III

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Jimin había estado en alerta durante esos días que según la chamán le había dicho que iba a poder ver a un fantasma llamado Jungkook, no obstante para cuando pasó el segundo día y no había visto a nadie, creyó firmemente que lo habían estafado. Vaya idiota que era por creer semejante tontería.

Ahora bien el problema en su casa parecía haberse solucionado, pues sus cosas seguían en el mismo lugar en el que las dejaba y Jimin comenzó a creer que tal vez solo había sido parte de su imaginación porque había estado paranoico, Cronos siguió siendo Cronos, aunque debes en cuando notó cierto comportamiento inusual en su perro, como por ejemplo que de la nada se echara y mostrara su panza, aunque de nuevo,Jimin le atribuyó a que podía ser parte de su miedo hacia el terror y solo vio cosas donde no había nada que ver y se imaginaba cosas que no debería.

Hasta Huening, su nuevo compañero asignado, se había dado cuenta de su comportamiento para nada normal.

— Huyng, ¿Se encuentra bien? — le había preguntado el tercer día cuando los habían mandado a hacer patrullaje por un informe de un vehículo sospechoso en una residencia.

— Claro, ¿Cómo por qué no lo estaría?

Huening parecía titubear un poco antes de decidirse a hablar. — Sé que apenas llevamos poco tiempo trabajando juntos, pero Sana y Dahyun dicen que está tenso.

Jimin torció los labios en una sonrisa forzada sin llegar a estar ofendido, sino un poco incómodo por haber sido descubierto por sus compañeras. — Nada sin importancia, en realidad es una tontería.

— No parece ser una tontería si lo hace actuar de ese modo.

Jimin sonrió ante el tono preocupado de su compañero, en ese momento Jimin se dio cuenta de lo joven que era, es decir, sabía que era menor que él, pero ahora que lo observaba con detenimiento realmente se veía como un chiquillo, uno muy lindo , si era sincero consigo mismo, Huening podría haber sido perfectamente su tipo cuando iba en la escuela media.

Un chico dulce y de complexión fina.

— A todo esto, ¿Cuántos años tienes, Nin?

El mencionado enrojeció ligeramente ante el apodo que su superior había decidido darle al segundo día de conocerse.— 22, Hyung.

Jimin silbó por la ligera impresión. — Eres apenas un bebé.

— Hy...Hyung, eso no es cierto, sé que soy uno de los más jóvenes aquí, pero soy capaz de ser útil en esta unidad. — Sus manos se retorcían con nerviosismo, pues no quería que su superior estuviera ofendido con lo que había dicho.

— Yo nunca he dicho que no seas útil aquí. — Jimin sonrió tratando de tranquilizar al chico. — Yo solo he dicho que eras muy joven, aunque si me preguntas, si yo no te conociera y te viera en la calle, pensaría que tienes apenas 18 años.

— Hyung, no se burle.

— No lo hago, te ves muy bien. — halagó a Jimin sin segundas intenciones. — Y está aún mejor que hayas podido entrar aquí recién egresado de la academia, aunque bueno, a veces es difícil adaptarse aquí.

Y era verdad, la academia no te preparaba ni la mínima parte para que estuvieras listo para las muchas situaciones que se llegaban a presenciar siendo policía. Es decir, sabias que muchas veces verías cosas que no querias ver, pero no estabas preparado en lo absoluto para ello.

Huening sonrió feliz por el cumplido. — Usted también se ve joven Hyung.

Y eso fue todo lo que necesitaba para que Jimin molestara al chico. — No necesitas comprarme con halagos Nin, si quieres algo, no lo estás consiguiendo.

Huening boqueó abochornado, a lo que el castaño se tiró una carcajada. — ¡Hyung! ¡No estaba intentando hacer eso!

— Claro, claro.

— ¡Hyung!

Cuando llegaron al lugar, se dieron cuenta que realmente la situación no ameritaba de su gran presencia, aunque era algo bueno que llegaron para descartar algún posible robo. Pues la razón por la que había un auto sospechosamente parado en medio de la calle, era porque un par de amigos habían decidido que era buena idea escaparse de casa durante unas horas, pero no contaban con que sus padres llegarían antes que ellos y tendrían que esperar el momento oportuno para que el muchacho que vivía allí pudiera entrar sin morir en el intento, no obstante el plan no les salió muy bien cuando ambos policías llegaron e interrogaron a ambos muchachos, ganándose así el chico en cuestión, la mirada desaprobatoria de sus padres.

