Capítulo 58: La Segunda Sombra

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Parte Sur, en las afueras de Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 2:17 P.M


Una segunda y aún más pronunciada pauso se llevó a cabo. En este momento, Enishi se terminó por completo su cigarrillo y luego volvió a exhalar otra gran cantidad de humo. -La verdadera razón del porqué te mandamos a ver la anterior liga pokémon está ligada a un grave incidente con el Equipo Rocket.-

-E-espera... ¿C-cómo fue qué-...?-

-Yo te envíe a la anterior liga pokémon para mantenerte lejos de casa mientras se solucionaban las cosas. Además, yo le ordene a Red Tajiri, cómo un favor, que se mantuviera cerca y cuidara de ti. En otras palabras, el que se conocieran y también el que volvieras a desear ser un entrenador pokémon fue obra mía.-

Desesperación. Ácida, corrosiva y aberrante desesperación era lo único que podía registrar Gold ante tal abismal revelación, por parte de una de las personas que más admiraba en el mundo. Fue cómo si su mente, momentáneamente y en cuestion de milesimas de segundo, experimentó un exagerado apagón masivo, a la vez que todo en lo que él creía empezaba a desmoronarse cómo una frágil casa hecha de naipes. Luego de todo esto, Gold se quedó estático y con la mirada perdida entre su padre y el nublado cielo, cuando de repente las preocupantes visiones de Morty volvieron a inundar sus pensamientos.

"La segunda sombra, cuando menos te lo esperas, te ataca por la espalda-..."

De un momento a otro, la mente de Gold generó incontables interrogantes y escenarios, en menos de lo que dura un pequeño parpadeo. Una oscura e iracunda marea de recuerdos, memorias y pequeñas experiencias se reprodujeron dentro de su ahora ajetreada cabeza, una y otra y otra vez, pero muy en especial se volvieron a repetir vívidamente todos y cada uno de los sucesos de la anterior liga pokémon. Desde su "casual" encuentro con Red, hasta cuando pudo observar cómo esté derrotaba a Green para coronarse cómo campeón del torneo de la liga. Sin embargo, nada de esto podía opacar ni suprimir el punzante sentimiento de traición que, inmisericordemente, carcomía vorazmente sus entrañas. Ahora solo existía desesperación, ira y decepción en su ser.

-¿E-el que yo conociera a Red es por orden tuya?- Preguntó agresivamente Gold, alzando progresivamente su voz hasta casi gritar, acción que terminó por espantar a un par de acaramelados Pidgeys posados a escasos metros de la cerca que delimita el patio, luego de instintivamente fijar sus ojos sobre la fría mirada de su progenitor. -¿O-osea que por más de dos malditos años viví, entrene y me esforcé creyendo una vil mentira? ¡Exijo una explicación en este maldito instante! ¿P-por qué, Papá? ¡Y-yo... Y-yo no entiendo nada de esto! ¿P-POR QUÉ? ¡MALDITA SEA, POR QUÉ!-

Pero no hubo una respuesta instantánea por parte de Enishi. En vez de replicar, el veterano entrenador fijó su mirada, por un par de segundos, en dirección a Goldenrod, ciudad que estaba a poco más de cinco kilómetros de distancia del pequeño y solitario suburbio en dónde estaba la ahora deshabitada guardería. Luego, Enishi exhala algo de aire, mira con tristeza a su hijo, después se acerca a él, y, repentinamente, lo abraza cómo si este fuese potencialmente su último encuentro frente a frente. -Hice todo eso para protegernos del Equipo Rocket, Gold. La vida de Sakura, tu vida, y también la mía, pudieron estar en un muy grave peligro. Yo te necesitaba lejos de casa, por un par de días, hasta que las cosas se calmaran un poco. Pero no deseaba que estuvieras solo por allá, por lo que le pedí a Red qué te vigilara y siguiera durante todo el torneo. Poco después de la caída del Equipo Rocket, yo le hable a Red sobre ti, así que él aceptó encantado el protegerte.-

Nuevamente, una inmisericorde rafaga de sentimientos recorrio el cuerpo y mente de Gold. En ese preciso momento, él quiso responder, gritar, patalear y también arremeter violentamente contra su padre, cómo un agresivo pokémon al confrontar quienes traspasaron su territorio, pero su cuerpo hizo caso omiso a sus deseos. En perfecta contraposición a lo que quería, un par de tristes lágrimas se asomaron y recorrieron lentamente sus enrojecidos pómulos, unas humedeciendo un poco la chaqueta de su padre, mientras que otras terminaron cayeron sobre el verde y vivido césped.

