Capitulo 19

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El cuerpo de Apolo cayó encima de Artemisa, quien lo abrazo con fuerza. Artemisa de inmediato lo reviso, sus ojos negros estaban abiertos, la boca entreabierta, su cabello rubio caía por su pálido rostro. 

Apolo estaba muerto.

—No, no, no, ¡No!—grito Artemisa.—¡Era mi turno, imbécil! ¡Yo debía morir, no tu! ¡Apolo!

Artemisa cerro los ojos mientras lagrimas descendían de su rostro. Escucho la risa maniática de Grindelwald y Voldemort, los hechizos volaban por sobre su cabeza y sintió a James detrás de ella levantarse y luchar, probablemente junto a Remus y Sirius contra Bellatrix y Rodolphus.

Lo siguiente que sucedió fue sumamente sorprendente para todos, pues el ambiente cambió completamente. Las nubes grises empezaron a desaparecer, dando paso al hermoso sol ahora cubierto por la luna, demostrando así que el eclipse solar estaba en su mayor apogeo. 

El clima frío desapareció y Artemisa se levanto lentamente. Alzó la mirada, sus ojos azules estaban igual que siempre pero por alguna razón parecían brillar. Bellatrix rapidamente alzo su varita y apunto a Artemisa.

—¡Avad...!

No tuvo oportunidad de terminar la frase cuando Artemisa levanto su brazo, causando que el hechizo no realizado impactara en la bruja, haciéndola caer al suelo, asesinada. Antes de que Rodolphus pudiera vengar la muerte de su esposa, Artemisa repitió la misma acción, asesinándolo.

Camino lentamente, zafándose del agarre que James intento hacer en su brazo y colocandose junto a Dumbledore, quien no despegaba la vista de Voldemort y Grindelwald, los cuales miraban tensos a la chica.

—Voy a matarte...lo juro.—dijo Artemisa alzando la varita.

—¡AVADA KEDAVRA!

—¡AVADA KEDAVRA!

Tanto Voldemort y Grindelwald como Dumbledore y Artemisa, lanzaron la maldición asesina con toda la fuerza posible. Cuatro potentes rayos de magia chocaron entre sí. 

—¡No importa lo que hagas, mi dulce niña! ¡Nunca podrás cambiar el hecho de que tú y Apolo son unos Grindelwald!—exclamo Gellert con dificultades para mantener la varita en alto.—¡Incluso si me matas, deberás vivir con la culpa de que Apolo murio por ti! ¡Tú eras quien debía morir y lo sabes!

—¡Ya lo se!—grito Artemisa furiosa.—¡pero eso no quita que cumpliré el deseo de Apolo! ¡Voy a matarte como debí hacerlo hace catorce años!

De la varita de Grindelwald se materializo el espíritu de Apolo, quien rapidamente se colocó junto a Artemisa, colocando sus manos en los hombros de la chica.

—¡Vamos, Arte! ¡Hazlo por nuestras madres! ¡Por nosotros!—instó Apolo.—¿Cuidarás a mi pequeño por mí, cierto? ¡Vive bien, Arte! ¡Te amo!

—¡Lo hare!—exclamo Artemisa llorando.—¡Lo hare, Apolo! ¡Lo prometo! ¡También te amo!

—¡Artemisa, ahora!—grito Dumbledore.

Ambos hicieron el mayor esfuerzo por dar toda su magia en sus varitas, hubo una fuerte explosión de magia y si no fuera por Remus, Sirius y James; Dumbledore y Artemisa hubieran caído al suelo.

Los cuerpos de Gellert Grindelwald y Tom Ryddle cayerón al suelo, completamente muertos. 

El espíritu de Apolo le sonrió a Artemisa y dirigió su vista a James.

—Te encargo a mi hermana, Potter.

—Yo la cuido, Apolo.—dijo James.

Aquellas fueron las ultimas palabras de Apolo, quien desapareció con el viento. Artemisa fue sostenida por James y este la abrazo con fuerza. Al fin habían vencido.

Una vez fuimos dos.—pensó Artemisa— ambos eramos uno. Nunca más seremos dos, sino solamente uno a través de esta vida. Descansa en paz, Apolo.

—Todo ha terminado.—susurró Sirius aliviado.

