🌻04🌻

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A pesar de que la noche había sido muy entretenida en el bosque, Taehyung se sentía de la mierda.

El cansancio que sentía sobre su cuerpo no le permitía el abrir correctamente los ojos cuando su alarma de la mañana sonó, indicándole que debía levantarse para ir a trabajar, como el humano normal que era.

Se la habían pasado hasta las dos de la mañana en el bosque, jugando y comiendo con los niños, para después llegar a casa y hacer lo básico para poder dormir sin tener joyas enterrándose en su piel y un aliento que desmayara al contrario al despertar.

Se sentía en una resaca imaginaria, en donde el alcohol no había existido, pero la euforia del momento había imitado sus efectos.

Al menos para Taehyung, ya que Jungkook se encontraba con una bandeja en manos, esperando a su que novio abriera los ojos por completo.

―Buenos días, precioso―lo saludó con voz suave, sabiendo que su pareja estaría procesando aún lo que había pasado y lo que estaba pasando en ese momento―Eres como un niño, comiste demasiada azúcar y ahora te pesa todo ¿No es así?

Y es que había consumido, al menos, veinte esferas de ilusión para jugar con los niños y cada una contenía una cantidad de azúcar considerable, debido a su sabor e ingredientes dulces. No siendo suficiente, tenía otro montón de esferas en su maleta, esperando a ser consumidas junto a Jimin.

―E-Estoy muriendo―jadeó con el cuerpo pesado, mientras restregaba sus ojos con sus puños― ¿Y si me dejas morir aquí? Prefiero eso que ir a trabajar―habló con voz suave, Jungkook soltando una risa y dejando la bandeja en la mesa de noche, para después sentarse al lado de su novio.

―Jamás permitiría eso, amor―le dijo mientras colocaba su mano derecha sobre la frente del mayor―Cierra los ojos un momento.

No era la primera vez que Jungkook hacia algo como eso, en ocasiones su pareja bebía más de lo que su cuerpo podía soportar y terminaba con una resaca que lo hacía quererse arrancar la cabeza, por lo que ya tenía algo de práctica.

Taehyung suspiró cuando comenzó a sentir cómo el pesar de su cuerpo comenzaba a disminuir, para mantenerlo en el menor dolor posible.

Jungkook había aprendido que podía aliviar la resaca de Taehyung y dolores menores que se centraran en el área del cráneo, colocando su mano sobre la frente y dándole una especie de toque que le permitía el mantenerse y eliminar el ligero dolor.

Era bastante efectivo para la migraña y la resaca, siendo realmente útil para alguien como Taehyung, que padecía de ambas.

―Ahora no hay excusas, estás renovado―le dio una sonrisa, para después acariciarle la mejilla, las cuales habían aumentado ligeramente de tamaño con el paso de los meses.

―Gracias, sinceramente aprecio mucho que hayas aprendido a hacer esto―se estiró sobre su espalda, sus brazos llegando hasta el respaldo de la cama―Y gracias por el desayuno, eres un precioso.

Jungkook sonrió de lado y tomó nuevamente la bandeja mientras Taehyung se sentaba, recibiéndola con una sonrisa y dándole un beso en la mejilla a su novio en agradecimiento.

―En los labios hasta que me lave los dientes, seguramente tengo veinte variantes de caries en los dientes después de tanto dulce―bufó mientras tomaba la cuchara, para comenzar a comer la crema de verduras y papa que había tenido enloquecido a Taehyung semanas antes.

―No lo dudo, tu lengua parecía un arcoíris de tantos colores que tenía. Pero igualmente me gustas, así que no tienes que preocuparte por eso―Taehyung inclinó su cabeza con una sonrisa ante aquello, comiendo su desayuno para poder ir a trabajar y no llegar tarde.

A pesar de que su trabajo en la librería de la familia Wang había sido un buen trabajo por un tiempo, la necesidad de hacer algo que tuviera relación directa con su profesión había sido más fuerte, por lo que ahora trabajaba en una empresa bien establecida, con un buen puesto de trabajo.

Afortunadamente, sus habilidades sociales le habían permitido el establecer buenas relaciones con sus compañeros del área, pero en ocasiones temía de tener que dejar entrar a más personas a su vida privada y tener que cubrir más puntos importantes de su vida, por lo que intentaba limitarse a ser un compañero de trabajo o amigo no tan cercano.

No quería llevar personas a su departamento y tener que pedirle a Jungkook que oculte sus orejas o simplemente no esté ahí, no iba a alterar su rutina o la de su pareja por amistades laborales que probablemente sean temporales.

Sabía que quizás estaba siendo un poco extremista, pero el tema de sus relaciones personales había sido algo que lo dejaba en qué pensar desde hace mucho y seguir agregando personas no le parecía buena idea.

Cuando terminó de desayunar, se duchó y comenzó a arreglarse para poder salir, afortunadamente no requería de usar uniforme, por lo que usó su vestimenta normal. Solamente agregando la identificación que colgaba de su cuello.

― ¿A qué hora vendrás? ―preguntó Jungkook mientras cerraba su maleta, colocándosela cruzado sobre su cuerpo, para poder partir al bosque, sabiendo que Yoongi no tardaría en llegar al departamento para irse juntos.

―A las dos ¿Quieres que vaya al bosque o vengo aquí y luego vamos a hacer las compras? ―preguntó Taehyung mientras veía a su menor, hipnotizado por su apariencia.

―Mejor nos vemos aquí, así descansas un poco antes de volver a salir―el elfo notó la constante mirada, haciendo que una sonrisa se colocara sobre su rostro―Y si después de todo eso tienes ganas, estoy siempre listo para ti.

Taehyung soltó una risa sorprendida, su rostro coloreándose ante la insinuación, por lo que se acercó al menor y lo abrazó con nerviosismo, ocultándose de la mirada ajena.

―No es bueno que me hagas este tipo de propuestas antes de ir a trabajar, pero no voy a rechazarla tampoco―se separó con la vergüenza un poco disipada, inclinando ligeramente la cabeza, no entendiendo cómo su menor se había vuelto más descarado.

Se escuchó la clave de la puerta ser colocada, haciendo que ambos vieran a esa dirección, Jungkook bufando.

―Yoongi hyung no tiene respeto, ni siquiera toca la puerta―en ese momento la puerta se abrió, dando paso a la pareja y el protagonista de la conversación―Fue una mala idea darte la clave de la puerta.

―Ustedes tienen la nuestra, no veo lo malo―se encogió de hombros, sin darle importancia, preparado para irse al bosque―Deja de quejarte y vámonos, que Suran nos está esperando con Hwangie.

Nadie dudo que Yoongi iba a conectar emocionalmente con el bebé de Suran, era un hecho, después de todo ella era su mejor amiga. Sin embargo, no consideraron que la conexión sería tan grande, tanto que las alitas del bebé tintineaban cuando el mayor se acercaba, cosa que no debería pasar, mucho menos en un hada bebé.

Por lo que, al final de todo, Yoongi era el tío preferido.

Jimin se acercó a Taehyung rápido, preparado para ir a trabajar también, ambos quedando en empresas cercanas, solo que el menor daba clases a jóvenes y niños de baile contemporáneo.

― ¿Tienes muchas de las esferas mágicas? ―preguntó emocionado, ya que al escuchar la historia de Taehyung en el bosque por una nota de voz por Kakao, había estado muy emocionado de probarlas.

―Sí y las comeremos como enfermos cuando volvamos―asintió emocionado, como si anteriormente no se hubiera ofrecido a la muerte debido a la pesadez de su cuerpo ante el azúcar―Que ellos nos alivien después para poder sobrevivir.

Ambos enfocaron sus miradas en sus novios, viendo cómo Yoongi empujaba a Jungkook, quien se había sentado demasiado cerca de él en el sofá, declarando que era su casa y él podía sentarse donde quisiera, mientras el hada intentaba sacarlo volando al irrespetar su espacio personal.

―Aún no me queda que Yoongi hyung es el mayor de todos, parece el menor, es tan llorón debajo de esa capa de hada intimidante―se quejó Taehyung, ambos siendo testigos de cómo el mencionado colocaba un dedo sobre el culo de Jungkook, dándole un choque eléctrico que lo hizo levantarse del sofá de golpe.

Jimin intentó pensar en algo que refutara de forma clara lo que su amigo había dicho, pero suspiró al no encontrar algo, encogiéndose de hombros y aceptándolo.

―Sí, pero igualmente lo amo, así que se acepta―Taehyung sonrió ante aquello, para después acomodarse su maleta.

Taehyung tenía su propio auto, Hoseok le había ayudado a conseguirlo a un buen precio, por lo que podía transportarse independiente. Sin embargo, como las empresas de ambos quedaban muy cerca, Taehyung manejaba e iba por Jimin al estudio, para irse juntos.

Además, le encantaba entrar un rato cuando era la clase de los niños, ya que ver a niños bailar era sumamente adorable.

Se despidieron de sus parejas y los seres más mágicos del grupo salieron por la ventana, en sus tamaños más pequeños.

Taehyung se estacionó frente al estudio donde trabajaba Jimin, ambos despidiéndose y recordando el verse a las dos de la tarde. Después el castaño tomó su propio camino, a tan solo tres minutos en auto.

Se bajó del auto, asegurándose de colocar el seguro de este, para encaminarse hasta el quinto piso del edificio.

Al llegar, se encaminó a la pequeña oficina que compartía con otro compañero fotógrafo, con quien a penas compartía palabras.

No es que no se llevaran bien, simplemente el chico era demasiado serio en el trabajo y Taehyung no iba a esforzarse de más por llevarse bien con alguien con quien a penas tenía que compartir palabras.

―Buenos días―saludó educado.

El chico suspiró, siguiendo con la mirada a través de sus gafas a la computadora, editando algunas fotografías de un producto empresarial.

―Si llegas tarde, al menos haz silencio al entrar―se quejó, haciendo que Taehyung frunciera el ceño, enojado ante aquellas palabras.

―No he llegado tarde, llegué cinco minutos antes―no debía dar explicaciones, pero respondió igualmente, dejando su maleta en la gaveta y sentándose en su silla―Además, a diferencia de otros, yo no soy un maleducado. Así que saludaré siempre que venga, sin importar que no respondas.

El chico levantó la mirada de la computadora, siendo algo tarde, ya que gracias a la división que se mantenía al centro del lugar, no podía verlo.

Jadeó en burla, acomodándose las gafas.

―No soy educado con personas tan poco talentosas y que han obtenido su puesto por suerte.

Taehyung rodó los ojos mientras abría su correo electrónico, leyendo en un correo urgente que le habían asignado a él las fotografías para la publicidad de una gran marca de productos para cuidado de la piel, logrando entender el por qué su compañero de trabajo estaba de esa forma.

No le dieron la campaña a él, me la dieron a mí.

Pensó con una sonrisa.

―Pues para ser poco talentoso y haber obtenido mi trabajo con suerte, me asignaron la campaña con Innisfree―el de gafas apretó los puños, mordiéndose el labio inferior―Entiendo que eso te genere molestia. Pero yo no elijo esto, así que no puedo ayudarte en nada.

El silencio se apoderó de la oficina, pero aquello ya no podía incomodar realmente a Taehyung, por lo que simplemente se colocó sus audífonos y puso música, comenzando a revisar los parámetros de la campaña que le habían asignado.

Al final de todo, ya no podía intimidarse al pelear con un compañero de trabajo, cuando había peleado con bestias sobrenaturales que habían atentado múltiples veces contra su vida.

No le gustaba sentirse mejor que los demás, pero eso no significaba que iba a dejar que lo pisotearan o que lo rebajaran por el simple hecho de cumplir con su trabajo.

No compartieron mayores palabras después de eso, Taehyung escuchando su alarma para irse al estudio para comenzar con las fotografías con las modelos.

Tomó todas sus cosas, porque ni loco dejaría su maleta o cosas personales en el lugar después de haber peleado con la otra persona que se mantenía ahí. Había aprendido algunas cosas con el pasar del tiempo.

Su bolso con la cámara colgaba a su lado, saludando a los que se encontraban mientras se encaminaba al estudio.

Estaba muy emocionado, especialmente por la reputación que una campaña así podía brindarle.

― ¡Taehyung! Qué bueno verte por aquí, me alegró mucho cuando vi que te seleccionaron para la campaña―lo saludó una voz femenina cuando entró al estudio, haciendo que el castaño diera una pequeña reverencia.

―Chaeyoung noona, gracias. En verdad me emociona estar aquí―le sonrió, finalmente encontrándose con alguien ese día en la empresa― ¿Usted también es parte de la promoción?

Chaeyoung era una compañera de trabajo mayor por un año, ella fue quien dio el recorrido a las instalaciones cuando Taehyung fue contratado y una de las que había establecido una amistad laboral con él.

Su piel era clara, cabello negro ligeramente ondulado que le llegaba hasta la cintura y una sonrisa que lograba convencer hasta a los clientes más difíciles, siendo una gran ficha en su área de trabajo.

―Sí, en realidad estoy supervisando que todo vaya bien por aquí―confesó con una sonrisa, haciendo que Taehyung se sorprendiera―Me ascendieron, así que ahora soy la encargada de la campaña.

―Oh, felicidades por eso. Usted es muy talentosa―fue sincero, dando nuevamente una reverencia, sabiendo que ella tenía el talento de sobra.

―Gracias y espero que pronto puedas pasarte a nuestra ala, Taehyung. Por eso me alegró mucho el verte en la lista―dijo como si fuera lo más tranquilo del mundo, haciendo que Taehyung se quedara realmente sorprendido, apretando su maleta ante la emoción.

Aquello sería una oportunidad demasiado grande para él. Especialmente porque podría dejar esa oficina claustrofóbica y a su compañero espantoso.

―Muchas gracias por considerarme, daré lo mejor de mí―la emoción contraria era notoria.

Taehyung sintió que su mano derecha se acalambraba ante la fuerza que ejerció por la emoción, por lo que la estiró de golpe, sobresaltándose cuando logró ver una chispa morada volaba hasta unas cajas que se encontraban detrás de Chaeyoung, quien no se dio cuenta de la chispa, pero sí escuchó el impacto de algo chocando con las cajas.

Taehyung se quedó perplejo, escondiendo su mano detrás de su espalda, en pánico.

Se suponía que el efecto no duraba más de unos minutos, no entendía qué estaba pasando.

―Bueno, estaré observando tu trabajo por allá―señaló la zona en donde se encontraban los monitores, arreglando las luces y la zona con el fondo de color verde― ¡Mucha suerte!

Chaeyoung levantó ambas manos en muestra de sus ánimos, Taehyung imitándola con los puños bien apretados, temiendo que otra chispa saliera disparada de sus manos.

―Gracias, noona.

Cuando ella se alejó, Taehyung sacó rápidamente su celular, comenzando a llamarle a su pareja con pánico, esperando que aquello no fuera algo permanente, como le había pasado cuando Jungkook dio su sangre para borrar su memoria.

¡No quiero esto para siempre, es divertido solo un rato!

Los tonos sonaron, mordiéndose su pulgar ante la ansiedad de no obtener respuesta, pero su corazón pudo seguir latiendo al escuchar la voz de su novio.

―Precioso, en este momento estoy un poco ocupado―fue lo primero que dijo, teniendo en ese momento su bota sobre el cráneo de un centauro, el cual luchaba por liberarse, pero encontrándose atado en todas sus extremidades―Pero dime lo que necesitas.

―Jungkookie, acabo de lanzar una chispa de las que dan las esferas que comimos ayer ¿No se supone que solo debe durar minutos? ―chilló lo más bajo posible, temiendo que alguien lo escuchara.

Jungkook no se mostró tan confundido, por lo que quitó su pie del cráneo ajeno y dio una fuerte patada a su cuello, haciendo que perdiera el aire, quedándose quieto en el suelo, para poder hablar tranquilo con su pareja.

―Normalmente duran pocos minutos, pero algunas tienden a tener el efecto más duradero. No es tan poco común―colocó una mano sobre su cadera, viendo al centauro suplicar por clemencia―Si entras en pánico, tu cuerpo se moverá más impulsivamente, trata de no pensar en ello y haz tu magia, precioso. Si en verdad es demasiado, pide permiso para salir antes.

Taehyung no podía pedir salir antes justo ese día, sería un suicidio laboral.

―Intentaré calmarme, realmente no puedo irme―respiró hondo, viendo cómo uno de los encargados del maquillaje le hacía señas para que se acercara―Tengo que irme, espero que no pase nada malo.

―Piensa que no y si sucede, encierra a todos y llámame, nos encargamos de eso―Taehyung hizo una mueca ante aquello, no queriendo tomar esa opción―Lo harás excelente, te amo.

Soltó el aire, decidido y pensando en que podía soportarlo por esos minutos.

―Te amo también, te llamo más tarde.

Decidió confiar un poco en su habilidad para estar calmado, por lo que atendió al llamado del encargado del maquillaje y comenzó con su trabajo.

Las modelos eran muy colaborativas y buenas, por lo que las cosas estaban saliendo muy bien. Chaeyoung lo alentaba a la distancia, debido a que los comentarios de los supervisores eran buenas, no perfectas, pero lo suficientemente buenas para que no existiera arrepentimiento de haberlo seleccionarlo.

Taehyung se encontraba visualizando las fotos en los monitores, mientras esperaba que el nuevo modelo fuera enviado al estudio. Se sentía muy satisfecho con su trabajo, pero sabía que siempre se podía mejorar y estaba dispuesto a hacerlo.

Se relajó tanto al observar las fotografías, que no se dio cuenta cuando alguien comenzó a acercarse por detrás.

― ¡Hey, tú! ―Taehyung se sobresaltó, ya que el chico había hablado más fuerte a propósito, para poder asustarlo.

Sus manos se estiraron ante el susto, tres chispas saliendo de sus dedos y volando hasta la pared de la derecha, haciendo que Taehyung bufara molesto, logrando ver a su compañero de cubículo.

―Tu café, no sé qué te gusta, traje uno cargado―le mostró el vaso de café caliente, haciendo que Taehyung hiciera una pequeña mueca.

―Gracias, pero no me gusta el café.

En ese momento, totalmente despistado sobre el viaje de las chispas, el de gafas soltó un grito y soltó el vaso con el café, Taehyung logrando apartarse lo más rápido posible, pero siendo víctima de varias gotas de café caliente en su pantalón.

Todos en el estudio vieron con atención a los dos que habían protagonizado el pequeño escándalo.

― ¿Qué sucedió? ―Se acercó el supervisor del área monitores, a quien casi se le cae el corazón al ver que el café había caído cerca de todos los monitores―Pudieron dañar los monitores y joder todo.

Las chispas voladoras habían dado en la espalda baja del de gafas, quien rápidamente se enderezó, temiendo el ser reprendido.

―Me rechazó el café y lo lanzó al suelo―se quejó mientras se mostraba falsamente dolido―Yo solamente se lo ofrecía.

Si yo, con un año en esta empresa no logré entrar a una campaña, él tampoco.

Pensó, sonriendo internamente, a pesar de no tener idea de qué había picado su espalda baja. Lo tomaba como una coincidencia beneficiosa.

Taehyung jadeó indignado, viéndolo con los ojos entrecerrados.

―Eso no es verdad, yo estaba viendo las fotografías, él se acercó y le dije que no gracias, porque no me gusta el café―el encargado veía a ambos con dudas, sumamente enojado―Además, si yo le hubiera lanzado, no estaría esparcido por todos lados.

Chaeyoung, quien se encontraba con los ojos sumamente abiertos y un ligero nudo en la garganta, se dio unos golpecitos en la mejilla y comenzó a caminar hasta la zona del desastre.

―Yo vi todo y él jamás lanzó nada, este chico se asustó con algo y lanzó el café―dijo como pudo, apretando los labios al pensar en que quizás su mente le había jugado una mala pasada.

Quizás el brownie que me vendieron tenía producto de más, pensó.

―De hecho, se acercó con el objetivo de asustarlo, no entiendo los motivos, pero él no fue el causante de este desastre.

Taehyung, para nada enterado de lo que la chica había visto, sonrió agradecido, pensando en que probablemente lo estuviera defendiendo por su cercanía y no porque hubiese visto todo lo sucedido.

El supervisor, manteniendo confianza total en la mujer, asintió.

―Ve a la oficina, llegaré en unos minutos―le indicó con voz severa, haciendo que Taehyung se sintiera más calmado―Lamento la confusión, te daremos algo para que puedas limpiarte el pantalón.

Taehyung dio una pequeña reverencia, agradecido.

La chica de cabello negro tragó duro, pero le dio una sonrisa sincera a Taehyung.

―Muchas gracias, noona. No le agrado mucho a él, especialmente cuando me asignaron esta campaña―le dio una reverencia agradecida, juntando sus manos.

―No te preocupes, sé que no tienes malas intenciones―le dio un pequeño toque en el brazo―Ve a limpiarte y seguimos, estás haciendo un gran trabajo.

Después de aquel incidente, no se volvió a dar otro. Por lo que Taehyung pudo despedirse y encaminarse a su auto con más tranquilidad, agradeciendo el que nada demasiado difícil hubiera sucedido.

No dudaba que su novio encerraría a toda una ala de trabajo para eliminarles el recuerdo, pero no quería eso, en lo absoluto.

Tomó su celular y le llamó a Jungkook nuevamente.

―Hola, precioso. Dime que todo salió bien.

―Todo salió bien, tuve un pequeño problema, pero no pasó a nada, así que todo bien. Te contaré mejor cuando nos veamos―se acomodó sobre el asiento del auto, aliviado―Igualmente ahora voy con Jiminie a comer más de esas cosas, afortunadamente el fin de semana es libre.

―Bien, trata de no comer demasiado, amor. No quiero encontrarlos en un coma de azúcar cuando lleguemos―dijo el elfo mientras sonreía tonto, recordando con amor cómo su novio había estado perdido por el azúcar, mientras le arrancaba la pezuña a otro centauro―Maneja con cuidado.

Taehyung escuchó el grito ahogado al fondo, sabiendo lo que su pareja estaba haciendo.

―Bien, te espero en casa―lanzó un beso al celular―Te amo, sigue con tu tortura, bebé.

Al finalizar la llamada se sintió mucho más contento, conduciendo hasta el estudio de Jimin, emocionado para contarle todo a su mejor amigo.

Al llegar, logró entrar al salón de baile, viendo a quince niños estirar sus pequeños brazos lo más que sus cuerpos les permitían, Jimin encontrándose al frente mientras los dirigía.

―Permiso―pidió mientras entraba, Jimin viéndolo con una gran sonrisa, los niños saludando sin dejar de estirar sus brazos.

Se mantuvieron jugando un rato con los niños, haciendo un círculo, con Taehyung incluido, para poder seguir haciendo los ejercicios de estiramiento finales.

Ayudó a Jimin a ordenar todos los implementos y los niños se fueron a sus casas, Taehyung aprovechando el tiempo de ordenar para contarle todo lo que había pasado.

―Dios, tuviste suerte de que Chaeyoung te aprecia y te defendió sin saber del todo. Ese tipo pudo arruinarte la oportunidad―se quejó indignado, especialmente porque sabía de ese tipo.

Una vez fue a la empresa de Taehyung para dejarle la comida, ya que la había olvidado en su departamento y aquel hombre se le acercó para coquetearle de la forma más turbia que le habían coqueteado en toda su vida, siendo rotundamente rechazado y alejado.

Imaginaban que su odio a Taehyung iba relacionado a eso.

―Demasiada suerte, pero intento no pensar mucho en eso, no quiero comenzar a disparar como loco hasta que lleguemos al departamento.

Jimin dio algunos saltos pequeños, emocionado.

―Y compré Soju para que acompañemos―levantó repetidamente ambas cejas, haciendo que Taehyung lo imitara.

Yoongi suspiró aliviado cuando vio la ventana del departamento de la pareja, teniendo muchas ganas de darse un buen baño y dormir hasta el día siguiente.

Entraron por la ventana y aterrizaron en el suelo, Yoongi comenzando a colocarle el polvo de sus alas y ambos comenzando a crecer, hasta llegar a su tamaño humano.

―Mh, no escucho a los chicos―dijo Jungkook mientras se asomaba un poco, no viéndolos en la sala―Espero que no estén afuera.

Yoongi caminó hacia la sala, viendo cinco botellas de Soju vacías sobre la mesa del centro, dirigiendo su vista al elfo mientras levantaba una de las botellas.

―Oh, no―jadeó el elfo, ambos dirigiéndose hasta la habitación, esperando de que ambos estuvieran ahí.

Al abrir la puerta, vieron a Jimin en el suelo, sus brazos estirados y un hilo de baba saliendo de su boca, completamente dormido, colorado y con la boca de colores.

Taehyung no estaba en mejor estado, hecho una bolita sobre la cama con sus brazos hacia atrás, ninguno comprendiendo el cómo podía estar de esa forma sin que todo su cuerpo doliera. Baba de colores salía de su boca.

Como un pequeño arcoíris.

―Creo que fue mala idea dejarles todas las esferas a su disposición―dijo Yoongi mientras se acercaba a su esposo, notando que seguía con vida, solo estaba demasiado borracho y con un golpe de azúcar―Tu novio es mala influencia.

Jungkook soltó una pequeña risa, tomando a su pareja para poder cargarlo al estilo nupcial y llevarlo al baño para asearlo.

―Creo que mi propuesta de la mañana tiene que esperar―se inclinó para besarle la frente a su inconsciente novio, pensando en que era divertido.

¡Hola! ✨ 👀

Me alegro el haber podido actualizar, no quiero comenzar a fallar con las semanas. 💙

¿Les está gustando? Como será una historia más corta no será una trama tan densa como el primer libro, pero espero que lo estén disfrutando.

Algo que quería decirles, es que, si ven algún error, por favor me digan de forma amable. Yo reviso los capítulos antes de subirlos, después de terminar de escribir, pero siempre escribo después del trabajo y mi batería no está al cien por ciento, por lo que se me pueden pasar algunas cosas. 😿

No me molesta que me digan, al contrario. Pero que lo digan de forma amable.

Igualmente, gracias por darle apoyo a la historia. Recuerden darle estrellita si les gustó. 💙

Comenzaré a dedicar poco a poco algunos capítulos, como hacía en Fairytale.

Si quieren una dedicación, las primeras 5 que pongan el emoji "🌻" aquí y les dedico los siguientes (No sé si llegarán las 5, aún somos historia pequeña jiji)

¡Nos leemos prontooooo!

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