Prefacio

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—Hijo, ¿a dónde vas? Ven con mami. Te prometo que te sentirás bien con mis abrazos.

Asustado, me escondía de mi madre en el armario de mi habitación, parece que quiere matarme y no sé por qué. Mi corazón latía a mil por horas cada vez que escuchaba sus pasos acercándose a mi escondite, cerraba los ojos con fuerza mientras que ​​mis lágrimas de miedo y desesperación se derraman sobre mis descalzos pies. Rogaba a Dios para que mi madre no me encuentre, pero escuché sus pasos muy cerca y cuando abrió el armario, quedé totalmente petrificado.

—¡Te encontré! —agarró mi brazo izquierdo y me sacó del armario hasta que terminé tumbado sobre mi cama

Mi madre en ropa interior, se acercó rápidamente y me cogió fuertemente de los brazos, me sacudía tratando de resistir y poder salir de su agarre pero fue inútil. Ella presionab sus manos contra las mías fuertemente sobre la cama, luego se sienta sobre mí con una sonrisa siniestra. Intenté sacudirme de nuevo con todas mis fuerzas, pero estaba completamente dominado sin posibilidad de zafarme de ella.

—¡No mamá, no! —gritaba de la desesperación.

Intenté sacudir mis piernas para liberarme pero no pude y, además, su fuerza era superior a la mía. Me miraba con sus ojos blancos y sus partes escleróticas totalmente oscuras, inclinaba un poco la cabeza hacia un lado como si tuviera curiosidad de algo y acercaba su nariz olfateando mi oscuro cabello. Mi corazón comenzó a bombear repetitivamente, sentía escalofríos recorriendo por mi espina dorsal. Estaba empezando a sacudir la cabeza para poder alejarla, pero ella comenzó a lamer mi cuello, lo cual era absolutamente desagradable.

De repente empezaba a sacudir su cadera ligeramente como si tratara de seducirme, luego se lamia sus labios mientras que sus mejillas se pintaban de rojo. No tenía idea cuáles eran sus intenciones, pero desde que comenzó a agarrar mis manos con una sola, desocupando la otra para quitar los sostenes dejando sus pechos expuesto, supe que quería practicar esas cosas fetichistas conmigo.

—Eres muy travieso, hijo mío. Hagamos que la situación sea divertida —dijo en tono perverso mientras frotaba mis partes privadas con su trasero.

No podía creer que mi madre me hiciera este tipo de cosas, así que, de repente, con toda mis fuerzas que extrañamente parecía sobrenatural, me liberé de su agarre, la aparté de ella empujándola con el pie izquierdo y ahora, con el derecho, le di una patada en el estómago alejándola de mí. Pude ver cómo se cayó hacía mi escritorio y algunas cosas que estaban encima cayeron sobre ella.

Se quedó sin aliento, aproveché la oportunidad para poder escapar. Corrí bajando de las escaleras para llegar a la puerta principal y una vez que tome el picaporte, tiro de E L 1 Ą } /+  -2 "  %   1   #   %  — 09+

Estaba arriba en la escalera otra vez, ¿¡pero qué pasó!? Me resbalé y me caí en ella, sentía varios golpes en mi cuerpo por cada escalón hasta que terminé cayendo boca abajo en el suelo. Adoloridamente, jadeaba mientras lanzaba quejidos por un momento, el golpe seco que recibí al caerme fue en el pecho, recuperaba aliento para poder seguir escapando de mi madre que quiere violarme.

—¿A dónde vas, hijo mío? —vociferaba mi bajando bajando lentamente de la escalera.

La observé desde el suelo y mis ojos se abrieron de sorpresa: estaba totalmente desnuda.

—¿Te gusta lo que ves? Si quieres puedes saborearlo.

Aterrado, me levantaba con dificultad para poder escapar por la puerta principal. Mi madre me miraba con mucha lujuria pero cuando observaba mi rostro totalmente aterrorizado, se detuvo y se sintió confusa.

—Qué… ¿por qué te caíste? No era mi intención que te hicieras daño, pero ¿por qué harías eso? —me preguntó hasta que empezaba a sentirse mal, como si le hubieran traicionado su corazón. Su mirada triste se convertía en ira, arrugaba su entrecejo mostrando su dientes apretados de la rabia  —Tú… ¿prefieres lastimarte a ti mismo que recibir esto? —mencionaba su cuerpo ya desnudo —¡Bien! Tanto que te cuido y no me agradeces nada.

Mi madre volvía a subir por la escalera hasta llegar al primer piso. Luego se acerca a la barandilla de madera mirándome desde abajo con una sonrisa lunática. No sé lo que tiene en su retorcida mente, pero sospecho que va ser una locura. Nerviosamente seguía observando su mirada psicópata y su sonrisa maliciosa.

—Hijo —la voz de mi madre me llama la atención —si no eres para mí… —se colocaba de pie sobre la barandilla mientras mantenía en equilibrio. Empezaba a temblar del miedo hasta que empezaba a sentir mi cuerpo totalmente congelado. Su última fueron las siguientes:  —Entonces no soy para nadie.

Todo al mi alrededor se movía lento, veía a mi madre cayendo al suelo de cabeza para asegurar su muerte. El cráneo de mi madre fue impactado brutalmente contra el suelo.

—¡MAMÁ! —gritaba a todo pulmón y, acto seguido, corrí desesperadamente hacia ella para atenderla.

Nunca fue mala conmigo, ella me amaba mucho, además de mi madre era la mejor amiga en la que acompañaba mi soledad. Levanté su cabeza para observarla fijamente, sus ojos blancos con sus partes escleróticas oscuras desaparecían, dejando normalmente sus ojos azules pero apagados para siempre. La parte parietal de su cráneo estaba roto como una cáscara de huevo, derramando todo el espeso y oscuro líquido rojo a través de un agujero, formando poco a poco un charco de sangre en el piso. Estaba muerta… Mi madre murió… Lloraba inconsolablemente y abrazaba su cuerpo con mucha fuerza. ¿Por qué?  ¿Por qué? ¿Por qué?  ¿¡POR QUÉ!? ¿¡POR QUÉ PASA ESTO!? ¿¡POR QUÉ!?

Te lo advertí...

Oí esa voz profunda y aterradora dentro de mí. Levanté mi mirada y vi una cara con ojos blancos brillantes y una sonrisa en forma de colmillos delante mío.

Meramente fue tu culpa, Simon.

«W Program: Un dibujo solo para ti»

Empezar.
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