📌Capítulo 7📌

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Saúl

Definitivamente estaba sorprendido, no se encontraba la voz y no era capaz de pestañear.

¿No se supone que Kristal debería estar en Londres?

Ella también pareció sorprendida y más aún asustada, le temblaron las manos.

—¿Kristal?

Hizo su mayor esfuerzo por sonreír y no parecer nerviosa.

—¡Saúl! —soltó unas risitas nerviosa—¡Pero que sorpresa!

—¿Trabajas aquí?

—Sí, jeje...

—Pero, ¿No estabas en Londres?

—Estaba, regresé ayer.

—¿No seguías estudiando?

—Ehhh... No, no, jeje... A ver, siempre he trabajado como azafata, pero...nos enviaron a todas a un curso para una auditoría que llegará la semana próxima. Por eso fue que dije que estudiaba jeje...

—¿Por qué no me avisaste?

—Llegué tarde y muy cansada. De echo te llamaría hoy en cuanto terminara.

—Anja

—¡Es verdad!

—¿Ah, sí? ¿Y por qué no me lo creo...Rochelle García?

Se quedó muy quieta, sin saber que decir y que más inventar. Con los ojos muy abiertos y los labios entreabiertos y temblorosos. Le había visto la identificación, su rostro con ese nombre.

—Joder —soltó más para ella que para él

—Supongo que tienes mucho que explicar.

👻👻👻

Kristal

Seguía en su escritorio, ya estaba cansada de tantas traducciones y correcciones. ¿Cómo es que una persona puede tener tantas faltas de ortografía? Ni idea alguna.

Tenía un mal presentimiento, como si algo muy grave acabara de suceder. Era extraño que Roch no la halla llamado en todo el día. Lo hacía cada cinco segundos. La llamaría, pero ahora estaba ocupada y cansada. La cabeza le caía inconciente. Intentó mantenerse despierta, pero no lo logró. En el momento en que su cabeza tocó el escritorio, la volvió a levantar de un respingo. Mat le gritó y en cuanto vió su cara de espanto echo a reír como desquiciado.

Le entraron locas ganas de orinar del susto que se dió. Agarró el móvil y salió del departamento, aprovecharía el momento para llamar a Roch, que no llegaría a casa hasta mañana.

Llamó como tres veces, pero no daba tono. Debe de estar ocupada. Ya la llamaría ella en cuanto tenga tiempo.

Saúl

—Eh...

Kris... Rochelle seguía sin saber que decir, estaba en blanco. Estaba tan nerviosa que no sintió cuando su teléfono sonaba y vibraba constantemente.

—Tu teléfono suena —le advirtió

Echó una mirada al teléfono y pareció volverle el alma al cuerpo. El teléfono decía que llevaba dos llamadas perdidas de "Kristal" debe ser la real. Se libraría de él por ahora, pero nada lo va evitar más tarde. No le iba a arruinar el trabajo.

Rochelle

¡Dios, joder! Ahora sí que la cagó. No quería ni imaginar cómo reaccionaría Kris a esto. Era presa del pánico. No se libraría de él tan fácil, lo sabía. Tal vez es hora de contárselo de una vez por todas. No más mentiras.

Entró en el baño del avión. Se recostó de la puerta, intentó recuperar el aliento y relajarse—cosa que costó— para que no se notará el nervio y parecer más segura de sí misma.

Y le llamó.

—Hola, Kris.

—¡Roch!¿Se puede saber por qué demonios no me has llamado?

—E-estaba nerviosa, eh, no, no jeje. Estaba ocupada quise decir, jeje...

—Roch, ¿qué pasa?

¡Mierda!

—¡Nada! — notó que sonó muy urgente, carraspeó y maldijo por lo bajo para que no le escuchara

—Roch...—esta vez sonó a advertencia

—¡De verdad, te lo juro!

—Ya hablaremos mañana en casa. Me llaman del departamento. Adiós...

—Ad...— y le colgó.

Saúl

Ya no sabía ni cómo llamarle. Así que decidió llamarla por Rochelle mientras. Ella siguió en su trabajo, pero notaba como se tensaba al pasar por su lado. Faltaba ya una hora para llegar a su destino final y bajarse de ese odioso avión.

Se entretuvo mirando publicaciones del Facebook e Instagram. A veces chateaba con uno que otros amigos, para ir "matando" el tiempo.

Revisando el Instagram, encontró el perfil de Mat, le iba a pasar...pero hay que admitir que le dió curiosidad saber lo que publicaba.

Andaba demasiado junto a la otra Kristal. Y por alguna razón que desconocía, no le gusta esa relación entre esos dos.

Solo encontró fotos de el en la revista, justo al lado ella... en un restaurante, a su lado. En un parque público...¡Con ella! ¿Como diablos siempre andaba con ella? ¿¡Por qué siempre tiene que reaccionar así?! ¡Joder, que frustrante!

Al fin aterrizó el dichoso avión. En la entrada estaba alguien esperándole con un cartelito. Fue hacia él, se saludaron cordialmente y se marcharon a su última parada.

Nadie habló por todo el viaje. Le gustaba viajar en silencio, por lo que chófer le agradó.

Lo dejó en la empresa y con un asentamiento de cabeza, ambos se despidieron.

Entró en la sala de reuniones, estaba justo como la última vez, mesa rectangular, sillas no muy altas y grises, todo blanco, tres cuadros de pinturas en las paredes y algunos floreros.

Se sentó, notó que ya estaban todos y solo esperaban por él. Apoyó la espalda en la silla—muy cómodo por cierto—y dió inicio a la reunión.

—Ya sabéis cual es la situación con LUEM, también que sucederá si no logra su objetivo.—todos asintieron una vez— Pues bien. Esta reunión es para comunicaros una propuesta que me han hecho. La revista "Fashion" primer lugar, me ha ofrecido, que si LUEM no cumple su objetivo, él comprará el terreno a menos de la mitad de su costó, cosa que no queremos supongo. Pero yo ya acepté. En definitiva no teníamos ningún plan. Y no es tan mala idea usarla para ampliar esa compañía. Aquí está el contrato firmado por mí.

—Alexander Viem, no conseguirá mi revista. No mientras yo esté al mando.

Todos se giraron de golpe hacia Saúl. Todos sorprendidos. No dejaría que ese jodido estafador se aprovechara de toda esa tragedia. Y no sucederá.

—Dejaré sudor, sangre y todo lo que necesitéis. Pero la revista va a seguir llamándose LUEM. Nos vemos.

Y se fue.

👻👻👻

Kristal

Las ocho de la mañana, Roch regresaría dentro de poco. No se le olvidó lo extraña y distante que sonaba a través del teléfono. Y sabría cual era la razón de su nerviosismo.

Ya era hora de que llegara el fin de semana, necesita tomarse un descanso. Pero se desveló. Ahora es demasiado tarde para huir. Despierta hasta la noche de nuevo.

Y se pasó el día limpiando, lavando, cocinando, planchando y peinando. Sus manos no aguantan una mentira más.  Debía descansar

Justo en ese momento, la puerta se abrió. Junto a una Rochelle muy cambiada, oh no, el viaje le recordó su pasado—nació en NY pero vino a vivir con su abuela después de la muerte de su madre—

—¡Al fin! ¿Qué sucede, Roch?

Pareció dudarlo, antes de asentir para ella misma.

—Saúl. Vi a Saúl.

—¿¡Te reconoció!?

—Me ha tocado atender su zona, y me leyó la identificación. Sabe que no soy tú... ¡¡Kristal!!

Lo vió todo negro, perdió la fuerza y cerró los ojos.





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