Capítulo 11

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Capítulo 11



Estaba en el pasillo que daba a la salida del despacho de Adam.
Observo una cámara que estaba apagada.
¿Apagada? Pensó. Era muy raro eso en el internado, además no recordaba que haya ido otra vez al despacho de Adam.
Vio muy lejano que los dos chicos que salieron a defenderlo de Sunny se alejaban completamente de donde estaba el y desaparecían por los enormes pasillos.
Ellison miro para todos los lados en los que lo rodeaba y estaba totalmente vacío, ahora si estaba solo.
Se quedó allí pensando en que hacer porque no tenía la menor idea a donde ir.
— Ellison — Sintió una voz detrás de él y le empezó a latir fuertemente el corazón. Se dio cuenta que lo había llamado Sunny.
Cuando la vio noto que lo estaba mirando con una gran sonrisa, lo que le parecía extraño porque ella nunca lo miraba de esa manera, es más su mirada era de odio.
— ¿Sunny? — Trago saliva.
— Si soy yo— Clavo su mirada en él.
— ¿Qué paso? — Pregunto confundido.
— Salimos del despacho de Adam— Dijo rápidamente mientras se acerca a él — ¿No lo recuerdas? — Pregunto.
— Creo que ya viví esto — Mordió su labio inferior.
Sunny clavo su mirada en él unos varios segundos, hasta que se acercó completamente a él hasta chocar sus narices.
— ¿Por qué muerdes tu labio? — Poso su mano en su boca.
Un silencio los invadió.
Enrollo sus manos en su cuello y fue hacia su boca, ignorando por completo todo lo que los rodeada a los dos.
Al principio parecía un beso normal en que ambos dos solamente tenían sus labios pegados, y nada más.
De a poco Sunny se animaba a mover sus labios contra los de Ellison para que el beso vaya más en serio y no sea tan tranquilo como lo estaba siendo.
Ellison tenía los labios muy suaves y ligeramente entre abiertos. Mientras Sunny pasaba la lengua por su carnoso labio inferior, ambos tenían la mente en blanco y los labios de Ellison se abrieron para Sunny y ella entro en su boca profundamente.
Ellison gimió mientras que le rodeaba la cintura pequeña con sus brazos y ambos dos sintieron sus cálidos alientos. Se besaron con más fuerzas, uniendo sus cuerpos con intensidad hasta quedarse sin aliento por el beso tan salvaje.
Sunny introdujo sus manos en su pelo y lo acerco a su rostro, que apreso con fuerza entre sus manos. Luego fue bajando las manos para levantar su remera y dejar descubierto un poco de su panza y rozarla con sus dedos.
Hasta que de repente se separaron.

— No puedo besarte más— Lo miro con miedo— Estas sangrando...
Ellison la miro con confusión porque no entendía lo que estaba diciendo, pero luego miro su ropa y estaba llena de sangre.
Empezó a gritar porque además sentía que su cuerpo se quemaba y no podía hacer nada para calmarlo, ni siquiera Sunny lo ayudaba, solo lo miraba con miedo.
Se cayó al suelo, indefenso, sin saber que hacer... mientras que sentía que se llenaba más de sangre en todo su cuerpo.