De repente, la pulsera de Artemisa vibro con fuerza y desprendió una luz brillante. Artemisa y Dumbledore abrieron grande los ojos con preocupación. Inmediatamente, Artemisa cerro los ojos y se concentro con todas sus puertas.

Divisó en su mente a Aria, quien yacía herida en el suelo de la sala con dos cuerpos a su lado, muy posiblemente muertos. 

Abrió los ojos espantada y soltó un jadeo, mirando inmediatamente a Dumbledore y Remus.

—¡Aria! ¡La han atacado!

—¡NO!—grito Remus.

—¡Sujétense de mi brazo!—ordenó Dumbledore.

Todos obedecieron rapidamente y se aparecieron a las afueras de una cabaña, la cual Artemisa rapidamente reconoció como la suya. Corrieron con las varitas en alto hacía la casa, abriendo la puerta abruptamente.

Los llantos de los bebés se escuchaban en el segundo piso, en la sala yacían dos cuerpos asesinados y el cuerpo de Aria estaba recargado contra la chimenea. Remus rapidamente corrió hacia ella y la abrazo llorando. Aria sonrió levemente, estaba muy débil. Su abdomen sangraba demasiado y tenía muchas heridas.

—Rem...—susurro Aria.

—No hables, mi amor...por favor, no hables. Te pondrás bien, lo prometo...lo prometo...—dijo Remus rompiendo en llanto.

—Rem...tu y yo sabemos que eso no es verdad.—sonrió con tristeza y miro a Artemisa.—Arte...cuidarás de ellos...de Rem, papá y mi bebé...¿verdad?...—rompió en llanto y Remus beso su frente.—Sirius...James...los quiero mucho...te amo, papá...te amo, Rem...

Artemisa se acercó y reviso su herida, había sido provocada notablemente con magia negra. Levanto su varita e intento al menos tres veces curar la herida, pero fue imposible, esta no cerraba. Negó con la cabeza y el llanto de Remus incremento. Artemisa tomó las manos de Aria entre las suyas y con una pequeña sonrisa, le dijo:

—No estarás sola...Apolo cuidará de ti y yo cuidare de ellos, lo prometo.

Aria sonrió agradecida.

—Apolo...me alegra no estar sola.

Dumbledore se acerco y besó la frente de su hija. Artemisa y el se incorporaron y con una ceña hicieron que James y Sirius dejaran a Remus y Aria a solas. Los cuatro subieron hasta el segundo piso por las desgastadas escaleras. Artemisa derrumbo las protecciones de Aria y entro al cuarto, los tres niños estaban en la cama con los ojos rojos de tanto llorar. 

Sirius rapidamente corrió a abrazar a su hija, James hizo lo mismo con Harry, y Artemisa se acerco a Lyall, abrazándolo con cariño y meciéndolo.

El grito de Remus resonó en todo el lugar. Artemisa soltó un sollozo, dejando salir unas cuantas lagrimas. Dumbledore fue hasta la ventana, intentando que no lo vieran llorar. Lyall levanto la cabeza, viendo a su madrina llorar.

—Madina...¿mamá?—pregunto el bebé, mirando a ambos lados.

—Mamá esta bien, cariño...esta en un lugar mejor.—aseguró Artemisa besando su frente y abrazando al bebé con más fuerza.

Aquel día fue maravilloso para el resto del mundo, Lord Voldemort y sus mortífagos habían caído, al fin podían gozar de una epoca de paz, pero para los presentes en esa casa...era el peor día de sus vidas.

A la mañana siguiente, en el cementerio mágico de Londres, se velaría a todos los caídos en batalla:

Alastor Ojoloco Moody

Dorcas Meadowes

Marlene McKinnon

Emmeline Vance

Gideon Prewett

Fabian Prewett

Severus Snape

Aria Dumbledore

Apolo 

La guerra había terminado, pero el duelo sentimental apenas comenzaba.

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Les comento que pronto, en cuanto termine esta novela, pretendo publicar una nueva, ya tengo prácticamente toda la idea y sinopsis lista...solo que aún no me decido si hacerla de Harry o Draco. Una parte de mi me dice que de Harry porque ya tengo una de Draco y aparte la trama sería muy tierna, pero la otra parte me dice...es Draco ♡ jajajaja, ¿ustedes que opinan?

Los invito también a pasarse por mi novela con Fred Weasley, llamada All I Want. 

Los amo!

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