°05°•. 💗

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Poco a poco aquella sonrisa desapareció del rostro del alfa siendo reemplazada por una mirada confusa.

— ¿Porque me siguió hasta aquí? — cuestionó el pelicastaño— Esto puede ser denunciado como acoso. — Señaló con la voz firme.

Uno de los guardias del alfa puso un pie adelante y trato de acercarse al Omega Pero fue detenido por el brazo del alfa quien lo miró enojado.

Jungkook trago grueso, por un momento estuvo apunto de retroceder.

— Lamento incomodarlo, fue mi error seguir mis instintos y abordarlo de esta manera tan descortés. — y como si fuera un cuento de hadas, el alfa se inclino ante Jungkook quien lo miró muy asustado.

En el mundo de jerarquías, que un alfa se incline ante un Omega era la muestra mas grande de sumisión pues estos eran conocidos como dominantes y que se inclinaran ante un rango inferior era sumamente humillante para unos y una gran muestra de amor para otros.

Por su lado, Jungkook se asusto de sobremanera.

Solo pudo mirar a su alrededor y vio a los alfas y omegas mirándolos con ojos grandes, Jungkook estaba más que asustado, estaba entrando en pánico.

— No... Yo, yo no... — tartamudeo antes de retroceder poco a poco y salir corriendo, esto sucedió en segundos que el alfa no reaccionó a tiempo pues el castaño ya desaparecio entre la gente.

— ¿Vamos a atraparlo señor?

— No, regresemos a Corea, el tendrá que volver tarde o temprano. — el pelirubio suspiro un poco triste antes de marcharse.







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Jungkook tocó fuerte su pecho para tratar de calmar su agitado corazón, sus mejillas rojas, cuerpo tembloroso y respiración entrecortada eran claro ejemplo de lo desastroso que se sentía.

Las imágenes de lo que acababa de pasar recorrian su mente. No encontraba la razón para que el alfa actuará de esta manera.

¿Porque a él? Habiendo tantos omegas dispuestos a ser cortejados por la realeza, por todo ese ámbito de jerarquías y ese mundo... De todos ellos, tenía que ser Jungkook.

Ya un poco más calmado se miró al espejo, como último recurso, había decidido ocultarse en el baño, tenía muchas cosas que hacer. Suspiro y se mojo el rostro con agua para después mojarse los cabellos, una ves más fresco saco la cajita de supresores que traía en la mochila, saco una pastilla marron y se la comio sin agua.

Era horrible ser Omega y no poder controlar aquellos impulsos que su cuerpo tenía, lo odiaba tanto.

Con calma pensó en sus posibilidades, solo tenía una salída y esa era volver a Corea, después de todo ya se había perdido el recorrido... O quizás podría seguir de largo e ir por aquella ruta que había trazado, no tenía dinero para gastar de más como turista, Pero si habían las agallas para ser mochilero.

Quizás esto solo era una salida para no volver a Corea tan rápido, debía de tomarse su tiempo y que aquel alfa rubio lo olvidará para después casarse con una Omega de su nivel.

El corazón de Jungkook se encogió ante la idea, no le gustaba imaginar esas cosas, Pero era la mejor solución a su problema, no quería involucrarse más, no quería salir lastimado de esto.

Suspiro por última ves y se marcho.

En su mente esto estaba más que claro, debía de pasar los 6 meses que planeo de la manera mas larga posible.












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— ¿Qué haces Yoongi? — el pelinaranja se sentó al lado de su Omega observando la pantalla de la laptop, en ella se podia ver la cara de su cuñado durmiendo.

— Acabo de ver la novela más dramatica de la vida. — el Omega parecía muy asombrado.

Hoseok solo refunfuño.

— Dijimos que nada de cámaras secretas a su hermano Yoongi.

— ¡Ohh cariño! — el peligris volteo a verlo — Somos familia del principe.

La gran sonrisa del Omega parecía no tener fin. Hoseok se asustó de sobremanera al verlo pues parecía un loco apunto de hacer la mejor obra de su vida.









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Habían pasado ya más de tres meses y Jungkook solo supo una cosa. Las parejas destinadas no eran más que una mierda.

En los últimos días se había sentido tan mal que incluso terminó en la esquina de una habitación totalmente acurrucado tratando de calmar aquella necesidad de salir corriendo a buscarlo, su cuerpo ardia y su pecho lo quemaba, estaba harto de eso, las lagrimas caian por su rostro. Se sentía tan mal, no solo en cuerpo sino también en alma.

Suspiro ante sus pensamientos, solo le quedaba regresar, además de que ya se había dado cuenta de algo extraño.

Ahora estaba en Francia, había llegado de aventones y vuelos pagados por alfas que lo pretendían, o quizás solo fingían hacerlo, en los últimos días noto que no eran más que simples alfas que mando su destinado a cuidarlo, la ves que lo descubrió se sintió de cierta manera cálido, Pero también tenía mucho miedo.

Si daba su brazo a torcer que es lo que pasaría. ¿Un plebeyo en el palacio de reyes? No era más que una mala broma, los futuros reyes y padres del principe no lo aceptarían jamás, jamás dejaría que su hijo se enlace a un Omega como el, y quizás hasta lo destituyan del trono y lo saquen del palacio.

Eso sí que era muy triste. Jungkook lloro un poco más al imaginarse al pelirubio pidiendo limosna, estos días andaba tan sensible que cualquier clsa lo hacia llorar.

Debía de volver.

Con sus últimas fuerzas se puso de pie y se acercó a su mochila para sacar los supresores, ultimadamente ya no le hacían tanto efecto, si quería mantenerme bien durante todo el día, debía de tomar tres pastillas, eso era mucho Pero lo justo en este momento.

Tomo las últimas que le quedaban y suspiro tratando de respirar mejor, el pecho aún le dolía un poco, aunque era soportable, solo el dolor de su cuello le molestaba más.

Era hora de regresar. Ya más calmado miro por la ventana de la habitación, abajo en la calle los pudo ver, habían cuatro alfas resguardando cada esquina de la calle, ellos trataban de esconderse de el pero era mas inteligente que ellos.

Al menos le servirían de algo.

Acomodo todas sus cosas y salió dejando la habitación sola, bajo las escaleras y planifico muy bien cada uno de sus siguientes movimientos.

Una ves estando afuera camino por la calle hasta casi llegar al final, una ves ahí fingio sentirse mal y cayó al suelo, con los ojos entrecerrados miro como los alfas se acercaban corriendo a el, a los últimos momentos antes de caer dormido sonrió.

Un viaje gratis a Corea lo esperaba.

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