Abrió sus ojos y se despertó en la cama bruscamente.
Noto que la habitación estaba desordenada por lo último que había hecho, pero no le prestó más atención.
Recordó el sueño demasiado extraño que había tenido recién... ¿Sunny con él? Le golpeo el pecho el corazón cuando pensaba eso.
¿Habían tenido un beso? En lo primero que pensó es que parecía tan real, en que le dio la sensación que lo estaba viviendo de verdad, hasta se había despertado agitado por las sensaciones que sentía cada vez que Sunny estaba cerca de él.
Pero por más que parecía tan real, solamente era un sueño... No había pasado de verdad, por eso se le vino una decepción y una tristeza... ¿Pero porque era? Se preguntaba. Sunny era la chica más odiosa que había conocido, y se ponía triste porque no se había besado con ella... ¡Que confundido que estaba!
Después de hundirse en los pensamientos de su sueño tan extraño y tan real, volvió otra vez en la vida real.
Se dio cuenta que había destrozado la ventana... y no solo eso, era que no sabía cómo le iba a decir a las autoridades de ahí como había pasado... De verdad estaba perdido por completo, y estaba en un enorme problema.
Él se acordaba que nunca había hecho una cosa tan descontrolada como la que había hecho hace unas horas atrás, su arrepentimiento iba creciendo cada vez que veía todo el semejante desorden que había en su habitación, provocado por el mismo.
Tenía ganas de llorar, y además quería arreglar todo lo que había hecho.
Una punzada sintió en su piel, y se dio cuenta que tenía una herida enorme en su mano por haber roto la ventana con ella... Empezó a sentirse nervioso por toda la situación que estaba pasando y más la aumento cuando se dio cuenta que no había asistido a las últimas clases.
Se había quedado dormido... Se había descompuesto porque no comía hace mucho tiempo. Toco su frente con cuidado y sintió pasos que se acercaban a la habitación.
Sunny estaba llegando.
Cuando llego a la habitación encontró todo desordenado, algunas cosas estaban rotas e incluso habían metido las narices en sus cosas... ¿Quién había sido? El chico que le había ocasionado dolores de cabeza desde que llego, Ellison.
Estaba sentado en la cama mirándola con susto, por haberse dado cuenta que había llegado.
Sus miradas se encontraron y Ellison se sonrojo al verla. Recordaba bien lo que había pasado en el sueño que había tenido hace unos minutos.
Nunca le había pasado eso, con nadie. Nunca se había sentido como se sentía con Sunny... porque antes creía que era odio, pero no lo era.

— ¿Qué es lo que hiciste? — Mirando todos los objetos que estaban en el suelo.
Ellison recién incorporándose del susto que le había ocasionado que haya vuelto de clase, no respondió. Sunny se dio cuenta y confirmo que cosas de ella también estaban tiradas en el suelo, entonces su enojo apareció otra vez.

— ¡Te metiste a romper mis cosas! ¿Estás loco? — Grito.

