El mal proyecto

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El viernes voy conduciendo al hospital con Xander a mi lado, su cabeza va recargada en el cristal de la ventana y él tiene la mirada perdida en algún rincón de su mente.

—¿Qué pasa? —pregunto mientras estaciono.

—Le voy a decir a mi padre lo de las fotos —expresa aún perdido.

—¿Hoy? —pregunto, él vuelve la vista hacia mí y asiente —¿Quieres que te acompañe?

—¡Por favor! —exclama y yo sonrío.

—De acuerdo, vamos —ambos bajamos del auto.

Siento vibrar mi teléfono y lo saco, tengo un correo, frunzo el ceño y al leer el asunto me quedo clavado en mi lugar, Xander lo nota y voltea hacia mí.

—¿Todo en orden? —cuestiona inclinando la cabeza.

—Ya está mi proyecto —escupo en shock.

—¿Ya? ¡Genial! —afirma Xander —¿Cuando vas por los resultados?

—Ahora —exclamo leyendo y levanto la vista —Yo… yo…

—No, no, no, no, no, no —murmura apresurado —Está bien, vete, puedo hacerlo

—¿Seguro? —pregunto preocupado.

—Seguro, vete —afirma mi primo con una sonrisa —Suerte

—Gracias Xander —exclamo y vuelvo a mi auto —Suerte a ti también

—Gracias

Arranco mi auto y me dirijo hacia las afueras, cerca de ahí está la planta de energía eléctrica principal que es a dónde envié mi proyecto.

Hace un par de años se implementó en el sistema educativo un modelo que expresa que todos los graduados de sus respectivas carreras tienen que presentar un proyecto que presentan a algún puesto de trabajo, con este obtienen o su primer empleo o un inicio para tu currículum pero si no lo presentas a tiempo a la escuela no se te entrega tu título ni te puedes graduar, que fue lo que me pasó a mí el año pasado.

Llago a la planta, estaciono mi auto y subo corriendo hasta la oficina, espero a que me dejen pasar y entro; el lugar es tan gris como lo recuerdo, paredes de loseta color perla, suelo y techos de piedra y una chimenea falsa negra con flamas azules, al centro hay un escritorio y tras este hay dos hombres trajeados sentados , uno de ellos me indica que me siente frente a ellos.

—Buenas tardes —saludo haciendo una pequeña inclinación antes de sentarme.

—Buenas tardes —responden ambos hombres —¿Eres el dueño del proyecto de los generadores?

—Así es señor —afirmo intentando estar lo más erguido posible.

Considerando que esto es lo más parecido que he tenido a una entrevista de trabajo me avergüenzo un poco de ir vestido solo con un pantalón de mezclilla y una playera de manga larga, pero en mi defensa, fue un aviso de último minuto.

—Estuvimos analizando el proyecto, es bastante bueno, tiene buenas bases, una función sólida y un diseño semi-práctico —inicia el hombre de la izquierda y yo hago una pequeña mueca ante ese último comentario —Sin embargo, tiene un problema

—¿Y cuál es? —pregunto intranquilo, eso no me huele bien.

—Es muy bueno para haber sido diseñado por un recién egresado —sentencia su compañero haciendo que gire la vista hacia él.

—¿Perdón?—exclamo confundido —¿Qué está diciendo? ¿Qué no lo elaboré?

—No —tranquiliza el hombre —Solo que nadie creería que es un proyecto de graduación, así que no será promocionado como tal

Empiezo a asentir comprendiendo, por lo menos hasta que dentro de mi cabeza caigo en cuenta de que si hacen eso mi nombre no saldría en el proyecto.

—Esperen, ¿qué?

El hombre de la derecha saca dos proyectores, identifico uno como el que yo mismo envié con mi proyecto, el hombre muestra el otro y veo una carátula con los mismos datos, pero sin la parte que lo identifica como un proyecto escolar.

—Buena suerte chico —comenta este antes de destruir mi proyector.

—¡No! —grito levantándome intentando detenerlo —¡No! ¡Mi proyecto!

—¡Seguridad! —llama el otro mientras sigo peleando intentando recuperar lo que queda de mi documento.

Dos hombres entran y me jalan por los brazos hacia la puerta mientras intento zafarme.

—¡No! ¡No es justo! —grito desesperado.

—Suerte intentando probarlo —se burla el hombre del proyector antes de que sus escoltas me arrastren fuera del edificio.