-En verdad lamento muchísimo que tuvieras que saber de esto ahora y de esta manera, Gold. Creeme que no existió dia en el que no quisiera haber sido honesto, pero la oportunidad perfecta nunca se presentó cómo se debía. Tú aún eras demasiado inmaduro, impulsivo y volátil cómo para saber, además de que estabas muy emocionado y feliz por haber retomado tu sueño después de conocer a Red, que yo simplemente no tuve el coraje para decirte la verdad a la cara. Se suponía que tu madre y yo te diríamos sobre todo esto la mañana antes de que partieras de New Bark, pero decidiste escapar la noche anterior. Y-yo l-lo lamen-...

-¡Ahórrate tus disculpas baratas!- Vociferó ácidamente Gold, limpiando rápidamente las lágrimas de su rostro, para luego poner un par de metros de distancia entre ambos. -Solo dime de una maldita vez porque rayos nuestras vidas estuvieron en peligro. Dime exactamente qué fue ese "incidente" con el Equipo Rocket y qué tienen que ver los padres de Kelly con todo esto.-

Una tercera y aún más forzada pauso se suscitó. Enishi volvió a mirar con tristeza a su hijo, mientras aclaraba un poco su reseca garganta. -Poco antes de la anterior liga pokémon, una gran cantidad de documentos, con la información personal de varios agentes de la Policía internacional de todas parte del mundo, salió a la luz justo cuando estábamos muy cerca de atrapar a Giovanni. Obviamente eso no fue casualidad ni mucho menos. Alguien deliberadamente "hackeo" nuestra base de datos y decidió liberar toda esa información para desequilibrar a la Policía Internacional desde dentro. Menos de tres días después, varios atentados se suscitaron contra los familiares cercanos de un buen número de nuestros agentes por culpa de dicha filtración. No quiero entrar en muchos detalles al respecto, pero solo te dire que no fue para nada agradable ver cómo se desmoronaba la vida de varias personas cercanas a mi.-

Sí la anterior noticia fue cómo un balde de agua fría para Gold, entonces esta información no hizo más que agravar y degenerar aún más la psique del de New Bark. Después de analizar todo lo dicho por su padre, en unas cuantas milésimas de segundo, todas las piezas empezaron mágicamente a encajar dentro de su mente. Ahora todo estaba tan claro cómo el cristal, pero, ni eso evitó que repentinamente Gold volviera a sentir una exagerada cantidad de Butterfrees en la boca del estómago. Todo esto, mientras que su corazón aceleró su ritmo desmedidamente. -E-entonces eso quiere decir que-...

Enishi ajustó sus anteojos, suspiro con tristeza y después asintió lentamente. -Cómo medida de precaución para toda esa caótica situación, convencí a Sakura para que te dieramos esos boletos para sacarte lo antes posible de casa mientras se resolvía todo ese embrollo. Por suerte, mi información no se filtro ni nada por el estilo, pero Laurent no fue tan afortunado en ese sentido. Por tal motivo, el fingio su divorcio con Kasey para no ponerla a ella o a Kelly en riesgo de algún tipo de retaliación por parte de algún miembro de alguna de las organizaciones criminales que ayudamos a desarticular en el pasado.-

En automática respuesta, Gold cambió el semblante de su rostro a uno mucho más serio y estoico. Nuevamente, su corazón volvió a acelerar con locura. -Osea que todo esto, la separación de los padres de Kelly, y que yo sea entrenador pokémon, ¿es, por así decirlo, culpa del Equipo Rocket?-

Con extrema timidez y resignación, Enishi terminó asintiendo, muy para el disgusto de su hijo quien volvió a derramar otro par de lágrimas. -Me temo que así fue, Gold.- Confirmó Enishi, obviamente de muy mala gana, pocos segundos antes de que esté apoyara su espalda contra la rígida cerca de madera, directamente a su derecha. -Vuelvo y lo digo, lamento muchísimo el que tengas que enterarte de todo esto de esta manera. Pero creo que lo más conveniente era que fuese honesto contigo antes de irme a una misión tan peligrosa. De lo contrario, creo que jamás hubiese estado tranquilo. Tú, hijo mío, necesitabas saber la verdad, por más dolorosa y triste que esta fuese.-

Una gélida, refrescante y suave brisa empezó a soplar por todo el sector sur de Goldenrod, trayendo consigo un par de secas hojas remanentes del ahora pasado otoño. En ese momento, todo estaba casi en perfecto silencio y calma por los alrededores de la guardería, pero, muy dentro de Gold, se estaba librando una titánica batalla entre su mente, alma y corazón. Por una parte, Gold se sentía ampliamente traicionado y decepcionado, por decir lo menos, ante todo lo que acababa de escuchar, pero, por otro lado, el apreciaba mucho todo lo que su padre hizo para mantener intacta su seguridad y la de su madre. Sin siquiera notarlo, Gold ahora se sentía entre la espada y la pared. Su orgullo se desplomaba a pasos agigantados, al igual que su ahora resquebrajada autoestima. El sencillamente no sabía en qué creer o en quien confiar. Un áspero sentimiento de soledad lo estaba consumiendo por dentro hasta el punto de hacerlo sentir escalofríos.

-¿Cómo puedo odiarte por todo esto si somos tan similares?- Se preguntó mentalmente Gold, quien recordó fugazmente cómo él se ofreció voluntariamente en el pasado para ayudar a Silver en su cruzada contra el Equipo Rocket. -¿Pero cómo mierda puedo olvidar que me mantuvieras engañado por tanto tiempo? Y-yo-...

-En verdad no te pediré que me perdones ni mucho menos, Gold.- Reconoció Enishi, forzando una triste sonrisa, al mirar directamente el dubitativo y sonrojado rostro de su hijo. -Yo se perfectamente que no merezco tal cosa. También se que tengo mis muchos defectos cómo padre, pero lo único que te pido es que entiendas la gravedad de aquella situación. Tu madre estaba sumamente preocupada por nuestra seguridad y yo necesitaba hacer algo al respecto lo más rápido posible. En verdad, el enviarte a ver la liga con la protección de Red fue mi única salida. Solo por un minuto, Gold, solo por un mísero minuto ponte en mis zapatos y-...

-¡T-tienes toda la razón, papá, no mereces que te perdone por algo cómo esto! Por dos largos años me mantuviste en la oscuridad con respecto a todo esto. Yo prácticamente crecí creyendo en que fue cosa del destino el que yo conociera a Red.- Volvió a exclamar reaciamente Gold, instantes antes de soltar un exagerado suspiro lleno de resignación y tristeza. Inmediatamente después, el joven entrenador de New Bark niega con su cabeza, se encoge de hombros y saca repentinamente del bolsillo derecho de su pantalón la vieja pokebola de Scizor. Poco después, Gold empieza a acercarse a su padre, con dicha pokebola por delante. -Toma, papá. El te pertenece.-

Cómo por acto reflejo, Enishi volvió a fruncir el ceño, antes de mirar de arriba a abajo, repetidas veces, a su ahora reacio primogénito. -¿Porque me intentas devolver a-...?

