🎼3ro

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El trayecto era considerablemente más extenso que el de la casa de la señora Park, obligándolo a maniobrar con cautela entre el suelo resbaladizo y el lodo que amenazaba con invadir sus zapatillas. Pero la necesidad de velas lo urgía. La melodía, cada vez más intensa, lo seducía sin cesar, impidiéndole cualquier pensamiento de retirada, solo de avance. Y al encontrarse finalmente ante la puerta de los Kim, exhalaba profundamente y llamaba con decisión.

El silencio se adueñaba del ambiente cuando la música cesaba, y los pasos resonaban acercándose a la entrada. Bajo el manto estrellado de la noche, aquel joven encantador que había capturado su atención desde el primer encuentro y en sus paseos al centro de la isla, emergía para recibirlo.

-Oh, tú... -exclamaba TaeHyung con una hermosa sonrisa en su bonito rostro.

SeokJin se preguntaba si su corazón latiendo rápido y el escalofrío en su espina dorsal era normal ¿Así se sentía la gente cuando estaba interesado en alguien más?

-Te oí toda la semana tocando el saxofón -susurraba como imbécil, solo un poco demasiado deslumbrado.

«Debí haber dicho "Hola" primero»

- ¿Pudiste oírme a tal distancia? Lo lamento mucho, nunca antes me habían reclamado por ruidos molestos -exclamaba el hombre unos años más joven que el escritor, dueño de una sonrisa rectangular que lo había hechizado al instante.

-No venía a reclamar -respondía, devolviendo la sonrisa-. El corte de luz me hizo darme cuenta que no tengo velas, ni suficiente batería en mi celular y tu casa es la más cercana a la mía.

No lo era, pero no le importaba mentir un poco solo para hablarle a este bonito chico.

-Oh, entonces, necesitas mi ayuda -respondía el joven de nombre TaeHyung, con una dulce sonrisa tirando de la comisura de sus labios-. Ven, te daré velas -decía invitándolo a pasar.

SeokJin relamía sus labios y aceptaba la invitación, pasaba por al lado de TaeHyung y este le sonreía una vez más de forma tímida.

-Los cortes de luz en la isla son una costumbre -mencionaba llevándolo a la cocina-. Tenemos bastantes velas. ¿No te dijeron que debías comprarlas?

-Eh, nop... Me dijeron que debía comprar plantas que absorban la humedad por el clima, pero no mencionaron los cortes de luz.

Mirando a TaeHyung más de lo que debería de ser legal, lo creía adorable. Traía puesto un pijamas a cuadros y su cabello era un bonito desastre.

- ¡Velas! -decía mostrando el paquete de las mismas y acercándose a SeokJin para entregárselas-. ¿Quieres algo de beber? -preguntaba TaeHyung.

SeokJin tomaba las velas y alzaba la mirada, el chico sonreía tímido y un poco inseguro.

-Claro. Me encantaría -respondía sin titubear.

TaeHyung sonreía y le servía un poco de jugo de naranja natural.

-Mi padre lo hizo esta mañana. Le gusta que beba jugo de naranja sumamente natural para mi vitamina C -el chico rodaba los ojos mientras le señalaba a SeokJin una silla alta alrededor de la isla de la cocina y él también tomaba asiento-. Y... ¿Qué te trajo aquí? -preguntaba poniendo su mentón en su mano, exclusivamente atento al hombre frente a él.

SeokJin tomaba un poco del jugo de naranja y relamía sus labios-. Soy escritor.

-Sé quien eres -mencionaba TaeHyung-. Mi amigo solía leer tus historias. Era muy fanático tuyo y te reconocí por haber visto tu foto en tus libros.

SeokJin alzaba sus cejas sorprendido-. No tenía idea que mis libros habían llegado aquí.

TaeHyung sonreía-. Íbamos a la ciudad de vez en mes y hacíamos las compras de cosas que no puedes conseguir en la isla, y a él le gustaba mucho leer -exclamaba con una sonrisa triste.

