Especial Navideño

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

En la navidad hay...

⚡⚀Fuegos artificiales⚀⚡

Los niños en la calle empezaban a poner los tan conocidos pirotécnicos en plena calle para luego correr y dejar que exploten, (...) miraba hacia ellos directamente, no era una mirada cargada de amor como era usual cuando veía niños.

Era una mirada cansada que tenía mayor terror al ser que tenía puesto una mascarilla para poder respirar, como cada año, al ver que su asma llegaba a molestarla más de lo debido ante el humo de los pirotécnicos.

En especial de los que tenían plomo.

Le encantaba vivir cerca de los barrios latinos y de otros extranjeros, pero en estas festividades solo...

-Ojalá se quede pegado a sus pegajosas manos y les explote los dedos -dijo al ver como un grupo de perros y un gato corrían ante la explosión.

-No digas esas cosas -le reclamó Alba mientras movía junto a su hermano el árbol que había traído la novia del último, no es que en su departamento no tuvieran uno, solo que la muchacha con cabello verde quería tener un árbol que fuera con el feng shui del lugar.

(...) se preguntaba qué tenía de malo su pequeño y económico árbol o en qué rompía la armonía del cosmos.

O por qué comerían pavo, porque, por favor, estaba demasiado trillado y hasta lo sentía dulce.

Al igual que Soiree, prefería la carne, término medio, gracias.

Otra explosión le puso los cabellos de punta, haciendo que apretase los dientes con fuerza para contener un rugido que iba entre la molestia y el miedo, la pita verde que ataba la mascarilla del nebulizador a su cara se soltó y esta casi cae, pero la usual mano con un guante negro la sostuvo a tiempo, antes de que dejase su rostro.

-¿Te sientes bien? -sus manos cuidadosas hicieron un nuevo nudo para dejar en su lugar la mascarilla.

-Estoy molesta -deja de mirar hacia la ventana, dejando caer su cabeza sobre el vientre de Alba, abrazando su cintura estrecha con extraño cariño en ella- me pone los nervios de punta que hagan eso.

Sus cabellos arcoiris se desordenaron en contraste de la usual ropa negra y roja del varón; ante un nuevo estallido, (...) dio un pequeño saltito aun sentada, por el susto de la explosión.

No tuvo que decir nada, solo puso su mano sobre los tintados cabellos y dio reconfortantes masajes en su cuero cabelludo.

-Oigan ustedes dos -escucharon la voz de Soiree, que veía a su hermano ser rodeado a la altura del estómago por los brazos de (...), quien le sacó el dedo del medio en señal de que se fuera antes de que ella lo obligase, no quería que nada pudiera arruinar tan lindo momento.

Otra explosión se hizo presente, esta vez no gritó, no rugió o maldijo a la juventud de la nueva generación, solo abrió un agujero en la tierra en donde fue llevado a cabo la explosión, haciendo arder en llamas aquel hueco en la acera y provocar la idea de que era una entrada al infierno ya que la fuerza de las mismas parecían hacer rugir el punto más hondo, traumatizando a varios niños en plena víspera navideña porque se escucharon muchos gritos de infantes y adolescentes, llamadas de auxilio a sus progenitoras y las sirenas policíacas.

-¿Acabas de...?

-Cállate y dame un beso, si quieres hago crecer aquí mismo un muérdago.

.

.

.

.

.

🌟🌠Familia🌠🌟

Hay momentos incómodos en todas las fiestas, así como cuando alguien pregunta: ¿Cuándo es el próximo Baby shower?, a una mujer y resulta que solo es un poco obesa.

En estos momentos era así para Terry, después de preguntarle a (...) en dónde estaba su gorro de navidad o por qué estaba mirando fotos en su laptop tirada en su cama con mueca triste.

-Bueno... estaba viendo algunas fotos que me mandó la señora Shizuka -parecía añorar estar en verdad en las fotos, hay cierta melancolía en sus ojos- el día de ayer ella fue al palacio real, por el cumpleaños del emperador y eso.

