Cap. 1

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Habían pasado dos años desde que los core medal habían desaparecido tras "su" derrota, siendo absorbido junto a las medallas a través de un portal dando por ganado a ooo (oz).

Bueno, no todos los core medal se fueron en el portal... solo uno, aunque estaba partido a la mitad, era un gran recuerdo de su mejor amigo y compañero, junto a el había vivido muchas aventuras.

Narra Eiji.

Un día viajas en tu recorrido por el mundo acompañado de un calzoncillo que tienes como bandera, todo normal, en búsqueda del lugar de origen de las core medal.

No tengo un lugar definido, vivo con lo que me ofrece la vida y el destino... solo con un calzoncillo que necesito para el día siguiente.

Te quedas dormido por la noche, y al despertar estas en un lugar lleno de pasto, una brisa fresca dándote en la cara, la sensación era lo máximo, pero eso ya era desviarme del tema, que era, ¡¡¡¡¿dónde demonios estoy?!!!!

No sabía dónde me encontraba, miré a mi alrededor, no podía divisar ciudad alguna, era muy raro, después de todo, me dormí en la banca de un parque y cuando desperté estaba en un lugar desconocido.

Mis dudas fueron interrumpidas cuando gritos como de guerra se hicieron sonar fuertemente, seguía hacia la dirección por donde provenían los sonidos, y lo que vi me dejo sorprendido.

Un enorme ejército de personas usando armaduras tipo romanas, todo normal se podría decir a pesar de usar algo tan antiguo, ya saben, siglo 21, armas mejores, pero ellos parecían realmente soldados de épocas antiguas.

Y lo último que vi, me sorprendió, al parecer esos soldados estaban atacando a un pequeño pueblo, parecía algo primitivo, y los... mejor dicho, las que defendían parecían ¡¡¡¡¡¿¿chicas conejo??!!!!!, ¡¿es una broma verdad?!, tenían que ser unos disfraces o tal vez no...

El gran ejército de soldados, parecían estar comandados por un rubio, que usaba una armadura que destacaba del resto.

El pequeño ejército de chicas conejo parecían empezar a perder, ¿ayudo o no lo hago?, no entendía lo que sucedía, pero algo me decía que el rubio era el malo.

Eiji: ¡¡Ahhh!!, ¡¡vamos Eiji!!, ¡¡no pienses y actúa!!, gente está en apuros y tu estas aquí pensando. - me dije a mi mismo, era claro lo que tenía que hacer, busque a mi palo de madera con un calzoncillo colgado, saque mi driver para verlo y luego guardarlo.

Empecé a correr hasta llegar al pueblo, para ayudarlas, una sensación algo rara yacía dentro de mí, no sabía cómo, pero solo era el comienzo de algo grande, que ni yo me lo creería.

Fin POV Eiji

El castaño corría rápidamente, llegando al pueblo pequeño, el mismo no podría hacer frente al gran ejercito era muy obvio, era un humano normal después de todo, si no podía hacer frente, al menos ayudaría a escapar a sus habitantes, y así fue, el trataba de hacer que sus habitantes se fueran, no era momento de preguntar por qué todos eran mujeres y niñas con orejas de conejo, la prioridad era ayudarlos a escapar.

Mientras corría hacia allá, pudo ver como varios hombres pudieron pasar las defensas de esas guerreras, no tardarían en llegar.

Algunas mujeres conejas al verlo que era un humano tuvieron miedo, mientras algunas sacaron armas para lanzarse hacia él.

Eiji: ¡Oe!, ¡no soy enemigo!, ¡vengo a ayudar! -exclamaba el castaño mientras esquivaba las estocadas- ¡¡Aahhhhhh!!, ¡¡mi calzoncillo para mañana!!-exclamo todo preocupado, su única ropa interior para el día que viene ahora tenía un corte, cortesía de una de las atacantes conejas.

Al verlo en ese estado, dejo de lado a las que lo estaban atacando, era como si ese pedazo de tela fuera lo más importante, aseguraban que vieron como lloraba de rodillas mientras alzaba el pedazo raro de tela rosado con puntos blancos.

Pero el momento triste del rider fue interrumpido cuando varios hombres del ejército se hicieron presentes, para atacar a las chicas conejo, mientras que otras llevaban a sus hijas para correr por sus vidas.

Eiji al ver esto fue a ayudarlas para vencer a los hombres, las que antes lo atacaban, ahora veían como el humano las estaba ayudando, talvez no está del lado del príncipe Zorzal.

El castaño tras ayudar a derrotar a algunos de los hombres que aparecieron en el pueblo con ayuda de algunas chicas conejas, rápidamente empezó a gritar que todas se fueran lo más rápido posible, cosa que con ayuda de algunas que al parecer eran guerreras todas acataron el mensaje.

Había desalojado todas las que podía, justo cuando iba a revisar en los alrededores, pudo ver como una pequeña corría de regreso, mientras su madre la perseguía.

El vio esto, no sabía lo que hacia la pequeña de regreso, pero miro a la dirección de donde estaba la batalla, pudo divisar como llegaba más hacia aquí.

Sin perder tiempo fue tras la pequeña para sacarla de ahí, corrió hasta llegar a una casa de madera y de pajas para ver que estaba sacando algo, igual había llegado su madre.

Y lo que la niña saca, dejo al castaño con los ojos abiertos, lo que tenía en las manos de la pequeña eran 3 medallas verdes de bordes dorados, cada una tenía un insecto grabado en ella... eran las 3 medallas para hacer el combo Gatakiriba.

¿Como demonios es que estaba aquí?, ¿puede que el resto de las medallas también estaría?, su mente empezaba a inundarse de dudas, recordaba claramente como aquel portal absorbía todos los core y cell medal, ¿acaso fueron traídos a este lugar?, él se había quedado estoico, arrebatando esas tres medallas de la pequeña, revisaba si eran auténticas o no, realmente lo eran, tras confirmar que eran de verdad, sonrió, si era así, podría verlo nuevamente.

Pero varios hombres del ejercito fueron rodeando la casa, madre e hija se abrazaron, era su fin, esto era malo, la madre empezaba a llorar mientras abrazaba más fuerte a su pequeña.

El castaño al ver esto, saco una especie de aparato, se lo puso en la cintura frente de él, cuando el aparato aparecía una especie de cinturón alrededor de la cintura del castaño.

Si puedo extender la mano para ayudar a alguien, no dudare en hacerlo, si no luego me arrepentiré tanto que deseare estar muerto... ¡extenderé mi mano porque no quiero que eso pase!

Dijo el castaño para sí mismo, sabía muy bien que hacer, y usaría esta oportunidad para hacerlo.

Los hombres se sorprendieron al ver esto, con un poco de miedo no querían entrar, debía ser magia, no sabían si era poderoso o no, no entrarían hasta comprobarlo.

El castaño tomo dos de las tres medallas, poniéndolas en los tres huecos del aparato de su cintura, dejando el hueco de en medio libre para poner la última medalla.

Tras tener las tres medallas en su lugar, inclino el driver hacia abajo el lado izquierdo, para sacar una especie de escáner en el lado derecho de su cintura, para pasarlo por el driver.

¡¡¡Henshin!!!

¡Kuwagata, Kamakiri, Batta, Ga~ta-Gata-Gata-Kiri-ba! ¡Gatakiriba!

Continuara...

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