Cuando SeokJin captó la tristeza que teñía la voz del joven, sintió un escalofrío recorrer su nuca, señalándole dónde dirigir su mirada. A través de la ventana de la cocina, entre la penumbra del bosque que los envolvía, lo notaba: un muchacho con cabello semi largo, estilo mullet de un rubio oscuro, ojos rasgados, empapado, con una expresión perdida fija en él. El joven merodeaba, como una sombra, en las afueras de la casa de TaeHyung.

- ¿Por qué dijiste que le gustaba? -preguntaba en susurro.

SeokJin se encontraba en un dilema, su atención dividida entre la calidez de TaeHyung en el interior y la figura solitaria del muchacho en el exterior. Su corazón estaba indeciso, incapaz de decidir si quedarse envuelto en la seguridad del hogar de TaeHyung o aventurarse hacia la incertidumbre que representaba el joven de mirada vacía, que lo observaba desde la oscuridad, otra alma en pena buscando refugio.

TaeHyung relamía sus labios y sonreía con un deje de tristeza, el castaño se le quedaba viendo-. Falleció en el accidente que tuvimos el día de la tormenta negra.

SeokJin fruncía su ceño-. ¿Fuiste parte de ese accidente?

TaeHyung asentía-. Sí, fui de los muchos sobrevivientes, pero de los cincos fallecidos, uno de esos era mi mejor amigo. Hak HyunWoo, él adoraba tus historias.

SeokJin pasaba saliva y cuando volvía a mirar a la ventana, el chico ya no estaba-. Lo lamento mucho -susurraba, preguntándose si el alma en pena caminando fuera de la casa de TaeHyung era el chico en cuestión. Debía serlo.

-Era él -decía el joven poniendose de pie y llevando a SeokJin a un bonito mueble con libros, adornos y fotografías.

Cuando se inclinaba para observar la fotografía, SeokJin confirmaba que el muchacho aún no había cruzado al otro lado. Se cuestionaba qué razones lo mantenían merodeando cerca de TaeHyung; comprendía que una amistad podía ser valiosa, pero no debería ser una barrera que le impidiera pasar al otro lado del velo.

-El profesor Park intentó ayudarlo como lo hizo con todos nosotros, pero en un movimiento salvaje de las olas, HyunWoo había perdido balance, cayendo y golpeando su cabeza -TaeHyung fruncía el ceño, le dolia recordar el momento-. Intenté sostener su mano, pero fue inútil. O lo sostenía con fuerza y probablemente caíamos ambos por la borda o...

-Esta bien, no tienes que revivirlo. Lo lamento mucho -susurraba SeokJin-. Algunas cosas son inevitables -se encontraba diciendo-. Por más que te pongas a pensar qué hubieras hecho diferente, no sirve de nada. Solo te torturas y son momentos que quedan fuera de nuestro control.

TaeHyung lo miraba atónito y sonreía con tristeza-. Mi padre dice lo mismo. Que no es mi culpa, pero el velorio fue complicado. Sus padres ni siquiera me miraron, a ninguno de los que sobrevivimos. Pasó con cada uno de los fallecidos. Cómo si no fuera justo que nosotros hubiésemos sobrevivido pero su ser querido no -exclamaba.

El joven se cruzaba de brazos abrazándose a si mismo. SeokJin sentía la necesidad de abrazarlo por su cuenta.

-El tiempo sanará las heridas. Y ser un sobreviviente no debería ser tomado como una carga -aunque lo sea en ocasiones-, estás aquí y estás vivo. Se te dió una segunda oportunidad. Haz que cuente.

TaeHyung lo miraba y sonreía-. Mi padre no quiere saber nada con que deje la isla. No estaba de acuerdo en dejarme ir a la ciudad para estudiar en una escuela de arte y música decente, porque teme a que lo abandone. Y luego del accidente las cosas han estado un poco tensas entre nosotros -susurraba-. Incluso ahora no está aquí, creo que tiene un romance, pero no me ha dicho nada al respecto. Siempre habla con una tal MinSu, sonríe en ocasiones -suspirando el chico sonreía-. ¿Y tú? Me refiero, eres de Seúl... ¿Tienes a alguien que te espere allí?

