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—Y... ¿dónde están los padres del bebé? — Shalnark escucha mientras termina de preparar el biberón entregándolo al kurta —la leche está muy fría, de por sí el clima aquí adentro es bastante helado.

Shalnark responde mientras su cabeza niega de lado a lado —No tenemos los electrodomésticos necesarios, lo siento — luego se cruza de brazos mientras mira al kurta, claramente escaneando a las dos personas, a Kurapika por supuesto y el bebé que trae en brazos. Tras haber concluido su estudio mental, va donde Machi para informarle sobre lo que sucedió allá afuera durante "la misión".

Media hora después, el bebé está apaciblemente dormido en los brazos de Kurapika, Kuroro se ha levantado y las arañas como si se trataran de imanes altamente magnéticos, le perdiguen con la vista.

Sin nada mejor por hacer, el kurta se entretiene mirándolos a todos, estudiando sus rostros. Para su sorpresa, unos simplemente continúan con sus cosas, otros le miran de reojo con curiosidad, incluso uno de ellos, si es que no se equivoca, le dirige una mirada repleta de odio.

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Una vez Kuroro determinó que ya era el momento, reunió a todos en una habitación de la bodega, la más lejana al lobby que utilizan como sala principal.

—¡Sabes cuánto ansiaba este momento! ¿qué demonios ocurre, Kuroro? ¡ese bastardo encadenado es nuestro enemigo! — Nobunaga comienza, su rostro delatando su irritación.

Kuroro, quien se ubica en medio de la sala, responde — Lo diré de la manera más simple para que lo entiendas — tras una pausa y a sabiendas que las miradas de las arañas están bien atentas sobre él, continúa — por muy extraño que parezca, el bastardo de la cadena no nos recuerda. No sabe nada sobre nosotros.

Las reacciones de sus compañeros son multifacéticas, unos parecen asombrados, otros no tanto.

—¿Danchou, no será un truco de su parte para engañarnos y...? — La mujer de la cruz lanza el primer cuestionamiento.

—Lo dudo. Lo registré y analicé durante su ausencia. Concluí que no intenta engañarnos, efectivamente está diciendo la verdad. Además, su aura es... diferente a la de la última vez.

—¿Qué hacemos si le lavaron la cabeza? ¡Lo ideal sería acabar con él utilizando mi espada, cortaría su cuello mientras sostiene a ese chiquillo molesto!

Machi y Kalluto se avergüenzan momentáneamente por la idea del samurái. El Nobunaga de siempre disfrutaría matar viendo directamente los ojos de su víctima. El espadachín jamás atacaría por la espalda. Menos a un enemigo por el que siente tanto rencor.
—De momento no lo mataremos.

Y como Kuroro predijo, algunas de las arañas replican su decisión. Los únicos apacibles son Bonorenofu y Kortopi, ambos se reservan cualquier comentario, ya sea a favor o en contra.

Ya que expuso la resolución, Kuroro espera pacientemente mientras sus arañas debaten entre ellas, al menos, la mayoría lo hace. Por otro lado, Kalluto no está hablando y Shalnark decide seguir el ejemplo. Franklin parece demasiado neutral, al igual que Machi. Phinks se está rascando la cabeza y Feitan junto a Shizuku son quienes más responden a las quejas del samurái.

Como el ruido parece extenderse más de lo necesario, Kuroro interviene de nuevo — Si alguien externo el grupo derrota a uno de los miembros del genei ryodan...

—Éste aplica para ocupar su puesto — complementó el rubio.

—Pero, el bastardo de la cadena no luchó contra Uvogin ni con Pakunoda para discutir por un puesto dentro de la tropa — añade el más alto del grupo.

Kuroro intencionalmente mira fijamente a Franklin - soy consciente del razonamiento.

—Entonces, ¿quieres que se una a nosotros y ya? — Phinks pregunta.

— Tal vez.

Phinks retoma la palabra haciendo callar a Nobunaga, quien había abierto la boca —Bien, si esa es tu última palabra ¿exactamente qué sucederá con ese bastardo encadenado?

Machi da un paso hacia adelante con los brazos cómodamente cruzados, una mirada desafiante y silenciosa.

— Como dije, no recuerda nada. Incluso ha olvidado que es un usuario de nen.

-¿Cómo pudo perder la memoria? —pregunta la pelinegra del dije de cruz invertida.

Kalluto intercede, respondiendo la pregunta de Shizuku — es muy probable que las sustancias que le administraron en ese laboratorio hayan derivado efectos secundarios.

—¿Qué tanto sabes sobre tales efectos, Kalluto?- el Danchou se interesa.

Shalnark recuerda haber leído sobre esto el otro día, justo después de haber tenido la breve conversación con Kalluto.

-Realmente no hay una explicación objetiva. Pero, si recibió sobredosis de aquellas drogas, siempre existe la probabilidad de presentar efectos secundarios físicos y de cognición. Probablemente, la confusión mental sea uno de ellos —Kalluto se sonroja un poco al terminar. Después de todo, le agrada en el interior de su ser, poder conferenciar delante de los adultos.

— Gracias, Kalluto — el líder agradece elevando la vista hacia el muro más cercano.

Mientras tanto, Shalnark aprovecha para decir lo siguiente – a raíz de lo que Kalluto comentó el otro día, me di a la tarea de investigar y, siento decir que, es poco probable que la falta de memoria se deba a un efecto secundario. En realidad, podría ser cualquier cosa.

Kuroro analiza la información proporcionada por sus colegas. Una de sus manos se coloca bajo su barbilla cuando habla — su problema es la falta de memoria, no importa cuál haya sido la causa. Por otro lado, no estoy diciendo que no lo mataremos, sólo les pido que aguarden un poco.

Shalnark y Kalluto asienten.

-¿Intentas decir que debo simpatizar con el enemigo? ¡Kuroro! Habíamos acordado que... cuando encontráramos al bastardo de la cadena, ¡vengaríamos la muerte de Uvo y Paku! — Nobunaga sisea y escupe sus palabras de golpe, luego oculta sus brazos a las mangas de su traje mientras mira a todos con indiferencia.

—¿Kuroro? — Machi dice.

—Mi decisión está hecha. Esperaremos, sólo eso.

-¡Espera, Danchou! ¿y el bebé? ¿qué hay con eso? - Shalnark se adelanta.

Ahora todos tienen la atención sobre el líder -bueno, tengo que pensar, ese es otro asunto. Les pido que sean pacientes, por otro lado, les ordeno no mencionar nada sobre nuestro conflicto con él- la arañas continúan atentas – no es conveniente que refresquemos sus recuerdos de esa manera. Mientras tanto, fingiremos que no lo conocemos. Le explicaremos que lo hemos encontrado en una situación deplorable y lo quisimos auxiliar.

-¡Somos ladrones, no ayudamos a nadie! - Nobunaga grita y comienza a reír con descaro.

— Al menos lo intentarás como los demás, ¿quedó claro? — de momento, el mohín estoico en el rostro de Kuroro logra silenciar las burlas, y, sólo entonces, la expectativa de Shalnark llama la atención del líder -el bebé es un trabajo experimental de ese laboratorio. Si lo conservamos, podría servirnos de algo. Pienso que será útil.

—¿Ese cachorro tiene algo de especial? — Feitan dice.

Kuroro enfoca al hombre — muy posiblemente. Ese experimento posee genes únicos. Si en dado caso revelamos su procedencia, alguien lo comprará y obtendremos nuestra recompensa.

Las arañas no han hablado y los verdosos ojos de Shalnark consternan a Kuroro. El líder sabe que su ahora mano derecha es sumamente intuitiva, al igual que Machi.

Una vez dada por terminada la reunión, las arañas regresan a sus puestos. Sin embargo, uno de ellos espera en su lugar con la intención de quedarse a solas con el líder.

—Así, es Shal — Kuroro inicia y el rubio escucha — tus suposiciones son correctas, ese bebé puede ser... mejor dicho, es el resultado de un procedimiento genético con el Kurta.

—Ya decía yo. Pero, Danchou, ¿por qué deberíamos ocultarle la información a los demás?

—No es mi intención ocultarles nada. Siéndote sincero, no veo necesario aclarar el tema más allá de la utilidad que representa para nosotros.
—Bueno, tienes un punto — Shalnark sonríe con amplitud, ahora está listo para reunirse con el resto pese a las dudas que no reveló.

Cuando Kuroro bajó con los otros, concluye que, por seguridad, debe mantenerse cerca de Kurapika, alguien debe mantenerlo bajo vigilancia. Si ocurriera un cambio con el rubio, lo descubriría de inmediato.

La primera semana fue fácil para las arañas, soportar al enemigo no fue un gran problema.

Kuroro dejó a Kurapika a cargo del bebé, quien descubrió que no era un él sino una ella, una pequeña niña. El kurta decidió permanecer con ellos luego de que Kuroro le explicara que los ayudaron a ambos cuando estaban en serios problemas. Kurapika no se mostraba sorprendido, no obstante, el líder decidió no ahondar en los detalles. Al día siguiente, Kurapika se la pasó mirando a Kuroro sin disimulo. Pero esta actitud se calmó al otro día. Se mantenía ocupado con la bebé, quien pronto se adaptó increíblemente a él y viceversa.

Por mandato del líder, las arañas intentaron cuidar de la bebé, pero no tenían idea de cómo hacerlo. Ante las ordenes de Kuroro, simplemente fracasaron. A las tres semanas, la bebé lloraba con cualquier otra persona que la sostuviera, excepto Kurapika. Kuroro miraba estás escenas un tanto confuso, aunque después de todo, ese bebé llevaba genes del Kurta, que reaccionara de esa forma, tenía mucho sentido.

Kuroro se preguntaba si Kurapika volvería a recordar lo que había sucedido en ese laboratorio. Claramente lo manipularon y de alguna manera, utilizaron sus genes para engendrar ese bebé. Honestamente, el líder del ryodan desconocía sobre la genética o de la manera en que la ciencia crea algo como esto.

Pero al final, lo único que restaba era esperar.

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—Oye ¿querrás pollo o carne? — Kurapika miró a Shizuku y eligió el plato de poliestireno con pollo.

— Te lo agradezco — Kurapika agradece formalmente.

—No hay problema.

Phinks se aproxima tomando el plato con carne — yo quiero la carne — Shizuku entrega el recipiente y se aleja para comer su propia porción.

Phinks estudia a Kurapika recelosamente antes de preguntar algo, lo que sea — ¿ahora está dormido? — su cuello se estira para mirar la pequeña en la cuna que Kuroro mandó a traer hace unos días.

—Comió y se quedó dormida.

Phinks rodó sus ojos y una vez más curiosea al rubio —¿Qué piensas? — Feitan se acercó a ellos dos.

—Estaba pensando que... el bebé y él comienzan a tomar cierto parecido.
Kurapika mira detenidamente a la bebé considerando el comentario del rubio fornido.

—A mí me parece que no — y con esto, Feitan da por terminada la charla para luego alejarse junto con el hombre musculoso.

Ya en soledad, Kurapika concluye que los comentarios de esos dos no tienen mucho sentido ¿o sí?


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Pasaron un par de días y, Kurapika aprovecha que la bebé duerme para buscar a alguien en el interior de la bodega.

Después de una pequeña incursión, tropieza con Nobunaga. De hecho, es la última persona que deseaba ver, incluso el samurái bufó con desagrado.

-­¿Por qué diablos estás merodeando sin permiso?

—Desde la mañana que no veo a nadie...

—Ya sabes que somos ladrones, estamos ocupados con eso.

Kurapika asiente antes de que pretendiera volver por donde vino —ya que estás aquí...

—¿S-sí?

—Me gustaría probar el filo de mi espada. No te preocupes, sólo cortaré tu cabeza — dice entre risitas.

Ante la amenaza, Kurapika retrocede — Lo sabía, no sólo era mi imaginación, efectivamente no te agrado nada...

—Qué bueno que seas observador —el samurái avanza y peligrosamente mientras desenfunda su espada.

El corazón de Kurapika se acelera. Su cuerpo tiembla -no estás hablando en serio ¿verdad?

—Dame una razón para no hacerlo.

Los ojos de Kurapika buscan una vía de escape, pero sus nervios lo traicionan y se congela en su lugar. El samurái avanzó tan rápido que el rubio no tiene tiempo de moverse, así pues, en un abrir y cerrar de ojos, el mayor lo empuja, haciendo que la espalda y la cabeza de Kurapika se golpeen contra la pared, poco después, la mano del espadachín presiona su cuello.
Pasado un tiempo, los pulmones del Kurta comienzan a exigir aire, entonces, eleva sus propias manos y aprieta las muñecas del samurái, pero su intento por liberarse no está funcionando.

Los segundos transcurren en medio de la desesperación, e incluso, el miedo hace que los ojos de Kurapika se maticen al escarlata. Nobunaga extasiado como nunca ante el sometimiento de su presa, jamás imaginó que resultara tan fácil arrinconar al asesino de sus camaradas.

El horror y el miedo en esos orbes color sangre es contundente, pero, justo cuando la visión de Kurapika comienza a sumergirse en la oscuridad, clava sus uñas en la piel del samurái y lo obliga a soltarlo. Libre y arrodillado en el piso, Kurapika jadea y aspira con fuerza. Aún apoderado del pánico, instintivamente se pone de pie lo más rápido que su cuerpo lo deja. Sus ojos buscan a Nobunaga y lo descubre fulminándolo con la mirada. Kurapika mira más allá del hombro del oponente y se encuentra con su reflejo en el espejo del muro adyacente, sus ojos escarlatas brillan en medio de la tenue luz que alumbra la habitación. La expresión de Kurapika se llena de conmoción y sus cadenas en la mano derecha se materializan. Cuando esto pasa, mueve su mano y observa el fenómeno con espanto.

—¿Y esa cara? Parece que viste un fantasma — pero Kurapika no responde — ¿te comió la lengua el gato? —el silencio se extiende — ¡te estoy hablando! ¡mírame cuando...! – y para suerte del rubio, el samurái se inmovilizó.

—¿Qué está pasando? — el líder del genei ryodan aparece.

— Danchou ¿qué tal te va? — con total descaro, Nobunaga cuestiona al de cabellos oscuros.

Kurapika está reaccionando y resurgiendo del ensimismamiento, además de que sus cadenas desaparecieron. Y sólo entonces, oye la característica templanza del hombre con abrigo —¿Estás bien?

La marca que dejó la mano de Nobunaga en la garganta de Kurapika es demasiado obvia que, incluso Kuroro puede verla. El rubio asiente con la cabeza. Sus ojos aun miran a Nobunaga con horror.

—No se defendió, no es mi culpa que sea tan débil — tras una fuerte risa, el samurái se esfuma del lugar, dejando a Kuroro y Kurapika solos.

Y ahora, el Kurta se está recuperando todavía. Kuroro a su lado pregunta —¿hiciste algo para provocarlo?

Con ojos enormemente abiertos, el rubio replica -Cometí el error de encontrármelo por aquí. ¡No lo provoqué en ningún momento!

Kurapika se siente molesto y parece que a Kuroro no le interesa — ¿qué más sucedió? ¿cómo lograste evadirlo?

—Yo... no estoy seguro... pero, supongo que estaba jugando conmigo por lo aburrido que siempre luce.

La ceja de Kuroro se levanta. El sarcasmo de Kurapika no le causa ninguna gracia — no te muevas — la araña palpa el cuello de Kurapika, examinando el grado de daño.

—D-déjalo, estoy bien — mientras aparta las manos de Kuroro, el rubio que ahora tiene la cara roja, da un paso hacia atrás.

El líder suspira tras el rechazo y entonces dice —Intenta no acercarte a Nobunaga.

—Podrías ordenarle que me deje en paz. Después de todo, eres el jefe.

Kuroro exhala — sin embargo, existen ciertos comportamientos y situaciones en las que prefiero no intervenir. Específicamente en este caso, la solución está en mantenerte alejado.

Kurapika abre la boca, inconforme, realmente inconforme. No obstante, un ruido singular interrumpe su concentración, la bebé despertó.

— Sólo hazlo — el líder repite antes de que Kurapika se marchase.

¿Acaso es una broma? en vez de reprender al loco de la espada, le pide que se aleje y no lo moleste. El rubio respira profundamente para calmarse, si el líder nada puede hacer al respecto, deberá acatar la orden. Antes de cargar a la bebé, centra la atención en su mano derecha, recordando las cadenas que se formaron en ella hace poco.
Tiene curiosidad, y a pesar de eso, decide no preguntar nada. Ya investigará por su cuenta.

Tiene la impresión de que algo raro sucede, muy posiblemente, estas personas están ocultando información. No obstante, no pierde las esperanzas de estar equivocado.

Al igual que él, Nobunaga volvió a la sala grande y está jugando cartas con las arañas que han regresado de sus actividades.

El día continuó y Kurapika recapacita sobre algo. Cerca de un mes ha vivido en la bodega y no ha salido para nada. Su cuerpo está cansado debido al tiempo que la bebé le exige. Las noches de desvelo tratando de dormirla y alimentándola lo tienen agotado. Sin embargo, esta es su tarea, encargarse de la pequeña. No existe persona capacitada entre este grupo de criminales para cuidar a un bebé, aunque, sinceramente, esto le sorprende y ese sentimiento se convierte en indignación pura.

