📌Capítulo 5📌

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Kristal

No. Era. Cierto

No. Podía. Ser. Cierto

¡AHHH!

Se sentía súper frustrada consigo misma. Lo veía por todas partes. Era una obsesión, de eso estaba segura.

Empezó a tocar todos los botones del ascensor como una loca mientras Saúl estaba tranquilo mirando su tableta.

Gritaba y gritaba auxilio como si alguien —Además de Saúl—  la pudiese escuchar. Estaba histérica. No le había dado un infarto de puro milagro.

Sintió que una mano la agarraba del brazo y la empujaba hacia atrás. Empezó a temblar más aún, casi no tenía fuerza en las piernas y estaba segura que era cuestión de tiempo que cayera al suelo.

Saúl le dedicó una mirada claramente furiosa. Ella desvío la mirada, intimidada y asustada por qué la reconociera.

—Señorita...—ya que no decía su nombre, el bajó la mirada y leyó la identificación—Kristal Martínez. ¿No cree que sería más fácil si mantuviera la calma?, pronto saldremos de aquí. Relájese.

¿¡Relajarme!? ¡¿En serio creía que con el delante se iba a relajar!?

El no sabe quién eres tú

Nadie te pidió opinión, conciencia.

La soltó y presionó uno de los tantos botenes y anunció que el ascensor se detuvo. Una voz dijo que pronto los sacarían de ahí.

Seguía nerviosa y asustada, contando los segundos para salir de ahí. Cuando por fin se abrió la puerta. Del alivio cayó al suelo y rápido Saúl la levantó. Se quedó pérdida entre sus iris verde oscuro por muy demasiado tiempo. La intentó calmar pasándole la mano por la espalda. Cuando vió que se le regulaba la respiración paró y se fue de ahí.

Hizo lo mismo y se fue al departamento.

Saúl

Aquella chica le tenía mal. Era muy molesta. Salió del ascensor y fue al departamento a ver a Hiara la hermana pequeña del director. Como siempre su ropa y peinado era ridícula. Parece que se esmeraba en verse mal. Le anunció que cerrarían la revista si no llegaban al primer lugar y que se lo anunciaría a los trabajadores más adelante.

Fue al estudio a presenciar como se hacían las fotos de las portadas. Hasta ahora todo bien. Tenía muy buen equipo. Miraba a su alrededor, los vestuarios, los escena... ¡No puede ser!

—¡Ey! ¡Tú! ¡Kristal! ¡Sal de ahí!.

Esa chica lo arruinó todo con sus zapatos, ensució el piso y ahora para colmo le echo agua encima a la modelo del nerviosismo que le entró cuando le llamó. Caminó hacia atrás impactada por lo que había hecho, resbaló con el agua y cayó al piso...de nuevo. Ensució toda su ropa y arruinó  a la modelo. No podía ser peor.

Fue el mismo hacia allá y le levantó por ambos brazos. Reunió todo la paciencia existente para no gritarle a la torpe chica.

—Ten cuidado—Le advirtió muy demasiado enfadado, se dió la vuelta y salió de ahí.

Kristal

Por un momento pensó que le gritaría y la despediría. Por suerte no fue así.

Se fue y siguió inspeccionando a su alrededor, mientras ella estaba ahí parada, apenada. No podía creer que el chico tierno y agradable que conoció, haya desaparecido. Rápido se fue de ese lugar. Todavía se le quedaban mirando con desaprobación. De una cosa estaba segura: no volverá a pisar ese piso en su vida.

Llegó a su casa, aún Roch no llegaba. Se preparó algo de comer y se acostó un rato. No podía dormir, por muy cansada que estuviera. Todos sus pensamientos se basaban en Saúl. Cerraba los ojos y recordaba su mano en su brazo, intentando calmarla. Hizo un esfuerzo por borrarlos y lo logró. Al fin...pudo dormir

👻👻👻

Despertó, se aseó y aseguró de que Roch hubiera llegado bien anoche. Fue a su cuarto, agarró un par de hojas y un bolígrafo. Iba a escribir su denuncia. Fue al salón y comenzó a escribir.

Rato después, ya sellando la carta de renuncia, se la arrebatan de la mano. Se dió la vuelta y Rochelle comenzó a  romper las cartas, furiosa.

—¡Roch!

—No vas a perder el empleo en que te pagan muy bien solo por un hombre. Eso no.

—Pero yo no quiero trabajar allí

—Kristal, no tienes estudios. Sería difícil que te aceptaran en algún otro lugar. No vas a desperdiciar está oportunidad.

Fue a su cuarto agarró todas las hojas y las escondió para que no las usara.

Llegó a la revista, le asignaron un par de traducciones y revisiones. El reportero Mateo no dejaba de meterse con ella, y el día pasó completamente normal. Saúl no le dirigió ni una mirada y mucho menos una palabra.

Al salir decidió cenar fuera. Tenía demasiada hambre y no aguantaba más. Entró a un pequeño restaurante, que parecía más un bar, lleno de luces, mesas circulares y un gran televisor donde se reproducían videos musicales. Fue a la barra que había y pidió una comida.

—¡Jackson!—Ya sabía de quién provenía esa voz. Además ya sabía cuál era el peculiar apodo que le puso el reportero Mateo.

Hizo una señal para que fuera a su mesa.

—Que casualidad ¿Eh?

—¿Por qué me dices Jackson?

—¿No es obvio?—ella negó con la cabeza

—Mirate. Pantalones negros y calcetines blancos. ¡Michael Jackson!

—Ah, eso

—Yo también me alegro de verte, Jackson.

—Disculpa, es que estoy muy...cansada.

—Bueno, entoces debas irte.

—Aun no he comido.

—Pues bien, yo te invito.

Después de comer y charlar un poco, el la acompañó a su casa.

—Es aquí.

—Bueno, entonces...hasta mañana.

—Hasta luego Mat.

Subiendo las escaleras escuchó un grito.

—¡Te quiero, Jackson!



—R

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