SeokJin lo miraba y sonreía-. Amorosamente hablando, nop. Familiares, tengo tres hermanas mayores, un buen amigo y un representante que necesita que acabe un libro.

-Oh, el siguiente de tu saga ¿No? Me parece que es genial. Lo leí con HyunWoo, no estábamos seguros si ibas a abordar el romance adolescente. Según él nunca escribiste algo así antes.

-No, no lo he hecho y esa es la razón por la que estaba un poco bloqueado -sonreia cabizbajo.

-Eres un excelente escritor, seguro puedes hacer de ese romance lo que tus lectores esperan.

SeokJin sonreía-. Mmm, conozco poco y nada acerca del romance, no lo he vivido tanto como para narrarlo.

- ¿Nunca te has enamorado? -preguntaba TaeHyung curioso.

-Nop, de hecho. Jamás, no sé que se siente -decía con una sonrisa tímida.

- ¿Y que buscas en una persona para que pueda conquistar a un hombre como tú? -susurraba con una sonrisa dulce.

SeokJin pasaba saliva ante la sonrisa del chico-. Posiblemente buscaría que sea legal -decía sin pensarlo.

TaeHyung alzaba sus cejas y comenzaba a reir-. ¿Cuantos años tienes? En tu libro dice que no tienes más de treinta.

-Treinta y dos -corregía-. No sé cuál de mi libros leíste, pero ya crecí -mencionaba divertido.

TaeHyung reia-. Yo tengo veintitrés. Soy legal -susurraba. SeokJin alzaba sus cejas-. Sólo es una expresión -corregía luego con timidez.

En ese momento, la luz volvía a bañar la habitación, revelando las figuras antes ocultas en la penumbra. Los ojos de SeokJin se encontraban con los de TaeHyung, y en ellos se leía una curiosidad ardiente, un deseo de descubrir los secretos que el otro guardaba.

¿Así se sentía la atracción? O solo era la magia que parecía rodear a este chico.

-Es bueno que seas legal-... Digo que haya vuelto la luz -corregía, TaeHyung apretaba sus labios para evitar reír, pero fallaba y comenzaba a hacerlo, SeokJin se reía con el chico-. Lo siento, eso fue-...

- Adorable... -mencionaba TaeHyung-. De todos modos puedes tener las velas ¿Necesitas compañía para volver?

SeokJin le sonreía, pero se obligaba a no aceptar, había algo más que debía hacer.

-Puedo volver solo. El suelo está inestable y tengo que retomar la escritura sobre un romance adolescente que al parecer llamó mucho la atención de mis lectores -decía SeokJin rascando su nunca.

TaeHyung sonreía mientras lo acompañaba a la puerta-. Bueno, yo no tengo mucha experiencia, pero sé cómo se siente un primer amor, si te sirve de ayuda para tu libro.

TaeHyung sonreía de una forma que dejaba a SeokJin solo un poco estúpido.

-Debo volver antes de que vuelva a irse la luz -mencionaba alzando el paquete de velas-. Gracias por esto.

-Cuando quieras -decía TaeHyung con una sonrisa-. Tenemos muchas, si te quedas sin ese paquete o necesitas más plantas que absorban la humedad, sabes dónde encontrarme -susurraba.

SeokJin se relamía los labios y, aunque las relaciones serias no habían sido lo suyo, las conquistas y el leer entre líneas sí lo eran. -Me gustaría recibir un poco de ayuda. Tú dejaste atrás tu adolescencia hace unos cinco años, mientras que yo la dejé hace unos trece -mencionaba con una mueca divertida.

TaeHyung abría la puerta y reía por las palabras de SeokJin-. Mmm todavía recuerdo algo -se mofaba.

El escalofríos en la nuca de SeokJin era un indicio de que debía dejar a TaeHyung dentro de la casa y a salvo.

-Podemos almorzar juntos. Si no tienes nada que hacer puedo cocinar para ambos... Realmente no sé cómo funcionan estas cosas a largo plazo, no me avergüenza recibir algunos consejos.

TaeHyung sonreía con esa sonrisa rectangular y se veía extremadamente hermoso-. Perfecto. Entonces te veré mañana.

-Mañana -replicaba SeokJin.

-Ten cuidado al volver, el suelo es inestable -repetía TaeHyung antes de volver adentro.

-Claro y gracias -añadía SeokJin.

No podía creer que todavía estuviera sonriéndole al chico, sin moverse de la entrada, hasta que TaeHyung se despedía por última vez y cerraba la puerta. SeokJin se sentía un poco hipnotizado y algo estúpido por seguir parado allí, hasta que se dignaba a girar y volver a su propia casa.

Mirando alrededor, podía sentir que no estaba solo, pero el chico no se dejaba ver, hasta que estaba a mitad de camino a su hogar.

-Así que tus libros tienen ese toque sobrenatural porque tú eres algo poco común -decía el alma errante del muchacho, renombrado Hak HyunWoo.

SeokJin observaba al chico desde una distancia considerable. Este no podía acercarse ni tocarlo, pero eso no le impedía verlo y hablar con él.

-Deberías cruzar el umbral -susurraba.

Cuando no recibía respuesta alguna, SeokJin miraba a su alrededor, pero el alma del chico no estaba allí. Al retomar su camino, de repente lo tenía frente a él. Estaba mojado, con la mirada oscura y turbia. No se veía nada bien, y su presencia lograba que SeokJin sintiera un malestar.

-Necesito tu ayuda, Bogsuja -suplicaba el chico.

-La única ayuda que puedo ofrecerte es realizar un ritual para que cruces el umbral; no tienes asuntos pendientes aquí.

-No voy a ningún lado -insistía el chico-. Tengo un cuerpo disponible al que quiero volver -decía, señalando hacia atrás, hacia la casa de TaeHyung, SeokJin fruncía el ceño-. Y tú vas a ayudarme.

¿Un cuerpo disponible? SeokJin no lograba comprender las palabras que salían de la boca del chico. -¿Qué? -Permaneciendo inmóvil, su mente giraba en torno a las palabras del chico. La lluvia comenzaba a caer, cada gota resonando como un recordatorio del mundo sobrenatural que lo rodeaba. -No entiendo -exclamaba finalmente, su voz apenas audible sobre el sonido de la lluvia.

-Es simple -respondía HyunWoo, su figura borrosa por las cortinas de agua-. Mi alma está atada a este mundo, porque hay una manera de volver. Necesito que me ayudes.

SeokJin lo miraba atónito, su expresión era un mosaico de dudas y recelo. La idea de un alma regresando a un cuerpo era algo que había explorado en sus libros, pero enfrentarse a la realidad era otra cosa. La determinación en los ojos de HyunWoo era innegable, pero SeokJin no podía ignorar el malestar que le provocaba esa mirada oscura.

-Lo siento, pero no puedo ayudarte -susurraba SeokJin, dando un paso atrás-. No es mi lugar interferir en el curso natural de las cosas.

Un relámpago iluminaba el bosque, y SeokJin estaba tan empapado como el alma de HyunWoo, que desaparecía tan pronto como el brillo del relámpago se extinguía.

SeokJin miraba a su alrededor, pero era evidente que el chico ya no estaba allí. No sentía ese malestar en sí mismo, y no había nadie más que él, parado bajo la lluvia. Solo esperaba que aquella alma en pena no volviera. El chico estaba muerto, TaeHyung se lo había confirmado.

El accidente de la tormenta negra había ocurrido hacía mes y medio, aproximadamente, pero SeokJin no había investigado lo suficiente como para entender a qué se refería HyunWoo con tener un cuerpo disponible al que volver. Necesitaba centrarse en eso, porque el alma de ese chico se estaba volviendo vengativa y oscura en un corto lapso de tiempo, y eso no era una buena señal.


Perdón si sienten que el romance es muy lento y la historia es mucho texto ☝🏻🥹

Con amor niñita Nanykoo 💜

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