— No— Negó con la cabeza.
— ¿Qué es esto? — Alzo una carpeta de ella.
— Me asustaste...
— Claro...— Dijo sarcásticamente— ¡Yo te he pegado un susto, tú lo hiciste conmigo, mira lo que has hecho! —Clavo sus dientes.
— Bueno... — Trago saliva — Creo que fue un ataque — Susurro.
Se refregaba los ojos para ver mejor, no podía despertarse porque se había quedado en un sueño muy profundo. Antes de que Sunny viniera, estaba teniendo un sueño terriblemente escalofriante y duro para él.
— ¿Un ataque? — Pregunto— Eres un estúpido, psicópata...
— Gracias... — Respondió sarcásticamente.
— Se van a enterar los profesores de lo que acabas de hacer, de romper una ventana, un jarrón y mis cosas por tus locuras... — Señalo los vidrios en suelo.
Ellison se asustó. Les temía los castigos del internado y sabía que los profesores de allí, lo hacían muy seguido, y eran crueles con ellos. Además ya estaba castigado.
— ¿Les dirás? — Pregunto asustado.
—Claro.
— ¿Por qué no le dices un cambio de cuarto? — Pidió — Se va a solucionar todo los problemas que hay entre nosotros... sabes chicas y chicos, no se llevan bien...
— Te equivocas, odioso... — Lo señalo— Vas a tener que hacer mucho para que yo te perdone...
— Yo no quiero que me perdones... — Negó con la cabeza— Solo quiero que te vayas a otra habitación así dejas de darme dolores de cabeza, porque lo haces todo el tiempo, eres muy irritante ¿Lo sabías?
— Si lo sabía... — Asintió.
— Entonces si lo sabes ¿Por qué no dejas de hacerlo? — Pregunto.
— Pero tú eres muy odioso, me da ganas de matarte a golpes así sufres, y da la gracia que no lo hago porque me matarían... porque lo mereces por todo el desastre que acabas de hacer con mis cosas... Eres un enfermo mental— Dijo con desprecio.
Sí que lo dolía en el corazón lo que le decía. Las palabras eran muy fuertes, además con el tono de odio que lo decía, lo hacía recordar a sus padres cuando le decían lo inútil que era, o cosas de ese tipo.
— Eres una persona desagradable...— Ellison la miro con desprecio.
A veces le daba nauseas hablar con ella, pero en muy pocas ocasiones.
— Tu más...— Largo una risita.
— ¿Lo ves? Me quiero ir de esta habitación, ya que tú no quieres, me voy yo.
— No te conviene ir a hablar, los jóvenes de aquí no podemos pedir nada, nos gritan y al final nos pueden castigar — Respondió.
Pensó que tenía razón. La única vez que había pensado algo bueno desde que vio a ese pequeño demonio.
— Al fin... — Suspiro— Me das un consejo bueno...
— ¡Ups! Que tonta soy, te hubiera dejado ir...
Se miraron con rostros enojados y esperaron unos segundos en silencio hasta que alguien se le ocurriera decir algo.
— Bien, tontito ¿Qué haces ahí parado? Tienes mucha tarea...
— ¿Tarea? — Levanto una ceja.
— Así es... Empieza por ordenar toda esa habitación que tu desordenaste con tus locuras, segundo arregla la ventana y tercero tírate del balcón, sería un gran alivio para mi...
— Que graciosa...
Pensó que tenía razón tenía que hacer lo que le decía, porque el sufría de una depresión mezclada con ira e había roto todo lo que encontró, entonces por lo tanto tenía que limpiar todo lo que había ocasionado.
— Bueno, perdón —Ellison se disculpó.
— No acepto tus disculpas...
— Las tendrías que aceptar, yo no sería el que te tiene que pedir perdón, tú tienes que hacerlo.
— ¿Yo? Estas equivocado...
Ellison quería que le pida unas disculpas, que cambie de actitud y que puedan llegar a hablar de muchas cosas, en una relación al menos de amistad.
Luego se acordó de la amenaza de "decirle que el tonto psicópata destruyo la ventana".
— ¿Les dirás? — Le lanzo una mirada de preocupación.
— ¿A las profesores? — Clavo la mirada en el niño indefenso —Claro.
— No, por favor — Fue hacia élla — No lo hagas.
— ¿Por qué? — Largo una risa.
Sunny miro los ojos de su compañero que estaban cristalizados... Y no solo eso, pudo ver lo hermosos que eran. Ellison tenía unos ojos que nunca había visto, podría decir ahora mismo que eran los más hermosos de todo el mundo, un verde tan perfecto.
Pudo notar que ahora mismo tenía el rostro con preocupación, pero que cuando no estaba así, tenía el rostro más dulce de todo el mundo, como sus ojos.
Su piel era muy blanca, lo que hacía notar unas ojeras debajo de su rostro, y Sunny pudo pensar que podía estar enfermo así que le dio un poco de lastima.
— No le digas a los profesores...— Ellison le pidió.
— Les diré.
— Por favor...— Le suplico.
— ¿Y qué harás a cambio?
Hacerme todas las tareas, pensó Sunny.
¡Buena idea! Podía usarlo para que le hiciera todas las tareas, y ella no tener que hacer nada porque si no les diría a los profesores que había roto la ventana y no había sido sin querer...
— Me vas a hacer la tarea que yo te diga — Sunny dijo firmemente.
Ellison puso cara de decepción. Tendría que hacer doble trabajo... porque si no le diría a los profesores y estaría en problemas, aunque de seguro ellos se darían cuenta por las cámaras que había en su habitación. Pero pensó que quizás no podrían descubrirlo.
Asintió para confirmarle que aceptaba el trato.
— Buen chico — Sonrió malvadamente.
Ellison se miró la mano que estaba lastimada y tenía sangre seca en la mano, no se había curado después de haberse lastimado de esa manera.
Sunny sintió lastima otra vez por verlo lastimado, entonces le entrego la bolsa con las gasas y alcohol que tenía en su mochila.
— ¿Qué es esto? — Pregunto confundido.
— Cúrate... —Mirando su mano— Mira como tienes... la mano.
No sabía porque le había dado las cosas, era la chica que le había dado dolores de cabeza desde que llego al internado, la que le caía "pesimamente" pero logro hacer que le dé lastima y le entregue las cosas que le hubieran servido para curarse a el mismo pero pensó en Ellison.
— Y después... ordena todo.
— No puedo que hayas hecho algo amable por mí... — Sonrió tímidamente.
— Solamente no me gusta ver a otras personas lastimadas, no te hagas muchas esperanzas... — Se cruzó de brazos.

— Creí que te iba a gustar verlo...
— No...
— Gracias.
Se sentó en la cama y otra vez se cruzó de brazos esperando a que Ellison haga algo. Antes de ponerse a ordenar todo debía ponerse vendas para su herida porque se había dado cuenta de que le dolía mucho.
Abrió la bolsa y se puso a tratar de curarse, mientras que su compañera de habitación estaba mirándolo seriamente en la cama, no sacaba la vista de él, lo que hacía que le ponga nervioso y tarde más en curarse.
¿Por qué lo miraba tanto? Ellison mordió su labio inferior, por los nervios que sentía cada vez que su compañerita lo miraba.
— ¿Quieres que te ayude? — Pregunto Sunny tranquilamente.
Ellison le lanzo una mirada de confusión, preguntándose que si era verdad lo que le estaba preguntando. No lo podía creer, la chica que le había hecho la vida imposible en pocos días, que había obtenido el apodo de "Satán", ahora lo quería ayudar... era algo muy extraño para él, o quizás planeaba algo. Primero le dio algo para que se curara y ahora... ¿Ayudarlo?
— ¿Lo estás diciendo de en serio? — Pregunto sorprendido.
— Si, vamos te ayudo.
Fue hacia él, y tomo suavemente su mano para curarla. Pero ambos dos se miraron rápidamente porque cuando se tocaron sintieron una descarga eléctrica por todo su cuerpo, inmediatamente que sus manos se habían tocado. Ellison cerró sus ojos por unos segundos y luego miro a Sunny que estaba mirando sus manos.
— ¿Qué fue eso? — Pregunto Ellison mirándola a los ojos.
— No lo sé...— La chica negó con la cabeza.
— ¿Nos conocíamos antes? — Mordió su labio inferior.
— Creo que no... — Levanto una ceja.
Ambos sintieron una conexión especial pero Sunny ignoro por completo lo que había sentido cuando estaba cerca de Ellison, porque no quería ser su amiga, no quería tener ningún trato con él...
En cambio Ellison no lo ignoro y se puso a pensar que le estaba pasando mientras le curaba su mano. Ambos estaban nerviosos, y no sabían que decir, aunque no tenían de que hablar porque no se habían perdonado.
Cada vez que Sunny sanaba su mano, temblaba de los nervios y Ellison se dio cuenta. Sus corazones latían fuertes en ese momento y no era normal.
Ellison no podía despegar la vista de Sunny... y ahí pudo notar que no era muy atractiva físicamente, pero que a él le llamaba demasiado la atención. Le daba mucha importancia y a veces pensaba todo el día en ella.
Era un buen momento para Ellison porque podía tocar sus manos, y eso le agradaba tanto que cada vez que sentía la piel de Sunny sonreía.
Cuando estuvieron cerca Ellison, se olvidó de todo lo que había pasado, solamente porque tenía toda la concentración en su compañera de habitación.
Después que lo termino de curar, Sunny le soltó la mano y se fue sin decir nada de la habitación. Ni siquiera le había dicho "adiós" ni lo había mirado a los ojos, Ellison se había quedado con las ganas de que pase eso.
Dio un suspiro y se puso a ordenar toda la habitación.
Mañana tendría que superar el castigo que le habían dado a él y a los otros chicos más. El cementerio era muy tétrico para él, además tenía que estar solo porque sus únicas dos amigas las había dejado en la cafetería y no sabía cómo estaban ahora, además de que no estaban castigadas.
A las clases de la tarde no iba a poder faltar, tenía que ir, porque si no los profesores de allí otra vez iban a castigarlo y tendría muchos mas castigos. Además mañana tendría que soportar ir al cementerio, la idea de levantarse temprano con el frio que hacía en esos días, era un castigo de verdad, pero lo tenía que hacer gracias a todo lo que había pasado en un día y en especial gracias a todo lo que le había causado Sunny, que ahora estaba pensando en ella, de lo que había sentido cuando se habían tocado las manos. Había sido una sensación que nunca había sentido. Una sensación súper especial que no sabía porque era... le parecía extraño, pero lo había sentido... quizás se trataba de un tipo de conexión.