Haber olvidado parte de su pasado lo deprime y conflictúa. Además, aparentemente, estos tipos pueden darle las respuestas adecuadas, al menos el líder se lo ha dicho en varias ocasiones, pero se excusa y cambia el tema diciendo que no es prudente, que lo mejor es esperar y que seguramente con el tiempo obtendrá las respuestas que necesita. En resumidas cuentas, le ha explicado una y otra vez que, la paciencia es la clave para recordar. Y si bien lo piensa, ese Kuroro tiene la pinta de ser un hombre serio, no jugaría con la estabilidad emocional de otro. Personalmente, espera no estar equivocado.

Por el momento, ha decidido que confiará en él y en quien no intente matarlo.

Kalluto quien últimamente ayuda a preparar la leche de la niña, como de costumbre se acerca con el biberón.

—¿Y eso? ¿qué te pasó? — pregunta con curiosidad tras observar los moretones en el cuello del rubio.

—Rayos, ¿se nota mucho? — Kalluto asiente con la cabeza. Kurapika se encoge de hombros al instante que empuja el chupete en la pequeña boca de la niña, quien gustosa comienza a beber de la leche — ese tal Nobunaga no tolera que esté aquí.

-Oh...- mientras Kurapika alimenta a la niña, los delgados dedos del niño se deslizan por su piel. Sobresaltado, el kurta le mira con extrañeza —mi abuelo usaba un ungüento especial. Él lo preparaba. Tengo uno entre mis pertenencias.

Y con esto, Kalluto promete regresar con él más tarde.


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­­­— ¿Ku-Kuroro? — Kuroro se desprende la vista de su libro y, ahora que Kurapika tiene su atención, prosigue — me preguntaba si puedo salir un momento con la bebé. Estoy harto de permanecer encerrado, supongo que no tienes problema con eso...

Kuroro medita con calma la propuesta del rubio —No puedes salir solo.

Kurapika frunce el ceño—puedo cuidarme solo, no soy un niño.

—Aun así. Si deseas salir, alguien debe acompañarte.

Kurapika resopla y divisa a Kalluto que se encuentra a unos metros, luego sonríe. El cuello de Kurapika se recuperó de las magulladuras gracias al ungüento que Kalluto le compartió. El niño ha sido atento desde el inicio. De pronto, cree que no estaría nada mal que quien lo acompañase al exterior fuese él —le pediré a Kalluto que me acompañe.

—Bien, supongo que no puedo negarme.

Mientras Kurapika corrió a preparar lo necesario para la niña, Kuroro llama a Kalluto -no lo pierdas de vista. Si llegara a ocurrir algo, llama de inmediato.
Kalluto consiente la indicación de Kuroro y se da prisa para alcanzar a Kurapika que ya lo está esperando en la puerta.


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-¿Tienes dinero o algo así?- Kurapika pregunta y Kalluto encogiéndose de hombros niega sin hablar —supongo que los ladrones simplemente hurtan lo que desean y ya está.

—Posiblemente....

­—¿Puedo preguntarte algo? — Kalluto eleva las cejas y el kurta prosigue sin darle oportunidad de contestar — ¿por qué un niño como tú pertenece a una banda de ladrones?

Kurapika carga a la bebé, ella se encuentra feliz mirando el panorama, un cuadro colorido que no había visto hasta hoy. Sus ojos están brillantes y las cosas a su alrededor le llaman constantemente la atención. Sorprendentemente no ha llorado desde que salieron y no tiene la intención de dormir.

—Deseo ser alguien más fuerte para poder ayudar a mi hermano. Pertenecer a un grupo de sujetos con habilidades diversas, supone un buen inicio para mí— la visión del niño es confusa para Kurapika, por eso se limita a callar —pero, este es un tema que no debo discutir contigo, disculpa.

Kurapika niega suavemente con la cabeza — me gustaría saber más sobre ti y de los demás, presiento que averiguaría un par de cosas útiles.

—¿Por qué lo dices?

—Es un presentimiento...

—¿Por qué razón no te has ido?

—Lo he pensado. Después de todo, nada me ata a ustedes.

Kalluto inspecciona al kurta analíticamente y luego dice —tendrías que despedirte de esa bebé si te marchas.

Kurapika abre los ojos con sorpresa — ¿debería importarme? me refiero a que no tiene nada qué ver conmigo. Se supone que ustedes la rescataron. Averiguar lo que ocurrirá con ella es su responsabilidad.

Kalluto parpadea -en eso tienes razón... Kurapika, tengo una pregunta para ti — tras un suspiro, el pelinegro continúa — ¿qué te ayuda a mantener la calma? sabes que somos un grupo de ladrones y, aun así, no nos cuestionas.

Por alguna razón, el rubio esperaba otra clase de pregunta. Poco después, desvía la mirada — ya te lo dije, tengo un presentimiento — Kalluto parpadea en señal de incomprensión —sospecho que tengo algo en común con todos ustedes. Según mi teoría, si espero lo suficiente cerca suyo, recuperaré algunos de mis recuerdos extraviados. Después de todo, no tengo nada que perder. Mi familia ya no existe, y, sinceramente, dudo mucho que haya alguien que esté esperando por mí en algún lugar. Si me esfuerzo con Kuroro y su grupo. Definitivamente encontraré alguna pista.

Consciente de que lo mejor es cambiar de tema, Kalluto corta con una proposición— está bien, puedes hacer lo que quieras. Por cierto, ¿a dónde quieres ir?

El rubio abre la boca, pero pronto la cierra, aceptando el giro de la conversación—un lugar para descansar los brazos estaría bien.

El Zoldyck medita antes de hablar—hay un lugar de café por esa acera — dice señalando a su derecha con el dedo índice.

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Una vez arribaron a la cafetería, Kurapika y Kalluto revisaron el menú por unos minutos, una chica tomó su orden. Dos bebidas frías.

Kurapika luce fascinado, el lugar resplandece prolijo, la iluminación resulta simplemente agradable, el ambiente es acogedor. De hecho, cualquier sitio es mejor que la bodega sucia donde se quedan.

Kurapika juega un poco con la bebé que está sentada sobre la mesa y Kalluto los mira medio aburrido. Sus codos están sobre la superficie de madera y sus manos que se encuentran bajo su barbilla sostienen el peso de su cabeza.

—¿Qué edad tendrá? ¿aproximadamente de 8 a 10 meses?

El Zoldyck frunce el ceño diciendo —honestamente, no lo sé.

—Sin embargo...

—¿Qué sucede con ella?

—¿No te parece que la bebé creció mucho en tan poco tiempo?

Kalluto endereza su espalda, ojos atentos sobre la niña cotejando lo que Kurapika dijo. Siendo sincero, el rubio acertó con sus conclusiones, la bebé crece con prontitud. De hecho, el cambio en su fisionomía ha sido radical en tan sólo un mes. Pero Kalluto no dirá lo que realmente piensa.

—Eres el único que piensa cosas raras, a mi parecer todo está en orden con esa niña.


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—¿Danchou? — Shalnark llama a Kuroro mientras sostiene una laptop.

—¿Necesitas algo?

—Echa un vistazo a esta información que acabo de encontrar en la red — dice acercándose más.

Kuroro gira y lee las líneas en el monitor — Qué sorpresa. Ofrecen una recompensa por quien brinde información o entregue al Kurta con vida.

Sin retirar los ojos de Kuroro, la araña asintió.

En pocas palabras, el informe dice que se recompensará a quien brinde alguna pista sobre el paradero del kurta. O bien, se recompensará a quien lo encuentre y lo entregue con vida.

—El laboratorio lo está buscando — el rubio voltea hacia los lados — a todo esto ¿en dónde se metió?

—Salió con Kalluto hace un par de horas.

-¿Ah, sí? ¿y a dónde fueron?

—Desconozco.

Shalnark baja la cabeza y pregunta con discreción —Danchou... ¿cuáles son tus verdaderos planes? ¿qué harás con él?

—Medité la situación y... si lo estimulamos para que recupere su nen, lo obligaremos a cooperar con el grupo. Estoy completamente seguro de esto: — el pelinegro afila la mirada — sus habilidades nos serían de utilidad. Aunque... claro que algunas de sus condiciones no son las ideales. Pero, por otro lado, sé que Nobunaga desea vengar la muerte de Uvo y Paku. Sin embargo, su pérdida de memoria nos permite desarrollar la primera opción.

—¿Qué pasa si comienza a recordarnos y su odio renace? — Shalnark contempla el abismo en los ojos obsidiana de Kuroro.

— Si eso sucede, daré mi consentimiento y Nobunaga podrá hacer lo que quiera con el chico.

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