Ante todo pronóstico, Jimin evitó emitir algún suspiro. No entendía cómo era que a los jóvenes les gustaba meterse en problema, él no recordaba haberle dado problema alguno a sus padres, tal vez uno que otro susto cuando se había creído ser policía a la edad de 16 años y había intentado impedir un robo, pero de ahí en fuera no había hecho algo como escaparse de casa o algo parecido, lo consideraba completamente absurdo. Y sabía que sonaba como un señor de sesenta años cuando le decía "chicos" o "muchachos" a gente un poco más joven que él, pero a veces a su parecer, se comportaban como unos verdaderos críos.

Una vez que todo estuvo en orden, ambos decidieron regresar a la estación a llenar el informe de lo que había pasado a pesar de no haber resultado algo de lo que debían preocuparse, solo era cuestión de protocolo.

— ¡Jimin! — gritó Dahyun feliz, quien nada más verlo cruzar la puerta de vidrio de la estación se lanzó a sus brazos.

Por suerte Jimin se caracterizaba por tener buenos reflejos, que pudo reaccionar a pararse firmemente y recibir aquel encuentro antes de que fuera demasiado tarde. Dahyun era como su pequeña hermana menor, una que le hacía maldades cada vez que podía.

— Quítate, pesas.

— Siempre tan serio. — Un mohín apareció en sus labios, pero pronto se esfumó cuando una sonrisa pícara apareció en estos. — ¡Ya sé! Vamos a comer todos juntos, ¿qué tal, eh? — Ella miró a Huening expectante y después posó su vista en Sana. Su compañera negaba con la cabeza desde su asiento, siendo testigo de aquella escena en medio de la estación.

— ¿Yo también estoy invitado, ¿Noona?

— Por supuesto, Nini. Eres nuevo aquí, así que pensé que era buena idea salir a comer para que pudieras sentirte más cómodo con nosotros. — Dahyun se acercó y le apretó su mejilla levemente. — Después de todo somos los compañeros con los que más vas a convivir, sin contar que Jimin trabaja directamente contigo.

Jimin supo que iba a terminar con los demás en cualquier lugar al que quisiera ir Dahyun o cualquiera de los otros, cuando la vio poner aquellos ojos de cachorrito que le hacían derretir el corazón, ella sabía que Jimin no podía decir que no cuando le ponía aquella carita.

Aunque si lo veía de otro modo, una salida con ellos era lo que necesitaba para relajarse un rato, pues había estado demasiado tenso esos últimos días con el tema del fantasma y aquellas cosas sin sentido que estaban pasando en su casa.

— ¿A dónde piensas llevarnos? — preguntó Jimin rindiéndose por completo.

— A donde quieras, escoge el lugar al que quieras comer. Claro, si eso no le causa ningún inconveniente a Huening. — ante la mirada de la chica, el nombrado negó rápidamente.

— Para nada. — Sus manos se movieron sin poder evitarlo y volteó a ver a Jimin. — Por mí está bien cualquier lugar que escoja, Hyung.

Dahyun aplaudió complacida. — Entonces ya saben, nada de irse a otro lado saliendo del trabajo, ¿entendido?

Jimin asintió, aunque después le surgió una duda. — ¿Estás segura que Sana dijo que iría?

— Algo así como decir que iría, pues no. Pero me aseguraré que vaya. — dijo con determinación. — Por primera vez en mucho tiempo no tiene planes con su novio, así que hay que aprovechar que está libre.

Está vez Jimin más complacido la dejó regresar a su trabajo, así como también, aprovechó a revisar algunos informes pendientes. A decir verdad, la estación había estado demasiado tranquila por decir así, pues si tenía que hacer una valorización, por tranquilo se refería a pequeños robos o intentos fallidos de asaltos. Y no es que él se quejara, pues eso quería decir que todo iba marchando muy bien en Busan. Aunque por otro lado, si era sincero consigo mismo y sin sonar algo egoísta, en días así a veces lo invadía una sensación de aburrimiento, pues no había mucho que hacer en la estación.

En el momento en el que dieron las 6 de la tarde, Dahyun lo esperaba junto con Sana parada frente a su escritorio con una sonrisa añiñada.

— ¿Ya estás listo?

— No perdonas ni un minuto. — dijo Jimin, se cercioró que datos y documentos estuvieran de manera adecuada antes de apagar la computadora.

