica Y estereotipada chica torpemente cool, de esas que abundan en los chick flicks y wattpad. Esto lograba que mínimo Fernando de repente voltease a ver a la increíble chic que había dejado ir por una sola razón: POR IDIOTA. Laura había trazado un plan lo suficientemente bueno como para ser una versión 2.0 de si misma. Había  cortado su cabello,  lo suficiente para usarlo suelto sin regaños dentro de la facultad, y donde fuera capaz de lucir su brillante cabellera cuadro por cuadro.
Ahora se autodefinía como una "perra", no se inmutaba en abrir la boca para decir lo que pensaba, y mucho menos para soltar su viperina lengua mas a menudo... Pero sin perder su esencia dulce, amistosa y bonachona.
Había sido un semestre extraño, su crush resultó ser 1000% gay (adiós al chico perfecto fan de sagas, dedicado y arreglado), Rodrigo empezaba a resultar un pequeño gran problema pues; tras unas pocas charlas parecía que había quedado prendado del atractivo que desprendía Laura sin siquiera notarlo. Puesto que el era aparentemente el único que la veía como la mejor cosa que podía haberle ocurrido a la humanidad. Creía en ella, le daba ánimos, la ayudaba a estudiar, y... La acosaba al punto de que empezó el rumor de que había algo mas. Cosa que a ella no le hacia la mas mínima gracia, Rodrigo era un buen amigo, si; pero también el inicio de muchos líos. No resultaba agradable recibir mensajes preguntando en que clase estabas y con que profesor para que, a los 20 minutos ya estuviera pidiendo posada en el laboratorio y fuera directo a  sentarse en tu mesa. Era asfixiante! Tanto que pedías auxilio se tus amigas para que te cambiaran de lugar y así quedar enfrente o esquinada. Pero no junto a el... 
Sin embargo, Laura no cortaba el lazo por una razón. Desquite
Ella se sentía pésimo por todo lo ocurrido en su semestre anterior; además de descubrir la debilidad que pueden provocar las chicas al ser unas autenticas Bitches en el sexo opuesto. Así que ahora es donde ella jugaría así. Era su nuevo terreno. Usaría solo por olvidar y generar los daños colaterales que habían dejado en ella, al parecer eso era lo que realmente dejaba huella y no el ser una chica de bien?
La piedra angular era... Efectivamente; Rodrigo. Era muy bueno en histología, la materia nemesis de Laura. La partida era simple y ya la había hecho años atrás en preparatoria; asesorías, respuestas, todo extraído con suficiente encanto femenino... Para así acercarse a un pez mas gordo. En este caso, el pez del éxito académico. Mas no imaginaba el anzuelo que pronto empezaría a rondarla...