Capitulo 31

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Juliana POV

Una semana había pasado desde que llegué de aquel viaje, una semana sin ver a Valentina, una semana sin besar a Valentina, una semana sin tocar a Valentina. Sentía que me iba a volver loca, sentía que la necesitaba, pero tenía tanto trabajo pendiente que me parecía imposible verla pronto. Hablábamos por mensajes y llamadas, pero no era lo mismo. Querer despertar a su lado era lo único que yo pedía así que hoy le pedí a Martha que me trajera los folletos de todos los grandes apartamentos en venta de la ciudad. Y así lo hizo, había bastantes sobre mi escritorio, pero con el trabajo acumulado aún no había tenido tiempo de revisarlos, lo haría en la tarde. A la hora del almuerzo Martha me llamó...

- ¿Sí?

- Tiene una visita Licenciada Valdés...

Mi corazón se aceleró.

- Que pase.

No quería precipitarme, pero ojalá sea quien yo estoy pensando... La puerta se abrió y su silueta apareció bajo el marco de la puerta.

- ¡Juliana! – era mi amiga Scarlet, tan escandalosa como siempre.

- ¡Scar! - corrí a abrazarla. No era Valentina, pero a ella también la extrañaba - Pasa, pasa... - cerré la puerta.

- ¿Cómo es eso que te vas de vacaciones y no me explicas ni a donde ni con quién?

- Scar - suspiré - Tengo tanto que contarte... ¿Almorzamos?

- Pues a eso vine, idiota.

- No puedo salir porque tengo mucho trabajo pero pidamos algo...

Así lo hicimos, comida italiana para las dos. Quitamos algunos papeles del escritorio y comimos ahí mientras yo empezaba a contarle acerca de aquel viaje.

- Primero, estuve con Valentina en Los Ángeles pero eso ya lo sabias, luego de que ganó decidí tomar unas pequeñas vacaciones con ella.

- ¿Ustedes dos solas? – se veia un poco sorprendia.

- Así es... En Bora Bora.

- ¡¿TE FUISTE A BORA BORA SIN MI?!

- Baja la voz idiota... Y si, lo siento. - reí - No te imaginas lo perfecto que fue...

- Luego te mataré, ahora quiero detalles...

Comencé a contarle todo lo que hicimos desde el día uno, me ahorré detalles que era personales como las veces en las que Valentina entraba de pronto en la ducha y me hacía suya, o cuando nadábamos desnudas, esas cosas no. Ella me escuchaba atenta mientras comía.

- ¡wow! Envidiables vacaciones...

- Sí... Y tengo una semana sin verla y estoy a punto de enloquecer, lo juro.

- Cálmate chica... ¿Por qué no la has visto?

- Demasiado trabajo... – me encogí de hombros.

- Me sorprende que una chica te tenga así de enamorada, ¡una chica!

- Lo sé... Pero no estoy enamorada idiota.

- Por Dios, te conozco. A parte tendrías que ver la manera en la que tus ojos brillan cuando hablas de ella.

- ¿En serio? - ella asintió - Como sea... Oh, ¿quieres ayudarme a escoger un apartamento?

- ¿Para quién?

- Para mí... Voy a mudarme.

- ¿En serio? ¿Tus padres ya lo saben?

- No, pensaba decírselos esta noche... Pero ya quiero hacerlo, tengo la edad y el dinero. Aparte, necesito un espacio para estar con Valentina sin que nadie nos vea.

- Entiendo... Veamos, seguro encontraremos algo, pero bebé, ¿estás segura de esto? No creo que este bien que se estén escondiendo.

-Sacar – suspire – sabes como es mi familia y como se pondrían si se enteraran.

-Lo entiendo, pero las dos pueden salir muy lastimadas de esto. – puso una mano sobre la mía – no quiero verte sufrir.

- Yo sé, y lo que menos quiero es lastimar a Valentina, ella es demasiado especial para mí, pero por ahora es lo mejor, al menos hasta ver cómo puedo solucionar todo esto.

-Está bien, te apoyare en todo, solo ten mucho cuidado por favor. – Asentí – bien, busquemos ese departamento.

Estuvimos ahí alrededor de una hora hasta que nos decidimos por uno bastante bonito, elegante, en una buena zona, grande y perfecto. Llamé al número que estaba en el anuncio y al segundo tono me atendió...

-¿Diga?

- Buenas tardes... Le llamaba por el anuncio del apartamento. El de dos plantas.

- Oh, claro... ¿Cuando quiere verlo?

- ¿Mañana es posible?