— Mi horario dice hasta las 6, si yo soy puntual en llegar, no veo el problema de respetar mi horario de salida.

— Si Namjoon te escuchara. — le reprendió Sana.

— Namjoon ya me ha escuchado. — dijo Dahyun triunfante, como si el hecho de reclamarle a su jefe fuera un logro. — Y no parece molestarle, al contrario, dice que está bien que haga exigir mis derechos en la estación.

Jimin y Sana intercambiaron miradas cómplices, a ninguno de los dos se les había pasado el detalle de cómo su jefe a veces tendía a mirar a su distraída amiga cuando creía que nadie lo veía.

— Deberíamos irnos antes de que oscurezca. — habló Sana rompiendo el silencio y comenzó a caminar hacia la salida despidiéndose del personal que estaba en su paso.

Los dos policías comenzaron a caminar siguiéndole el paso a Sana, al mismo tiempo se les sumó Huening. Los cuatro firmaron su hora de salida y se dividieron en grupos de dos para ir a comer barbacoa en un pequeño local cerca de la estación, Sana en su coche con Dahyun de copiloto, mientras que Jimin se había ido con Huening. Los cuatro llegaron al mismo tiempo y se sentaron en una mesa de afuera, pues el clima estaba lo suficientemente agradable como para comer bajo el cielo que se iba volviendo poco a poco más oscuro.

— Y bien Nini, ¿Cómo es ser compañero de Jimin? — preguntó Dahyun antes de meterse un gran bocado a la boca.

— Dudo que sea peor que ser compañera tuya.

Dahyun miró con falsa indignación a Sana. — Me ofendes.

— Como si eso fuera posible.

— Es agradable Noona, de hecho es entretenido.

— Qué envidia te tengo Jimin. — Ante la mirada de interrogación de Jimin, Dahyun prosiguió a hablar y Sana supo enseguida que su amiga iba a decir alguna tontería, como era su costumbre. — Huening eres totalmente mi tipo, sino fueras gay. Serías mío.

El chico nombrado enrojeció de pies a cabeza y Jimin se atragantó con la cerveza que había estado tomando. — No tienes vergüenza. — Recriminó Jimin cuando se pudo calmar.

No es que fuera un secreto, pero Huneing había tenido la confianza de contárselos el primer día.

— No sé qué te sorprende. Dahyun no conoce el significado de ser prudente. — contestó Sana limpiándose un poco de salsa en su comisura del labio.

Pero después de unos segundos, tanto Sana como Jimin parpadearon.

— ¿Que no tu tipo era Hwan?. — interrogó Jimin.

— ¿Hwan? ¿Él de recursos humanos? Qué yo supiera era John. — habló Sana.

— ¿Quién es John?

— El chico extranjero que la atendió en la cafetería cerca de la estación.

— ¿Hay una cafetería cerca de la estación?

— Claro que sí Jimin, Cómo no vas a verla si pasas por ahí todos los días.

— ¿Es nueva?

Sana parpadeó. — No, hace meses que la abrieron.

Jimin boqueó, mientras tanto los dos menores veían de un lado a otro el intercambio de diálogos entre sus amigos, solo que uno agarraba firmemente su bebida y la otra no había detenido ni por asomo su cena.

— Como sea. — dio por zanjado el tema Sana. — Dahyun tiene muchos crushes.

— Mi corazón es débil ante chicos lindos. — se trató de defender la susodicha.

— Tus hormonas son débiles.

— Eso es cruel Sana.

La nombrada le sacó la lengua a su amiga y mejor se puso a retomar su cena, ignorando por completo el mohín que con tanta fuerza intentaba mostrarle Dahyun.

Para alivio de Huening quién aún no estaba del todo familiarizado con la relación tan llevadera que tenían ellos tres, se sintió mucho más relajado cuando todos comenzaron a platicar de cosas tan triviales que les pasó en el día. Y no es que le molestara realmente estar con ellos, simplemente era lo suficientemente tímido como para cohibirse en ese tipo de situaciones, pues no entendía muy bien cómo debía de actuar o si solo debía sonreír ante los intercambios de palabras entre ellos.

La cena en particular fue muy amena, todos habían disfrutado en demasía la comida y sobre todo el ambiente que habían creado ellos cuatro. Las preguntas iban y venían de todos, pero el que resultó ser completamente interrogado fue el menor de todos, aunque eso les ayudó a sus mayores a saber tratarlo mejor y sobre todo a Jimin, quién iba a ser su compañero durante un muy buen rato. Y aunque hubieran querido, no tomaron ninguna gota de alcohol debido a que tenían que manejar y al siguiente día tenían que ir a trabajar. Ni locos se emborrachaban un día martes, por lo que los cuatro fueron felices con sus botellas de refrescos bien fríos, pues el calor del verano comenzaba a hacer cada vez más presencia con cada día que pasaba.

Eran las diez y media de la noche cuando decidieron ponerle fin a su velada, y para sorpresa de todos, Dahyun había decidido pagar por el consumo de ese día alegando que se había divertido mucho con ellos y que se merecían una comida por haberla entretenido tanto.

— Cuídate enano. — Jimin sonrió sin gracia ante el comentario de Dahyun, aunque no se sentía ofendido realmente.

— Creo que eres la menos indicaba para hablar de estatura.

— Todavía puedo crecer.

— Claro.

— ¿Acaso quieres pelea? — la chica se posicionó en modo de ataque, pero antes de que pudiera hacer algo, un tirón en su oreja derecha la hizo gemir de dolor. — ¡Duele!

— Es hora de irnos. — Dijo Sana, y esta vez Jimin realmente rió divertido ante las quejas ignoradas de su amiga. — Descanse y vayan con cuidado.

Tanto Huening como Jimin asintieron hacia ella y les desearon lo mismo cuando se despidieron de las dos, pues de la misma forma en la que se habían dividido para ir al local, habían hecho lo mismo para ir de camino a sus casas. Debido que Dahyun y Sana vivían juntas, y por otro lado, Jimin y Huening si bien no vivían por la misma ruta, el castaño había decidido acercarlo a su casa por la cuestión de que ya era relativamente tarde.

Apenas estaba encendiendo el carro cuando un mensaje de texto le llegó.

Revoltosa.

Más te vale haberte divertido mucho, eh. Y ni se te ocurra estar otra vez preocupado y tenso, sino serás hombre muerto. ¿Entendido?

Descansa y sueña conmigo <3

Una sonrisa se abrió pasó en sus labios ante aquel mensaje y no pudo evitar suspirar por la ternura que le embargó, quería mucho a Dahyun y sobre todo su extraña forma de cuidar y preocuparse por él. Bajo la mirada curiosa de Huening arrancó el carro y se puso en marcha con destino a la casa del chico.

El camino a casa de Huening fue relajado y silencioso exceptuando la música que sonaba en la radio, para cuando Jimin se estacionó frente a la casa de Huening en una colonia de nivel medio el cansancio comenzaba a hacer presencia en su cuerpo.

— ¿Es aquí? — preguntó Jimin curioso con la mirada puesta en la casa de dos pisos color lila que mantenía las luces encendidas.

— Sí. — Huening se bajó del carro, cerró la puerta y volteó a ver a Jimin. — Gracias por traerme, Hyung.

— No ha sido nada, Nin — El castaño le negó importancia con su mano e incitó al chico a entrar a su casa.

Haciendo caso a Jimin, Huening le hizo una leve reverencia y dio media vuelta comenzando a caminar hacia su morada con los ojos de Jimin puestos en su espalda a la espera que entrara el muchacho, pues Jimin siempre se había caracterizado por ser un sobreprotector de primera aunque a veces no quisiera reconocerlo.

Prefería mil veces ser él el último en entrar o algo parecido si con eso podía cersiorarse de que los demás hayan entrado bien en sus casas o cualquier lugar al que fueran, y fue esa una de las razones que le hicieron decidirse por completo de que su vocación era ser policía.

Para Jimin, ser policía era ser el encargado del bienestar de la población y de su familia.

Una vez que Jimin verificó que Huening había entrado a su casa y se había despedido de él con un movimiento ligero de mano, se decidió arrancar el carro, sin embargo un movimiento en el retrovisor le hizo detenerse de golpe.

Pues unos ojos color marrón le devolvían la mirada a través del espejo y un escalosfrío le recorrió todo el cuerpo cuando el muchacho pareció darse cuenta de que Jimin lo estaba mirando.

Holaa, vengo aquí haciendo presencia con otra actualización, una disculpa si hay errores, he tratado de corregir todos los que encontré, pero pues a veces no se puede dejar todo al cien.

Sin embargo espero que lo disfruten y nos vemos en la siguiente actualización. Los tqm.

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