Intento soltarme todo el trayecto sin éxito alguno, solo hasta afuera del edificio los escoltas me empujan tirándome al suelo sin cuidado y vuelven a ingresar antes de cerrar la puerta, siento mi cuerpo empezar a sacudirse en espasmos y mis ojos llenarse de lágrimas; aprieto los ojos, bajo la cabeza y tomo mi cabello entre mis manos para empezar a jalarlo en un intento de calmar mi desesperación.

Sin pensármelo mucho subo de nuevo a mi auto y presiono el acelerador a fondo para volver al hospital, tal vez me gane un par de multas por eso, pero no es algo que me importe en este momento.

Llego al hospital, apago mi auto, bajo y me encamino hacia la oficina de mi tío, según yo, no voy muy rápido, pero sospecho lo contrario cuando me encuentro frente a su puerta en lo que yo sentí fueron menos de dos minutos, toco la puerta tres veces, pero al no recibir respuesta la empiezo a aporrear con desesperación, me detengo tras casi caer de bruces cuando esta se abre.

—¿Karim? —escucho y alzo la vista.

—Xander —exclamo al ver a mi primo y cierro los ojos con fuerza, cierto, él estaba hablando con su padre —Lo siento, no quería interrumpir

—No, no, está bien —afirma haciéndose a un lado —Pásate

Lo veo con cierta pena y desconfianza, pero aún así entro a la oficina, mi tío me ve parado desde atrás de su escritorio.

—Karim —saluda y yo le doy un asentimiento —¿Todo en orden? Xander me dijo que ibas a recibir los resultados de tu proyecto

—Eso hice —respondo y un sollozo involuntario escapa de mi boca haciendo que me tape la cara con las manos.

—¿Qué pasó? —pregunta Xander acercándose y tomándome por los hombros —¿No lo aceptaron?

—Se lo robaron —murmuro y siento como las lágrimas empiezan a caer por mi rostro —Se robaron mi proyecto

—¿Cómo que se lo robaron? —cuestiona mi tío y lo siento acercarse.

—Dijeron que nadie creería que lo hizo un recién egresado y destruyeron mi documento —explico entre sollozos —Se tardaron tanto porque lo estaban duplicando, crearon su propio archivo

Sin poder evitarlo empiezo a llorar de frustración, mi tío y mi primo me dan un abrazo y el primero toma mi barbilla obligándome a levantar la vista, bajo mis manos y lo veo.

—Hijos de perra —murmura Xander haciendo que su padre y yo lo volteemos a ver —¿Qué? Se lo merecen

—No te diré nada en esta ocasión solo porque es cierto —accede mi tío —Y tú, trata de calmarte ¿sí?

Asiento y empiezo a inhalar fuerte para intentar contener mi llanto, los minutos pasan lentamente hasta que lo contengo exitosamente y asiento varias veces un poco mejor.

—¿Mejor? —investiga mi tío y yo asiento —Bueno, ahora, ¿tienes el documento original?

—El original no —respondo apenado —Guardé una copia

—Si… —murmura mi tío preocupado alargando la i —Eso no nos sirve de mucho

—¿Por qué no? —interviene Xander —Es su documento finalmente, tiene sus datos

—Pero es una copia, es exactamente lo mismo que si lo hubiera plagiado —explica mi tío y yo contengo un grito de frustración —Tiene que hacer uno nuevo

—Imposible —sentencio alzando de nuevo la vista —La fecha límite de entrega es en un mes, no puedo desarrollar un proyecto, su documento, su prueba y conseguir que alguien me lo autorice en menos de un mes… estoy muerto

—A ver, cabecita dura, escucha —advierte mi tío tomándome por el cabello para obligarme a verlo a los ojos —Según recuerdo dos personas te han ofrecido un empleo

—Quiero ganármelo por mi cuenta —escupo —No quiero saber que me gané un puesto solo porque me lo dió mi familia

—Yo le firmé su trabajo a mi hijo, porque es mi hijo —anuncia mirándome fijamente y yo asiento —Pero había una condición, ¿cuál era Xander?

—Debía ser un proyecto digno de mi nivel —responde mi primo —Y lo fue, fue el mejor de la generación

—Por algo te lo firmé —sentencia mi tío —Si te ayudamos aquí, es para evitarte este tipo de problemas, somos familia, la familia está para ayudarse

Le doy una pequeña sonrisa triste bajando un poco la cabeza, por lo menos antes de que me vuelva a jalar del cabello para alzar la vista.