-¿Acaso no es obvio?- Preguntó retóricamente Gold, alzando nuevamente su voz, a la vez que esté empezaba paulatinamente a bajar su triste mirada llena de melancolía y angustia. -Tú necesitarás de la ayuda de tu pokémon más fuerte para enfrentar al Equipo Rocket, ¿o no?-

Una sencilla pero cálida sonrisa se posó sobre los labios del veterano entrenador. En ese sencillo pero pequeño acto, él pudo comprobar de primera mano lo mucho que había madurado Gold cómo persona desde su salida de New Bark. Acto seguido, Enishi se vuelve a posicionar frente a su hijo, pero en vez de tomar la pokebola de Scizor cómo Gold deseaba, esté cierra el puño de su hijo sobre la misma. -Gracias, Gold, pero no gracias. Yo ya no necesito de ese Scizor. ¿O es qué acaso no aprendiste nada de mi durante estos años? Un buen entrenador no debe depender única y exclusivamente de un solo pokémon. Esa es una de mis doradas reglas. Tu mejor que nadie deberías de saber esto.-

-¿Huh? ¿C-cómo qué ya no necesitas de Scizor?-

-Mira, aprecio mucho que te preocupes por mi, pero yo no estaré solo en esa operación. Lance, el maestro de los dragones de la Elite Four, accedió a brindarnos su apoyo en esta misión.- Aseveró Enishi, en un más animado y tranquilo tono de voz. -Heh, pero no por nada me dicen el campeón sin corona de Johto y Kanto. Además, ahora ese Scizor te pertenece a ti, Gold. El ya no es mi pokémon y creo que lo mejor es que jamás vuelva a serlo.-

Un nuevo maremoto de preguntas y emociones recorrieron salvajemente todo el interior de Gold, volviendo a hacer que esté tuviera otra serie de fuertes escalofríos. Sin embargo, y al ver cómo su perplejo hijo no encontraba las palabras para comentar algo al respecto, Enishi toma la iniciativa y saca una pequeña piedra de color rojo escarlata, muy parecida a una canica, del bolsillo izquierdo de su pantalón. -Esta de aquí es una "Scizorita" y desde hace veinte años que la tengo conmigo a dónde sea que vaya. Mi antiguo maestro me la entregó después de completar mi infernal entrenamiento con él.-

Por enésima vez en el dia, Gold volvió a cambiar el semblante de su rostro a uno un poco más cauteloso y precavido. -Te refieres al anciano monje Jin, líder de los monjes de la Torre Sprout.- Indicó asertivamente Gold, sin despegar sus dorados ojos de la pequeña piedra que su padre ahora sostenía. -¿O me equivoco?-

Enishi terminó por torcer lentamente sus labios, antes de tragar algo de saliva. -Así es.- Replicó el veterano miembro de la policía internacional, poco después de asentir. -Sí sabes de su existencia, entonces eso significa que te topaste con él, ¿no es así?-

Ahora fue el turno de Gold de asentir. -El es todo un peculiar personaje. Y ni hablar de lo que es capaz de hacer- Indicó Gold, cruzando momentáneamente sus brazos. -La primera vez, nos encontramos en el último piso de la Torre Sprout, al principio de mi viaje, después de vencer a todos los monjes de dicho lugar. Luego, me lo encontré en una pequeña aldea en medio del bosque entre las rutas treinta y ocho y treinta y nueve.-

Una cuarta pausa sucedido entre ambos entrenadores. Enishi, con evidente molestia, exhaló una gran cantidad de aire, cosa que tomó muy sorpresa a su hijo. -Dime Gold... ¿Jin mencionó a quien el entreno junto conmigo?-

Gold volvió a asentir, pero no sin antes colocar una agria expresión. -El me comentó que también entreno a Giovanni D'Antonio, antes de que esté fundara el Equipo Rocket.- Admitió el prodigioso entrenador. -¿Es eso cierto? ¿Ustedes entrenaron juntos?-

-Así fue. Giovanni y yo fuimos amigos, compañeros y rivales en su momento.- Reconoció Enishi, en un tono que denotaba nostalgia, resentimiento y tristeza. -Pero preferiría no hablar de esto aquí. Este no es el lugar ni tampoco el momento, Gold. Lo único que tienes que saber es que ahora Scizor es oficialmente tu pokémon por todas las de la ley. Con la "Scizorita, el podrá Mega evolucionar siempre y cuando ambos compartan un fuerte vínculo.-

-Hmph... De acuerdo. No preguntare más al respecto de ese tema, por el momento obviamente.- Asegura fríamente Gold, rascando nerviosamente una de sus mejillas. -Pero lo que no entiendo es porque me estas regalando a Scizor con su megapiedra. ¿Porque no lo conservas y lo usas tú contra el Equipo Rocket? N-no lo entien-...

-Cómo te dije antes, ahora ese Scizor te pertenece a ti, Gold. Pero si quieres saber más a fondo el porque, por alguna razón que nunca pude comprender del todo, Scizor muy pocas veces fue capaz de megaevolucionar conmigo cómo entrenador. Puedo contar con los dedos de una sola mano las veces que eso sucedió. Pero si tuviera que adivinar, diría que era porque nuestras personalidades eran muy diferentes o algo asi. Por el momento solo olvida eso. Ahora solo deseo que-...

-Tch... N-no creas que con todo esto me harás olvidar qué me mantuviste en las sombras por dos largos años.- Declaró Gold, de mala gana, antes de arrebatarle de entre las manos la brillante piedrecita a su padre. -Tu no estas en posición de pedirme nada y creeme que esto aún no termina. Por ahora, me mantendré callado y en paz con mamá y contigo, pero cuando regreses de esa misión, tu y yo aún tenemos muchos de que-...

-Sí, sí lo sé, Gold. No hace falta que me lo restriegues en cara.- Señaló reaciamente Enishi, volviendo a encogerse de hombros. -Yo se perfectamente bien cómo serán las cosas de ahora en adelante. Ya en su momento te hablaré más a fondo de mi relación con Giovanni. Solo te pido que no le digas nada de esto a tu madre, ni tampoco a Kelly. Lo mejor es que no se enteren de qué Laurent y yo iremos a por el Equipo Rocket.-

Gold tímidamente asintió, y, en perfecta copia de su padre, esté libera un sonoro suspiro lleno de molestia, mismo que retumbó por todo el amplio patio. Escasos segundos después de que Gold guardará la pokebola de Scizor y su nueva megapiedra, ambos entrenadores escuchan cómo la puerta de enfrente de la guardería se abría de golpe, seguido de las características voces de Zuki, Kelly y Crystal.

-Heh, supongo que ya era tiempo de que tus novias regresaran.- Comentó Enishi, ajustando sus anteojos, nuevamente aplicando su característico, burlesco y despreocupado tono de voz. -Ya se habían tardado demasiado solo para ir a comprar un par de víveres.-

Gold replicó con un agrio alarido, sabiendo a la perfección que lo mejor era no responder para no meter más leña al fuego. Él ahora tenía otras cosas más importantes en qué pensar y ahora no podía darse el lujo de discutir con su padre. -Hmph... No sé cómo pude olvidar lo molesto que puedes llegar a ser cuando te lo propones.- Murmuró Gold, en voz baja, instantes antes de que Crystal, Kelly y Zuki abrieran enteramente la puerta corrediza que conectaba la guardería con el patio de atrás del lugar.

-L-lamentamos muchísimo la demora.- Se excusó rápidamente Crystal, entrando de lleno al patio junto a las otras chicas, agachando su cabeza, en señal de arrepentimiento, frente a Gold y Enishi. -No me espere que la tienda de viveres estuviera tan repleta el dia de hoy. Aparentemente había una especie de baratillo o algo por el estilo.-

-Al final compramos varios víveres que nos deberían de durar entre dos o tres días por lo menos.- Reconoció ahora Zuki, quien termino amarrando su cabellera en una sencilla pero refrescante cola de caballo. -Y en otras noticias, yo seré la encargada de preparar la cena de más tarde.-

-Pero también decidimos traer un par de pizzas para almorzar ahora.- Recalcó alegremente Kelly, guiñando, de manera juguetona, uno de sus ojos en dirección a Gold y Enishi.

-En fin... ¿Les parecería entrar para almorzar con nosotras?- Preguntó calidamente Crystal. -Las pizzas aún están calientes y-...

-¡Espera, Cry!- Exclamó súbitamente la menor de las chicas kimono, al interrumpir a su compañera, mientras que daba un par de pasos al frente para acercarse a Gold y su tío. -Antes de ir a almorzar, tengo una propuesta para el tan afamado campeón sin corona de Johto y Kanto.-

Todas las miradas de los presentes se colocaron automáticamente en Zuki. -¿Una propuesta para mi?- Preguntó Enishi, alzando inconscientemente una de sus cejas. -De acuerdo, te escucho. ¿De qué se trata, sobrinita? Soy todo oídos.-

-Aquí y ahora, quiero tener una batalla pokémon contra usted.- Declaró Zuki con fervor, y en un serio y comedido tono, muy poco característico en su persona. -Para mi orgullo y para mi cómo entrenadora, es de suma importancia que ponga a prueba el poder de pelea de aquel quien pudo derrotar a todas las chicas kimono de la generación de mi madre. Sí dejará pasar esta dorada oportunidad frente a mí, jamás podría perdonarme a mí misma.-

Crystal, Kelly y Gold intercambiaron confusas miradas. A este punto, ninguno de ellos podía darle crédito a lo sinceras y serias que eran las palabras que salían de la boca de su caótica compañera de viaje. Por su parte, y al ver lo decidida que estaba su sobrina, Enishi simplemente sonrio y asintio. -Esta bien. Acepto tu propuesta.- Replicó el veterano entrenador. -Aquí y ahora tengamos una batalla pokémon.-

-Uhh... En ese caso, yo también quisiera pedirle que tengamos una batalla pokemon.- Vocifera ahora la rubia, al también acercarse a Gold y Enishi. -¿Le parecería tener un combate conmigo luego de su batalla contra Zuki?-

-Espera, espera... ¿Tú también quieres batallar?- Preguntó retóricamente Enishi, mientras que miraba con sorpresa a Kelly. -Bueno, ya qué más da. ¿Qué les parecería entonces una batalla doble de ustedes dos contra mi? De ese modo nos ahorramos tiempo y podemos ir a almorzar antes de que las pizzas se enfríen.-

-¿U-una batalla doble?- Repitieron Zuki y Kelly, al unísono. Mientras tanto, Crystal y Gold volvían a intercambiar miradas llenas de interrogantes.

-Así es. Es tal cual cómo escucharon.- Indicó Enishi, sin titubear, al momento en que esté rascaba su barba, se quita sus anteojos, los guarda en el bolsillo superior de su chaqueta, y separa su espalda de la cerca de madera. -¿Qué tal les parece esa idea?-

La propuesta tomó muy por sorpresa tanto a Zuki, cómo también a Kelly. Ambas entrenadoras, por acto reflejo, intercambiaron tímidas miradas la una contra la otra en un pequeñísimo lapso de tiempo. Zuki parpadeo repetidas veces y luego frunció el ceño, mientras que Kelly se limitó a cruzarse de brazos. Ambas tenían ahora rostros dubitativos.

-S-supongo que podríamos intentarlo.- Reconoció Zuki, segundos antes de colocar una tranquila sonrisa. -Me hubiese gustado una batalla de uno contra uno, pero una batalla doble no estaría mal del todo. Por mi parte no hay problema.-

-Coincido con ella.- Asegura enérgicamente Kelly, al sacar rápidamente una pokebola del bolsillo izquierdo de sus jeans. -Yo también aceptó la batalla doble.-

-Uhhh... A-antes de que empiecen, tengo algo muy importante que pedirles.- Anuncio reaciamente Crystal, al momento en que esta torcía ligeramente sus labios.

-¿De qué se trata, Crys?- Preguntó Zuki, con notable impaciencia, mirando ahora de reojo a su compañera de viaje. -¡Escupelo de una vez!-

-S-solo les pediré que tengan mucho cuidado y no destruyan el patio. Recuerden que esta es una guardería y no un campo de batalla perse. Es cierto que una que otra vez los pokémon que cuidamos aquí tienden a luchar y destruir las cosas, pero eso no quiere decir que es algo que apreciemos.-

-Heh, descuida, Crystal. Te prometo que esta batalla no durará mucho tiempo.- Declaró súbitamente Enishi, colocando una pretenciosa y despreocupada sonrisa, misma que a todas las chicas les recordó automáticamente a Gold. -Ya verás cómo acabaré con esto en menos de tres movimientos.-

Otra serie de escalofríos ataca impunemente el cuerpo de Gold, luego de las osadas palabras de su ahora animado padre. Cómo si se tratase de un deja vu, Gold, al igual que Crystal, Kelly y Zuki, recordaron cómo esta situación era extremadamente parecía a cuando Kelly y él lucharon contra Chuck y Jasmine en el gimnasio de ciudad Olivine. Segundos después, Kelly y Zuki se colocaron en un extremo del patio, mientras que Enishi se mantuvo en la posición en dónde estaba, junto a su hijo.

-¿Están listas para esto, niñas?- Preguntó animadamente Enishi, a la vez que esté sacaba una pokebola del bolsillo derecho de su pantalón. -Una vez empecemos, no habrá vuelta atras. Esta es mi última advertencia en este sentido. ¿Seguras que desean esta batalla?-

-¡Estoy lista y preparada!- Anuncio Kelly, arrojando en respuesta la pokebola de Lucario sobre el césped. -No todos los días se tiene una oportunidad tan valiosa cómo esta. Aunque pierda, estoy segura de que algo aprenderé de todo esto.-

-¡Y-yo también estoy lista!- Declaro ahora Zuki, nuevamente de manera seria y comedida, poco antes de arrojar al césped la pokebola de su preciado Sylveon. -Cómo dije antes, deseo ver de primera mano qué tan fuerte es el entrenador que pudo derrotar a la generación de chicas kimono de mi madre y tía Sakura.-

Enishi hizo crujir su cuello, al igual que también sus nudillos. -Hmph... Para nada mal, esos dos se nota que están bastante bien entrenados. Ya puedo ver porque ustedes dos lograron llegar a la final del torneo de la Battle Frontier sin tantos inconvenientes.- Comentó el veterano entrenador, luego de la aparición de los pokémon de Kelly y Zuki. Milésimas de segundo después de arrojar una pokebola frente a él, un pequeño pero cuadrupedo pokémon de color blanco se materializó ante todos los presentes.

-¿P-Persian?- Exclamó nerviosamente Gold, tragando saliva, mientras recorría con sus ojos al felino pokémon, al igual que también a su progenitor. -¿E-enserio usaras a tu Persian contra ellas?-

-El será más qué suficiente para este combate.- Admitió Enishi, nuevamente de manera tranquila y despreocupada.

Con notable nerviosismo, Kelly exhaló una gran cantidad de aire. -¿Con qué utilizara contra nosotras a su tan afamado Persian?- Preguntó retóricamente la rubia, quien tímidamente ajustó sus anteojos. -Me siento sumamente halagada. Después de Scizor, Persian es uno de los pokémon más icónicos del campeón sin corona.-

-¿Y quién será el otro pokémon que utilizará contra nosotras?- Preguntó ahora Zuki, quien con impaciencia empezó inconscientemente a golpear rítmica los dedos de su mano derecha contra su muslo. -¿Acaso será su Skarmory o quizás piensa utilizar a-...?

-Solo utilizare a Persian.- Aclaró nuevamente el veterano entrenador, con tranquilidad, muy para el asombro de Gold, Crystal, Kelly y Zuki. -Cómo dije antes, él será más que suficiente para este combate. No tengo la más mínima intención de utilizar un segundo pokémon.-

-¿S-solo utilizara un solo pokémon?- Preguntó Crystal, al nuevamente intercambiar, momentáneamente, miradas con Gold. -¿P-porque haría algo cómo eso?-

-Porque actualmente el resto de mis otros pokémon está siendo atendidos en uno de los centros pokémon en Goldenrod.- Admitió rápidamente Enishi, con algo de vergüenza. -Por la mañana decidí entrenar un poco con ellos, antes de pasar por ustedes, y salvo por Persian, los demás necesitaban recuperarse en un centro pokémon. Pero olviden ese pequeñísimo detalle y no se confien solo por esto. Batallen cómo si sus vidas dependieran de ello.-

-E-entonces pídale de regreso su Scizor a Gold por este combate- Exclamó enérgicamente Zuki, cosa que Kelly inmediatamente apoyo al asentir. -De ese modo usted podría-...

-Lo siento mucho chicas, pero no. Scizor ya no es mi pokémon y preferiría no utilizarlo. De ahora en adelante él es oficialmente uno de los pokémon de Gold.- Replicó súbitamente Enishi, esta vez aplicando un más firme tono para con las retadoras. -Pero enserio, olviden eso. Ya dije que no tengo la más mínima intención de utilizar otro pokémon. Con Persian me basta y me sobra.-

Kelly y Zuki, por enésima vez en la tarde, se miraron la una a la otra con una palpable mezcla entre nerviosismo, malestar y miedo. Acto seguido, la rubia y la chica kimono asienten y luego fijan sus respectivas miradas directamente sobre Enishi y Persian.

-De acuerdo, de acuerdo.- Reconoce tímidamente Kelly, sintiendo paulatinamente cómo su corazón empezaba a latir cada vez más y más rápido por alguna razón que apenas sí podía poner en palabras. -Cómo usted guste. Si solo desea utilizar un pokémon, está bien por mi. No protestare más al respecto.-

-Concuerdo completamente con la rubia dramática.- Admitió Zuki, a regañadientes. -Solo quiero que empecemos con esto de una buena vez.-

Enishi asintió tranquilamente, junto con Persian, en señal de que ambos estaban listos para iniciar. Luego de esto, Enishi cambia por completo su semblante a uno mucho más estoico, frío y serio, lo que provocó que Crystal, Kelly y Zuki sintieran todas a la vez una poco placentera serie de escalofríos. Ante todo esto, Gold exhalo con pesadez al conocer muy a la perfección cómo cambiaba drásticamente la personalidad de su padre al momento de una batalla.

-¡L-Lucario, empecemos con Blaze Kick (Patada Llameante)!-

-¡Sylveon, apoya a Lucario utilizando Dazzling Gleam (Brillo Mágico)! Quiero que utilices ese ataque cuando Persian intente esquivar.-

Sin titubear, Lucario dio un veloz salto en dirección al pokémon de Enishi para atacar, mientras que Sylveon empezó a cargar lentamente un potente rayo de energía condensada de color rosado a la altura de su boca.

-Tch... Persian, acaba con ambos utilizando Iron Tail (Cola de Hierro)- Ordenó tranquilamente Enishi. -Utiliza el momentum de Lucario en su contra.-

Milésimas de segundo antes de que Lucario pudiera conectar su flamante ataque, Persian, de manera agil, rapida y elegante, interceptar en pleno aire al pokémon de Kelly, dándole a éste un violento coletazo en la nuca, causando a su vez que Lucario ahora viajará y se estrellara, cómo un proyectil teledirigido, contra Sylveon, quien sorpresivamente terminó recibiendo enteramente el impacto de Lucario contra su cuerpo.

Desesperación y asombro. Estos eran ahora los frenéticos sentimientos que impunemente recorrían los cuerpos y mentes de Zuki y Kelly, luego de ver en vivo y a todo color, cómo el Persian de Enishi terminaba el combate sin siquiera esforzarse del todo. Ambas chicas volvieron a intercambiar miradas, pero esta vez con rostros que demostraban lo mucho que a ambas les faltaba mejorar cómo entrenadoras. La realidad las golpeo de la peor manera posible.

-Quien lo diria, ¿no?- Manifestó Enishi, a la vez que esté se volvía a colocar sus anticuados anteojos. -Hehe, aparentemente sí fue cierto que necesite de un solo ataque para acabar con esta batalla después de todo.-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro