Takemichi Haganaki es el protagonista de la historia de Tokyo Revengers y un joven que puede viajar en el tiempo: un Saltador de tiempo. Con el fin de salvar a su novia Hinata Tachibana y con el tiempo, todos los que llega a preocuparse por, decide convertirse en un miembro superior de la Tokyo Manji Gang para ello.

Personalidad

Takemichi era un individuo que ha perdido su sentido de la dirección. Por lo tanto, tenía baja autoestima, siempre pidiendo disculpas por las cosas más pequeñas y llorando fácilmente. Como lo señalan quienes lo rodean e incluso él mismo, todo lo que es bueno es disculparse. También guarda rencor hacia las personas adineradas porque él mismo no es muy estable financieramente.

Sin embargo, volver atrás en el tiempo una y otra vez moldea gradualmente a Takemichi en una persona completamente diferente. Poco a poco, pasa de ser un cobarde a un hombre con una convicción inquebrantable. Incluso enfrentando probabilidades insuperables, se niega a dar marcha atrás. Él se convierte en el que mantiene unido a Toman a través de sus dificultades y se convierte en su líder no oficial, guiando incluso Mikey y dragón en los caminos correctos. Incluso durante los puntos más bajos de Toman, es el espíritu inflexible de Takemichi el que empuja a sus compañeros.

Takemichi es completamente leal a aquellos a los que considera sus amigos y ferozmente protector de ellos. Está dispuesto a arriesgar su propia vida para asegurarse de que estén sanos y salvos. Esta lealtad estimula su determinación de crear un futuro mejor para los que le importan. Esto se demuestra a través de sus innumerables saltos en el tiempo para cambiar el espantoso resultado de sus seres queridos.

En una pelea, Takemichi nunca se ha echado atrás. Está más dispuesto a ser derrotado dentro de un centímetro de su vida que a admitir la derrota. Esto se ha convertido en una gran fuente de inspiración para los miembros de Toman y ha demostrado ser instrumental incluso contra todo pronóstico.

Takemichi tiene una higiene y hábitos horribles. Descuida la limpieza de su habitación y se ha acostumbrado a su estado repugnante.

¿Qué pensamos de él?

Takemichi nos lo presentan en su inicio como el típico joven que no ha logrado gran cosa en la vida. Tiene un trabajo mal pagado, no tiene amistades, vive solo y de mala manera... Su vida en general es bastante triste, ¡y no es que lo digamos nosotros! Lo dice él mismo. Si hay algo en lo que destaca es en su capacidad para aceptar su realidad, para ser consciente de cómo es y de los problemas que tiene. Es un cobarde que agacha la cabeza cuando le gritan, cuando le regañan y que se siente patético en general. Pero no es solo que se sienta patético, es que lo es, y lo sabe perfectamente.

Precisamente por todo eso, cuando un día descubre en las noticias que la única novia que tuvo en su vida, Hinata Tachibana, había muerto en un accidente, no sabe ni cómo reaccionar. Está perdido, y parece que uno de los pocos recuerdos que tenía de su vida ahora también ha desaparecido para siempre. Está agotado, cansado de la vida y de las desgracias, así que cuando alguien lo empuja hacia las vías del tren cuando este está a punto de llegar a la estación, no maldice su mala suerte: maldice la vida que llevaba y el patético final. La única persona en la que pudo pensar en esos instantes antes de su inevitable muerte fue Hinata, la única cuyo recuerdo le daba un poco de color a su vida.

Esto, que parece mucho, no es más que el inicio de la historia del cambio de Takemichi, y es que en lugar de morir al caer a las vías del tren, viaja diez años en el tiempo hasta el pasado, a su época como estudiante de secundaria y cuando pertenecía a una banda de delincuentes juveniles. Takemichi se metía en peleas, no estudiaba, no se preocupaba por su futuro, pero tenía unos amigos que lo apoyaban y con los que era feliz. ¿Fue esa vida la que lo llevó a su triste futuro? ¿Fueron las malas decisiones que tomó? Ante esta segunda oportunidad que le da la vida, Takemichi toma una decisión firme: va a vengarse de su vida, va a cambiarla por completo y va a hacer todo lo posible por evitar que Hinata muera 10 años en el futuro.

Pero espera, no pienses que Takemichi es el clásico personaje que viaja en el tiempo intentando corregir sus errores, porque no es exactamente así. Podrían habernos presentado una historia donde el protagonista deja atrás su viejo "yo" para convertirse en uno nuevo desde el pasado, cambiando de ruta su vida, por así decirlo, pero no. Takemichi descubrirá que puede viajar al pasado y a su presente casi por voluntad con solo cumplir una condición, y lo que era salvar a su antigua novia se convierte en algo mucho más grande, relacionándose con una enorme banda de delincuentes conocida como Tokyo Manji y donde Takemichi hará grandes amigos.

Amigos. Esa es sin duda la palabra clave en el caso de Takemichi. Pongámonos en situación. En su presente es un cobarde, un pusilánime incapaz de plantar cara a nadie, pero en el pasado era un delincuente juvenil, así que algo debió pasarle por el camino para cambiar... No, no es así. En el pasado también era un cobarde, siempre huía de los problemas cuando podía y prefería abandonarlo todo a tener que pasar miedo. Pero ahora quiere cambiar, y serán sus amigos los que sean la clave de todo esto.

Por suerte para Takemichi, sus compañeros de su época de estudiante eran delincuentes, sí, pero en el fondo eran buenas personas que siempre estaban ahí cuando los necesitaba. Ahora, con la perspectiva de haberse convertido en un adulto que no tenía a nadie, aprecia más que nunca aquellos momentos que pasaron juntos y esto le hace armarse de valor en situaciones que normalmente le habrían hecho huir. ¿Necesita defender a uno de sus amigos de una paliza? Lo hace. ¿Se ha convertido en un valiente? En absoluto, de hecho lo hará aterrorizado, pero lo hará, porque sabe que merece la pena y es lo que debe hacer. Lo mismo sucede con su antigua novia, con la que también se reencuentra y no tarda en deducir que perdió esa relación por ser un cobarde.

Esta reencontrada voluntad hace que Takemichi plante cara incluso a los líderes de la poderosísima y temida Tokyo Manji, forjando rápidamente amistad con sus dos líderes. Aunque al inicio tiene miedo por tener que tratar con gente de dicho calibre, pronto descubrirá que también son personas leales y que cuidan de sus amigos, así que empezará a desarrollar un gran aprecio por ellos, tanto como para llamarlos amigos de verdad. Y qué amigos, de verdad, qué amigos.

Este es el encanto de Takemichi. Su capacidad para aceptar que es un cobarde, que es patético, que no puede hacer nada, pero pese a todo, no rendirse aunque sepa que el final que le espera no va a ser agradable. Esto no es un shonen de magia y espada o de superpoderes, donde el protagonista se enfrente a un rival más poderoso que él y logre derrotarlo con su fuerza de voluntad. No, aquí Takemichi sabe que cuando se encuentra en esas situaciones no va a salir bien parado, pero se niega por completo a dejar que el miedo gobierne su vida, y eso es algo realmente inspirador. Si el resultado va a ser malo de todos modos, ¿por qué tener que cargar además con el arrepentimiento de no haber intentado nada? Agallas, puñetazos, valor y que sea lo que tenga que ser (generalmente heridas de diferente índole).

También es un personaje altamente expresivo, de modo que sus reacciones y caras ante muchas situaciones nos logran sacar más de una sonrisa (o carcajada, es lo que pasa cuando te peleas con un cubo de basura y acabas con un sombrero inesperado). Tampoco tiene miedo a decir tonterías, o a expresarse de una forma muy poco particular, que recordemos que sigue siendo un delincuente de tercera. 

Al final Takemichi se convierte en la fuerza que inspira a todos los que tiene a su alrededor a mejorar, a convertirse en mejores personas o a superar los retos que se les presentan, aunque sean cosas que el propio Takemichi no podría hacer por ser cómo es.

Mi opinión:

Si tuviera que comparar a Takemichi con algún otro personaje, lo haría sin duda con Onizuka, de Great Teacher Onizuka. Si alguien me dijera que Takemichi se convertiría en un profesor unos años después, no dudaría en pensar que son el mismo tipo de personaje, y eso, hablando con el corazón en la mano, es un gran halago para el protagonista de Tokyo Revengers.