Dennison miraba su reflejo en el espejo con odio... no le gustaba nada de él, es más lo odiaba y lo detestaba... No quería estar en esta vida, no quería existir más, para él era una verdadera basura y pensaba que no merecía vivir...
Una lagrima cayo de su ojo y paso por su mejilla, lo cual lo hizo reaccionar rápidamente y secarse el hilo de agua que recorría su piel.
— ¿Por qué soy tan estúpido? — Grito al reflejo del mismo en el espejo— ¿Por qué no puedo ser otra persona para mi madre? ¿Por qué no me toco otra vida? —Se expresó en voz alta.

Sus ojos comenzaron a brillarle a causa de todas las lágrimas que tenía guardadas y esperaban para poder salir...
Pensar que hace unas horas atrás, su nuevo compañero lo había hecho olvidar un poco todo el dolor interno que sentía.
Durante las clases había estado caminando por los pasillos interminables del internado. Había conocido sectores que eran difíciles de encontrar y había pensado mucho. Ahora cuando terminaban las clases de los jóvenes, estaba encerrado en el baño.
Toco su bolsillo y encontró un cuchillo que siempre llevaba, porque era su salvación. No pensó más nada y entro al cubiculo rápidamente para hacer lo que tenía que hacer, pero esta vez tenía que estar alerta por si alguien entraba... Nadie tenía que verlo...
Se remango rápidamente y observo su piel blanca como papel, con algunas cicatrices... lamio su labio, trago saliva e hizo un rayón en su piel rápidamente...Miraba la sangre correr por su brazo, le gustaba, le asustaba, le dolía, y lo tranquilizaba. Él quería verse sangrar, porque reflejaba su dolor.
Y otro corte más. Deslizo la cuchilla con fuerza por la superficie de la piel desnuda y recorrió parte del antebrazo. Sentía como corría la sangre hacia fuera, libre al fin como quería entonces comenzó a observar atentamente el corte que había realizado y poco a poco se le iba dibujando en su rostro una enorme sonrisa.

Se apoyo en la pared y un alivio comenzó a llegar a su cuerpo.
Entonces comenzó a pensar ¿Por qué no otro más? tres cortes en un día para el no eran nada, había veces que se hacía diez incluyendo en las piernas y más lugares.
Con mucho cuidado, eligió la zona de piel que iba a cortar que se ubicaba cerca de las venas de su muñeca derecha, comenzó a cortar pero ahora más superficiales y más pequeños que los anteriores.
Hundió muy fuerte el cuchillo en su piel lastimada, lo cual lo hizo rendirse definitivamente porque el dolor era más fuerte que él lo que lo obligo a arrojar fuertemente el cuchillo al piso y empezar a llorar desesperadamente.
Su corazón latía a mil y él estaba destrozado tanto como físicamente y mentalmente. No podía seguir hoy, ya se había librado de todo lo que sentía por hoy era suficiente...
"Ya me lastime mucho por hoy, ya es suficiente" susurraba en voz baja mientras le caían miles de lágrimas de los ojos. Cuando termino de llorar sentía que todos los lugares donde se había lastimado le ardían y le daban unas fuertes punzadas. Sus brazos parecían sacados de una película de terror. Necesitaba conseguir un poco de vendas para curar lo que había hecho, entonces pensó en la gran enfermería que había en el internado para cualquiera que se accidente y necesite. Tendría que ir a pedir con disimulación vendas, alcohol y mentirles que se había caído o alguna de esas excusas, la parte que más le salía, era mentir.
Agarró papel higiénico, se pasó por las heridas mientras gemía del dolor que le ocasionaba hacerlo, luego se ocultó las marcas con su camisa y sin olvidar el cuchillo lo limpio con agua de la canilla y lo metió nuevamente al bolsillo.
Se acordó de la enfermera... Un fuerte dolor en el estómago le vino cuando pensó que no había ido a la enfermería cuando ella se lo había dicho.
Se quejó por lo ocurrido. Tendría que enfrentarla porque no podía dejar esas semejantes heridas que se había causado esta vez, sin curarlas.
Salió del cubiculo y se miró al espejo otra vez, odiaba hacerlo después de cortarse, pero no le quedaba otra. Abrió la canilla de agua y comenzó a limpiarse la cara llena de lágrimas de su dolor, los cortes eran demasiados dolorosos ¿Quién podría superar esa prueba tan dolorosa sin derramar lágrimas? Nadie.
Cuando ya estaba listo para salir, dio un suspiro y se fue directamente a la enfermería, y pensó que tenía que inventar una buena historia, pero lo haría.
La enfermería se encontraba tranquilamente, solo estaba Emily ordenando varias gasas, alcohol, y cosas que utilizaban ellos, pero por suerte no se veía nada malo, nadie había tenido ningún accidente hoy, excepto el, que los daños se los ocasionaba el mismo y nadie mas.
Dennison entro tranquilamente, y verifico si se veía algo raro o sangre en sus manos lastimadas porque no tenía que saber nadie eso, su madre lo sabía, pero al menos la enfermera de allí, no tenía que saberlo.
— Disculpe... — Se dirigió con timidez— Venía a preguntar algo...
La enfermera se dirigió a él y lo miro un poco fastidiada.
— ¿Por qué no has venido cuando te he dicho?— Emily pregunto cruzada de brazos.
Él se quedó callado unos segundos para pensar una excusa.
— Tenia cosas importantes que hacer...— Suspiro.
Ella levanto una ceja y no lo creyó, pero pensó que no podía ponerse a discutir con un chico del internado por no venir a la enfermería cuando les decía que lo necesitaban... No era su problema, lamentablemente.
— Fingiré que te creo — Suspiro — ¿Qué te paso? — Pregunto cambiando de tema.
— He tenido un accidente... — Hizo una pausa— Pero ya estoy mejor, necesito alcohol, gasas y unas vendas...
La enfermera lo miro con fundidamente pero a la vez se mostraba tranquila.
— ¿Qué accidente has tenido? — Lo miro atentamente.
— Bueno, me he caído... — Respondió tranquilamente.
— ¿Quieres que te cure la herida? — Pregunto amablemente.
¡No! Pensó en su mente.
— Puedo hacerlo solo... no necesito ayuda...— Respondió.