Muy bien, él no tenía idea de lo que estaba hablando y hasta donde sabía en Japón ya no habían emperadores; luego la realización llegó a su mente a la vez que se sentaba a un lado de la chica.

-¿Es una celebración japonesa? -preguntó con algo de cautela, (...) había crecido en Japón pero sabía que había nacido en otro país, no sabía cual pero de seguro era de habla española ya que la escuchó maldecir en ese lenguaje más de una vez- es un lugar lindo -fue su comentario mientras veía diversas fotos de lo que parecía ser un palacio asiático.

-Todos los años en el 23 de diciembre vamos... íbamos allí, dejando al señor Saisyu y a Kyo para que peleen -Terry sonrió con ternura al imaginarse a una pequeña (...) caminando de la mano de la mujer, mirando todo con la misma admiración con la que veía las fotos, puede que más.

-Los extrañas.

-Por supuesto que lo hago, yo estando aquí mientras ellos están en Japón.

El hecho de sentirse identificado no le pasó por alto mientras su sonrisa persistía; recordaba el tiempo en que se tuvo que separar de su hermano cuando eligieron caminos diferentes, sentirse triste y en hasta cierto punto melancólico por los recuerdos era algo ya de por sí natural.

-Entiendo como te sientes -(...) dejó que su peso la llevase hacia su izquierda, hubiera tocado la piel del hombro de Terry si él aun vistiera su chaleco manga cero y su camiseta sin mangas pero solo tuvo un roce con la tela tipo jean color borgoña, su peso quedó recargado en su fuerte brazo y el calor que emanaba de la tela como barrera entre ambos, no le era molesta, lo agradeció, porque de otra manera estaría nerviosa y no podría negar que compartía color con la tela- incluso ahora no puedo olvidar los tiempos en los que me emocionaba poner el árbol y todos sus adornos mientras mi papá ayudaba a Andy para poner la estrella en lo alto del árbol.

Su mirada, a diferencia de la brillante y divertida que (...) ya se conocía, parecía pérdida en recuerdos, tal vez rememorando con mayor intensidad lo que le estaba contando.

-Dejemos de hablar de temas tristes -ah, ahí estaba otra vez, ese brillo divertido en sus ojos azules, tan distante de todo lo que había sufrido en su vida, recordar aquello la hizo sentir tonta.

Ella triste por un simple día que no estuvo con su familia adoptiva, pero él aun con ese optimismo a pesar de ya tener gran parte de su familia a su lado.

-Vamos, levántate ya, la estrella se cayó así que necesito ayuda -tomó su mano de manera segura pero delicada, sintiendo la piel expuesta y con ligeros callos fruto de las peleas, los guantes de piel que siempre usaba también estaban ahí y a la mente le vino el recuerdo de que una vez le comentó que pertenecieron a su padre; la ayuda a levantarse sin problemas con una sola mano.

-Pero si alcanzas la punta perfectamente -y no lo decía en broma, ella tuvo que encargase de la parte baja del árbol mientras que él hizo lo propio con la parte alta, incluyendo la estrella.

-Pero quiero que lo hagas -con la mano libre levanta un poco su gorra para mirarla a los ojos.

(...) sonríe y, apoyándose en su hombro, se pone de puntitas, fracasando en el intento tan poco convencional y aun estirando su brazo sin obtener resultados, la risa del contrario se escucha y ella lo fulmina con la mirada.

-¿Por esto querías que pusiera la estrella? -con su cuerpo estirado tal y como está se da cuenta que sus rostros quedan a la misma altura, pero por su rostro neutro parece no darse cuenta hasta las siguientes palabras del rubio acompañadas de una sonrisa coqueta.

-Por esto quería que lo hicieras -Y se acercó más a ella.

.

.

.

.

.

🌟☄Regalos ☄🌟

-No inventes -se tuvo que agarrar al estante de los discos de música de navidad que pensaba comprar para dar más sonido a su silencioso hogar- ¿de verdad puede ir a pasar con ustedes las fiestas?

-Pues... -desvío su mirada hacia la mesa de la pequeña sala que tenían, Terry estaba sentado en el sofá con una lata de cerveza en una mano mientras que la otra la mantenía extendida para mostrar su pulgar en alto junto a su sonrisa, desde el cuarto a la izquierda se escuchó un fuerte "Hai" de la otra persona en la casa- sí, estamos pensando hacer la cena alrededor de las 8.

-Llegaré justo ahora -le colgó antes de que pudiera contradecir algo ya que apenas eran las 12 de la tarde; Rock quería pedirle que en el camino comprase jamón en lata pero (...) le colgó súbitamente.

Se quedó escuchando al menos dos tonos antes de volver a dejar el teléfono en la base, preguntándose si había hecho lo correcto al invitarla de imprevisto, los demás no tenían problemas y se negaba a admitir que hacía todo esto por el simple de que, antes de las vacaciones por festividad, escuchase cómo las chicas murmuraban sobre lo suertuda que era (...) por quedarse sola en casa, sin padres u otra figura de autoridad.

No quería ni imaginarse cómo es que ese grupo se enteró, pero él sabía que las chicas son bastante retorcidas, en especial con los hismes sobre culquier compañero; todavía recuerda cuando hablaban de él, como si fuera un delincuente o algo por el estilo, simples tonterías, pero no quería que (...) se viera metida en esas tonterías, porque ella lo iba a resolver a los golpes y terminaría en otro problema... o con otra contusión cerebral que él tendría que explicar de manera tonta.

El timbre sonó mientras pensaba, no podía creer que ella llegase tan temprano, se sentiría espantado a la par que indignado, porque más de una vez ella "colapsaba" en plena clase de educación física y tenía que ayudarla a su forma.

Si tenía tremendo estado físico, sería como si le estuviese viendo la cara de tonto.

Apenas abrió la puerta tuvo que ir unos pasos para atrás y poder atrapar el cuerpo de (...) que parecía desinflarse y tomar aire con cada exhalación e inhalación.

-¡Feliz na-! -tuvo que detener sus palabras al tener la garganta seca y la mala idea de pasar saliva, provocando que una intensa tos seca que asustó a Rock de muerte, quiso ayudarla a sacar de su organismo lo que fuera que dejaba obstruida su tráquea pero ella estuvo más concentrada en dejar unos paquetes mal forrados sobre la mesa mientras su cara tomaba un color rojo para nada normal, sin mencionar la rara gabardina pesada que trataba de quitarse.

Su tos era tan terrible que pudo visualizar a Terry asomar la cabeza por detrás de la pared.

-A ver, vamos, tranquila, tienes que tomar algo de agua o no sé pero me estas poniendo de los nervios -su habla se detuvo en más de una ocasión, nervioso de darse cuenta que, como casi siempre, (...) corría a él apenas la llamaba para algo.

Aquello lo asustaba y también lo ponía nervioso, porque siempre venía hecha un revoltijo de emociones y podía llegar a ser impredecible.

Justo como ahora, cuando se le lanzó cual jaguar a su presa, con los dedos apuntando en su dirección.

-¡ROOOOOCK! ¡pensé que este día nunca llegaría! -lo abrazó con fuerza, no queriendo dejarle ninguna abertura para que pudiese escapar o moverse, le estaba dando algo y no era precisamente por el contacto tan íntimo, un poquito sí.

Su repelús era porque ella estaba sudada, demasiado sudada.

Un par de jalones, gritos emocionados y la risotada de cierto rubio después (...) se estaba cambiando en el cuarto de su amigo, se sacó su polo manga larga con delicadeza y se volvió a sentir tonta.

Hasta donde sabía ella, en los E.U.A nevaba por las fiestas de Navidad, nunca se puso a pensar que enSouth Town no nevara, sino que el sol se pusiera a dar con todo lo que tenía.

Y ella con su tonta idea de que el sol solo se quedaría en la mañana y luego haría frío, con razón la gente en la calle le miraba raro con su gabardina y su polo manga larga con motivos navideños.

-Al menos algo bueno... -dijo mientras tomaba con sus manos la camiseta negra, tenia tantas ganas de enterrar la cara en la tela o en la almohada para gritar de la emoción y dejar de sentirse mareada al ver los distintos afiches de bandas de Hard Rock o de equipos de baloncesto.

Estar en el cuarto de Rock, ver sus afiches, sus libros puestos en un librero estándar y su cama con colcha de pelotas de baloncesto; le daban ganas de gritar y revolcarse en su cama pero mejor se calmaba y solo le daba una profunda calada a la ropa oscura antes de ponérsela, salir y dar la cara al dueño sin parecer una loca.

Bastante fácil en su mente, pero en cuanto el rubio la miró con clara vergüenza y cierto sonrojo, a (...) se le hizo difícil, mucho más difícil.

Sentarse juntos a tratar de ver una película fue complicado, de repente no sabía dónde poner las manos, el saber que el rubio mayor arrastró a la mujer de la casa a quien sabe donde no era la mejor información si se lo preguntaban, solo estaban ahí, tratando de aparentar que estaban enfocados en la televisión cuando en realidad ella quería hablarle de cualquier cosa, Rock quería hablarle también pero quería seguir manteniendo la distancia.

(...), al igual que otras chicas, lo ponían de los nervios; claro, exceptuando a dos.

-¿Estas cómoda? -(...) está por contestar, pero el tono de llamada del muchacho la detiene antes de poder pensar en una respuesta- dame un momento, ya vuelvo.

Mientras estaba sola se dedicó a mirar sus uñas, algo descuidadas; suspiró mientras se estiraba un poco y, sin querer, escuchó parte de la conversación.

-S-sí, felices fiestas para ti también, Ninon.

Ante el nombre, solo le quedó suspirar mientras ponía un almohadón del sofá entre el espacio que estaban compartiendo, no sin antes darle un puñetazo con su ira sin sentido.

(...) tuvo que tragarse la tristeza y luego hacer como si nada cuando regresó; Rock se sorprendió al ver el cojín, pero no dijo nada.

Tampoco preguntó el por qué de la extraña poca cercanía.

-Aquí, tu regalo -le tendió un pequeño paquete alegando que no podía esperar a dárselo al día siguiente, sonriendo cuando pudo ver su rostro sorprendido y la posterior sonrisa emocionada que le dedicó.

.

.

.

.

.

🌣🔥Recuerdos🔥🌣

-El grincho le decían -apoyó su mano sobre la puerta que ya se conoce, la retira rápidamente al recalcar en su mente que no tenía nada que hacer ahí.

Lo que menos quería era meterse en las fiestas de una familia que ni siquiera sabía si la recibirían con los brazos abiertos, es decir casi todos lo harían, pero cierta personita con problemas de ira podría correrla si así lo quería.

Estaba sola en su casa, sola con su soledad, en plena navidad, en donde se tuvo que regalar algo ella misma para sobrellevar el silencio y la falta de un amigo secreto.

Pero ese regalo no le llenó el vacío.

Además de que tenía unas ganas asesinas de ver a Kula abrir su regalo de navidad y su hermosa reacción, ya tenía preparada su cámara.

Las ganas pudieron con ella, haciéndola tocar a la puerta aun cuando sabía que su presencia podría ocasionar problemas.

Se consideró una exagerada, se dio palabras de aliento para traer de calmarse y recibir el abrazo que Kula le dio en el momento que la recibió con palabras amorosas y saludos por las festividades.

Ante el recuerdo de esas palabras, no sabia si reír o ponerse triste, la idea solo hacía que sintiera mucha, pero mucha pena combinada con algo de risa ya que no quería poner cara larga.

-¿Me estas diciendo que desde sus casi 8 años no ha celebrado una navidad? -la castaña frente a ella volvió a asentir con su cabeza mientras, con sumo cuidado, seguía comiendo el intento de galletas navideñas que se deshacían apenas se tocaban.

-No tengo la cantidad exacta en mi banco de memorias -sus palabras la dejaron más confundida- pero he de suponer que esa es la razón de que el árbol este incinerado a la par que congelado y que Kula este llorando en su habitación.

Y no suponía mal.

Se podría decir que hubo un choque cataclísmico de ideas hace unas horas.