- Claro que sí, ¿a las nueve de la mañana está bien?

- Sí, perfecto.

- ¿Me da su nombre, por favor?

- Juliana Valdés.

- ¿Valdés? Vald... Juliana?

- Sí...

-Sí, claro, usted, ehm, claro, mañana, nueve, sí.

- Perfecto, hasta mañana entonces.

- Hasta mañana.

Colgué y negué con la cabeza mientras reía.

- ¿Qué? – pregunto mi amiga.

- Se puso nervioso cuando dije mi nombre.

- Claro idiota, seguramente morirá por venderte algo a ti... En fin, ya debo irme, tengo una sesión fotográfica en una hora.

- Está bien... Gracias por venir, necesitaba hablar con alguien.

- Cuando quieras, bebé. Y ya anda a quitarte el estrés con los dedos mágicos de Carvajal.

- Cállate, no puedo, estoy en mis putos días.

Escuché una carcajada por parte de Scarlet y la asesiné con la mirada.

- Ya, ya... Adiós.

- Adiós.

Salió de mi despacho y seguí trabajando toda la tarde. Extrañando cada vez más a Valentina...

Al terminar por fin la jornada laboral del día de hoy me subí al auto con Jason luego de despedirme de mi secretaria. El me llevó hasta mi casa y al bajarme ya mis padres estaba ahí a punto de empezar a cenar...

- Hola... – los salude a todos con la mano.

- ¡July! – grito Mariana.

- Hola mi amor - le deje un besito en la frente.

- Hola, hija... – mi madre sonrió.

- Hola mamá... Hola papá. Quería hablar con ustedes de algo importante.

- Claro, vamos a comer y nos cuentas. – asintió mi padre señalando una silla.

Nos sentamos todos en la mesa y Mariana justo a mi lado, ella era la que más me preocupaba porque sabía que no la vería tan seguido como ahora, pero tenía que entenderlo, todos dan este paso en algún momento de la vida.

- Bueno, lo diré directo, sin rodeos... Me mudaré, compraré un apartamento.

Miré a Mariana quien se había quedado como en shock.

- ¿Quieres vivir sola? – pregunto mi mamá algo sorprendida.

- Pues... Creo que todos en algún punto de nuestra vida debemos independizarnos ¿no es así? Y quiero tomar esa responsabilidad, ya trabajo y eso me da mucha, pero quiero poder encargarme de mi propia casa y esas cosas.

- Me gusta que quieras ser independiente hija, si es tu decisión yo te apoyaré, pero por favor, déjame regalarte el apartamento que quieras- - propuso mi papá alegremente, esto sí que no me lo esperaba.

- No es necesario, de todas maneras, usaría tu dinero papá...

- No, el dinero que tú tienes en tus cuentas te lo has ganado tú con tu trabajo en la empresa, es totalmente tuyo.

- Sí, es cierto... - y la verdad es que si me ha costado mucho ganármelo.

- Sólo dejaré que te vayas de mi casa si me dejas regalarte el apartamento.

- Está bien - sonreí y el también.

- July... ¿Me vas a dejar? – dijo Mariana casi en un susurro.

- No mi amor - tomé sus mejillas - seguiré jugando contigo cada vez que quieras ¿si? Pero ahora tendrás dos casas...

- ¿En serio? ¿Puedo ir dormir contigo cada vez que yo quiera?

- Por supuesto que si, sólo tienes que decirle a mamá que te lleve.

- ¿Tú me llevarías mamá? – se giró mirando a nuestra madre.

- Claro que si mi amor, cada vez que quieras ir Juliana te recibirá.

- Así es... - concorde.

Luego de aquella cena y de una repentina emoción por parte de Mariana por decorar su nuevo cuarto, subí a mi habitación para cambiarme y acostarme por fin. Marqué aquel número que se había vuelto mi favorito y llamé.

- Hey.. - su tono de voz era alegre por lo que sonreí.

- Hola mi amor...

- ¿Todo bien?

- Sí, acabo de decirles a mis papas que me mudaré.

- ¿En serio? ¿Y qué tal estuvo?

- Bastante bien, mejor de lo que creí... Al principio Mariana se puso triste pero luego se emocionó porque podrá decorar su nuevo cuarto - reí.

- Que bueno, ¿ya viste algunos?

- Sí, Scar estuvo hoy en la oficina y me ayudó a escoger uno bastante bonito. Mañana lo veré en persona y veré que tal está.

- Genial... - siempre que hablábamos por teléfono era de cortas palabras, y yo ya me había acostumbrado a eso, sabía que tenía que preguntar las cosas para que ella me contara de su día, pero así es ella y la acepto como es.

