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—¿ H a b l a r  A h o r a ?—

Normal POV

Eran alrededor de las 6:00 pm. Apenas se estaba poniendo el sol, y el bicolor estaba parado frente al edificio de los dormitorios de su clase. Llevaba ahí una media hora esperando a alguien

—Todoroki-kun ¿Qué haces afuera? Ya esta comenzando a hacer frío.— El chico se topo de frente con dos de sus compañeras de clase. Eran Uraraka y Yaoyorozu.

—Estoy esperando a alguien.— Respondió el chico mientras estaba recargado en uno de los pilares de la estructura.

Llevaba puesta su bufanda y una sudadera azul marino, así que no le preocupaba demasiado el hecho de estar afuera con el viento. Él joven en ningún momento las miro ya que tenía su mirada clavada en otra dirección. Ambas chicas lo miraron con extrañeza, desde la mañana su instinto femenino les decía que algo no estaba bien con él, sin embargo, no serían ellas quién se tomaran la libertad de excavar más en su vida privada, para esto estaba Midoriya.

—Por cierto, en la mañana olvidaste lavar tus platos junto con Iida-kun.— Agregó la peli-negra con una pequeña tos.

El comentario tomó de sorpresa al jovén, lo cuál fue una razón para que esta vez las mirase a ambas. El chico estaba sorprendido y preocupada a la vez, se había olvidado por completo de su tarea diaria porqué se fue a dormir. Por lo menos esperaba que él no se hubiese enfadado.

—Sí, hablaré más tarde con él.— El más alto cambio su rostro de preocupado, a serio. Volvió a dirigir su mirada al lugar de antes.

—No lo decía con la intención de echarte la bronca Todoroki-kun.— Se justificó la oji-gris.—Iida no se vio molesto contigo, sólo se preocupó por ti ya que tú siempre eres cumplido con tus tareas.— El chico seguía sin mirar.—Y digo tareas porqué también olvidaste limpiar la sala.

—Momo, sabemos que Todoroki-kun siempre es cumplido con su trabajo, esta bien si esta vez se olvido de ello. Ya no le eches la bronca.— Agregó la castaña.

—¡Pero! La sala esta muy sucia.— Esto lo dijo en voz baja y con notoria pena.

Por extraño que pareciera, esa queja le molesto al joven. Él aceptaba completa responsabilidad de que lo había descuidado por completo, incluso no se mostraba tan ansioso por eso porqué sólo él sabía cómo se sentía, y creía que no estaba mal tener un descuido de ese tipo. Su molestia se basaba en el hecho de qué como los demás no pensaban en hacerlo ellos mismos. Pero claro, tampoco debía de esperarlo, después de todo nadie sabía su gran preocupación interna.

—Lo haré más tarde.— Respondió frío el chico.—Ahora estoy esperando a alguien.

—¡Todoroki-kun! No pasa nada, enserio. Tomate tu tiempo, se nota que últimamente has estado muy ocupado.— Dijo la castaña. Seguido de eso, tomo a su compañera del brazo para dirigirla dentro del edificio.

—No seas tan dura con él.— Menciono la castaña en voz baja.

—Sólo le informaba que se le había pasado.— Fue lo último que el chico de doble quirk alcanzó a escuchar.

El chico simplemente suspiró y metió sus manos en el bolsillo mientras miraba de vuelta en aquella dirección. Pasados alrededor de 15 minutos, el joven se disponía a tomar su teléfono para averiguar en donde se había metido su padre, sin embargo, esto ya no fue necesario porqué segundos después apareció frente a él.

—Te tardaste.— Dijo fríamente el menor.

—Lo sé, estaba ocupado con cosas de la agencia, pero ya estoy aquí.— Lo miro fijamente, el mas alto traía puesta una chaqueta color vino.—¿Para qué me llamaste?

—¿Qué no es obvio? Hay que hacer esto lo más pronto posible.— El joven parecía irritado, y el mayor no estaba entendiendo nada.

—¿Disculpa?— El peli-rojo se vio confundido.—Sugiero que cuando nos citemos por llamada, desde ahí me digas la razón especifica para vernos en persona, y tratar de entender si realmente vale la pena o no en vez de quitarnos tiempo a ambos.

—Esto valdrá la pena.— Respondió el jóven.—La razón por la que estas aquí ahora, es porqué ya hay que decirle.

—¡¿Qué?!

El semblante del más grande cambió repentinamente, su cara de serenidad cambio a una nerviosa y sorprendida. Fueron pocos segundos para que Enji comenzará a sudar.

—No puede ser así...todavía es muy pronto.

—¿De verdad piensas que podremos esperar más? Si se termina enterando por otro lado seré yo quién se sienta más mal. Aparte estoy yo aquí para ayudarlo a entender.

—¿Cómo puedes decirlo así como así? No han pasados ni dos días y ya quieres que lo confronte, ni siquiera estamos del todo seguros. Es más, nunca he hablado con él formalmente. Shoto, no me hagas hacer eso.

—Pues lo vamos a averiguar.— El chico estaba recargado en la pared con los brazos cruzados.—Es la primera vez que te veo muy ansioso.

—No me juzgues, también soy humano.

—Sólo cuándo te conviene.