El entusiasmo digno de un niño inocente chocó de frente con la dolorosa experiencia de quien a visto la muerte a la cara y tuvo que ser parte de ella.

En resumen, Kula y K' se pelearon, porque el segundo no quería festejar y la primera quería obligarlo a hacerlo.

No era lo correcto el obligar a alguien a hacer lo que uno quiere, pero (...) no pudo resistirse y terminó apoyando a Kula para hacer que ese amargado saliera de su habitación, terminando en la actual tragedia navideña, sin olvidar que Máxima tuvo que ir a comprar más dulces navideños porque los otros o estaban congelados o, como los que tenía Whip en la mano, estaban tan chamuscados que al tocarlos terminaban por convertirse en ceniza.

Quizás ponerle aquel suéter con la imagen de un árbol de navidad y todos los colores festivos fue demasiado para él, pero no había necesidad de quemar todo a su paso.

Mucho menos las galletas o la casa de gengibre que (...) compró en el camino, aun tenía la vivida imagen de los rostros de puro horror de Kula y Máxima al ver los dulces en tal estado, antes de que la primera, en un intento desesperado por salvar lo que amaba, tiró una ventisca de hielo sobre los comestibles.

Paró la combustión, pero ahora la casta de gengibre parecía una mala imitación del castillo de la reina de hielo.

-Puedo hablar con el gustas, pero no soy la persona con la que esta enojado así que dude que quiera escucharme -(...) estaba por rogarle, pero tenía razón, sería muy egoísta de su parte el pedirle que haga de mediadora teniendo en cuenta que el chico en cuestión era su hermano pequeño.

Solo quedaba hacer lo correcto.

Y hacer lo correcto era ir ahí por más suicida que fuera hacia su persona.

Increíblemente, o quizás por un milagro de navidad, le abrió antes de tocar la puerta, era algo bueno al igual que algo malo porque no le dejó el tiempo para reunir el valor necesario o poder escribir su testamento, se arrepentía con todas sus vidas fituras y pasadas al verlo con esa cara.

Pero iba a ir con todo o no tendría nada.

-Kula en serio quiere celebrar cómo cualquier chica normal -soltó de frente su argumento más valido; sabía perfectamente que K', a pesar de negarlo con todas sus fuerzas, quería a Kula y la cuidaba, quizá veía en ella a sí mismo cuando era más joven, por eso, al menos, esperaba que no le cerrará la puerta en la cara de una vez, y pareció funcionar porque se quedó viéndola- y eso está bien, pero quiero celebrarlo con todos, eso te incluye, por eso te pido que... no te molestes pero, por favor, aguanta solo un poco y dale una oportunidad de ser la niña que no pudo ser y que tenga lindos recuerdos que pueda evocar cada vez que sea esta fecha.

La puerta se abrió unos centímetros más antes de que se cerrará de un porrazo, asustandola y, de paso, llevándose sus pocas esperanzas de que Kula dejase de tener una cara triste.

Tenía que sacar valor de donde no había.

Antes de detenerse a pensar, la adrenalina ya había hecho lo suyo en su sistema.

Momentos demasiado locos que nunca, de haber estado más cuerda, hubiera hecho.

Al final logró sacarlo de su encierro y Whip, con toda la"amabilidad" que todo hermano mayor posee sobre su hermano menor, logró que aceptará, casi a la fuerza, el regalo que la pequeña le daba.

Al final de la velada, con el hogar casi destruido por el cataclismo de la tarde, (...) y K' estaban en el viejo balcón de la sala, ella simplemente parada a un lado de la columna de cemento y él con parte de su peso apoyado en la baranda de metal, en toda la pose de un chico malo.

De no ser que ahora no se veía tanto como un chico malo.

-A que está lindo -comentó (...) mientras veía cómo estiraba el cuello cerrado de aquel suéter rojo, la cara de fastidio era evidente aunque tuviese puestos sus usuales lentes de sol.

-Es ridículo y estúpido -fue su molesta respuesta, pero no hizo ningún intento de quitárselo.