- ¿Tu qué tal?

- Bien... Las cosas han mejorado muchísimo porque económicamente estamos mejor así que todo está marchando como yo quería... Sólo que te extraño.

- Y yo a ti, Dios... Necesito besarte.

- Yo también lo necesito...

- ¿Crees que podamos vernos mañana?

- ¡Sí! - su emoción me hizo reír al igual que a ella - Por favor, sí. Quiero verte.

- Te llamaré cuando salga de la empresa.

- Está bien... ¿Hasta mañana, entonces?

- Hasta mañana... Val, te quiero.

Casi pude oír su sonrisa.

- Y yo te quiero a ti. Descansa.

- Igual tú.

Y sin más, colgué. Quedándome completamente dormida luego de eso.

A la mañana siguiente fui primero a la oficina, firmé algunos papeles y me subí de regreso al auto mientras Jason me llevaba a la dirección que le di. Un mensaje de buenos días por parte de Valentina me traía feliz tan temprano.

- Llegamos. - dijo abriéndome la puerta para bajar.

El gran edificio era hermoso, la zona era perfecta y ya me gustaba, pero debía verlo.

- ¿Señorita Valdés? - dijo un señor detrás de mí.

- ¿Sí?

- Viene a ver el apartamento, yo se lo mostraré, mucho gusto... - extendió su mano y yo la apreté.

- Un placer.

Subimos hasta el último piso pues era el más grande, de dos niveles, tenía la mejor vista de la ciudad, cinco cuartos y tres de ellos con baño propio, el cuarto principal era hermoso, me imagine ahí con Valentina y todo lucía perfecto. Tenía dos baños más, una cocina muy bonita, sala y un despacho, el edificio podía funcionar como un hotel y tenía estacionamiento para cuatro autos a mi disposición por ser el más grande, totalmente amueblado, era perfecto.

- Lo quiero. – dije sin más.

- ¡Grandioso! - dijo entusiasmado - Aquí están los papeles que se deben firmar, si gusta leerlo está bien, también está el precio y todo lo que necesita saber.

- Perfecto, ¿cuándo puedo mudarme?

- Apenas firme y se hagan los movimientos bancarios, es suyo.

- Bien, me mudaré mañana. Leeré esto hoy y en la tarde se lo enviaré, el dinero estará en su cuenta está tarde.

- Sí, claro, perfecto.

- Gracias.

Me volví a colocar los lentes y Jason me abrió la puerta para salir de ahí, bajé por el ascensor y nos regresamos a la oficina. Llamé a mi papá y le mande una copia de aquel contrato que debía firmar, él sabía más de todo que yo y le pedí que lo leyera para que todo estuviera en orden. Yo también lo leería, pero no estaba de más.

Al finalizar la tarde el me llamó...

- Juliana...

- Papá... - lo puse en altavoz mientras yo firmaba algunas cosas.

- Ya leí lo que me has enviado y puedes firmar...

- Ya lo hice.

- ¿Ya? ¿Entonces para que lo leí?

- Pues, lo leí también y todo estaba en perfecto orden así que firmé, pero gracias por confirmar.

Escuché su risa.

- Idéntica a mí en ese aspecto... En fin, ya lo pagué así que es tuyo, disfrútalo. Y, por cierto, puedo apoyar tu relación con Daniel, pero nada de que se esté quedando ahí ¿entendido? No quiero que salgas embarazada a tu edad.

- No te preocupes, él no se quedará y no quedaré embarazada - reí - y gracias papá.

- Perfecto... Nos vemos en casa, adiós.

- Adiós.

La idea de una familia llegó a mi mente de pronto, ¿Valentina querrá? En Los Ángeles se veía muy cómoda con los niños, pero no sé cómo se sentiría con la responsabilidad de ser madre. Unos ojitos azules llegaron a mi mente, el recuerdo de aquella pequeña niña rubia me hizo sonreír y extrañarla, era extraño, pero quería jugar con ella, aunque sea un rato al día. Sacudí mi cabeza y me concentré de vuelta en lo que hacía.

Al llegar a mi casa, subí rápidamente a mi habitación, me cambié por algo más cómodo y salí de vuelta, encontrándome con Jason en la sala, cuando me vio se levantó.

- Oh, no, no te preocupes... Tengo algo que hacer, pero quiero que te quedes, y es una orden.

- Pero señ...

- Es una orden. - repetí.

Tomé las llaves de mi camioneta y caminé hasta ella, me subí y por fin pude volver a manejarla. Salí de mi casa y mientras más me acercaba, más nerviosa me ponía - Dios, parezco una adolescente - pensé.

Para: Val

Texto: Estoy afuera.

Envíe y esperé escasos minutos cuando vi la puerta abrirse, creí morirme cuando su perfecto cuerpo se acercaba a la camioneta, mi corazón se aceleró y hasta le sudaban las manos - Recuerda respirar Juliana - pensaba. Ella se subió al copiloto y, al cerrar la puerta, me miró sonriente. Yo no podía hablar, no recordaba cómo hacerlo. Se veia perfecta, ¿Como es que pude sobrevivir tanto tiempo sin verla?

- Oh Dios... Te extrañé tanto. – dijo

Sentí como pegaba su cuerpo al mío en su abrazo y entonces reaccioné, la abracé también y sonreí feliz, por fin la volvía a tener cerca.

- Y yo a ti...

Sujetó mis mejillas y sin pensarlo, me besó. Yo sentía que estaba llegando al cielo o algo así parecido, era increíble como ella me hacia sentir, esto jamás me había pasado y se sentía jodidamente bien.

- ¿A dónde vamos?

Me encogí de hombros. Realmente no tenía un plan, yo solo quería verla.

- ¿Dónde quieres ir? – le pregunte.

- Hm, no lo sé.

- Ya sé. Sólo déjame hacer una llamada...

Tomé mi teléfono y rogué porque me contestara... Por suerte, al segundo tono, lo hizo.

- Señorita Valdés...

- Buenas noches... Ehm, ¿recibió mi pago?

- Así es, mañana a primera hora puedo llevarle las llaves de su nuevo apartamento a su oficina.

- A decir verdad... ¿Puedo buscarlas... Ahora?

- Claro, sí. Yo vivo en el mismo edificio solo que un piso más abajo.

- Es perfecto, estaré ahí en diez minutos.

-Perfecto.

Colgué y Valentina me miró expectante.

- ¿Lista para conocer nuestro nuevo escondite? – pregunte emocionada.

- Andando... - sonrió.

Mientras iba manejando, la veia de reojo, su perfil es perfecto, todo en ella es perfecto, quisiera detener el tiempo y quedarme con ella para siempre. 

-Se que soy jodidamente guapa, pero tienes que mirar el camino si no quieres que terminemos estampadas. - dijo sacándome de mis pensamientos. 

-Eso hago, y no eres tan guapa. - gire los ojos. 

-Si, claro - dijo riéndose. 

Al llegar al edificio, aquel señor me esperaba en recepción, me dio las llaves y amablemente se despidió de mí. Subimos al ascensor y ahí, volví a besar a Valentina, en verdad había extrañado esta sensación.

- Aquí es.

- Un piso de todo el edificio para ti sola, ¡wow!

Metí la llave en la cerradura y volteé a mirarla.

- En realidad, son dos...

Abrí la puerta y por fin entramos, cuando la cerré, me subí a Valentina como si fuera un koala, comencé a darle pequeños besitos por toda la cara mientras ella reía. Luego me bajé y le enseñé todo el lugar...

- Está... Increíble.

- Lo sé, es perfecto... Quería que fueras la primera persona que lo viera. Lo remodelaré, es decir, a mi estilo, pero aun así está lindo ¿no?

- Sí - me abrazó por la cintura - y gracias por querer que fuese la primera.

- Quería que te gustara tanto como a mi...

- Y me gusta.

- Eso es bueno - la rodeé por el cuello.

Ella me besó de manera más intensa esta vez, como un beso necesitado que me erizó por completo la piel... Sus manos se metieron por el borde de mi camisa y comenzó a acariciar mi abdomen.

- Val... Valentina... Espera...

- ¿Que pasa? - dijo besando mi cuello.

- Yo... Dios, debes parar.... Yo... No puedo...

- ¿Por qué no? - seguía besando mi cuello mientras sus manos me arañaban el abdomen hacia arriba para luego acariciar hacia abajo.

- Es... Yo... Ya sabes, no puedo.

Ella rio contra mi cuello y yo golpeé su brazo.

- Auch... Igual puedo besarte ¿No es así?

Yo asentí y ella me cargó hasta que llegamos al cuarto que yo había escogido como mío, o nuestro. Nos recostamos en la cama y ahí, entre besos, nos quedamos felizmente dormidas.

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@mopaju 😘

Esta historia NO me pertenece, es una adaptación realizada con la autorización de su autora @Laurendruxgs

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