Escuche a mi padre soltar un gruñido, y lo vi cruzarse de brazos. Me miro fijamente con enojo.

—Ni pienses que voy a entrar ahí.

—Sino vas a él, él vendrá a ti.

Iba a caminar directo hacía la puerta, pero un fuerte agarre me detuvo. Enji estaba apretando mi brazo. Lo mire directamente a los ojos desde una corta distancia, ya que estaba cerca mío y se notaba la gran diferencia de altura.

—Shoto, ni se te ocurra hacer eso.

—¿Por qué no? ¿Te da miedo?— Alze una ceja y lo mire firmemente. Él me miro desafiante.

Ambos teníamos la mirada puesta sobre el otro. Parecía que estabamos a punto de entrar en una batalla entre los dos. Me sentía fuerte y nervioso a la vez, no era la primera vez que me peleaba con mi padre, así que no habría diferencia si lo hiciera afuera de los dormitorios.

—¿Estas seguro de que estas preparado para destruir la autoestima de ese chico así como así?— Me dijo con frialdad.—¿Te crees muy capaz de hacerlo sentir bien después de que se lo digas?

Apreté mis puños y entrecerré mis ojos. Su comentario me había hecho sentir una sensación rara en mi pecho. En ese momento, una pequeña ola de sentimientos vino a mi cabeza. Sentí frustración e ira.

—Su autoestima se vera destruida de todos modos.— Recalqué.—¿Acaso piensas ser un cobarde como para no decírselo?— Lo mire con una sonrisa de enojo.

—¿Quién dijo que no lo haría?— Me devolvió la mirada.—Sólo te digo que hay formas más apropiadas de decirlo y, lugares más apropiados.

Íbamos a seguir discutiendo, pero un portazo sonó detrás de nosotros. Parecía que era quién todo lo sabe y todo lo ve. Era el peli-negro ya en pijama, con una expresión disgustada.

—¿Podrían callarse de una vez? Hay gente descansando aquí. Sino quieren llamar la atención, váyanse a discutir a otro lado.— El peli-negro estaba cruzado de brazos.

—¡Señor Aizawa! ¿Esta todo bien por ahí?— Escuché la voz de Kaminari. Provenía detrás del peli-negro.

Estoy seguro de que él también lo había escuchado, ya que sólo vi como tomó la puerta y la cerró casi que en su cara. Ambos nos miramos y el profesor Aizawa nos dirigió a ambos hacía la parte de atrás de los dormitorios.

—Que sea la última vez que ustedes dos hacen un alboroto enfrente de mis estudiante.— Baje la mirada al sentir su disgusto con nosotros.—No tengo la responsabilidad de hacer que ustedes dos se entiendan el uno con el otro. Así que si quieren hacer las cosas bien, primero hablen con la madre de Midoriya.

Vi como mi padre le entraba un escalofrío al mencionar a la madre de mi posible medio-hermano. Me extendió un post-it amarillo con una dirección anotada en ella.

—Si ella no esta presente aquí, no los dejare tomar la situación a la ligera. Por ahora mi responsabilidad es salvaguardar la integridad de ese joven, y no lo estaría haciendo si veo que tiene que lidiar con un par de locos como ustedes. Última vez que arman un escándalo de ese modo, porqué a la siguiente me veré en la obligación de traer un policia y un psicólogo.

Mi padre y yo nos miramos perplejos. Era la primera vez que sentía que el peli-negro hablaba muy firme y sujeto a lo que era capaz de hacer. Tragué saliva y metí la nota en mi bolsillo.

—¿Y el policia para qué?— Preguntó mi viejo rompiendo el pequeño intervalo de silencio que hubo.

—Para usted.— Le respondió en un tono frío.—De ahora en adelante, si quieren entablar una relación con Midoroya Izuku, tendrá que ser enfrente mío y enfrente de su madre. No voy a permitir que ustedes manejen esto.

—¡¿Qué?! ¿A qué se refiere con eso?— Lo llame por detrás de forma sorprendida.

—Como veo que ustedes no son capaces de siquiera coexistir en el mismo espacio, no puedo dejarlo relacionarse así de fácil con ambos. Mi recomendación es que primero hablen con la madre de Izuku, y después entre todos le explican poco a poco la situación.

Dicho esto, el mayor se dio media vuelta y se fue al edificio. Me quede pensando un buen rato, y de un momento a otro me sentí muy culpable respecto a cómo había actuado antes. Una parte de mí me decía que no sería capaz de ser un buen hermano mayor, y todo por culpa de mi padre.

—¡Todo esto es tu culpa!— Grité frustrado mientras lanzaba un puño a la pared.

—¡Todoroki Shoto! Puedo oírte desde aquí.— Escuché la voz de mi maestro, y rápidamente me disculpe.

—¡Lo siento!— Grite de nuevo.—Bien, entonces ya sabemos con quién debemos hablar primero para calmar eso aunque sea un poco.

Lo miré y en su rostro logré notar una pequeña mueca, no sé si de disgusto o incomodidad. Ahora era el momento en el que posiblemente mi padre tendría una amarga visita.

Continuara...

—• N o t i t a •—

Las correcciones ortográficas y de redacción son bienvenidas ^^ Espero lo hayan disfrutado.

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