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Alba Meira es el tipo de amigo que en ocasiones piensa que estas un poco mal de la cabeza.

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-Así que dime -paseó por su lado casi en círculos, moviendo de manera excesiva su cabeza con sus poderes de aire- me queda muy bien, ¿no crees?

Se tuvo que llevar una mano a la bica para evitar hacer una mueca, no era por ser malo, era porque la situación tenía todo el mérito.

¿A quien se le ocurría hacerle eso a su cabello?

Por supuesto que no iba a dejar ir esas palabras fuera de su mente y boca, porque lo más probable es que ella lo mandase al infierno, literalmente.

¿Quién estaba tan mal de la cabeza? Es decir, él no juzgaba, pero le estaba costando bastante ya que aquel tinte arcoiris en el cabello de (...) no le quedaba nada bien.

No quedaba de ninguna manera con ella si seguía vistiendo en colores monocromáticos, y tampoco es que la imagen de ella vestida con ropas tipo vómito de unicornio le llamase mucho la atención.

Si le decía que le quedaba bien no sólo le estaría mintiendo, la cosa iría para peor cuando alguien le dijese que su nuevo look la hacia ver ridícula, el único resultado de eso sería que viene hacia él con las garras de podrá listas para arañar su cara, y si estaba muy molesta también el cuello.

Pero, por otra parte, si le decía que le quedaba terrible, de todas maneras saldría mal parado y muy posiblemente la ciudad también y lo último que quería era otro altercado con Terry Bogard y una (...) de tres metros.

Ninguna era opción viable o, en sí, donde no saliera herido de gravedad.

Solo quedaba usar la extraña forma de comunicación que su hermano usaba en estas situaciones.

-Umm -fue lo que se limitó a decir mientras movía la palma de su mano, haciendo el tan conocido gesto de "más o menos".

-¿En serio? -dejó de usar sus poderes de aire y se dispuso a verse mejor en el espejo- creo que es verdad, ahora que lo veo bien no está tan mal y tampoco en muy bueno.

-¿A qué se debe este cambio tan grande?

-Pues, ahora que lo pienso fue una tontería del momento, quizás la emoción -su explicación a medias le dejó pensativo, puede que fuese por el nuevo torneo pero cuando ella dejaba sus explicaciones a medias nada bueno podría salir de ello.

-¿A qué se debe tu emoción?

-¿No te lo dije? -se acercó a su cuarto durante un rato, saliendo en seguido con un sobre en mano.

Eso no estaba bien, había algo muy malo ahí.

-Me llegó esto solo para mi -el sello de la cera roja tan característico ya había sido removido, Alba sintió que parte de sus temores se hicieran realidad- me han contratado para estar en el torneo, aun no sé para qué pero voy a estar ahí.

(...) siguió hablando como si nada, quizás con el sentimiento de que aquello era lo mejor del mundo cuando no se daba cuenta de que Alba ya no la escuchaba y hasta se había quitado sus usuales lentes de sol para verla casi no creyendo lo que pasaba.

-Cuando me llamaron dijeron algo sobre hacer un equipo con otras personas, no se quienes pero la paga es buena así que lo acepté -apenas terminó sus palabras y ya sentía el fuerte agarre de la mano masculina en su hombro, se dio la vuelta y miró la asustada mirada del pelirrojo- Alba, ¿estas bien? -quitó la mano de su hombro y lo miró fijamente, tratando en vano de entender qué le pasaba.

-(...), ¿les mostraste tus poderes?

-¿Cuál es el punto con eso? -toda la preocupación se le fue- Oye, la gente ya vio mis poderes en público, en televisión nacional e internacional -no veía el problema, pero en verdad parecía que para Alba algo terrible estaba pasando.

Aunque si (...) se hubiera puesto a pensar aquello con la cabeza fría, podría haber recordado que no movió un solo dedo mientras recibía la golpiza de su vida, aunque ni le dolió en sí, sólo usando sus poderes de tierra para escapar una vez su contrincante "terminó" con ella.

Solo alguien que hubiese mantenido atención al detalle se daría cuenta del uso de sus poderes si llegaba a tener un ojo crítico.

Le precupaba, al igual que le preocupó a Fate, el que alguien con malas intenciones se diera cuenta de lo que ella podría hacer.

Ni hablar de quién estaría metido ahí, con (...), en ese supuesto equipo contratado.

-Pidieron una pequeña demostración nada más, los otros también lo hicieron, creo.

No se vio ni con las fuerzas para recriminarle, un suspiro profundo escapó de su boca ante la preocupación y consecuente razonamiento.

Ella era fuerte, sabía cómo defenderse, no necesitaba de nadie para mantenerse segura.

No lo necesitaba a él para mantenerse segura.

-Estaré bien -posó su mano, más pequeña que la de él, sobre su pecho.

-No lo dudo -trató de darle más confianza a sus palabras.

Porque, ¿Quién podría enfrentarse a (...) cuando entraba en trance y tenía al menos 3 metros junto a sus poderes elementales?

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Por supuesto, Alba no conocía el hecho de que había alguien más como ella.

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