Lindo [Jae Beom x BamBam]

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Jae Beom es sexy, pero también es lindo. Muy, muy lindo.

BamBam juega con la paleta en su boca al pensar cuánta gracia le causa que el chico se enoje cuando le llaman lindo. Niega rotundamente serlo, sin embargo a todos les consta. Especialmente a él, porque cuando está en compañía de su novio siempre actúa de esa manera, algunas veces tímido, otras veces no tanto. Siempre lo compara con un tierno gatito porque Jae Beom se comporta igual que uno, restregándose en su pierna, pidiendo mimos de manera silenciosa. Mimos que él está dispuesto a dar las veces que su lindo novio lo pida.

Le gusta decirle lo bonito que es porque a pesar de recibir golpes— y vaya que su novio tiene fuerza— le fascina ver al pelinegro ocultar su cara entre sus manos debido a la pena. Aún así evita recordárselo a cada rato, un Jae Beom berrinchudo no es fácil de contentar.

Es viernes por la noche, cerca de las ocho con doce minutos. Está esperando al mayor fuera de su casa para llevarlo de paseo.

Los dos continuaban cansados por la rutina de la semana, con tareas, proyectos y exámenes que habían destruido sus ganas de salir con sus amigos, sin embargo les fue bien que no tuvieran ánimos para eso, ya les urgía un tiempo a solas.
Jae Beom no lo había dicho pero él sospechaba que su novio estaba un poco triste debido a que ya no pasaban mucho tiempo juntos. Lo comprende, él también se ha puesto de mal humor porque necesita de los cariñitos de su sexy y lindo Beomie.

Se removió ansioso en el asiento cuando vio salir al pelinegro, sintiendo cómo su cuerpo entero comenzaba a reaccionar.
Acomodó sus lentes y se dio un vistazo involuntario en el espejo. Todo estaba perfecto. Llevaba el cabello recogido en una coleta, había dejado sueltos los primeros botones de su camisa negra para tener ese aspecto chic que quitaba el aliento a su novio. Completó su atuendo con un par de anillos y el toque final; el perfume que le encantaba a Jae Beom.

Sí, todo perfecto.

Se saca la paleta de la boca cuando el mayor entra al auto. Lanza un suspiro de satisfacción al recibir un tierno beso en los labios que culmina con una pequeña mordida de su parte.

Continúan cerca, con sus respiraciones mezclándose. Puede sentir los dedos de su novio detrás de su oreja y ahora es BamBam quien se comporta como un gato, encogiéndose ante su toque.

—¿Listo, cariño?— Bam sonríe satisfecho. Jae Beom siempre se vuelve tímido cuando lo llama de esa manera. Lo hace a propósito con tal de ver un ligero sonrojo en su cara.

—Desde luego.— le oye un poco distante, sintiéndose extraño por su actitud.

BamBam le acaricia los labios con la paleta y la retira justo cuando Jae Beom saca la lengua. Esta vez, el beso es más profundo, cada roce les hace estremecer y ansiar más. Oh, sí. Quizá ellos puedan hacer mucho más cuando se dirijan a la casa del menor.

La mano de Bam acaricia el muslo del pelinegro con sutileza. Tiene que disfrutar el momento ya que por fin puede encontrarae con él luego de una tortuosa semana sin su querido Jae Beom.
Da un último apretón y se separa sin querer hacerlo en realidad, pero la noche apenas empieza y ellos tienen mucho tiempo para continuar.

—Te extrañé, Bam. Una semana sin tus estupideces fue una eternidad para mí.— Jae Beom frunce los labios y le mira con los ojos caídos, igual a un cachorro.— Te llamé toda la semana pero no me contestaste.

—Lo siento. Mi teléfono se descompuso, por eso me comuniqué contigo desde el teléfono residencial de YuGyeom.

—Deberías comprarte uno en vez de ir a casa de YuGyeom para pedir prestado el teléfono.

BamBam se mordió la lengua para no reírse de los evidentes celos del mayor. Jae Beom puede ser sexy, lindo, meloso y rudo... Pero también puede ser igual de celoso que él, porque sí, a BamBam no le agrada que su novio sea el crush de media escuela.

—Es lo que haré y tú vas a elegirlo por mí. ¿Te parece?

El pelinegro se muestra reacio al principio pero Bam sabe que está fingiendo. Acerca la paleta a su boca una vez más y deja que la retenga entre sus dientes. Jae Beom parece olvidar su indignación una vez que se apodera de la paleta.

—Bien, me convenciste.

En el trayecto, escucha las anécdotas que el mayor vivió durante la semana, junto con los quejas por no haberle enviado un mensaje en Messenger.

—¿No me extrañaste?

El chico de cabellos albinos le toma la mano antes de que se haga más ideas erróneas.— Claro que sí. ¿Por qué piensas lo contrario?

—Entonces debiste por Messenger.

—Tú nunca respondes desde ahí.

—Pero a ti si te habría contestado.— Bien, tal vez son los berrinches acumulados de la semana. Sabe perfectamente que nunca lo hará, porque ya le ha enviado un mensaje desde Messenger y quedó en el olvido.

—Disculpa. Si vuelve a ocurrir ten por seguro que lo haré.

Jae Beom se relaja al recibir un beso en el dorso de su mano. Ahora se ve apenado por su repentina escena sin sentido.

—Lo siento.— el menor sonríe porque el Jae Beom tierno ha aparecido. —Besitos de disculpa.— dice mientras los reparte en la mejilla del menor.

Ah, Jae Beom. ¿Acaso puede ser más lindo?

.

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—¿A dónde vamos ahora?— Jae Beom juega con los dedos de su novio y le observa con entusiasmo.

Después de comprar los teléfonos— móvil y residencial— se adentraron a las calles luminosas de Seúl.

La primera opción de BamBam había sido su casa, ya que ambos querían relajarse. Ver algunas películas o jugar videojuegos mientras consumen comida chatarra había sonado tentador. Sin embargo no le comentó nada al mayor porque su instinto le dijo que Jae Beom quería comer algo más que golosinas.

Entonces decidió llevarlo a cenar porque un novio con la pancita llena siempre está contento. Es sinónimo de un Jae Beom cariñoso y eso da como resultado a un BamBam feliz. Que recibiera besos y abrazos más de lo normal no tiene nada que ver, a él simplemente le gusta consentir a su novio de esa manera.

BamBam se acerca lo suficiente para morder suavemente los labios del pelinegro y se deleita con los suspiros que Jae Beom deja salir.

—No queremos una noche agitada, pero aún así podemos divertirnos.— dice mientras acaricia las manos del chico con sus pulgares.

Parece que está de suerte porque el tono sonrosado aparece una vez más en el mayor. Se muerde los labios y le regala una sonrisa tímida.—¿Qué tienes en mente?

—Sin duda, pasarla bien contigo.— le susurra.— Quiero admirarte sin nada, con ese color rojo que cubre tu cuerpo. Quiero verte saltar sobre mí, gimiendo tan dulce y luciendo tierno y sexy sólo para mí.

Los ojos de Jae Beom brillan al oírle. Sólo tolera ser llamado lindo si viene de BamBam, le encanta que le digan sexy, en especial si es su novio quien lo dice.

—¿Entonces... Quieres follar conmigo?— pregunta a BamBam, tentándolo con el tono de su voz, su mirada profunda y el calor que desprende su cuerpo.

Claro que quería. ¿Cuánto había pasado desde que lo hicieron la última vez? ¿Dos semanas? ¿Un mes? No recuerda con exactitud pero sabe que ya es hora.

—Siempre y cuando tú quieras.— Jae Beom sonríe.— ¿Qué dices, bebé?

—Está bien. Pero ¿tienes lubricante suficiente?

—No te preocupes, ya me encargué de eso.— La última vez BamBam olvidó reponer el que tenía. Con el producto menos de la mitad no les fue suficiente y a Jae Beom no le agradó utilizar uno de los aceites de bebé que tenía guardado en el gabinete del baño.—Compré varios de diferentes sabores, será mejor que la vez pasada.

A pesar de haber recibido un golpe en el hombro por parte del pelinegro, BamBam piensa que no puede ser más afortunado. Incluso si el mayor se mostró avergonzado, la risa que endulza sus oídos le indica que al final terminarán probando los lubricantes.

Jae Beom es sexy.

A veces es recatado, otras ocasiones no lo es tanto. Puede ser un poquito celoso o un poquito berrinchudo. Le encanta ser meloso con BamBam y es el único con quien se comporta de esa manera.

Jae Beom es lindo.

Todos pueden verlo, pero a BamBam le consta más que a nadie.

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;-;

No sé que decir.

Casi nadie se espera a un Jae Beom pasivo, tampoco a un Bamx2 activo. Pero aquí llegué para romper las reglas. uwu

Si te gustó, que bien. Si no, pues también.(?)

Si quieres la parte hot, levanta la mano. Si no, también. (?) En realidad no creo escribirla, so... Esto es todo.

Si te gusta el BBam, ¡genial! Déjame decirte que te adoro. Mereces el cielo.

Gracias por leer.

Un abrazo madrugador para ti.


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