Colisión de estrellas

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dedicado a una amiga muy especial, Tequila213 ¡feliz cumpleaños guapa!

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Septiembre de 1995.

Coloqué la manta sobre la pequeña pendiente que se encontraba cerca del sauce boxeador y me recoste sobre ella a esperar a que mi compañero llegará.

Observé el cielo oscuro y de inmediato comencé a contar las estrellas que brillaban en lo alto.

Mientras lo hacia a mi mente acudió de nuevo el recuerdo de aquella noche de octubre de hace dos años cuando él me encontró en este mismo lugar, contando estrellas...

... — 100, 101, 102, 103... — detuve mi conteo cuando escuché el sonido de una rama al ser pisada por alguien.

Me levanté de la posición en la que me encontraba sólo para encontrarme con un par de ojos verdes que me veían con el ceño fruncido.

¿Tú también cuentas estrellas? — preguntó Potter acercándose hasta donde yo estaba.

Me puse de pie y me crucé de brazos, y me quedé viéndolo sin responder.

¿A ti qué más te da si cuento estrellas o no? — le respondí con otra pregunta.

Es que, yo también lo hago — dijo un tanto apenado — me ayuda a relajarme y despejar mi mente de recuerdos desagradables.

Descruce mis brazos, y me di cuenta que yo también hacia aquello por la misma razón.

La primera vez que conté estrellas fue cuando tenía 6 años y mi padre me había regañado fuertemente porque había roto un jarrón que había pertenecido a mi abuela, Aghata Greengrass.

Lo hice sin querer, uno de los elfos había creado burbujas de colores para entretenerme, corrí detrás de una de color rojo que no había podido alcanzar para que explotará.

Recuerdo que salí fuera de la mansión al patio trasero con lágrimas empañando mi vista y con la mejilla colorada debido al golpe que mi padre me había dado.

Contar estrellas remitió el llanto y alivio sólo un poco el dolor que sentía...

A mí también me relaja contar estrellas — admití luego de salir de mis recuerdos.

El sonrió provocando en mí una sonrisa igual de auténtica, que hizo que sin pensarlo las siguientes palabras salieran de mi boca.

Si tú quieres, podemos contar estrellas juntos— él se sorprendió y yo esperé expectante su respuesta.

¡Claro que sí! — exclamó— me alegra saber que no soy el único que hace esto.

Desde aquella noche esté lugar se volvió nuestro punto de encuentro luego de la cena. Y contar estrellas juntos se volvió una costumbre de cada día.

Sin embargo, las pláticas bajo el cielo estrellado se volvieron también una costumbre. Y poco a poco nos hemos ido conociendo.

Pero, sobretodo he descubierto que él no es tan diferente a mí.

¿Por qué los sangre pura se empeñan tanto en crear diferencias entre nosotros?

El dilema en el que me encuentro ahora mismo es muy difícil pues desde niña me enseñaron que los traidores a la sangre y los sangre sucia son enemigos.

Sin embargo, Potter me ha ofrecido su amistad, ha compartido sus penas conmigo, con su enemiga...

— Hola, Daphne... — su voz me hace pegar un bote.

— Me asustaste tonto — le digo mientras trató de controlar los latidos de mi corazón.

— Disculpa no ha sido mi intención.

Caminó y se dejó caer sobre la manta muy cerca de mí, eso no ayudo a controlar mis latidos y sumado a eso el maldito cosquilleo en mi estómago por tenerlo cerca volvió como cada noche desde hace un tiempo.

Ninguno dijo nada más y así con sólo el ulular de las lechuzas y el correr el viento como melodía comenzamos a contar estrellas.

Tan concentrada estaba que no supe en que momento su mano había tomado la mía, mi piel se erizo pero no dije nada, ni me moví, me había quedado petrificada.

Él tampoco dijo o se movió, siguió con los ojos puestos en la inmensidad del cielo...

No sé por cuanto tiempo pasamos en aquella posición que me resultó tan cómoda, y si pudiera pasaría toda la noche así con él.

Pero nuestro tiempo había acabado y debíamos volver a nuestras salas comunes, con nuestros amigos a nuestro papel de enemigos...

Nos levantamos aún tomados de las manos y nuestras miradas se conectaron. Me sumergi en la profundidad de aquellas esmeraldas verdes que me hipnotizaron desde la primera vez que las vi.

Mi corazón golpeaba fuertemente contra mi pecho, un nudo en oa garganta no me dejaba pronunciar palabra alguna.

Su mano libre se movió hasta mi mejilla y cerré los ojos disfrutando la caricia.

— Eres tan hermosa... — su voz rompió el silencio e hizo que el cosquilleo en mi estómago se intensificará.

— Bésame — la palabra salió de mi boca sin pensarlo y en verdad era lo que deseaba desde hace un tiempo.

Quería probar sus labios, sentirlo así de cerca...

Abrí los ojos y de nuevo me quedé hipnotizada por sus ojos, sentí que orbitaba a su alrededor separados por miles de kilómetros.

Quise alcanzarlo, quise gravitar en la misma órbita en la que él se encontraba...

Y una fuerza mucho mayor a la cobardía que sentía hizo que poco a poco nos fuéramos acercando.

— Bésame bajo la luz de miles de estrellas — le dije antes de que mis labios se juntaran a los suyos.

Aquello me hizo levitar hasta lo más alto del cielo, perdí mi centro de gravedad y me dejé llevar por la explosión que ocasionó que dos estrellas colisionaran.

Luego, me ocuparía de los estragos que dejará la explosión, en este momento sólo importabamos él, yo y las estrellas que presenciaron el nacimiento de un amor que brilla con la intensidad de una supernova...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro