🎬 10 📸

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Roma, Italia

Daniela estaba esperando a Amarilis para que saliera de probarse un vestido con una manga larga y largo hasta el piso de color dorado antiguo. Cuando la italiana la vio salir del probador se quedó encantada.

—Te ves muy bien, me gusta mucho cómo te queda el color en la piel. ¿Y a ti?

—Me gusta también, ¿pero no crees que es demasiado dorado? Iré a una premier y no sé si deba ponerme un vestido así. No quiero terminar quedando como una ridícula por usar este atuendo.

—Todas las mujeres que están invitadas a la premiere irán de largo, así que tú también.

—De acuerdo, en ese caso, me lo compraré.

La chica se dio cuenta que no contaba con tanta cantidad de dinero y encima su tarjeta de crédito no estaba habilitada para compras internacionales.

—Tengo un problema —admitió incómoda—, no cuento con ese dinero y mi tarjeta no es para compras internacionales.

—No te preocupes por eso, Demetrio le dio a Gennaro dinero para tu compra. —Sonrió con amabilidad—. Así que luego deberás darle las gracias a tu jefe.

—Está bien —asintió con la cabeza y volvió al probador.

La joven miró la etiqueta que colgaba de la manga para saber el precio y después darle el dinero a Demetrio cuando él le diera el sueldo.

Apenas se volvió a vestir, salió y le entregó el vestido a la chica que la estaba atendiendo y le dijo que se lo llevaba. Daniela lo pagó y ambas salieron de la tienda, mientras caminaban por la calle principal de tiendas de ropa iban charlando y se sentaron en un pequeño restaurante para almorzar.

—Quisiera preguntarte algo, ¿qué debo esperar para mañana?

—Ser tú misma, a la gente le gusta la simpatía de las personas y lo normales que se ven.

—¿Te molesta si hablo con mi idioma?

—Para nada, Demetrio y mi marido me han explicado la manera en cómo suelen hablar ustedes. Así que por mí no hay problema en que hables así.

—Gracias, mi mejor amigo me dijo que para los demás es preferible hablar con un español neutro porque no todos entenderán mi modo de hablar.

—Entiendo, y no está mal lo que te dijo, pero con Gennaro y conmigo no tendrás problemas.

—Te lo agradezco en serio —le dio una sonrisa.

—Si tu pregunta fue sobre qué pasará mañana, pues te digo que luego del almuerzo, tendremos que instalarnos en las habitaciones de un hotel que fue reservado por la productora de la película, las premieres y los premios tienen un detrás de escena impresionante, no solo de la parte de prensa, sino que también de la parte de quienes son actores y actrices, sus familiares, o a quien ellos decidan invitar y demás, por eso se reservan habitaciones de hoteles, porque los preparativos comienzan desde muy temprano, y mañana no será la excepción —comentó y luego bebió un sorbo de su gaseosa.

—Cuando hablas de preparación, ¿te referís a vestirse, maquillarse y peinarse? —Unió las cejas con intriga y dudas.

—Exacto y no solo eso, a veces tardan horas en elegir las prendas de vestir y las joyas, otras veces les hacen manicura y pedicura.

—Pero esas cosas se pueden realizar días antes sin necesidad de perder tanto tiempo.

—Lo sé, pero no todas las mujeres lo piensan así. Yo suelo ser más práctica, acostumbro a hacerme la belleza de manos y pies cada veinte días o mes, pero cuando debo asistir a esta clase de eventos casi siempre voy uno o dos días antes.

—Me parece más normal así.

—Así qué, después del almuerzo nos espera el salón de belleza.

—¿El salón de belleza? —formuló incrédula.

—Sí, ya he pedido una cita y nos atenderán al mismo tiempo a las dos.

—No hacía falta, Daniela, me traje algunos esmaltes de Buenos Aires.

—Te aseguro que con las semipermanentes te durarán más tiempo, sobre todo si eres asistenta y tienes que ir de un lado al otro y viajar con él.

—Eso es verdad. ¿Y por qué tengo que ir yo también al hotel?

—Porque eres la asistenta de Demi y él es muy generoso con las personas que son cercanas a él. Desde que lo conozco que es así, también me sorprendió cuando mi marido me lo presentó y después entendí que Demetrio era así, su personalidad es así hasta el día de hoy.

—¿Hace dos años que lo conoces?

—Un poco más. Mi marido lo ha representado desde antes de ser muy famoso. Prácticamente ambos crecieron juntos de manera laboral.

—Comprendo —habló y se llevó lo último de comida que le quedaba en el plato a la boca.

—Tenemos media hora más para caminar por la ciudad y después nos iremos al salón. ¿Necesitas comprar algo más?

—Productos de uso personal, traje conmigo algunas cosas, pero necesito reponer, aunque sea un par de cada cosa. Luego quisiera que me asesores donde tendría que comprar alimentos, ropa, calzados y ese tipo de cosas.

—Te daré una lista, pero si quieres uno de estos días te puedo acompañar. Lo único que tendría que saber son los días y horarios en los que estarás libre.

—Me parece bien, gracias.

Ambas mujeres se retiraron del restaurante y recorrieron un poco más las calles de la ciudad mientras hacían tiempo para la cita con el salón de belleza.


📸📸📸


El salón de belleza era lujoso, amplio y muy luminoso, pero a pesar de todo el esplendor que la joven le había visto, se sorprendió con la amabilidad que tenían las mujeres al recibirlas a ambas, desde la chica que las atendió en la entrada hasta las personas que las estaban atendiendo. Lo más incómodo había sido escuchar a Daniela que les decía que Amarilis era la asistente personal de Demetrio y escuchar a las mujeres hablar maravillas de él, desde lo perfecto y sexy que era hasta lo buen hombre que era también, y rara vez ambas cosas se encontraban en una misma persona.

No solo les realizaron la belleza de manos y pies, sino que también una limpieza de cutis para que el rostro quedara radiante para la noche del estreno.

Una vez que salieron de allí, esperando que regresaran nuevamente, Daniela y Amarilis tomaron un helado invitando la segunda a la primera y luego retornaron al departamento de la chica para dejarla en la entrada del edificio.

—Muchas gracias por todo, lo pasé genial —admitió ella a la mujer.

—La pasé muy bien yo también, ¿puedo llamarte Lis?

—Sí, nos vemos mañana.

—Hasta mañana, ya mañana irás con Demetrio al hotel donde los esperaremos.

—De acuerdo.

Apenas estuvo dentro del departamento, se descalzó y fue dejando las cosas en los lugares correspondientes, entró al dormitorio y abrió el clóset para sacar una percha y colgar el vestido para sacarle una foto y mostrárselo a su madre y a Bruno.

Al sacarla se la envió al chat grupal de su familia y mandó otro mensaje.

¿Qué les parece? Es lo que me

voy a poner mañana


Mami

Qué hermoso, mi amor


Bruni

Definitivamente vas a opacar a Demetrio. 🤣 🤣

Se quedará estúpido toda la

noche de tanto mirarte 🤣 😏


Te pasas, Bruno 🤣 🤣


Bruni

Ay pero es que sí...

Lo más lindo que me pareció

es que al ver el vestido sentí

que le vas a dar una especie de

agradecimiento llamemoslo así,

en usar un vestido con estilo troyana,

las romanas de la antigüedad

los usaban así


No me percaté de eso hasta que

recién lo escribiste, me gusta la idea.

El color me gustó y cuando

me lo probé me quedaba bien


Mami

Entonces fue el indicado,

¿fuiste sola a comprarlo?


No, la esposa de su representante

me acompañó, es muy amable.

Después de comprar el vestido,

almorzamos y me llevó al salón de belleza,

había sacado una cita para las dos para

embellecer manos y pies, y hacernos

una limpieza de cutis para mañana...

Por ahora parece que todo va bien,

no puedo decir algo porque recién no

pasó un día o más tiempo, pero me

abrumó un poco cuando Daniela,

la esposa de Gennaro, les dijo a las chicas del

salón que era la asistente personal de

Demetrio, me pusieron un poco incómoda

porque me hablaban tan eufóricas algunas

diciéndome que era perfecto y sexy, que

era un gran hombre, y miles de cosas más...

Por un momento mi mente divagó y sentí

que no las escuchaba,

como si estuviera en otra parte


Mami

Eso es porque jamás estuviste en

una situación así. Me parece algo

normal lo que nos estás contando,

tu vida era normal y rutinaria,

y vas a tener que ponerte en la

cabeza que a partir de mañana

no lo será más, Lis


Lo sé. 😐

Tengo miedo de hacer una cagada


Bruni

No seas boluda, solo saldrás del auto,

te posarás bien linda para los

fotógrafos y caminarás como todos

los demás hacia la sala del cine

a ver el estreno. Punto, eso será

todo... por ahora 🤣 🤣 🤣


Mami

🤣 🤣 🤣

Si cometes un error, será normal,

no sos del ambiente y tendrían que

verlo algo común si saben que no

perteneces a ese mundo. Ya con el

tiempo, te acostumbrarás y cada

día lo vas a hacer mejor 🤗


Bruni

Te aseguro que ya saben bien

quien sos y de dónde venís.

Desde que Demetrio te presentó

como su asistenta, la prensa no

iba a quedarse quieta.

Esto es así y vas a tener

que aceptarlo, Lis


No me queda de otra


Bruni

Y no, ya te metiste dentro

del baile 🤣 🤣


Vos me metiste en el baile


Bruni

Sí, pero podías haberte negado


Claro... Ahora resulta que yo

tengo la culpa, ¿no,

señor rompe huevos?

Bruni

😘 😘 😘

🖕

Bruni

Este trabajo te va a venir

re bien, te lo aseguro.

Soy rompe huevos pero

supe bien a quien metía

dentro del mismo ambiente

en el que trabajo, aunque

obvio que tenemos diferentes

puestos. Vos lo vas a

ver todos los días 🤤 🤤


Mami

🤣 🤣


🤣 🤣 🤣

Tocaron el timbre


Mami

Bueno, hablamos después

😘


Bruni

😘 😘


📸📸📸


Cuando dejó el celular sobre la cómoda del cuarto, abrió la puerta y se dirigió a la entrada para ver por la mirilla. Era Demetrio. Lo recibió y él le mostró la caja que tenía en sus manos.

—¿Pizza? —preguntó y entró al interior mientras ella cerraba la puerta.

—Pensé que íbamos a comer pizza otro día.

—No, preferí esta noche comer algo rápido y para que no cocinaras tampoco. Mañana nos espera un largo día.

—Ya lo creo que sí.

—¿Cómo te fue hoy? ¿Daniela estuvo bien contigo? —cuestionó mientras ponía la caja sobre la isla y la abría.

—¿Por qué tendría que estar mal conmigo? Me pareció súper amable y simpática, me trató muy bien.

Amarilis sacó manteles individuales, platos y cubiertos, así como también servilletas de tela y vasos, y todo lo dispuso sobre la isla con ayuda del hombre.

—Le agradezco que me haya pagado el vestido porque cuando quise comprarlo con mi tarjeta, me di cuenta de que no la tengo habilitada para compras internacionales.

—No hay problema con eso, era lo menos que podía hacer.

—¿Le parece que es poco lo que me está dando? —Abrió más los ojos y levantó las cejas en señal de incredulidad.

—No, no es poco, pero es algo normal que te haya querido pagar el vestido cuando recién ayer llegamos al país. Es factible que tanto dinero no te habrás traído, más cuando lo tuviste que cambiar a nuestra moneda.

—No, la verdad es que no me traje tanta plata porque parte de la misma se la dejé a mis papás para que pagaran la otra cuota del crédito y tengo que ajustarme en estos días para esperar el cobro del mes.

—El lunes a primera hora te lo deposito, y no tienes que preguntarme en qué lo podrías gastar. Es tuyo, haces lo que quieres con él.

—Gracias —contestó y cambió de tema—, me dijo Daniela que mañana nos vamos al hotel después del almuerzo.

—Sí, tú y yo nos iremos juntos, y los demás nos esperarán allí.

—¿No cree que siendo su asistenta tengo unos privilegios, llamémoslos así, que no me corresponden?

—¿Por qué lo dices? —Frunció el ceño.

—El hotel, por ejemplo, tener el mismo trato que el de los demás.

—Me gusta que las personas a mi alrededor se sientan cómodas también, si así piensas, entonces Daniela no debería tener esos tratos tampoco, porque en realidad no trabaja para mí y sin embargo se los doy, porque es la esposa de mi representante, y merece lo mismo como si fuese mi empleada. Te preguntarás por qué o qué tiene que ver, pues los considero gente que siempre estuvo conmigo desde mis comienzos, así que son como una familia para mí.

—Entiendo. ¿Gaseosa, agua, agua tónica, bitter?

—Gaseosa.

La chica le sirvió en el vaso y luego lo hizo en el suyo. Se sentó frente a él y Demetrio le puso una porción de pizza sobre el plato.

—No uso cubiertos.

—Yo tampoco —rio y tomó la porción en la mano para darle un mordisco.

—Seré curiosa, ¿qué es el bitter?

—Un aperitivo sin alcohol, se puede beber en cualquier horario y es muy rico.

—Entonces lo probaré —se levantó de la silla y se acercó a la alacena de arriba para agarrar otro vaso.

—No te molestes, pondré tu gaseosa en mi vaso —respondió y lo hizo.

—Es un poco extraño lo que ha hecho.

—¿En volcar tu gaseosa en mi vaso? —cuestionó riéndose—, dentro de un departamento o casa, hago lo que quiero y no me parece tan raro.

—Bueno, es más normal que un hipo en plena cena con extraños, ¿no?

Ambos se carcajearon al recordar esa noche de la que Amarilis había comenzado a hipar.

—Es cierto, es mucho más común —volvió a reír él y luego bebió un sorbo de su gaseosa.

—Es muy rico de verdad —admitió después de probar la bebida.

—Lo es, es uno de mis preferidos. ¿Qué te parece el departamento, los muebles, las vajillas?

—Me encanta, sinceramente es algo soñado.

—Les he pedido a Daniela y a Mellea que eligieran por ti.

—¿Quién es Mellea? ¿Su novia?

—No, mi hermana. Los colores creo que son los que te gustan, le pregunté a Bruno, lo que te gustaba y los colores.

Amarilis quedó estupefacta ante el gesto que tuvo en tomarse el trabajo de preguntarle a su mejor amigo por sus gustos y colores.

—Se lo agradezco, no me dijo nada.

—Yo le pedí que no te lo dijera hasta que no estuvieras aquí. Pero parece que fui yo quien se adelantó en contártelo.

—Sí —rio por lo bajo y mordió otro pedazo de su porción de pizza.

Entre la grata conversación y la pizza por cena, pasaron dos horas que ni ellos mismos se habían dado cuenta del horario hasta que él miró su reloj pulsera.

—Será mejor que me vaya a dormir, mañana nos espera un día ajetreado.

—De acuerdo, ¿después de ver la película, hay algo más?

—Sí, una pequeña reunión de festejo con un grupo reducido de personas, los que trabajaron en la película y algunos fans.

—Entiendo. En ese caso, será mejor que yo también me vaya a dormir, aunque no sé si podré.

—Si no puedes dormir, me envías un mensaje.

—Usted tiene que descansar más que yo, que es quien debe verse bien.

—Tú te tienes que ver bien también, no solo yo.

—Si usted lo dice... Si veo que no tengo sueño, me pondré a organizar la agenda para agregar nuevas entrevistas, presentaciones y trabajos que tiene pendientes, y otros nuevos que me han enviado para usted.

—Está bien, pero eso lo puedes hacer días después del estreno.

—Tiene una entrevista un día después de la premiare, y es por la mañana.

—Perfecto, en fin... me iré. Buenas noches, Amarilis.

—Buenas noches, señor Cabassi.

Ella le abrió la puerta de entrada, Demetrio tomó su mano para besarla y luego cerró la puerta.

Ya metida dentro de la cama luego de acomodar todo, aprovechó en publicar el primer post desde Italia.


danipezzi Muchas gracias por la linda tarde que pasamos juntas, bienvenida de nuevo, belleza ♥

demetrio.cabassi Yo estoy seguro que Roma te amará

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro