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   Estaba siendo extraño, hace unos meses atrás, el comportamiento de Jungkook lo único que lograba era mantenerlo estresado y a la espera de que saliera con alguna tontería para rechazarlo sin pensarlo dos veces. Pero ahora, su presencia y constante insistencia lo hacían sentir, de algún extraño modo, muy bien; el que lo vea como a alguien lo suficientemente importante para no dejar las cosas así, simplemente tenía algún buen efecto en su persona.

“—Me gustas.”

“—¡Casémonos!”

“—¡Soy un adolescente con muchos sentimientos hacia ti, ¿qué hay de malo en eso?!”

“—Fácil, conóceme, enamórate de mí y seremos felices para siempre.”

Taehyung rió por lo último, talló su rostro con sus dos manos y al sentir unos ojos pegados a él, dirigió los suyos hacia esa dirección.

—¿Qué pasó? —Preguntó el castaño.

—El que se ríe solo, de su picardía se acuerda —mencionó Jimin—. Just saying.

—No he hecho nada fuera de lo común —aseguró y se dignó a prestar atención a la clase.

—No más es mirarte y saber que no estás coqueteando con los números escritos en el tablero —insistió el rubio—. ¿Qué es?

—Ya dije que no es nada —aseguró el menor.

—Supongo que no quieres decirme, está bien. Igual, no es como que confíes en mi, ni nada —habló resentido. —Lo entiendo.

—Jiminie. —Rió levemente el castaño. —De verdad, no es nada.

—Park y Kim —habló el profesor—. ¿Algo que quieran compartir con la clase?

—No, nada, profe. —Sonrió de forma brillante el rubio. —Usted continúe.

Las personas sólo rieron y continuaron prestando atención a la 'interesante' clase de matemáticas que tal persona dirigía.

Taehyung intentó hacer lo mismo, pero la voz de Jimin lo interrumpió nuevamente.

—Llegaste con Jungkook, ¿verdad? Después dices que no —musitó—. Jiin Jingkiik is in pisidi-

—¡Ya, Jiminie! —Chilló muy rojo, sin medir el volumen de sus palabras.

—¡Kim Taehyung, se sale de mi clase en este momento! —Pidió, muy harto el maestro.

El castaño fulminó al rubio con su mirada y este sólo supo mover la suya e intimidarse.

—Lo siento —musitó Jimin y juntó sus manitos en sentido de disculpa.

—Te odio-

—Lo estoy esperando, Kim —apresuró el maestro—. Tras de que llega tarde, no deja fluir la clase. ¿Qué le está pasando?

El castaño tomó su mochila. —Siento las molestias —bufó y salió sin más.

Y es que Jimin sólo sabía meterlo en líos.

Taehyung empezó a vagar por toda la preparatoria, ya que debía esperar una hora y media para la próxima clase. Llegó hasta una de las canchas y se sentó en una grada para empezar a revisar su celular. Era la hora y aún recordaba las palabras dichas por Jungkook antes de ingresar a la preparatoria. 

“—Kim Taehyung, por favor, ten una cita conmigo. ¡Y esta vez de verdad!”

De sus labios escapó una pequeña sonrisa y soltó un suspiro bastante liviano.

¿De verdad lo estaba considerando?

Ahora, aquellos feos recuerdos quedaban ahí, como un mal momento que él sólo quería enterrar y dejar olvidado, porque después de todo, lo único que lograron en su persona, fue hacerlo sentir muy mal y despreciable. ¿Era justo albergar aquellos feos sentimientos? Realmente no, y es que el castaño pudo odiar cada minuto que vivió bajo la sombra de aquella persona que aún, lamentablemente, quiere.

Hizo un puchero al pasear su cabeza por aquellos recuerdos y dirigió sus ojos hacia la cancha, la cual se estaba llenando de una clase en específico; segundo A. El maestro sólo gritaba y daba la orden de correr de un lado para otro a los pobres estudiantes. Claramente, él no hacía nada y prefería comer una empanada mientras los observaba.

—Mira disimuladamente a las gradas —comentó Yugyeom al azabache, el cual se encontraba distraído y cumpliendo las órdenes del perezoso profesor.

—¿Hm? —Preguntó, y de la forma menos disimulada posible, dirigió sus ojos hacia los últimos lugares. Al momento de notar la presencia del castaño, detuvo su cuerpo en seco, lo cual provocó que su cuerpo cayera en dirección a la caliente arena.

—¡Dios, Jungkookie! —Chilló una de las chicas, y varias se acercaron para acudirlo.

Taehyung igual se sorprendió, pero él prefirió quedarse en el mismo lugar.

Yugyeom lo único que hacía era aguantar la risa y negar con su cabeza.

—Estoy bien —habló muy apenado el azabache, mientras se colocaba de pie y miraba de reojo a Taehyung—. Aunque… ¡Agh! —Chilló y volvió a sentarse.

El profesor se alarmó y 'corrió' de inmediato hasta su alumno. —Jeon —habló por fin—. ¿Dónde se golpeó?

—Cre-creo que es el tobillo. —Hizo una mueca, mientras se tocaba el área 'afectada'.

—A ver. —Dirigió sus ojos hacia un lado, y al notar al del grado mayor, no dudó en llamarle. —Kim, ayude a Jeon a llegar a enfermería.

—Qué bastardo —musitó entre risas Yugyeom.

Este miró al frente, tomó su mochila y se acercó. —¿Duele mucho? —Preguntó preocupado.

Jeon le miró, lo pensó por un rato y asintió con algo de pena.

Las personas en el lugar no dudaron en empezar a murmurar sobre ellos dos, y es que no era una nueva noticia el hecho de que se sabía que habían llegado juntos en la mañana, y para colmo, muy tarde.

Jungkook se levantó como pudo, y dejó a uno de sus brazos rodear el cuello del castaño y caminar cojeando.

—No sabía que eras torpe —comentó, mientras ayudaba de apoyo para Jungkook.

—No estaba preparado psicológicamente para verte —confesó—. ¿Será el destino?

—Cállate. —Aguantó una risilla.

—¿Has escuchado esa canción? —Sonrió. —DNA~ —canturrió.

—¿Sólo sabes decir tonterías?

—Tú me vuelves tonto, Taehyung —aseguró.

—Acabas de admitir que eres tonto, ¿lo sabes?

Jungkook rió y prefirió quedarse en silencio.

Al llegar a enfermería, el mayor ayudó al azabache a sentarse en una de las camillas.

—Sólo debes esperar a la enfermera y ya está —comentó e iba a salir.

—Creí que había sido muy obvio —habló Jungkook—. No tengo nada en el pie, Taehyung.

—¡¿Eh?! ¡Eres un mentiroso! —Alegó sorprendido.

—¡Quería zafarme de su clase, no es mi culpa! ¡Además, acabo de sacar tiempo con el amor de mi vida, ¿cómo no aprovechar esa ganga?!

Taehyung sintió sus mejillas hervir, y algo muy raro pico en su pecho; como si se hubiera encendido debido a las palabras del enérgico Jungkook.

—¡De-deja de decir tonterías! —Chilló muy rojo y tomó una de las almohadas para estrellarla en la cara del menor—. ¡No soy el amor de tu vida!

—¿Has escuchado esa… la de Selena Gomez? —Volvió a hablar el azabache y empezó a cantar—. But the heart wants-

—¡Ya, Jungkook! —Pidió, muy colorado y talló su cara.

Este rió. —Eres adorable.

—¡Déjame! —Pidió y se dirigió hasta la puerta, mas se detuvo justo al momento de llegar al marco de ella—. Por-por cierto… —Habló nervioso, tragó fuerte y volvió a mirar al menor.

—¿Sí?

—Yo, bueno… —Empuñó su mano en el marco de madera y dijo, sintiendo cómo sus mejillas se pigmentaban aún más—: Qui-quizá… sí quiera tener una cita contigo.

—¿Ah? —Preguntó, casi que en shock—. ¿Escuché bien?

—¡N-no! —Se avergonzó aún más, y salió de inmediato.

Jungkook se bajó de la camilla y le siguió. —Taehyung. —Tragó fuerte, mirando con ojos llenos de ilusión al castaño. —¿Estás… hablando en serio?

El nombrado lo observó por un rato y lo pensó muy bien. Después de todo, era buen momento para arrepentirse.

—Taehyung… —Instó a continuar el menor.

Podía arrepentirse justo en ése momento.

—No-no estoy jugando —aseguró, aún muy avergonzado y con su mirada sobre sus zapatos.

Jungkook sonrió en grande, abrazó de forma muy descarada al castaño, y al darse cuenta de su acción, se alejó de inmediato y bajó su dorso en sentido de disculpa. —Agh, lo siento, yo… ¡Lo siento! —Repitió, casi que procesando aún la información.

El castaño negó de inmediato. —Está bien. —Respiró profundo y lo hizo mirarle. —No importa, sólo… Está bien —repitió, casi que igual de nervioso e intentando sobrellevar la situación.

—Mañana te avisaré —habló más calmado el azabache.

—Ah… —Taehyung sonrió y asintió.

Se mantuvieron un rato ahí, sin saber qué decir o qué hacer. Muy incómodos y colorados.

—Sabes, yo… debo ver si ya puedo entrar a mi clase —interrumpió el silencio el castaño.

Jungkook igual asintió. —Anm, debo ver el tema de mi tobillo. Sí. —Rió de forma nerviosa y frotó su nuca con una de sus manos.

Pasaron otros segundos más y seguían ahí, con el ambiente ridículamente tenso.

—Jungkook.

—¿Hm?

—Ya puedes entrar a enfermería. —Rió levemente.

—Oh, sí —habló muy nervioso—. Nos vemos mañana, o quizá más tarde. No lo sé. Agh, bye —bufó al darse cuenta de que no controlaba lo que salía de su boca y simplemente entró.

Taehyung en cambio se mantuvo en ese mismo lugar por un rato. Pensó con detenimiento lo que había sucedido y abrazó de forma leve su mochila, la cual estaba entre sus brazos.

No podía evitar sonreír.

¿Había estado bien?

De algún modo, Taehyung sabía que no estaba mal darse alguna oportunidad. Y es que nunca llegó a imaginar la magnitud de emociones nuevas y diferentes que aquél menor podía mostrarle.

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Ya es oficial,
empezó el KookV,
señores. :^)

-Gaby

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