Era junio, el semestre estaba por terminar y la tensión por los exámenes finales podía palparse en el ambiente, mucho más para los alumnos de la facultadde medicina que albergaba aquella universidad, exámenes que, según los propios estudiantes eran equiparables a los TIMOS descritos en Harry Potter.
Laura sentía su corazón latiendo desbocado dentro de su tórax de sólo pensar en las consecuencias catastróficas que significaría que la echasen de la universidad por haber reprobado una clase, y todo por que?
Ah si, por aquel patán cerebro de chicle que hacía menos de un mes le había roto el corazón.
La mañana era un tanto gélida para ser junio, y Laura estaba tomando sus últimas asesorías antes de aquel examen que definiría su destino. Era temprano, ni medio día siquiera, cuando en un rato de descanso que les había dado el doctor ella se dispuso a caminar por los pasillos y edificios dela facultad quizás por última vez.
No cabía en su mente como aquel pelmazo de Fernando Arriaga le había lavado el cerebro con su estúpida sonrisa y su ocurrente personalidad con la que la atrapó desde su primer encuentro hacía apenas 5 meses atrás.
Un semestre entero de tomadas de mano, abrazos, besos dulces o intensos,leves caricia y fajes que sólo habían permanecido como un "sucio secreto"
Secreto que se fue desvaneciendo cuan espejismo y que, al enfrentarlo terminó en un "perdóname. No he podido superar del todo a Valentina y... creo que primero cerraré ese ciclo"
Vaya final. Laura da un largo suspiro al recordar tal escena, ella; sola en el autobús escolar, leyendo semejante cosa en un simple mensaje de whatsapp mientras las lágrimas recorrían su rostro,y afuera lloviendo. Más drama no se podía.
Siguió camibando, y no fue Hasta que escuchó un "Lau" que la hizo voltear y ver que alguien la llamaba... justamente él.
Apenas empezaba a escribirse la historia...