Capítulo 10

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Tres semanas después Seok Jin estaba seguro de algo: a este paso moriría virgen. Era hermoso, buen cantante, actor y modelo. Era inteligente y era bueno en los deportes. Muchos alfas lo pretendían...menos ese alfa que quería.

Sí, aceptó esperarlo y dejar que lo cortejara. Pero en cada cita se ponía cada vez más ansioso, quería que JungKook lo besara cuando lo dejaba en su casa o mínimo que posara su mano en su cadera. Ya no pedía demasiado. Un abrazo en su cintura, un beso en la mejilla, con eso ahora sería completamente feliz. Demasiado feliz. Sería capaz de darle su alma al diablo con tal de que JungKook volviera a tener esa valentía que tuvo y le diera un sutil beso, quizás no en los labios, pero daba igual.

En esos veintiún días Jin estaba seguro de algo: JungKook era el indicado. No coincidían en muchas cosas, como los géneros de los animes y demás, pero se entendían bastante bien y aguantaban ciertas cosas (como ir al cine a ver un anime shojo, algo que a Seok Jin no le gustaba demasiado ya que prefería el shonen, contrario a JungKook). O tantas otras cosas que le dejaba en claro que aunque sean completamente opuestos en diversas cosas, aun así eran complementarios. Simplemente perfectos.

Le gustaba tanto el alfa.

-Pienso que deberías bajarles a tus hormonas-dijo Jae Hwa, un amigo beta cercano que trabajaba en la empresa de su madre.

-Nadie pidió tu opinión-dijo jugando con su peluche de Mario.

Ambos en su habitación mientras su amigo intentaba hacer la tarea de la universidad y él divagaba contándole sus problemas con Mario en brazos.

-Me estás contando tus asuntos con ese alfa, claro que pediste una opinión al respecto.

-Pero...él parece no darse cuenta de lo que quiero. Es decir, ahora no pido tanto, con un abrazo me conformo pero... ¡Ahh! ¡Me siento en estado de abstinencia!

-Y eso que no lo probaste. Pobre alfa, lo vas a secar.-comentó distraído escribiendo en su computadora.

-Pero es que...es tan lindo.

-Si para ti es lindo, entonces lo es. Pero sinceramente no es mi tipo de alfa, no con esos granos y esos anteojos que parecen dos lupas.-Jae Hwa esquivó a Mario-Además de su postura, ¿acaso planea ser el chupacabras o qué?

-¡Deja de criticar a mi futuro novio, futuro esposo y futuro padre de mis hijos!

-Espero que esos niños salgan igual a ti-otra vez esquivó algo, en esta ocasión un almohadón-ya, yo creo que sacándole los granos, la postura jorobada y vistiéndolo mejor, sería un chico hermoso.

-Ya lo es-dijo Jin cruzándose de brazos.

-¿En qué mundo alterno?

-¡En este!

-Ahora entiendo por qué estamos mal-Jae Hwa seguía tecleando en la computadora, esquivando los almohadones y peluches que le lanzaba Jin.

-¡Tú no me comprendes!

-Uy, sí, el único y diferente.

Seok Jin se cruzó de brazos indignado y se acostó en su cama. Tal vez durmiendo podría despejar su mente y notar qué hacía mal como para que JungKook siquiera lo besara.

Estaba en un mundo hermoso, rodeado de flores, corazones y personas cuyos cuerpos parecían sacados de esculturas griegas. Todos sonreían, eran felices, mientras él paseaba por el bosque con su caperuza roja y su canastita llena de flores y bendiciones. Daba saltitos mientras cantaba una alegre cancioncita pensando en el rico pastel que le esperaba al llegar a casa.

Sin embargo, pronto el cielo se oscureció y una ráfaga de viento quitó la capucha roja de su cabeza. Miró hacia los costados buscando algo entre la penumbra pero no vio nada. Las flores en su canasta se marchitaron y ya no quedarían bien en el florero de su abuelita.

-¿Qué haces aquí?-una voz grave habló mezclándose con la repentina noche, era terrorífica aunque Jin no sintió miedo.

-Voy a ver a mi abuelita, le llevo flores y bendiciones en mi canastita.

-¿Por qué pasas por aquí?-Seok Jin intentó ver algo pero no podía distinguir más que árboles oscuros y una densa capa negra que tapaba todo.

-Es el único camino.

-¿Y no sabes quién vive aquí?-el omega lo pensó un segundo.

-¿Tú?

-¿Y sabes quién soy yo?

-Sí-respondió seguro.

-Oh y ¿Quién soy?

-La persona que vive aquí-volvió a responder y una piedra impactó contra su cabeza.

-¡Hablo en serio! ¿Sabes o no quién soy?

-Nop.

-Soy...el ogro de este bosque.-se movió entre la oscuridad, mostrando su silueta encorvada y delgada.

-Oh, ¡hola ogro de este bosque! Soy Seok Jin.

-Mi nombre es JungKook.

-Oh, hola JungKook-volvió a saludar esta vez agitando su mano.

-Como sea, no te dejaré pasar por este bosque, me quedaré aquí y no podrás pasar. Soy un ser tan horrible que nadie se me... ¡¿Por qué te estás acercando?!-Jin sonrió al estar más cerca y poder contemplar mejor el rostro del ogro.

-Eres muy lindo, me alegra poder verte de cerca-dijo feliz llevando la mano a la mejilla áspera del ogro-¡Lindo!

-Ya...puedes pasar-el ogro desapareció, el bosque volvió a ser tan hermoso como siempre y sus flores renacieron en la canastita.

Él siguió su camino triste al no poder abrazar al bonito ogro.

Cuando Jin despertó la habitación estaba oscura. ¿Era de noche, de madrugada o estaba en el año 2025? No lo sabía, estaba más perdido que monja en prostíbulo. Esperaba que no sea de madrugada o tendría que robar comida para no morir de hambre.

...¡El Grupo de los Raros!...

JungKook seguía jugando Call of duty a pesar de que fueran las dos de la mañana y tenía que dormir para despertarse temprano por la escuela. Bien, que importaba, a él le gustaba jugar y no dejaría de hacerlo por sus aburridas clases.

-¡No! ¡Maldito desquiciado!-exclamó el alfa a punto de lanzar su jockstick contra el televisor.

Pero de repente una pantufla voló hacia su cabeza y la golpeó con fuerza haciéndolo caer al suelo.

-¡A dormir Jeon JungKook!-dijo Sun Hee molesta lanzándole la segunda pantufla.

-P-pero...el juego-la omega lo agarró de la oreja y lo llevó a la cama.

-El juego me vale mierda-dijo apagando la televisión y acostándolo a la fuerza para arroparlo-A dormir, mañana tienes que ir al colegio.

-No quiero-se quejó pateando las sábanas y cruzándose de brazos berrinchudamente.

-¡Jeon JungKook!-exclamó la omega volviéndolo a arropar-no hagas que te ate con las sábanas.

El alfa hizo un puchero con las sábanas sobre él, girando la cabeza e ignorando el beso en la mejilla que le dio su madre antes de salir del cuarto. Cuando oyó sus pasos alejarse tomó su celular y siguió jugando con los juegos que había descargado en él. No iba a dejar de desvelarse solamente porque no podía seguir jugando con su consola. Nada lo detendría de su objetivo de parecer mapache al otro día.

Sus pulgares casi estaban desgastados de tanto tocar la pantalla de su celular para evitar que el zombie lo comiera y perdiera la partida. Pero cuando estaba por ganar recibió una llamada que lo hizo lanzar el celular del susto. Rápidamente se recompuso y tomó el celular para atender.

-¿Jin? ¿Qué quieres?-preguntó en susurros, no correría el riesgo de que Sun Hee también le quitara el celular.

-¡Hola! Solamente quería saber qué hacías, me acabo de despertar y estoy comiendo solo en la cocina. Estaba aburrido y pensando me dije: ¡Hey, Jin! ¿Por qué no llamas a tu pareja destinada?; Oh, Jin, que genial idea tuviste; gracias, Jin; de nada, Jin. Y por eso te llamé.

-Oh, normal hablar con uno mismo a las dos de la mañana.

-Lo sé, soy especial, único, increíble. Como sea ¿Qué hacías?

-Jugaba un video juego del celular. Nada interesante.

-Yo pensaba comer mientras veía algún video de Gross, pero soy miedoso y sabía que terminaría durmiendo en la cocina por miedo. Ese señor es tan perturbador como sus vídeos.

-¿En serio te asusta Gross?-sonrió divertido al imaginarse al omega asustado y abrazando sus piernas mientras ve uno de esos vídeos.

-Un poquito bastante. Pero amo sus vídeos. ¿Masoquista? Demasiado.

-¿Masoquista en qué sentido?-cuando JungKook se dio cuenta que no lo dijo en tono curioso, sino coqueto quiso que el colchón se lo tragara.

-Eh... sabes que si empiezas algo así debes continuarlo ¿no? Porque de lo contrario me ilusionarás mucho.

-Lo siento, lo siento, lo hice sin darme cuenta.

-Sí...lo noté.-Jin ni siquiera se molestó en ocultar su decepción y JungKook sintió su estómago retorcerse en culpa-No importa, ya estoy por terminar mi comida, nos vemos mañana en el colegio.

-Jin... ¿de verdad eres ese tipo de masoquista?-preguntó antes de que le cortara.

-No lo sé, no es como si le pidiera a los alfas que me nalguearan para saberlo-ironizó el omega.

-¿No te gustaría que lo hiciera?-bien, tenía diecisiete años, era normal tener este tipo de charlas con tu omega a esa edad.

JungKook siempre se preguntó qué se sentiría tener esas conversaciones con un chico guapo. Aunque siempre imaginó también que solamente sería algo inalcanzable para él. ¿Por qué no aprovechar el momento? A Seok Jin no parecía disgustarle y él...quería abrirse un poco más con su pareja destinada.

-JungKook...te advierto que...

-¿Qué, bebé? ¿No te gustaría que te nalguera?-del otro lado Jin se quedó mudo-¿Fue demasiado?

-N-no...s-solo que...me tomaste desprevenido...y sí, me encantaría que lo hicieras.-dijo en un susurro, JungKook lo imaginó avergonzado, más que él ahora.

-Sinceramente...de verdad quiero hacerlo ahora. Me encantaría tenerte conmigo.

-Y si me tuvieras ahí contigo... ¿Qué me harías además de nalguearme?

JungKook no era un santo, había visto uno que otro vídeo para mayores (en su momento de curiosidad) y aunque no había sido fan como NamJoon, podría decirse que había visto lo suficiente como para tener ideas de lo que le gustaría experimentar con su omega algún día.

-Me encantaría tenerte sobre mí...vestido de maid.

-Mmm...cuando quieras puedo vestirme así para ti...solo tienes que pedirlo.

-Jin...esto es malo-dijo mordiéndose el labio, haberse imaginado a Jin vestido de maid sobre él tenía su efecto sobre su joven cuerpo.

-¿Por qué? ¿Te está gustado?-con dificultad afirmó-Entonces no es malo, cariño.

-¿Cariño?

-¿O prefieres daddy?-JungKook pensaba que su problema empeoraría si no cortaba la llamada ahora.

-Seok Jin, yo...eh... ¡debo irme!-exclamó sintiendo su miembro doler.

-Entiendo, adiós daddy.

Cuando Seok Jin cortó la llamada, JungKook corrió veloz al baño.

...¡El Grupo de los Raros!...

Al otro día, al volver al colegio, JungKook se encontró con NamJoon en su lugar con una sonrisa idiota en sus labios y a HoSeok a su lado parloteando y gritando como siempre. JiMin se acomodaba el cabello sentado sobre las piernas de YoonGi quien le acariciaba la cadera. Muchas omegas y betas los miraban con algo de repulsión y molestia. Ah, cierto, el alfa era uno de los tanto en los que ellas se habían fijado.

-Hola-saludó sentándose en su lugar y tirándose sobre su pupitre-¿alguien tiene semillas de manzana?

-¿Quieres plantar un árbol?-preguntó HoSeok.

-No, matarme.-ah, eso era lo que causaba la escuela-¿Nadie sabe cómo morir sin sufrir demasiado?

-Que te atropelle un camión sin que lo sepas-respondió YoonGi-por cierto, al canela pasión ¿Qué le pasa? Tiene esa cara de idiota desde hace semanas.

-Con esa cara nació-comentó HoSeok.

-Sí, pero mutó a una peor... ¿y si es la edad? Ya sabes, se está volviendo adulto. Tal vez esa es su cara de hombre adulto responsable y maduro. Aunque admito que la vida pudo darle una mejor-dijo JiMin sacando su brillo labial para retocar su maquillaje.

-O tal vez esa es su cara de hombre no-virgen-dijo JungKook-aunque me daría curiosidad con quien pudo haber sido, después de todo su beta es más propenso a arrodillarse para rezar que para chuparla.

-Tal vez Manuela evolucionó a Súper Manuela y ahora le saca brillo a su pene-JiMin terminó con su brillo para continuar con el rubor.

-Eso o encontró una buena película porno con rubias pechugonas.-dijo HoSeok.

JungKook iba a comentar algo cuando el aroma de su pareja destinada llegó a él. Como buen alfa valiente que no le avergonzaba lo ocurrido en la madrugada, se metió bajo su pupitre, encogiéndose y abrazando sus piernas delgadas.

-¿Y a ti qué te pasa?-preguntó HoSeok, NamJoon seguía perdido en su mundo.

-Está pasando por una crisis-dijo JiMin.

-¿Crisis?

-Sí, la crisis del ermitaño. Ya se le pasará y si no lo llevamos al psiquiátrico que está cerca de casa.

JungKook rodó los ojos. Los mejores amigos los tenía él. Siguió escondido, pensando que Jin no lo vería como si acaso el pupitre tapara demasiado. Así que tan pronto él entró, le sonrió al verlo. JungKook se preguntó si no podía tener el poder de transformarse en hormiga para fugarse lejos en esos momentos. Recordaba el trabajo manual que le había dedicado a Jin en la madrugada y se avergonzaba.

-Hola...daddy-murmuró bajo el omega cuando se acuclilló frente a él.

Querida tierra, tú no me quieres y yo no te quiero, pero en este momento me vendría bien que me tragaras y me escupieras en China...no, China no está al otro lado. ¡Escúpeme en ese lugar que nunca recuerdo! Eh...eh...sí, Latinoamérica.

-Hola-saludó tímidamente, Jin sonrió extendiéndole su mano para que saliera del pupitre.

Lo hizo sonrojado, bajando la mirada y jugando con sus manos sin saber qué decir. Pero en cuanto se le ocurrió algo inteligente (bien, no tanto), otra voz interrumpió.

-¡Jinnie! Tiempo sin verte-el omega giró ante esa voz e hizo una mueca de fastidio.

-¿Qué quieres, EunHyuk?-preguntó cruzándose de brazos.

-Solo venía a decir hola-JungKook sintió la mirada del alfa sobre él, lo hizo temblar-y a ver la basura que te gusta.

-Si no quieres que te deforme la cara te irás ahora-la voz del omega sonó molesta y un tono más grave.

-Bien, adiós, amor-el omega hizo una mueca de asco.

JungKook supo, en cuanto EunHyuk se fue, que ese alfa sería un dolor de cabeza (y huesos) para él.

EunHyuk es un personaje original, imaginen al que quieran XD

Me costó terminar el capitulo, ultimamente estoy en otra :v

Bien, las que no sepan, las semillas de manzana (y otras semillas tambien) contienen una pequeña porción de cianuro, por eso dice eso JungKook.

Eso ha sido todo, espero que les haya gustado! besos!!! :D

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