Capítulo 44

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Capítulo 44



Mientras que algunos jóvenes como Ellison se despertaban esa mañana del lunes temprano, Sam estaba en el medio del bosque en la tumba de Darlene limpiándola un poco más. Se había levantado temprano para poder visitarla la última vez porque probablemente no volvería a hacerlo nunca más.

Tenía ese pensamiento que iban a cerrar el internado y no volverían a abrirlo más. Se paro y miro la foto por última vez.

—Sam...

Oyó una voz de una mujer y se dio vueltas inmediatamente.

Se encontraba Darlene parada en frente del joven. No había aparecido en toda la semana, lamentablemente y no había podido hablar más con ella, desde esa noche que había asesinado a esos dos jóvenes.

—Aquí estás.

— ¿Me extrañabas? —Preguntó con una sonrisa.

Iba a decirle que no, pero no dijo nada.

— ¿Por qué no viniste más?

Ella sonrió y se sentó en una tumba que había. El viento sopló y un silencio impregnó el ambiente del cementerio.

—Creí que no me querías ver más.

Y tenía razón.

Cuando le había dicho la verdad, Sam se había molestado y había deseado no verla más. Le habían surgido ideas de que era monstruo y de esas cosas que piensas, cuando alguien te confiesa que él es el asesino, que mata a personas.

Pero ahora había pasado una semana y sus pensamientos negativos se habían calmado. Ya no le tenía miedo, es más sentía que quería hablar con ella.

— ¿No era así?

Sam no contestó nada.

—Gracias.

El joven la miró inmediatamente, levantó una ceja y puso el rostro confundido... ¿El espíritu que mataba en el internado le estaba dando las gracias?

—Tú y tus amigos hicieron algo lindo por mi —Señaló la tumba que ahora se veía más cuidada.

Sam se quedó callado y asintió.

—No sabía que los humanos podían hacer cosas tan lindas.

—Eso te pasa por meternos a todos en los sentimientos fríos de los que te hicieron sentir mal —Trago saliva.

Ella sonrió.

Fue hacia su tumba sin decir nada y la contempló por unos segundos largos. Sam pensó que estaría pensando cuando miraba su tumba.

—Muchas gracias.

Sam asintió.

—Y como preguntaras voy a desaparecer del mundo ahora, cuando cierren esto.

—Es buena decisión.

Se quedaron otra vez en ese silencio incómodo y ella se acercó lentamente al joven que estaba quieto en el cementerio.

—Si lo vuelven a abrir yo estaré aquí de nuevo —Lo miro a los ojos —Aunque lo dudo porque no lo abrirán más.

— ¿No abrirá más?

Ella asintió con una leve sonrisa en su rostro. Todo estaba tan tranquilo esa mañana que ni siquiera pensaba que se la encontraría.

— ¿Conseguiste tu objetivo? —preguntó Sam.

Ella asintió.

—Que cierre el internado, claro.

—Estar siempre cargada de odio y rencor no funciona.

—Yo ya estoy muerta.

Sam se quedo con algunas palabras en la boca para decir pero ella lo interrumpió con la mirada.

Darlene le dio un beso en la frente aunque no lo sintiera y desapareció por el cementerio. Sam miro una vez la tumba y salió corriendo de allí, porque hoy sería el día en que sus padres y su hermana vendrían a buscarlo para ir de nuevo a casa.

Pero... había prometido una cosa valiosa, si volvía a presentarse un fantasma lo ignoraría hasta que se vaya.

Ya no quería saber más nada en ese tema, le había ocasionado tantos problemas.

Ellison se levanto de la cama y miro el calendario.

Si, era lunes.

Se arrimo a la ventana y vio que debajo habían muchos autos estacionados.

Sabía que a partir de ahora podían venir a buscar a sus hijos a cualquier hora y cuando quieran.

Le dio una punzada en el corazón y se le llenaron los ojos de lágrimas.

Parecía ese día que habían realizado ese evento, tantos autos estacionados y esas cosas de esa forma, pero esta vez no era para realizar una fiesta dentro del internado si no que venían a buscar a todos para vaciar el internado y que lo cierren.

Negó con la cabeza y se alejo de la ventana. Sintió una lágrima que resbalaba por su rostro y no se digno en limpiársela.

Sunny.

No quería dejarla ir... Con ella había compartido su corazón, le había dado su virginidad, y se había enamorado.

No estaba preparado para verla entrar en un auto e irse para siempre o quizás no para siempre pero ya no sería nada igual.

Sintió el sonido de la puerta del baño abrirse y era Sunny ya cambiada de ropa y ya lista para esperar a su familia.

Podía llegar en una hora, en cinco minutos, en media hora, en cinco horas. Nadie lo sabía.

— ¿Qué haces? —Pregunto Ellison.

— ¿Estas llorando? —Se acerco para mirarlo mejor.

—Si —Hizo una pausa —Parece que tu estas bien, como todos... Te quieres ir de aquí y bueno yo no quiero hacerlo.

Sunny se acerco y le entrego un cálido y fuerte abrazo.

Se quedaron unos varios y largos segundos en silencio. Ellison sentía su corazón latir demasiado rápido y en su mente estaba pensando:

No, llores, no llores.

— ¿Cómo piensas que yo no estoy triste? —Pregunto Sunny —No quiero separarme de ti, quiero quedarme aquí contigo.

Ellison se sonrojo y la observo a los ojos oscuros.

—Nunca más digas eso.

Ellison asintió.

— ¿Lo prometes? —Le toco suavemente la mejilla.

—Lo prometo.

Se quedaron unos segundos en silencio, mirándose a los ojos.

—Te amo—Sunny le dijo.

—También te amo.

Se unieron otra vez para formar un fuerte y delicado abrazo.

Ellison cerró los ojos y la abrazo lo más fuerte que pudo. Nunca quería que llegue ese día, pero ahí estaba justamente.

Sintió su perfume y muchos recuerdos le vinieron en su mente.

Trato de no ponerse más triste de lo que estaba, porque si lo hacía iba a ponerse a llorar todo el día y quizás venían a buscar ahora mismo o a Sunny y no quería arruinar las últimas horas que tenía de estar con ella, por estar llorando sin parar.

— ¿Por qué piensas que este es nuestro último día? — Pregunto curiosa.

—Lo presiento.

—No pienses en esas cosas negativas, por favor —Le beso la frente —Quiero que sepas que siempre estaremos juntos y por eso te he hecho una carta especial, solamente para ti.

— ¿Una carta? —Ellison levanto una ceja.

—Me gusta mucho hacer cartas...

Ellison sonrió y su corazón empezó a latir fuerte.

—No te preocupes que no es como la de Charlotte.

Ambos se rieron incómodamente.

Sunny fue a buscar debajo de su almohada y se encontró con un papel doblado para que no se viera que tenía en el contenido.

—La hice ayer anoche mientras dormías —Miro el papel.

Ellison mordió su labio inferior y realizo una leve sonrisa.

—Por favor léela cuando estés en tu casa.

Ellison la miro a los ojos y sintió que su corazón empezó a sentirse de esa forma como siempre lo hacía cuando la miraba.

Asintió y le entrego un gran abrazo.

—Siempre estaremos juntos eso lo tienes que saber siempre —Susurro en el oído de Ellison, lo que le dio un leve escalofrió pero le gusto sentir su aliento en su oreja.

— ¿Siempre? — Pregunto.

—Claro, no importa que nos vayamos de aquí, vamos a poder seguir viéndonos, hare todo lo posible.

Más tarde bajaron a la sala principal donde había muchos jóvenes y muchos profesores, hablando y esperando.

Estaba también el director del internado, ocupado hablando con unos profesores.

Sunny y Ellison intercambiaron miradas y vieron en una grande ventana que había en la sala principal del internado. Había muchos autos estacionados, muchas familias entrando a la sala principal y muchos jóvenes con las maletas en la mano abrazando a sus familias.

— ¿Ves a tus padres? — Pregunto Ellison.

Sunny buscaba la mirada y solo veía a un montón de gente que no conocía, nada más, pensó que era bueno que todavía no la hayan venido a buscar.

—No —Hizo una pausa— ¿Tu?

A Ellison le pasaba lo mismo no encontraba ni a su hermano ni a su abuelo. Le dio como respuesta que no y se quedaron parados observando a todos.

¡Oigan!

El profesor James se había acercado a los dos jóvenes que estaban parados en el medio de la sala principal mirando a todos.

—Hawkins y Price —James los miro con una leve sonrisa — ¿Saben que es el día en que sus familias los vienen a buscar para irse a sus hogares?

—Ya sabemos —susurro Sunny.

—Los veía perdidos por eso les decía si no se acordaron.

—No veo a mi familia.

—Ya vendrán, hay tiempo hasta la noche —Sonrió —Si quieren esperar en su habitación o aquí, igualmente cuando vengan a buscarlos los llamaremos.

El profesor se alejo y los jóvenes se miraron y luego sonrieron.

—El único profesor de aquí que es amable... —La joven dijo con enojo.

—Ya lo creo.

Vieron a las gemelas con mochilas y maletas en las manos, acercándose a toda velocidad. Chloe le dio un fuerte abrazo a Ellison y Novalee le dio un fuerte abrazo a Sunny.

Se abrazaron y luego intercambiaron los abrazos.

Se las veía contestas, como cualquier joven cuando se entero que cerraría el internado y otra vez volverían a su hogar, porque no había nada más lindo que estar en tu hogar y no en un lugar al que ni siquiera puedes salir un poco a pasear porque no te dejan.

—Que hermoso es este día.

Ellison escucho a Chloe y sonrió.

—Vamos a poder salir como antes, vamos a poder ir con amigas o amigos a tomar helado, vamos a estar más tranquilas y no tanta escuela.

— ¡No lo nombres! —Aplaudió Novalee y sonrió.

Ambas dos se abrazaron y estaban tan contentas por salir, mientras que los dos jóvenes no pensaban lo mismo.

Pero se alegraban porque ellas iban a estar bien.

Sunny no quería irse porque iba a perder estar con Ellison. Y por lo tanto, iba a perder separarse de su amor, para ir con una familia que ni siquiera se importaban de ella, así que prefería estar en un internado alejada de todo el mundo y con Ellison que era una de las personas que le importaban más.

—Que bueno que están contentas— Ellison hablo y las gemelas lo miraron y notaron su tristeza.

— ¿No quieres irte, verdad? —Chloe pregunto.

A Ellison se le llenaron los ojos de lágrimas y asintió. A las chicas les apeno mucho que se viera tan triste de esa forma, entonces Chloe le dio un abrazo tranquilo.

Novalee se quedo mirando con tristeza.

—Las voy a extrañar.

—Nosotras también —Dijo Novalee mientras miraba su abrazo.

—Son geniales, chicas.

Sunny hablo y ellas la miraron con una leve sonrisa y se abrazaron fuertemente los cuatro. Se habían tomado mucho cariño las últimas semanas que habían pasado y obviamente les costaba asumir que quizás no tendrían tiempo no se verían mas.

Hablarse por teléfono, por correo, por mensaje de texto, no era lo mismo que hablar como siempre hablaban.

Se dejaron de abrazar y trataron de no llorar.

— ¿Qué va a pasar con ustedes? —Chloe pregunto.

Ellison y Sunny se miraron.

Eso era lo que trataba decirle días atrás Ellison a su novio. Temía por lo que vaya a pasar con su relación. Sabía que no soportaba ni un segundo que estuvieran separados, definitivamente.

—No lo sé.

—Vamos a tratar de vernos y hablarnos por mensaje de texto —Añadió Sunny pero pudo ver el rostro de Ellison triste— No se puede hacer mas.

—No tengo celular —Añadió Ellison.

—Pero tendrás —Sonrió levemente.

Las gemelas los miraron con tristeza.

—No dejen de hacerlo, son tan lindos juntos— Novalee asintió felizmente y Ellison se sonrojo.

Nunca pensaría que una dos amigas le dirían que hacia una linda pareja con Sunny... Solamente lo creía en su mente, pero parecía que no estaba muy equivocado.

Todo parecía ser bueno, cuando las autoridades habían dicho que cerraban el internado, pero no por mucho tiempo. Cuando se daban cuenta que se iban a alejar de las personas que habían pasado momentos lindos, venia la tristeza.

Sam y Kenly se habían juntado en un pasillo, antes de ir a la sala principal para despedirse a solas, ya que su amistad había sido muy especial.

Querían poder abrazarse, y que nadie los este mirando raro, y poder tomarse todo el tiempo que quieran para decirse cosas lindas.

Por eso, estaban en el medio del pasillo, hablando.

—Te extrañare.

—Yo igual —Kenly sonrió.

—Fuiste el único que no me miro extraño ni me dijo raro como mis compañeros de escuela.

Kenly asintió.

—Ya me acostumbre a estar contigo.

Kenly le entrego una leve sonrisa.

—Eres bueno ¿Lo sabías?

Kenly negó con la cabeza.

—Nos mandaremos mensajes por facebook, por celular, por todo —Hizo una pausa y se cruzo de brazos— ¿No vas a decirme nada?

Kenly lo interrumpió para darle un buen abrazo.

Ambos dos están abrazándose lo más fuerte que podía, para demostrarse que fueron unos buenos amigos.

Cuando se separaron se quedaron mirándose a los ojos.

—Sonó un poco gay.

Kenly empezó a reírse y a él le paso lo mismo.

Pensamiento como lo demás. Por darse, un buen abrazo no era nada, pero bueno cualquiera que los haya visto hubiera pensando que eran gays, por los pensamientos de las personas.

—Eres genial —Kenly le golpeo el hombro amistosamente.

—Tu igual.

Hicieron una pausa y comenzaron a caminar lentamente por los pasillos.

— ¿Esto no es un para siempre, no? —Pregunto Sam con una sonrisa.

—Para nada —Negó con la cabeza —Vivimos en el mismo lugar, podemos juntarnos cuando podamos.

Sam asintió y rio.

Era verdad, uno no se iba a la China y el otro a México. Se quedaban en el mismo lugar con la condición que cada uno en sus casas y no se verían tan seguidos como lo hacían en el internado, pero les bastaría a ellos verse al menos unas horas.

— ¿Estas contento? —Pregunto Kenly.

—Si y no —Hizo una pausa — ¿Y tú? Estas más animado que algunas semanas.

Después de la fiesta Kenly se había dado cuenta que le estaba haciendo mal a su familia con la tristeza que tenía y pensó lo siguiente:

Por más que estuviera triste, lloraría, no le importara su propia vida y mas, ella no volvería. Pensó que a ella no le gustaría verlo de esa manera, al igual que a sus amigos, que a su familia ¿Entonces para que lo hacía?

La guardaría en su corazón, pero continuaría con su vida, eso era lo que le venía diciendo la psicóloga en sus sesiones y ahora por fin lo entiendo.

—Lo que pasa es que acepte el error que estaba cometiendo... ¿Y qué me dices de ti?

—Hace unos días hice algo que me tranquilizo.

Kenly lo miro y asintió, para hacerlo hablar para enterarse de lo que había hecho, pero se quedaron callados los dos mientras caminaban.

Sam no podía contárselo, solo lo sabían Ellison y Sunny por lo que habían vivido cuando mataron a Azael y Ramona, pero nadie más.

Cualquiera pensaría que estaba loco.

—Te voy a extrañar amigo— Sam le dio una palmada en el hombro como para cambiar de tema.

—Te extrañare más.

Se dieron un último abrazo y fueron para la sala principal donde encontraron a sus cuatro amigos abrazándose y comprobando si se habían pasado los teléfonos celulares con unos pedazos de hojas.

Kenly y Sam abrazaron a sus dos amigas dándole un pequeño susto.

— ¡Que susto! —Grito Novalee.

— ¡Sí! —Chloe se asusto también.

Sam se rio.

Ellison los miro con una sonrisa y fue a abrazarlos. Habían también sido muy buenos con él, siempre lo habían apoyado cuando alguien venia a molestarlo y habían sido los únicos chicos que se le habían acercado a hablar.

No eran como todos.

Ellos le respondieron el abrazo y luego fueron a abrazar a Sunny, que finalmente se habían hecho muy amigos de ellos.

Habían pasado las últimas semanas en la biblioteca los seis juntos, después habían ido al bosque a caminar y se habían hecho muy amigos.

Luego de abrazarse, se pasaron los números celulares de los que quedaban y se fueron a sentar en un banco a mirar como a muchos se los llevaban.

Para romper el silencio las gemelas se pusieron a contar lo que habían hecho muchos días antes de ingresar al internado.

Como por ejemplo:

1)- Llenarle de huevos el auto, al profesor de matemáticas por desaprobarles el trimestre.

2)- Chloe le había arrancado los pelos a la rubia popular de su escuela por quitarle al chico que le gustaba.

3) – Novalee le había robado maquillajes a esa rubia popular.

4)- Escaparse para ir a la discoteca, una vez que sus padres no las dejaban porque habían reprobado casi todas las materias de la escuela.

—Que chicas malas— Dijo Kenly mientras se reía.

—Nuestros padres no sabían qué hacer con nosotras —Novalee se cruzo los brazos.

— ¡Pero ahora somos unas nuevas chicas! — Chloe levanto la voz y abrazo a su hermana.

Los chicos se rieron del sentido del humor que tenían las chicas.

—Yo era exactamente igual —Sunny sonrió.

— ¿De verdad? —Pregunto Chloe.

—Con la diferencia que yo soy hija adoptada —Asintió y puso el rostro triste.

Ellison puso su mano en la de Sunny para consolarla.

—Oh —Novalee hizo una pausa —Pero no es malo.

—Al menos te adoptaron.

Sunny asintió y Ellison pensó que no solo era eso, el sabía mucho más porque se lo iba contado todo ese día que se intento suicidar en la habitación, pero no podía ponerse a explicar lo que en realidad pasaba.

Sunny también sentía que sus padres no le daban el amor suficiente como debían, y Ellison se dio cuenta cuando ni vinieron a saludarlo para la fiesta que había hecho el internado.

Pero sabía que no diría más nada por quizás no quería empezar a recordar muchas cosas malas, que le harían mal.

—Lo mío es más serio, pero me he dado cuenta de lo mal que estaba haciendo como lo dije a Sam —Kenly miro a su amigo y él le entrego una sonrisa.

Todos lo miraron para animarlo a que continuara.

—Tuve un accidente de tránsito muy fuerte —Trago saliva y miro hacia abajo.

A Sam le dio un golpe en el corazón cuando lo dijo.

Ellison sintió que no solo era el único que tenía problemas tan fuertes y se lamento en su pensamiento.

—Tuve mucha suerte de salir con vida, pero mi novia murió —Dio un suspiro y las gemelas tenían los rostros sorprendidos por lo que estaba contando —De ahí que no puedo superar su muerte y caí en una depresión —Asintió.

Sunny pensó que si el perdía a Ellison se suicidaría así que lo comprendía.

—Me la pasaba encerrado en mi habitación, recordándola, comiendo poco, llorando —Hizo una mueca —Pero hace unos días vi a mi familia que estaba con el corazón destrozado por lo que le estaba pasando a su hijo y comencé a pensar.

A Ellison se le llenaron los ojos de lágrimas. Cuando pensabas bien lo que estabas haciendo mal, podías solucionar si querías y podías.

—Pensé que ella nunca volvería aunque este demasiado triste así que pensé en continuar con mi vida a partir de ahora.

— ¡Esta muy bien! —Novalee apoyo su mano en el hombro para consolarlo.

— ¿Todavía la amas? —Sunny pregunto.

Kenly la miro y asintió.

—Entonces sigue adelante por ella, piensa que no le gustaría verte de esa manera —Sonrió levemente.

Sam fue hacia su amigo y lo abrazo fuertemente porque había comenzado a llorar. A veces tener una charla con amigos de confianza y contar las cosas que en verdad a alguien le duele en el corazón podía ocasionarte lágrimas pero a la vez libertad.

Ellison, Sunny y las gemelas también fueron a abrazarlo y darle fuerzas por lo que le había pasado. Tener un accidente bastante violento y después que se muera alguien muy importante en tu vida, no era nada fácil.

—Tienes que seguir adelante—Ellison le aconsejo a su amigo.

—Muchas gracias, chicos —Se limpio rápidamente las lagrimas y sonrió para que sus amigas lo vieran mejor.

Luego cuando se incorporaron vieron que la sala principal seguía como cuando habían comenzado a charlar.

Todos miraron a Sam para que empezara con su explicación. Pero sabía que no podía contarlo por más que quisiera, porque su problema era de una película de terror o ficción, no era realista como los que acababa de escuchar.

—Cuéntanos —Sunny dijo, aunque pensó que ella y Ellison ya lo sabía, pero quería que se abra al grupo para liberarse un poco.

Sam negó con la cabeza.

—Vamos —Kenly dijo.

Los dos amigos se miraron y entonces ahí pensó que si creían que estaba loco, ya no lo verían más porque lamentablemente eran las últimas horas que pasaba con sus amigos. Salvo que después se quieran juntar una tarde para pasear, pero Sam pensaba que con lo que les iba a contar ni siquiera le enviaran mensajes de textos.

—En la escuela los chicos de mi curso me decían que era raro —Sam suspiro —Porque... —Hizo una pausa y vio los rostros de sus amigos —Porque hablaba solo.

— ¿Hablabas solo? —Chloe levanto una ceja.

—Bueno porque podía hablar con solo cosas que yo podía ver o a veces me asustaba —Sintió su corazón latir fuertemente.

Kenly tenía la mirada clavada en el.

— ¿Esquizofrenia? —Novalee pregunto.

—No —Sunny la interrumpió.

—Podría ser, pero no lo es —Trago saliva —Veo cosas que nadie puede ver, personas como ustedes, pero creo que están muertas.

Todos se quedaron en silencio sin saber que decir.

—Si piensan que estoy loco, está bien.

Unos segundos en silencio hasta que Ellison rompió el silencio incomodo que venía entre ellos. Seguían sintiéndose voces en la sala principal y cada vez quedaban menos personas... pero igual había una cantidad de jóvenes.

—Yo le creo.

Sam sonrió.

—Es algo extraño —Kenly cruzo de brazos.

—Lo es... —Sam hizo una pausa —Pero es algo complejo por eso no quería contárselos, porque no me iban a creer.

— ¿Cómo se siente ver personas muertas? — Pregunto Novalee entusiasmada.

Sam rio porque no sabia como contestar.

— ¡Hermana! —Chloe le pego despacio —No le hagas caso, si no quieres contarnos está bien —Mordió su labio —Yo te creo, pero es algo muy extraño como dices.

Sam asintió y sentía que sus mejillas estaban sonrojadas.

— ¿Cómo los ves? —Kenly pregunto con duda.

—Son como personas como ustedes y me hablan.

— ¿Desde cuándo?

—Desde pequeño.

—Vaya...

— ¿No piensan que estoy loco? — Pregunto Sam.

Todos se quedaron en silencio por unos segundos pensando la respuesta.

—Yo no—Kenly finalmente dijo.

—Para nada—Novalee le entrego una sonrisa.

Ellison y Sunny lo miraban con una sonrisa porque ya sabían todo lo que le paso a Sam, y sabían que no era mentira porque ellos habían presenciado un acto para anormal cuando les habían quitado la vida a los dos jóvenes hace una semana atrás.

Todos miraron a Ellison con mucha curiosidad.

El sintió un golpe en el corazón, y sintió que su rostro empezaba a sonrojarse. No quería decir nada acerca de su historia.

Pero todos sus amigos se habían desprendido un poco ¿Por qué no hacerlo? Mordió su labio inferior y tomo un poco de aire.

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