— ¿Seguro? Pero al menos déjame ver tu herida y decirte a ver si es muy grave o no porque puede pasar algo...
— ¿Pasar algo por una caída? — Levanto una ceja.
— ¿Entonces porque vienes?
— Me puede dar lo que le pedí...— Insistió.
La enfermera se estaba volviendo más densa de lo que pensaba y ya se estaba poniendo nervioso, entonces fulmino a Emily para que deje de insistir.
— Como quieras... pero si necesitas algo...

—Si... si.
Busco las cosas y se las dio. No perdió ni un segundo más y salió de la enfermería ni siquiera despidiendo a la enfermera, porque sabía que estaba apurado porque la sangre comenzó a caerle.
El primer baño que encontró entro para curarse.

Los chicos estaban saliendo de clase. Algunos iban a la biblioteca, otros iban a sus habitaciones, otros iban a mirar el internado...
Mientras que Fletcher estaba desesperado por encontrar un poco de alcohol que lo hiciera relajarse pero su pregunta era ¿De dónde conseguía alcohol en el internado? Era imposible, allí no había cervezas, ni bebidas con alcohol pero si no lo hacía podía hasta pegarle a alguien...
No quería que Dennison viera su lado peligroso porque de verdad se asustaría demasiado, cualquiera lo haría, entonces comenzó a desesperarse por todos sus pensamientos. La única solución que le quedaba era escaparse ¿Pero cómo?
El internado se caracterizaba por buena seguridad, allí estaba lleno de cámaras de seguridad, y más cosas que le resultaban imposibles para escapar... Mal por él, no podría tomar alcohol y eso era lo que le dolía mucho. Ponerse violento, era lo que menos quería así que se apoyó en la pared para respirar hondo y a pensar cómo podía salir unos minutos del internado. Había escuchado muchos rumores que muchos chicos que estaban ahí tenían un montón de ideas para escapar de allí sin que las autoridades se enteren ¿Pero cuáles eran? Apenas ingresaba y no se hablaba mucho con nadie, por lo tanto no podía saber que era lo que hacían para salir.
Tenía en mente para pensar el mismo, no necesitaba pensamientos de otros, entonces pudo pensar que tenía que deshacerse de las cámaras porque eso era lo principal, las cámaras mostraban todo lo que hacían, cuando salían, cuando hacían cosas contra las normas, y ahí pasaba lo que pasaba.
Podía detener una cámara, la que se encontraba en la salida de la puerta trasera del enorme y escalofriante patio. Pensó que no era la salida principal del lugar, porque nunca iba a poder salir por ella, pero esa le servía igual.
Se dedicó a buscar atentamente las cámaras que estaban a una altura que con ayuda de algo podía alcanzar, cada vez que pasaba por un pasillo veía que estaban encendidas y se veía la luz roja.
El alcohol lo obligaba a ser cosas que no debía hacer, pero su adicción era más fuerte que él así que busco algo para poder llegar a la cámara que se encontraba a la salida del patio trasero y encontró, una silla que utilizaban para las aulas de los chicos.
La llevo por varios pasillos evitando que alguien lo viera, porque a esas horas que terminaban las clases parecía que nadie andaba por los pasillos.
Era el único que estaba por ahí, había una enorme tranquilidad y el internado se veía algo fantasmal, porque ya tenía aspecto y cuando había pasillos vacios, sin rastros de nada aún más.
Fletcher se sentía culpable por estar haciendo eso, se acordaba que le había prometido a su madre poner todo su esfuerzo para curarse y salir del alcoholismo pero la actitud que estaba teniendo en estos momentos demostraba totalmente todo lo contrario.
— Solo una vez más...
Recordaba que esa palabra la había dicho y pensado muchas veces antes de ingresar en el internado, y seguía en la misma postura de siempre, no lograba cambiar. Pero él no podía solo, tenía una adicción muy fuerte, esperaba lo mejor del internado para que lo ayuden, solamente para tranquilizar a su familia, pero todavía no había aprendido nada de allí.
Salió afuera y sin que la cámara lo enfocara que estaba grabando y ubicada en la puerta enorme enrejada, la desarmo y le saco las pilas siendo ayudado por la silla que había llevado por todo el camino... fue lo único que pudo pensar. Por suerte siempre tenía en su bolsillo dinero, lo que le hacía poder pagarse todas las bebidas que quiera sin importar si gastaba mucho.
Sino hubiera hecho lo que estaba haciendo, le agarraría uno de esos ataques infernales que costaba mucho hacer que se calme...
Corrió a la salida y había unas enormes rejas en la puerta. Tomo la silla con tranquilidad ya que la cámara que había estaba apagada, gracias a él.
Se paró y trepo las rejas, altas hasta que llego a lo alto y salto para salir de allí.
Ese fue su primer escape. Cualquiera que fuera él hubiera pensado en irse del internado y no volver nunca más, pero después de que comprara las bebidas, Fletcher iba a volver porque sabía que no le correspondía escapar. Primero porque no tenía a donde ir más que a su casa (que no podía porque ellos fueron los que lo enviaron allí) y segundo porque si se escapaba lo encontrarían y se quedaría allí por siempre de castigo, así que volvería.
Cuando miro alrededor, la salida que había en el internado, se encontraba alejado de todo... Estaba en medio de un bosque o ruta, no sabía definir y estaba alejado al mundo urbano, pero tenía que pensar que algún negocio de "algo" iba a tener que haber. De todas formas escapar de allí no era tan difícil como creía, el secreto era pensar como escapar.
De seguro no iba a estar en el internado por un rato muy largo... Estaba muy nervioso por haberse escapado de esa manera, pero por el alcohol hacia todo lo posible hasta arriesgaba el grave castigo que le podían dejar en el internado por tan solo un trago de esa sustancia que tanto le encantaba. No solo era poder tomarla, su cuerpo se la pedía y si no la tenía no sabía que podía hacer.
Hacia frio, y le dolían las piernas a causa de que caminaba muy rápido para poder llegar a lo que quería.
Unos minutos después de tantos caminos que agarro pudo encontrar un negocio que había a bastante distancia del internado, se había alejado por completo pero su alegría era increíble, ya no le importaba nada más que tener en manos algun liquido fuerte.
Entro al negocio desesperadamente y pidió dos botellas de cerveza y whisky porque pensaba tomárselas él solo, porque quería y podía.
Se acordaba que antes de ir al internado, le había agarrado plata a su madre para ver si se podía comprar algo.
Con eso... pudo pagar las bebidas.
Abrió desesperadamente una botella de cerveza, y tomo un trago muy largo. Después de haber sentido el líquido dentro, Fletcher se puso muy feliz y sintió un alivio total de haber sentido otra vez ese gusto que había echado de menos.

Mientras que Dennison ya estaba llegando a su habitación, por suerte había logrado engañar a la enfermera, de hecho le costó un poco porque insistía con ver su "herida" que no existía pero pudo ingeniárselas y poder salir con lo que quería. Estaba acostumbrado a eso, muchas veces había mentido, creo que ya casi era profesional haciéndolo.
No iba a aparecerse a la siguiente clase porque no tenía ganas de soportarla, además sentía calor en todo el cuerpo, y se sentía cansado, quizás se le había bajado la presión por haber perdido bastante sangre y no haber desayunado.
Debía ir a clase pero su decisión ya estaba tomada, iba a ir a dormir hasta tarde y ya no le importaba las reglas de "La Paz".
Caminando sentía que sus manos le daban punzadas fuertemente por las heridas que se había ocasionado el mismo, cada vez se lastimaba peor y aumentaba las veces por día, a él no le importaba lastimarse porque sentía que lo tenía merecido además se le había hecho como una adicción inevitable de hacerlo.
Llego a su habitación y pensó en no salir hasta la mañana siguiente.

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