Capítulo 21

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Un largo y oscuro pasillo lo recibió a penas y cruzó el umbral de la puerta, caminó unos metros y disparó contra dos hombres que armados perseguían a una mujer harapienta. Con el apagón todos los rehenes habían logrado escapar, por ello todo se encontraba completamente de cabeza.
Siguió sin bajar sus armas, cuando de un pasillo lejano apareció otro hombre, Jonh abrió fuego sin contemplación, pero este le regresó el ataque, rápido se cubrió entrando en una habitación, esperó a que el otro sujeto dejara de disparar y salió justo para volarle la cabeza.

Abandonó su cobertura y continuó recorriendo el lugar, los disparos seguían y cada vez más se topaba con cadáveres regados por el suelo, un sujeto de cabello largo se le abalanzó una vez que salió de su confinamiento y rápidamente intentó apuñalarlo con un pedazo de vidrio, Jonh lo sujetó antes de que pudiera cortarlo, lo empujó y le propinó dos disparos, uno en el pecho y otro en la frente. En cuestión de segundos la oportunidad de escapar se le había presentado, y no lo pensó dos veces, haría lo que fuera para salir de ahí, incluso si eso significaba asesinar a todos los que se interpusieran en su camino...
Continuó caminando, cuando un escuadrón de secuaces de Rollan apareció, rápidamente todos dirigieron sus armas contra él, Jonh corrió precipitadamente y se lanzó tras un mostrador, tal vez en no lo notó la primera vez, pero aquello sí parecía un hospital, al menos uno muy retorcido y abandonado. Los hombres de Rollan se pusieron a cubiertos mientras que Jonh contaba sus balas, cinco en un cargador, y nueve en otro.

Respiró profundamente y salió de cobertura, disparó contra los dos más cercanos, logrando derribar a uno tras darle en la pierna, los demás siguieron disparando y fue cuando una bala atravesó su hombro derecho, soltó sus armas y cayó apretando firmemente su herida. Un sujeto de K'an Dü saltó tras el mostrador, Jonh Riley lo barrió con la pierna antes de que este le disparara, rápido llegó hasta él y lo comenzó a estrangular, cuando otro apareció atrás suyo, lo sujetó con fuerza y lo arrojó contra la pared más cercana con una fuerza descomunal.
Era un Rh'all, grande, fuerte, de piel azul oscura y cuatro brazos, Jonh se arrastró rápidamente hasta que pudo ver una escopeta recortada a mitad del suelo. Se levantó con dificultad y corrió hacia el arma, cuando el Rh'all pateó un escritorio hacia sus pies, nuevamente cayó.

Lo sujetó de la pierna con fuerza, Riley se giró y recargó el arma frente a sus ojos, sonrió ligeramente y le destrozó la cabeza con un disparo. Tres más estuvieron a punto de entrar, cambió la modalidad del arma a explosiva y disparó contra ellos, consiguiendo derribarlos tras el pequeño estallido.
Se levantó y arrojó el arma vacía, rápido miró en todas direcciones en aquel cuarto buscando algo que le ayudara a menguar el sangrado. Llegó hasta un estante y buscó entre cuantas cajas había hasta que encontró una herramienta de uso médico, acercó el artefacto hacia su hombro y cubrió toda su herida con una masa caliente y plateada. La compresa se secó en cuestión de segundos logrando cerrar su herida.

—Eso me valdrá —buscó entre los cadáveres y tomó un par de pistolas y una ametralladora. Apuntó sin más y acribilló a un par de sujetos armados que corrían despavoridos. Velozmente siguió hasta llegar a una intersección, a su izquierda un gran y caótico pasillo se encontraba, mientras que a la derecha había una puerta que llevaba a unas escaleras, comenzó a caminar hacia la puerta, cuando de esta salió un horroroso y ya conocido Boctariano, acompañado de otros dos esbirros.

—¡Riley! —levantó su rifle de plasma.

—¡Mierda! —salió corriendo a través del pasillo. Las balas de plasma golpeaban las paredes o pasaban a su lado, pero cada vez estaban más próximas a él. Giró nuevamente y entró en un elevador—. Rápido, rápido, rápido —picó el botón de la planta baja sin parar, hasta que las puertas comenzaron a cerrarse.

—¡Riley! —escuchó su gutural voz. Levantó la ametralladora y acabó con el primer sujetó que cruzó. Las puertas se volvieron a abrir. Otro sujeto apareció y nuevamente jaló el gatillo, solo un par de balas salieron hasta que el cargador se vació.

—Me lleva la puta madre... —buscó desesperadamente un nuevo cargador, cuando unas gigantescas manos lo atraparon. Grondo lo levantó y lo arrojó hasta estrellarlo contra un cristal—. Condenado infeliz... —escupió sangre y volteó hacia el frente.

—¡Esperé esto por mucho tiempo Riley! —llegó hasta él y alzó su enorme pie, Jonh rodó antes de ser aplastado, desenfundó una pistola y apuntó. Pero Grondo lanzó un manotazo y se la arrebató, esta vez sí atinó la patada, nuevamente Jonh fue lanzado por el suelo hasta chocar contra un carrito lleno de material médico.
Grondo caminó mostrando una sonrisa, lentamente Jonh dirigió su mano hacia su bolsillo, pero fue inútil, Grondo lo atrapó por el cuello, lo alzó y estrelló contra el suelo. Jonh Riley estaba tan herido que a penas y se movía.— Mira nada más... Parece que finalmente te quedaste sin trucos.

—Te equivocas. —Soltó una vez que él lo volvió a alzar. En fracción de segundos le enterró una jeringa llena se un líquido amarillo, Grondo se tambaleó y lo soltó.

—¿Qué... qué mierda me hiciste? —apenas podía mantenerse en pie. Era como si de la nada se sintiera borracho.

—Anestesia —sonrió, después le propinó un puñetazo tan fuerte que incluso pudo sentir como sus dedos eran triturados. Tomó su cabeza con su otra mano y la estrelló contra el suelo una y otra y otra vez—, mírame infeliz —le dijo luego de levantar su lacerado rostro.

—Solo... solo seguía ordenes... —escupió sangre y lo miró.

—No te preocupes, Rollan lo pagará también —lo dejó y caminó lentamente hasta tomar una pistola, revisó el cargador y estaba casi lleno. Se regresó y apuntó el arma directo en su frente—. No debieron meterse conmigo —disparó finalmente y Grondo cayó al suelo sin vida—. Idiota.

Limpió la sangre que emanaba de su boca y caminó tambaleante hasta el elevador, y nuevamente lo llamó. Cuando de aquella misma puerta salió Rollan... acompañado de un escuadrón fuertemente armado.
Jonh miró resignado hacia sus oponentes, después regresó la mirada a su única pistola.

—¡Ahí está! —lo escuchó gritar y sus secuaces corrieron hacia él. Levantó su arma y apuntó.
Cuando el muro que tenía en frente estalló, todos se cubrieron o fueron arrojados al suelo gracias a la expansiva, y entre la nube de polvo una ráfaga de láseres acabó con casi todos ahí. El polvo comenzó a disiparse y sonrió como nunca al ver a Xirack portando un rifle de plasma y disparando contra sus oponentes sin piedad.

—¡Corre! —gritó ella y siguió disparando a la par que el fuego enemigo regresaba. Jonh corrió con todas sus fuerzas y saltó hacia el Valiant rojo que suspendido en el aire lo esperaba, estuvo a punto de resbalar y caer, de no haber sido porque ella lo alcanzó...
Sujetó su mano con fuerza y lo ayudó a subir.

—¡¿Todo listo?! —exclamó Marco desde el asiento de conductor.

—¡Sí! —respondió él. Tomaron asiento y se abrocharon los cinturones de seguridad.

—¡Bien, entonces vámonos! —pisó el acelerador y el Valiant salió volando a toda velocidad de ahí.
Jonh volteó hacia atrás y contempló todo el edificio, las explosiones y el fuego lo cubrían casi por completo.

—¡Aún falta Rollan! —clamó con desesperación.

—Primero hay que escapar, ya luego nos encargaremos de él —evitó un par de vehículos y se adentró en el tráfico.

—Chicos... creo que tenemos compañía —Xirack vislumbró como tres automóviles salieron de la Enfermería y rápidamente fueron tras ellos.

—Mierda, ocúpense de ellos —giró hacia la derecha con rapidez y se adentró en el centro de la ciudad. Xirack tomó nuevamente el rifle de plasma y apuntó contra sus perseguidores. Disparó múltiples veces, pero la mayoría de los disparos no llegaron ni a tocar a los automóviles, Marco siguió maniobrando a través del tráfico, pero al estar en un lugar tan concurrido y lleno de edificios se volvía una tarea realmente difícil.—¡Puta madre, a la derecha! —Uno de los automóviles llegó a toda velocidad junto a ellos, y no bastó ni un segundo para que comenzaran a dispararles.

—¡Marco, un arma! —solicitó su mejor amigo. Tras eso, le arrojó un subfusil Nex. Tomó rápidamente el arma y disparó contra sus perseguidores, las veloces balas impactaron contra el automóvil pero este apenas y sufrió daño—. ¡Abajo! —saltó encima de Xirack y ambos se guarecieron por debajo de los asientos. Una ráfaga impactó contra el Valiant, ninguno resultó herido.

—¿Quieres molestarme eh? —Marco aceleró a tope y el otro auto también, y justo como él pensó, su perseguidor comenzó a chocarlo múltiples veces. Marco giró inesperadamente hacia la izquierda y el otro auto se estrelló contra el muro de un edificio, la explosión fue bastante grande, pero no lo suficientemente para apaciguar sus demás perseguidores.
Esta vez ambos automóviles llegaron a la misma velocidad, pero uno se elevó hasta posicionarse justo encima de ellos, mientras que el otro se mantuvo a su derecha. La puerta del automóvil de arriba se abrió, y un androide saltó encima de ellos.
Cayó justo encima de Jonh, ambos forcejearon hasta que Xirack tomó el rifle y disparó contra él. El androide se sacudió por los impactos y se dirigió hacia ella, pero Jonh lo tomó fuertemente por el cuello y lo arrojó con fuerza fuera del auto. Luego de eso, Marco levantó su pistola y apuntó directamente contra el conductor de la derecha, disparó varias veces hasta que logró destrozar el vidrio. Cosa que Xirack aprovechó, tomó la Nex y disparó una ráfaga contra el conductor.

El auto cayó en picada y se estrelló contra un camión de basura. El último auto se posicionó en su izquierda y todos pudieron ver a Rollan en él, desesperado Jonh apuntó su arma, pero el auto los evitó pasando por debajo de otro, de no haber sido por Xirack, que levantó el cañón hubiera asesinado a un grupo de civiles.

—¡Tomaré un atajo! —descendió precipitadamente hasta entrar en un túnel. La iluminación azulada del lugar hacía que la persecución se viera mucho más frenética. Ambos autos comenzaron a chocar entre sí—. ¡Alguien dispárele a ese cabrón!

Buscaron entre sus armas, pero se encontraban vacías, una de las puertas se abrió, y Rollan se asomó apuntando con una escopeta, viró el cañón contra ellos, y fue cuando Marco dio una última embestida. El choque de ambos autos ocasionó que perdieran la estabilidad, se deslizaron erráticamente hasta que salieron del túnel pero terminaron impactando de lleno contra un gran almacén.

El Valiant acabó derrapando justo encima de una de las grandes cajas que residía en el lugar, mientras que el automóvil de Rollan se deshizo tras chocar violentamente contra una pila de refacciones. Aturdido, Jonh se levantó y encontró a Marco tendido sobre el volante. Lo agitó con frenesí hasta que lo vio soltar un quejido, estaba bien, al igual que Xirack, pero ambos parecían aturdidos. Tomó la pistola de su compañero y abandonó el Valiant, torpemente descendió entre los contendores que guardaban piezas y refacciones para naves hasta que llegó al suelo, se aproximó a los restos humeantes del automóvil perseguidor y encontró que uno de los esbirros de Rollan intentaba salir.

Levantó la pistola y lo asesinó con tres disparos, avanzó al auto, pero en su interior no había más que un segundo secuaz totalmente muerto.

—Mierda —escupió algo de sangre y negó con enojo, estuvo a nada de irse, cuando Rollan emergió de entre la pila de refacciones y golpeó utilizando una barra.

Jonh aterrizó contra el suelo y un charco.

—Hijo de puta —Rollan alejó la pistola de su alcance y levantó su barra. Jonh lo pateó en las piernas y lo hizo caer, pronto se arrastró y le acomodó un puñetazo, pero Rollan forcejeó hasta que terminó encima suyo y con ambas manos sobre su cuello. El colérico capo criminal rugió y apretó su agarre.

Jonh a duras penas y podía agarrar su rostro y apretar sus mejillas en un vano intento por hacerle daño. Pero el aire le empezaba a faltar, así que estiró su mano hasta que palpó la barra de metal, la tomó y sin pensárselo dos veces le acomodó un golpe que le hizo soltarlo. Agarró aire y con dificultad se levantó, igual que Rollan.

—Bien... Stack, veamos qué tan fuerte eres —lamió sus ensangrentados labios y se puso en guardia. Jonh apretó el mentón con ira y arremetió contra él. Rollan atrapó la barra y con su otra mano apresó su brazo, teniéndolo a su merced le dio un cabezazo. Jonh se alejó, y de milagro logró eludir un par de puñetazos por parte de su enemigo, bloqueó uno más y una patada, después arremetió dándole un puñetazo. Rollan se alejó, no perdió tiempo y le mandó una patada el rostro.

Rollan cayó arrodillado, Jonh intentó terminarlo, pero desenfundó una navaja y apuñaló justo en su cadera. Jonh rugió, arrancó la navaja y buscó cortarle el cuello, ambos acabaron chocando contra uno de los contenedores. Una batalla de fuerza empezó, mientras que el peligroso criminal buscaba a toda costa perforar su cuello, Jonh hacía un esfuerzo inhumano en desviar la hoja. Empezó a ceder y la punta de la navaja a llegar a su cuello.

—Parece que no eres tan rudo... Riley —sonrió malicioso y a nada de completar su cometido. Pero Jonh acercó su rostro al de él; mordió con fuerza y de un tirón le arrancó una oreja. Rollan se apartó sin dejar de gritar, a lo cual Jonh respondió dándole un puñetazo tan fuerte a la garganta que le hizo caer de espaldas al suelo. Exhausto suspiró y recuperó algo de aliento, miró a Rollan, quien a duras penas lograba respirar.

Se apartó y agarró la pistola, llegó hasta quedar frente a él y le apuntó a la cabeza.

—Jonh... hijo... espera, podemos arreglar esto. —Masculló entre ahogos, pero Jonh cortó cartucho.

—Nos vemos abajo, imbécil.

—¡Espera, no...! —la bala acabó perforando su cráneo y regando su sangre a través del suelo.

Cerró sus ojos y suspiró con alivio.

—Jonh... —rápido los abrió y encontró a Xirack, se veía impactada, como si no pudiera creer que aquella carnicería había sido orquestada por un solo hombre.

—Vámonos de una maldita vez.

Ella no dijo nada, simplemente lo acompañó hasta el contenedor donde residía el automóvil. Subió, y él estuvo a punto de hacerlo también, cuando un vitral en el techo del almacén se rompió y un androide cayó alzando su arma.

¡No se muevan, policía de San Francisco! —imperó con su automatizada y fría voz.

—Mierda... —soltó Xirack sin saber qué hacer.

¡Manos en alto! —volvió a clamar, pero Jonh se quedó estático, acariciando el gatillo de su arma.

—Quiero que corras y entres al auto, yo iré tras de ti... —soltó seriamente.

—¿Qué?

—Es un puto Sintético, anda, te daré tiempo.

—¡Suelten las armas y coloquen las manos tras la cabeza! —ordenó una última vez y accionó su pistola. Jonh hizo un ademan de resignación y disparó contra el policía.

—¡Ya! —siguió contra los otros que bajaron a través del mismo vitral. Y cuando el arma se quedó sin municiones escaló a prisa y saltó nuevamente al automóvil, Marco pisó el acelerador. El Valiant rugió como una bestia y se alejó de aquel lugar a toda velocidad.

Al ser unidades de respuesta inmediata, aquella patrulla solo llevaba androides, por lo que nadie los siguió, sin embargo aquello tan solo había sido una gota de sangre en un estanque lleno de tiburones.

—Mierda, mierda, ¡mierda! —golpeó el volante y observó a su amigo por encima del hombro—. ¡¿Qué hiciste?!

—Eran Sintéticos, Marco.

—Pero policías, Jonh... putos policías... —negó agobiado y mordió su labio—, si no estábamos jodidos, ahora lo estamos.

El Valiant nuevamente se había inmiscuido con el tráfico en los aires.

—Nuestra única oportunidad es llegar a la nave y largarnos de aquí antes de que comiencen a buscarnos. —Aseguró, sin aparente arrepentimiento.

—Chingado —volvió a decir—. Bien. Llamaré al niño, veamos que sucede.
Luego de todo lo acontecido, finalmente Jonh se recostó en el asiento y durante unos instantes cerró los ojos, olía a plomo, sangre y a quemado, pero nada de eso importaba, el viento soplaba placenteramente sobre su rostro y finalmente tenía un momento de paz.

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