Le picaba y no le gustaba cómo parecía cerrarse en su cuello, incluso tuvo que quitarse su chaqueta de cuero, ponerse una camiseta blanca y luego ese intento de ropa decente para que la niñata estuviera feliz.

-Es un lindo gesto el aceptarlo.

-¿Tenía opción?

(...) ríe, de manera silenciosa porque K' esta muy molesto, pero sabe que, a pesar de decir que esta enojado, con sus dedos acaricia lo que ella cree que es su primer regalo de navidad, aunque el verdadero le fue dado hace años y aun seguía en su envoltura.

Pero eso es historia para otra navidad.

.

.

.

.

.

✴🔥Primera navidad🔥✴

(...) recordaba con ternura las veces en las que Tronchi, el gato de la vecina por aquellos momentos en que era una niña, se metía en su casa para jugar con ella y darle con sus afelpadas patas a las esferas del árbol de navidad, tan brillantes y atrayentes, las luces de diferentes colores que se reflejaban en sus grandes ojos que apenas y eran visibles a parte del negro de su pupila dilatada.

Lo estaba recordando no solo porque fuera navidad, lo hacía porque frente a ella el chico castaño y albino trataba de concentrarse en encender una sola vela con sus poderes para practicar su precisión pero se distraía rápidamente al darle constantes ojeadas al pequeño árbol de navidad que (...) tenía en su pequeño piso.

Aun tenía en mente su pregunta: ¿Qué es eso?, mientras miraba con extraña reticencia al pequeño árbol, preguntado después por qué era de plástico o la razón de que tuviera tantas cosas encima.

Aun ahora que ella cortaba unos cuantos vegetales para la cena de esa noche y seguía viendo cómo Nameless se centraba unos minutos en más velas pero luego se quedaba mirando las luces de brillo intermitente o simplemente se distraía con la canción.

Metió el pollo junto a las verduras recién cortadas en

-Muy bien, es todo por hoy -con un trapo de cocina se secó las manos, Nameless escuchó sus palabras y vio como ella pasaba a retirar los platos en donde las velas se consumían y en donde caía la cera.

-Quisiera intentarlo por más tiempo -repone él de inmediato, levantándose del suelo en donde estaba sentado, toma su mano para quitarle uno de los platos y (...) se contiene de decirle, con alegría, que acaba de tocarla con la mano del guante sin incinerarla a muerte- estoy cerca de encender solo una de ellas y apagar el resto.

-Esta bien, tienes dos horas más supongo -ve su mirada contrariada, como si no se creyera que le esta dando más tiempo- ¿Qué?

-Bueno desvía la mirada a un lado- por lo general voy a dormir a esta hora porque pensé que estaba mal dormir después.

Piensa en cosas buenas, eso se repitió (...) en su cabeza, pero sabía que cosas malas le habían pasado.

Las cosas malas pueden ser reemplazadas por cosas buenas, y ella estaba más que dispuesta a darle buenos recuerdos para que pudiera dejar de mirar por la ventana con una mirada que no emitía nada más que recuerdos que se reproducen como una película vieja, de esas que parecen disolverse en el reproductor una vez que lo atormentaron lo suficiente para pasar al siguiente rollo.

-¿A quién llamas? -preguntó al verla tomar el teléfono de la vivienda, (...) tenía bastantes folletos de restaurantes en su mano mientras pedía distintos platillos, luego colgaba y llamaba a otros, ignorando el hecho de que a sus espaldas Nameless había derretido por completo una vela en un pequeño contratiempo.

Nameless estaba acostumbrado a que (...) pidiera comida, incluso sacaba partido de ello al disfrutar la misma comida que ella, porque estaba acostumbrando a solo comer y no quejarse.

Era por eso que estuvo muy sorprendido al ver tantos tipos de platos, eran pequeñas porciones pero había mucha variedad, desde comida del restaurante de la esquina del parque hasta comida Tailandesa.

O al menos eso decía el logo de la bolsa que (...) se esforzaba en esconder en el bote de basura.

(...) se sentó y tomó un bocado de comida china, no pasaron muchos segundos para que él también tomará aquellos palitos y, con algo de concentración para no quemar la madera, tomó un pedazo de pollo agridulce y se lo llevó rápido a la boca, sintiendo su sabor pero no disfrutándolo del todo.

-Esto lo prueba -no una táctica digna de un ninja en estado de ebriedad le quitó el siguiente pedazo de carne de sus palillos- venga, tomo algo por tu cuenta.

La duda era clara, por lo general comía lo que comía (...), hacía lo que ella hacía y trataba de disfrutar las cosas que ella disfrutaba; todo porque era seguro, era algo estable.

Durante mucho tiempo se guió por su instinto, pero luego de pasar por todo lo que le pasó volver a confiar en sí mismo le era más difícil que nunca.

Mucho más difícil después de afrontar la realidad de que Isolde nunca volvería a él, la presencia de la muchacha que era idéntica a Isolde se lo confirmaba.

-Me gustan estas -dijo mientras se llevaba a la boca una uva que (...) compró del mercado de granjeros solo por curiosidad.

-Es bueno, muy bueno -sonríe, feliz de poder ver que se asemejaba cada vez más al chico que se topó algunos días antes de acogerlo con ella, antes de que lo viera caerse a pedazos.

-Hay comida para toda la semana -lo escuchó murmurar desde el sofá, se tardo con los hombros sobre las rodillas tal y como era su costumbre, dirige su mirada de nuevo en ese árbol; en misiones solía verlo, pero más muerto que este, sin tantos colores, en muchas ocasiones lo encontraba en el bosque o en los cuartos de los niños que eran hijos de sus objetivos.

En más de una ocasión le tocó destruir ese tipo de árbol mientras cumplía sus ordenes, nunca le dio demasiada importancia a ello, tampoco se la daba al pequeño tronco a un lado del árbol, lo consideró una decoración más.

Ahora tiene el presentimiento de que si algo le pasa a esa representación de la festividad, (...) se pondrá triste.

-Muy bien, suficiente por hoy -de una sola patada ella lanzó el tronco hacia el fogón que conectaba fuera de la casa, Nameless dio un pequeño salto en su lugar por la impresión- es momento de prender fuego al árbol de Yule para evitar malos espíritus esta noche.

-Pero esta haciendo mucho calor -de haber sido en Japón entendería la necesidad de hacerlo porque por esas épocas hace frío, pero en el lugar en el que estaban era pleno verano.

Un bochornoso y caluroso verano, incluso para él.

-Para algo esta el aire acondicionado -se hace a un lado luego de poner papel periódico cerca del tronco y luego hace un espacio a su lado- el honor es suyo, señor.

Lo ve dudar un poco, pero luego se acerca con confianza y pone una mano sobre la madera seca, trata de hacer una combustión pequeña, pero termina con una que casi los hace volar para atrás.

-¡¿Esta bien?! -Es prácticamente inmune al fuego, pero (...), razón por la cual la sostiene rápidamente de los hombros y la pone contra el sofá para buscar alguna quemadura en su rostro.

Sus pestañas y el bello facial están ligeramente chamuscados, fuera de eso, ella ya se está riendo mientras se levanta y lo hace a un lado con delicadeza.

-Bien, no soy de seguir mucho las tradiciones, así que... -la ve sacar una caja de debajo del árbol decorado, pensó que era otro adorno pero parece que se equivocó, ahora (...) se acerca a él con el paquete en mano- feliz navidad, y que tengamos muchas más.

.

.

.

.

.

👉👄Cena navideña👄👈

-Feliz navidad y año nuevo para ustedes también -dijo mientras salía por la puerta de papel del Dojo, ya habiendo terminado su entrenamiento del día y con los músculos destrozados.

Terminaría todo agarrotado y tieso para el día siguiente, pero eso no le impedía a su maestro el continuar.

Solo quería llegar a su casa y dormir hasta que acabasen las fiestas, por alguna razón, parecía que algo le pasaba a su maestro, porque no era tan normal en él dejarlos ir antes de que estén por pedir piedad por un descanso.

Quizás era la magia de la navidad.

-Hola... -Claro, seguía saludando aunque no hubiera nadie en casa, le era gratificante vivir solo los primeros días, pero luego vinieron diversos problemas.