—Omali no podía autorizar tu proyecto, forzosamente debía verlo el director del hospital —explica apuntándome con su dedo —Uriel no sabe negar, pero para su fortuna las pruebas las hace Elías, y si él no sería condescendiente con sus propios hijos no lo sería contigo

Xander y yo exhalamos una pequeña risa ante ese comentario, mi tío tiene razón, Elías no tiene reparo en regañar, amenazar o inclusive destruir los trabajos de sus hijos cuando le parece que no tienen la calidad necesaria, así que no tendría reparo en hacerlo con otra persona… tal vez por eso los arquitectos de su empresa eran tan buenos, nadie haría enojar a ese jefe.

—Si algo nos ha quedado claro a todos, es que tienes talento en lo que haces, por algo ellos te ofrecieron el puesto —exclama mi tío y suelto un par de lágrimas de entre alegría y vergüenza —Usa eso ahora que no tienes muchas opciones

—¿Aún puedo? —pregunto esperanzado.

—Con Omali lo dudo, seguramente él seguirá ofreciéndote el puesto, pero de él no depende que te quedes; como bien lo dijiste, no puedes crear un proyecto en tan poco tiempo y aunque pudieras el director no te lo aceptaría en menos de un mes —desarrolla mi tío y yo asiento —Uriel y Elías por otro lado…

—Necesito otro proyecto igualmente —afirmo.

—No sé muy bien como funcionan los proyectos en tu área, pero eres el hijo de Marcos e Irán —sentencia —Si hay algo que puedes hacer es buscar información y organizar un proyecto de investigación digno de un doctorado, dejando de lado tu pésima redacción te lo firmarán el día de la entrega en la mañana sin ningún problema, Uriel ya te ha visto trabajando sabe lo que puedes hacer, no necesita que se lo demuestres

Siento mi pecho inflarse de orgullo y sonrío sin poder evitarlo.

—Gracias tío —murmuro dándole un abrazo que me responde dándome unas palmadas en la espalda.

—Cuando quieras —contesta y me separa —Ahora corre, porque si hay algo que ya no tienes, es tiempo

—Cierto, gracias —me alejo de él rumbo a la puerta y quedo frente a Xander.

—Vete, estoy bien —afirma y me da una sonrisa genuina que me tranquiliza.

—Hablamos luego, ¿trato?

—Trato —afirma con un asentimiento firme antes de abrir la puerta —¡Ahora corre!

—¡Nos vemos luego! —grito saliendo a toda prisa.

Sin pensármelo mucho, subo de nuevo a mi auto y arranco a toda prisa rumbo a la empresa de mis tíos; apenas medio estaciono, bajo corriendo y me detengo frente al escritorio de mi tía.

—Tía Irene —saludo recargándome en el escritorio mientras regulo mi respiración.

—¡Karim! —exhala confundida al verme —¿Qué pasa? ¿Todo en orden?

—Eh… no, no realmente —admito ajetreado —¿Están mis tíos?

—Están en una junta —responde revisando su pantalla —¿Necesitas hablar con ellos? ¿Con ambos?

—De preferencia sí, pero si no puedo me conformo con Uriel

—Pues la junta debería terminar en unos cinco minutos, puedes esperarlos en la oficina de Uriel y yo les aviso que estás aquí —propone confundida y yo asiento repetidas veces.

—Sí, sí, está bien, gracias

—¿Es muy urgente?

—Un poco

—Está bien

Me encamino hacia los ascensores para subir a la oficina de Uriel, al llegar me siento en uno de los sillones, pero mi estrés me hace levantarme y empezar a dar vueltas por la oficina hasta que llega el punto en el que ya empiezo a preguntarme si esa mancha rara en el suelo, es leche, combustible, aceite o algo que no quiero descubrir… además de que me estoy mareando.

—¿Todo en orden? —escucho de pronto y volteo para ver el cabello canoso y los ojos cansados de mi tío Uriel.

—Tío —exclamo tranquilizandome —¿Y Elías?

—Quejándose de los inversionistas en su oficina, no tardará —tranquiliza Uriel entrando para apoyarse en su escritorio —Irene dijo que querías vernos de forma urgente, ¿qué pasa?

—Sí, bueno… —inhalo profundo y sacudo las manos para relajarme —¿Siguen disponibles los puestos que me ofreciste?

—Claro, sigo aceptando proyectos —responde frunciendo el ceño —¿Por qué? ¿Qué pasó con tu proyecto?

—Se lo robaron —escupo decepcionado.

—¡¿Qué?! ¿Cómo? —cuestiona incrédulo abriendo los ojos como platos.

—Duplicaron mi documento, dijeron que era muy bueno para ser un proyecto de egresado —explico y lo veo apretar el puente de su nariz con frustración.

—Hijos de puta —murmura negando con la cabeza —¿Tienes el documento?

—Tengo una copia

—Si… no sirve de mucho

—Lo sé —exclamo bajando la mirada —No tengo suficiente tiempo, pero puedo hacer un proyecto de investigación

Uriel me mira con una mueca preocupada e incómoda, lo veo chupar sus labios y torcer la boca antes de exclamar.

—Si… eh, sé que va a sonar raro porque, bueno pues soy el dueño, pero… —alza la vista al techo antes de colocar su cabeza entre sus manos —Por política de la empresa, no aceptamos proyectos de investigación

Siento cómo mi mundo empieza a caerse a pedazos en ese preciso momento, abro la boca como si me hubieran lanzado un balde de agua fría.

—¿Qué? —es lo único que atino a decir —¿Por qué?

—Bueno es que nuestra filosofía es que "todos trabajamos de todo", un ingeniero que sabe construir pero no investigar no sirve, lo mismo al revés —explica apenado —Por lo tanto, debes demostrarlo entregando un teórico-práctico

—Sí, entiendo —murmuro bajando la cabeza —¡Ah! ¡Estoy muerto!

Doy media vuelta y pego mi cabeza contra la pared, escucho a mi tío exhalar un suspiro y golpear el suelo con su pie repetidas ocasiones hasta que se escucha el ruido del comunicador.

—¡Elías ven aquí! —demanda Uriel y yo volteo confundido.

A los pocos segundos, la puerta que se encuentra cerca del escritorio de Uriel se abre y aparece un confundido y preocupado Elías con el ceño fruncido, la boca medio abierta y los brazos levantados a los costados.

—Podías simplemente tocar la puerta —dice —Así que asumo o es muy urgente o hice algo muy grave

Contengo una risa al escuchar eso, Elías podrá ser la persona más peligrosa e inflexible del mundo… menos cuando se trata de su esposo, en ese momento parece que hasta su trastorno se va de vacaciones.

—Está buscando trabajo —anuncia Uriel ignorando el comentario de Elías y apuntándome con la mano.

Elías voltea a verme, me hace un saludo rápido con la mano y se lo respondo antes de que vuelva a voltear a ver a su esposo.

—¿Y luego? —insiste confundido.

—Quiere entrar con un proyecto de investigación —exclama Uriel y Elías abre la boca sorprendido.

—Oh, ya veo —murmura —Si… bueno la cosa es…

—No se puede, lo sé —interrumpo —Ya me lo explicó

—Pero… ¿Qué pasó con tu proyecto? —cuestiona frunciendo el ceño —Era bueno

—Sí, era tan bueno que se lo robaron —escupo y Elías niega con la cabeza molesto.

—Malditos cuatreros arrastrados chupasangre, hijos de perra —exclama Elías entre dientes haciendo que yo arqueé las cejas.

—¿Qué? —pregunto y Uriel ríe.

—Ratas, básicamente —explica.

—Bueno, ¿y qué tiene que me acepten con un proyecto de investigación? —cuestiono volviendo al tema que me interesa —Digo, tampoco es como que los demás se vayan a enterar

—De hecho sí, lo harán —aclara Elías.

—Parte de nuestro trabajo es la exposición de los proyectos una vez que están todos aceptados, el mejor de cada área es desarrollado —explica Uriel —Así que sí, se darían cuenta

—Digo, puedes hacerlo, y podemos firmarlo, no es como que nuestra política de contratación sea de dominio público —comenta Elías —Pero no puedes entrar a trabajar aquí, a menos que desarrolles otro en el proceso y presentemos ese

—No tendría los sellos de aprobado por la escuela —informa Uriel —Y falsificarlos nos podría meter en serios problemas legales con la Universidad

—Lo sé —reclama Elías —¿Tienes una mejor idea?

Uriel piensa un momento, se levanta y empieza a buscar en su escritorio hasta dar con un proyector, lo lanza al suelo y despliega un haz de luz, está vacío.

—Karim, ven acá —ordena llamándome con su dedo, confundido me acerco a él y él apunta al proyector —Construye tu proyecto, duplicalo

—¿Aquí? —pregunto confundido.

—¿Puedes hacerlo? —insiste Uriel y yo asiento —Hazlo

Confundido empiezo a insertar formas en el proyector para crear el modelo de mi proyecto, hay cosas que no puedo crear y se nota, empiezo a rascar mi cabeza y hacer muecas raras.

—¿Necesitas herramientas? —pregunta Elías y yo asiento, Uriel vuelve a buscar en su escritorio y me lanza un proyector de herramientas.

Empiezo a tomarlas y a seguir creando mi diseño, ingreso los detalles finales y frunzo el ceño al ver mi resultado; es una especie de caja recolectora eléctrica, pero algo falta.

—El diseño ya se ve igual —anuncio mirándolo con detenimiento —Pero le falta algo

—Ya veremos eso —interviene Uriel acercándose.

—¿Me recuerdas que se supone que era? —pide Elías.

—Un generador de energía eléctrica que funciona a partir de desechos metálicos —explico.

—¿Para qué? —pregunta confundido —Ya existe la planta de energía

—Se supone que es para cuando no hay una fuente de energía cercana —responde Uriel por mí.

—¿Portátil? —inquiere Elías y yo asiento —Muy listo, ¿no te parece que es un poco grande?

—Podemos encargarnos de eso —afirma Uriel —Yo tengo una pregunta más interesante, ¿con qué funciona?

—Con electricidad —contesto bajando la cabeza, ambos adultos me miran mal.

—Un generador de energía eléctrica… ¿funcionando con energía eléctrica? —reclama Elías.

—¿Con qué querían que lo hiciera funcionar? —replico —¿Con gasolina?

—Considerando que es portátil, con energía solar —apunta Uriel —O térmica

—Ya de perdida con baterías —finaliza Elías y yo hago una mueca.

—Si… —murmuro alargando la i —No lo pensé

—Ya lo notamos, no importa —asegura Elías restándole importancia —¿Por qué con desechos metálicos?

—Bueno, los desechos tóxicos se han reducido y los que quedan se usan para la energía combustible que alimenta a la planta de energía —explico y mis tíos asienten —Los desechos de papel, cartón, plástico y esos se reutilizan hasta que pierden propiedades y vuelven a entrar en la energía combustible; los orgánicos se reciclan y los electrónicos se descomponen y reutilizan; los desechos metálicos son los únicos que siguen siendo pues… basura, y el metal es de los mejores conductores de electricidad

—Buen razonamiento, me agrada —afirma Uriel.

—Sigo insistiendo con que es muy grande —comenta Elías —Pero bueno, ¿esto para qué es?

Señala un compartimento gris en la parte alta de la máquina.

—Es el liberador de energía —respondo —Ahí están los cables para conectar los celulares

—¿Solo celulares? —cuestiona Uriel.

—No es tan potente para cargar un auto —refuto.

—Pero en su mayoría lo usarían trabajadores —anuncia Elías —Debería servir para cualquier tipo de dispositivo electrónico

—Cierto —murmuro.

—Bueno, detalles, nada que no se arregle con un cambio de adaptador —afirme Uriel —Ahora, ¿cómo se supone que funciona?

—La electricidad carga a la máquina y libera un proceso de electrólisis para destruir y descomponer el metal y liberar iones y electrones —explico y mis tíos asienten —Los iones generan electricidad en la cámara y los electrones se liberan en un compartimento aparte para acelerar su movimiento y ampliar la energía por tiempo indefinido, mientras haya materia se liberarán electrones y mientras se liberen electrones se amplificará la energía

—¿Y qué haces con esa energía? —pregunta Elías y yo lo veo confundido —Vas a cargar dispositivos electrónicos, mientras el dispositivo funcione generará una cantidad extenuante de energía, lo vas a sobrecargar y explotará

Mi cerebro empieza a trabajar y noto el problema, ni siquiera una computadora industrial necesita toda la energía que mi invento puede generar, y la única forma de detener su proceso de generación es desactivarlo, eventualmente fallará.

—Eso puede ser un problema —murmuro.

—Y uno muy grave si me preguntas —admite Uriel —Bueno, ya encontramos varios errores que a ellos les tomará un tiempo descubrir… por lo menos hasta que empiece el control de calidad

Volteo a ver a mi tío confundido, pero Elías lo mira incrédulo.

—Si estás pensando lo que creo que estás pensando nos vas a meter en muchos problemas legales Uriel —advierte Elías —No podemos duplicar el proyecto

—¡Obviamente no haremos el mismo invento! No soy idiota —aclara Uriel —Los modificaremos, si ellos lo meten a mercado primero diremos que es basado en ese sistema, si lo hacemos nosotros… bueno, es un proyecto escolar

—Podemos demandarlos por plagio —entiende Elías y sonríe —No sacarían el invento a mercado, ganaríamos

—Nadie es tan idiota como para demandar a nuestra empresa sabiendo que tiene todas las de perder —afirma Uriel.

—¡Uriel eres un genio! —celebra Elías y yo sonrío emocionado.

—Hay que mejorar esto, pronto —avisa Uriel —Empecemos por lo básico, evitar que explote

—Necesitaría tener algo para almacenar la energía, como una batería —exclamo —Eso solo lo haría aún más grande

Los tres nos quedamos en silencio pensando una solución hasta que Elías reacciona.

—Mi turno —murmura y se acerca al proyector.

Con habilidad empieza a crear formas hasta dar la imagen del sistema de un campo de cableado eléctrico como el que alimenta a la ciudad, acerca el modelo que yo creé y le adapta un poco la forma para poder colgarlo de uno de los postes.

—Un transformador —exclama Uriel al ver esto —¿Por qué?

—La planta de energía a veces falla en la distribución dejando a casas, calles y colonias enteras sin electricidad por varias horas —desarrolla Elías —Esto garantiza un flujo de energía aunque el cable que lo alimenta falle, solo necesitarías cambiar el cableado

Me acerco a la nueva versión de mi proyecto y elimino la cápsula con los conectores para la carga y lo sustituyó por una batería industrial.

—La batería de una maquinaría —murmura Uriel —¿Por qué no la de un auto?

—Estas cosas pueden almacenar voltios y voltios de energía por espacio de años sin dañarse ni sobrecargarse, cuando detectan que llegan a su límite liberan un poco más de energía, podría incluso bloquear el suministro para liberarse —explico —Además la batería de un auto es más pesada

—Tiene sentido —afirma Uriel —Necesitaríamos ayuda de Omali pero podemos programarla para que haga una distribución justa, en lugar de equitativa para que la batería también se descargue de forma constante; eso ayudaría con los problemas de suministro en la ciudad, es dos en uno, también aumentaría la vida útil de los focos y lámparas en espacio de algunos años

—Es casi perfecto —murmura Elías.

—¿Casi? —cuestiona Uriel.

—Algún error debe de tener

—Yo veo uno —anuncio y ambos adultos me prestan atención —Si van a estar allá arriba, ¿cómo llenamos el depósito de materia?

—Excelente pregunta —responden ambos pensando.

—Es un proyecto universitario, dejemos ese error para que sea creíble y lo discutimos durante la asamblea —sentencia Uriel y yo exhalo una risa —¿Cuándo debes entregar esto?

—Máximo en un mes —contesto.

—Tienes tres semanas para hacer el documento —advierte Uriel y yo asiento —Uno bien, no como el que entregaste

Exhalo una pequeña risa y bajo la cabeza apenado.

—No me importa a quién le pidas ayuda, si pagas o si se lo pides a la Inteligencia Artificial pero va a tener una redacción digna de un estudiante de humanidades —sentencia Uriel y yo asiento —Nosotros te ayudamos con la presentación y el modelo

Asiento emocionado y cruzo las manos tras mi espalda en un intento de controlar mis emociones.

—Entonces cambiamos, adaptas la presentación con los datos que necesites y nosotros lo revisamos y firmamos

—Te lo devolvemos, unes todo y lo entregas —finaliza Elías.

—¡Gracias tíos! —exclamo sin poder evitar que mi voz salga más aguda por la emoción.

Ambos ríen y Uriel me estira un brazo para apretarme en un abrazo amistoso.

—Tienes talento niño —afirma dándome un apretón en el hombro —Ahora corre, no tienes mucho tiempo

—Trata de que no haya tres "que" en una oración de siete palabras esta vez, por favor —advierte Elías y yo suelto una risa apenada.

—Trataré —respondo y me acerco a él para que me reciba alborotándome el cabello.

—Buena suerte niño —exclama y me empuja lejos de él.

Suelto una risa y me dirijo a la puerta con una sonrisa, al llegar a esta me despido con un gesto de mano y una sonrisa.

—Gracias —exclamo antes de irme.

Como siempre, los políticos echando todo a perder

¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que pase ahora?

Espero les guste.
Atte: Ale Bautista.

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