Capitulo 44

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Valentina POV

Dos días habían pasado desde que Juliana me dijo que se había ido a Los Ángeles, no había vuelto a llamarme ni a enviarme un mensaje ¿tan rápido se cansó de insistir? O, ¿que estará haciendo? ¿Debería llamarla? No. Ella debe llamarme a mí. Aunque ya me llamó. Pero no. Que siga llamando. Sí, eso.

- ¡VALENTINA! – grito Lorena

Agité mi cabeza y la miré.

- ¿Qué pasa?

- Te pregunté qué pensabas sobre lo que te dije.

- ¿Que me dijiste?

- ¿No estabas escuchándome? - dijo molesta

- Lo siento, estaba... Juliana no ha vuelto a llamarme. – me encogí de hombros.

- Quizás sea porque no le has devuelto ninguna de sus llamadas idiota.

- Pero ella deber...

- ¡Ella debería nada, Valentina! Te ha llamado y tú no le has contestado, fue a buscarte a tu casa ¿qué quieres, que se arrastre por ti? Llámala.

- No pero..

- ¡Llámala!

- ¡Bien! - dije desesperada - La llamaré, Dios...

Marqué su número y esperé...

- ¿Diga? - Su voz. Su maldita voz me paralizó. - ¿bueno? – volvió a

- Habla, imbécil. – dijo Lorena golpeándome el brazo

- Juliana.... – hable finalmente.

- ¿Val? Val.. lo siento... estaba dormida y no vi el... Hola.. tu...

- ¿Estabas dormida? Pero si... Oh, el cambio de horario, lo olvidaba. lo siento, lo siento... si quieres hablamos lu...

- ¡NO! No te preocupes... ¿Cómo estás?

- Bien... yo... ¿Tu cómo estás?

- Excelente... Mañana regresaré... Quisiera verte, tenemos que hablar - susurró.

- Escucha, yo...

- Es importante, tengo... Quiero... por favor.

- ¿En tu casa?

- Sí, te espero en nuestra casa.

- Nos vemos entonces...

- Vale, hasta mañana, Te a... -suspiró - Descansa.

- Tu igual.

Al día siguiente luego de trabajar en unas fotos, me subí al auto y conduje directamente al edificio en donde vivía Juliana, sabía qua ya estaba en la ciudad pues me había enviado un mensaje diciendo que me esperaba.... Al estar en la puerta tomé una gran bocanada de aire y toqué el timbre...

- ¡Un segundo!

Mi corazón se aceleró solo por escuchar su voz, me puse nerviosa y me maldije por no tener control sobre mi cuando la tenía cerca. La puerta se abrió y todo el aire se quedó atascado en mi garganta.

- Valentina... Llegaste temprano - susurró.

Miré mi reloj y si, era temprano.

- Lo siento... Salí de la sesión y vine directamente, pero si es un mal momento puedo regresar lu...

- No, no. Por favor, pasa.

Miré con detenimiento su ropa y traía un delantal y en su cara había harina, incluso en su pelo. Fruncí el ceño y ella miró su atuendo también.

- Oh, lo siento yo... Mejor, pasa.

Me tomó del brazo y me jaló hacía dentro, olía muy rico, olía como a galletas recién horneadas.

- ¿Estás cocinando galletas? - pregunté.

- Si... - sonrió.

El sonido de algo cayéndose sonó en el cuarto.

- ¿No estás sola? - elevé una ceja.

- No.

Corrió a su habitación y yo cruce mis brazos esperando, si Daniel estaba aquí juro que ella no vuel...

Me paralice.

- ¿Recuerdas a esta pequeña?

Ella venía saliendo de la habitación con aquella preciosa niña rubia en sus brazos. Mi cuerpo se paralizó, no sabía que decir, qué hacer, qué pensar...

- Valentina...

Se veían tan hermosas...

- Valentina, ¿Estás ahí?

¿Cómo pueden lucir tan adorables?

- Hey.. - sentí un mano acariciar mi mejilla y entonces enfoqué mis ojos en ella, sonriendo - ¿Recuerdas a Olivia?

- ¿Su nombre es Olivia? - Ella asintió mientras yo sentía que mi corazón latía fuerte - Si... Hola pequeña....

Ella volvió a sonreír escondiéndose en el cuello de Juliana, justo como la primera vez. Sin saber muy bien por qué, una lágrima corrió por mi mejilla mientras todo el aire que traía contenido se escapó de mis labios. Juliana sonrió como nunca antes...

- La adoptaste...

Ella asintió mientras limpiaba aquella lagrima con su pulgar. Olivia salió de su escondite y me miró, sus ojos eran... no lo sé, creo que azules, pero quizás podrían ser grises... el punto es que eran preciosos. Estiró sus brazos hacia mí y yo la sujeté, cargandola.

- Hola - susurré. Ella volvió a sonreír, pero esta vez fue en mi cuello en el que se escondió. Miré a Juliana quien no cabía más de la felicidad, podía notarlo, sus ojos estaban cristalizados y rápidamente se los limpió.

- Estoy haciendo galletas, ¿quién quiere? – dijo la morena entusiasmada.

Olivia brincó en mis brazos emocionada, yo reí por su reacción.

- Hora de comer galletas.

Seguimos a Juliana a la cocina y la senté en el mesón estilo americano que estaba en el medio del lugar, yo me senté en una silla alta y la rodeé con mis brazos para que no fuera a caerse. Vi que Juliana se acercó a la tablet y leyó algo mientras cocinaba.

- Estas haciendo trampa - me burlé.

Ella sonrió.

- No, me estoy orientando.

- Oli, dile que esta haciendo trampa... – le dije a la niña, haciéndola reir.

- Oye.... No la pongas en mi contra.

- Ahora seremos dos contra uno - me reí mientras besaba las mejillas de la bebé.

Oli solo reia.

- Grandioso... y yo soy la que está haciendo las galletas.

- ¿Quieres que te ayudemos?

Juliana me miró y mordió su labio inferior, inconscientemente, yo suspiré mientras ella asentía. Me puse de pie y a Olivia la senté del otro lado de la mesa, me coloqué otro delantal y a la pequeña le puse un guante de cocina en la cabeza, se veía realmente graciosa y adorable, al reírme Juliana volteó a vernos y negó mientras le quitaba eso. Oli solo se reía.

- A ver... Tu vas a mezclar en esa taza y Oli te dará harina. La primera mezcla me salió terrible... pero esta nos saldrá bien.

- Manos a la obra, Oli, nosotras lo haremos bien, ¿verdad? - la pequeña asintió riendo.

- Dale harina a Valentina, Olivia.

De pronto, tenía la cara cubierta de harina, ni siquiera podía abrir los ojos. Al escuchar las carcajadas de Juliana y la pequeña simplemente reí, me limpié los ojos y pude verlas. Juliana se estaba retorciendo de la risa y Olivia me veía sonriente desde la mesa.

- ¿Que es tan gracioso, ah?

- Tu car...-explotó en risas

- ¿Ah, si? Dame un besito, Juliana.

- No... - negó riendo.

- Por favor....

Tomé sus mejillas y la acerqué a mi llegando su cara de harina también. Olivia aplaudió emocionada. Yo me reí.

Al final, pudimos meter las galletas al horno y limpiar un poco el desastre que habíamos ocasionado, yo tenía a Oli sentada junto a mí en el sofá mientras buscábamos algo divertido que ver, ella sonrió y aplaudió emocionada cuando vio a bob esponja en la tv.

- ¿Te gusta? Bob esponja es un idiota, lo amo.

Me concentré en la tv junto con ella, luego sentí que alguien más se sentaba en el sofá con nosotras, dejando a Olivia en el medio de las dos.

- Amo Bob Esponja... – dijo Juliana.

- Wow, señora empresaria, ¿le gusta?

- Sí - rió - Nada que hacerle.

Reí mientras volvía mi atención en la tv, segundos después noté como Oli envolvía su manito en un dedo de Juliana, mientras se llevaba su otro pulgar a la boca. Sonreí ante aquella imagen tierna. Mis ojos se encontraron con los de Juliana y nos quedamos así unos segundos, simplemente viéndonos. Parecía como si nada hubiera sucedido, se sentía como siempre, incluso mejor. Se sentía como si fuéramos una familia y, por ahora, no quiero pensar en nada más.

Luego de comer las galletas, Oli se quedó dormida. La cargué mientras Juliana me decía cuál era su nuevo cuarto, vi la cama y la recosté ahí. Juliana junto un montón de almohadas alrededor para que ella no se cayera, puso muchas, eso parecía un pequeño fuerte. Me reí ante su frustración por no dejar ningún espacio en el que la niña pudiera caerse. Me acerqué a ella y sujeté su brazo..

- Creo que así está bien... - susurré.

- Si... eh.. Si.

Dejamos la puerta medio abierta y volvimos a la sala a sentarnos. Ella jugaba con sus dedos un poco nerviosa.

- ¿Que te dijeron para poder adoptarla?

Quise evitar el tema de nosotras dos, al menos por ahora.

- Pues, me pidieron algunos requisitos y constantemente ellos estarán visitandome para ver como está la niña. Pero en si no hubo demasiado problema porque saben que puedo darle todo lo que ella quiera y necesite.

- No sólo monetario... Yo creo que serás una gran mamá.

- Gracias - susurró.

- ¿tu familia ya la conoció?

Juliana: No... No sé exactamente como decirles.

- ¿Crees que se molestarán?

Ella negó con la cabeza.

- Solo creerán que soy demasiado joven y bla, bla, blah...

Me reí.

- Eres joven, sí. Pero es tu decisión y yo creo que eres lo suficientemente madura como para criar una niña. Lo harás bien.

- Gracias Val...- dijo agachando la mirada.

Yo no lo soporté más y me incliné en el sofá, sujeté sus mejllas y delicadamente la besé. Sentí sus labios tan suaves. No fue un beso salvaje ni sexual, era un beso delicado, tierno. Mi corazón latía rápidamente, ella se inclinó hacia delante y yo hacía tras, sentándose a horcadas sobre mis piernas, llevé mis manos hasta su cintura cuando las de ella subieron hasta mis mejillas, su lengua jugaba exquisitamente con la mía y todo dentro de mi comenzaba a aumentar.

- Perdóname.... Por favor, perdóname - susurró contra mis labios.

Hice que dejara de hablar sellando sus labios con los míos nuevamente, esta vez el beso se tornó un poco más pasional, más agresivo... Llevé mis manos a su trasero y lo apreté con fuerza, ella gimió. Bajé mis labios y comencé a besar su cuello, metí mis manos debajo de su camisa y toqué su perfecto y definido abdomen, esta mujer me volverá loca....

Oli comenzó a llorar haciendo que dejáramos de besarnos. Nos reímos y ella se levantó para ir a ver que le ocurría a la pequeña.... Yo me quedé unos segundos más en aquel sofá, intentando normalizar mi respiración.

Minutos después me levanté y entre cuidadosamente al cuarto de la pequeña, ambas estaban acostadas y Oli se aferraba a la camisa de Juliana mientras ella le acariciaba suavemente su pequeña espalda. Juliana me pidió que me acostara con ellas y así lo hice, Oli al sentirme me miró y sonrió, tomó uno de mis dedos y lo envolvió en su manito, soltando a Juliana pero pegada a su cuerpo... Yo sonreí y me recosté observandolas detalladamente.

- Oli, pidele a Val que se quede a dormir con nosotras hoy... - susurró, como si yo no pudiera escucharla, aunque esa era su intención.

- Val dueme.

- Me quedaré si eso quieres, princesa.

La pequeña sonrió y asintió efusivamente. Volvió a pegar mucho su cuerpo al de Juliana pero sin soltarme.

- Sabias que si ella me lo pedía no iba a decirle que no...

- Cariño, si yo te lo fuera pedido, tampoco te habrías ido... - me guiñó.

Sonreí negando con la cabeza, Juliana se acurrucó más a la pequeña haciendo que las tres estuviéramos muy juntas, y así, caímos profundamente dormidas.

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Aunque sea uno chiquito jejeje, capitulo especial para la Pandilla gringa! las quiero!

Esta historia NO me pertenece, es una adaptación realizada con la AUTORIZACIÓN de su autora @Laurendruxgs


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