-¡Hola! -por supuesto, en ocasiones su compañera de cuarto se encontraba en casa, saludando con su usual tono agudo y su muletilla parecida al maullido de un gato, y cómo no, estaba con sus usuales ropajes.

Que en más de una ocasión le parecieron interiores.

-Angel, por favor, te va a dar un resfriado -dijo haciendo mención del clima frío por el cual pasaba la ciudad, recordando la vez en la que se puso a delirar por la fiebre a tal punto de tocarle el... mejor ni recordarlo- ¿llamaste a casa para saludar por las fiestas, verdad?

-Lo hice -llevó sus largas piernas hacia el cabezal del sofá, quedando con la cabeza colgada fuera del almohadón, le dio una muy extravagante mirada de sus atributos- pero el idiota de los cuatro nueves apenas si me dejó hablar, sigue quejándose y quejándose -cruzó sus piernas y frunció el ceño, haciendo un puchero- si tanto va a quejarse, ¿por qué no trabaja él también?

No tenía idea sobre quién estaba hablando, pero prefería dejarlo así.

Al estar ella echada en el sofá de una plaza tenía un fácil acceso al teléfono sobre una de las mesitas de la sala, (...) ya había saludado a sus familiares que vivían en otra parte del mundo.

-Mis padres te mandan saludos -dejó su chaqueta sobre el perchero, esperando que ella se levantase.

-Tus padres me agradan mucho, ¿Tu mami volverá a mandar comida y especias? -a Angel le agradaban los padres de su compañero de cuarto, al igual que sus padres la querían a ella bajo el sutil pensamiento de que Angel era eso.

Angel.

No del género de Angel(a).

Y era lo mejor debido a que de otra manera sus padres iban a casarlos a la fuerza.

Se tuvo que sacar esa idea de la cabeza antes de tener que tomar sus pastillas.

Miró hacia el calendario, viendo como en el calendario marcaba con labial rojo el 24 de diciembre, regresó su vista hacia la alacena, solo les quedaba los tan conocidos Maru-chan ya que no salió a comprar la cena para navidad.

Tenía que haber hecho las compras en vez de ir a correr por la tarde antes de entrenar.

-Lo lamento -su voz sonó en un inicio apenada para luego aumentar su volumen al sentir las pequeñas y suaves manos pasearse por debajo de su camiseta, a la altura de su vientre.

-Um, y yo que quería comer unos deliciosos nopales -(...) se hizo a un lado cuando ya sintió su pierna derecha levantándose con todas las intenciones de aferrarse a su cintura.

-Ya sé, ya sé, pero esas cosas son muy difíciles de conseguir, ¿Cómo es que los mexicanos comen un cactus? -puso la tetera eléctrica en su lugar, encendiendo el aparato para así empezar los preparativos de su no tan sana cena navideña.

Aunque, ¿Qué cena de navidad era sana?

-No quiero esperar, tengo tanta hambre -se arrimó a su hombro buscando soporte para su torso, dando incomodidad al muchacho- vamos al puesto de hamburguesas callejera de al lado.

-No, gracias -no quería ni recordar el raro incidente que tuvieron cuando Angel se tiró varias tragos de tequila mientras el trataba de comer una pierna de pollo frita.

El pitido de la máquina le dejaba en claro que solo faltaba poner el agua en las tazas de Maru-chan y esperar unos minutos.

-Feliz navidad, Angel -dijo con una sonrisa mientras con unos palillos sostenía sus fideos, era alienado hasta cierto punto, pero eso no le molestaba a su acompañante de cabello blanco que siempre usaba una cuchara para comer sus sopas.

-Feliz navidad, (...) -o al menos eso le entendió, porque tenía la boca llena de fideos.

.

.

.

.

.

Y ya pasada una vida me digno a hacer esto, disculpen la horrorosa tardanza y espero que disfruten del especial.

Los capítulos estarán de vuelta solo que ahora con temas más variados y diferentes a l historia que se está tomando hasta ahora.

Una vez eso dicho.

"Gracias totales".

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro