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Cuando Marcy llego a su casa estaba tan débil que su padre debió subirla cargada hasta su habitación, donde se quedó dormida casi de inmediato.

"Estúpidos efectos secundarios" Pensaba Marcy cada vez que la debilidad luego de una diálisis la atacaba. "Estúpida enfermedad" Pensaba después. Cuando su cuerpo le indico que ya había dormido más de lo que necesitaba, Marcy se sintió lo suficientemente fuerte como para bajar las escaleras y cenar junto a su junto a su familia.

La cena transcurrió casi con normalidad. Casi...

Maddie: Marcy-La llamo su hermana. Marcy volteo a mirarla, demostrándole que la estaba escuchando- ¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo y King?

Sra. Wu: Amor, sabes que su corazón está débil y no puede hacer ese tipo de esfuerzos.

Maddie: Entonces tal vez... podríamos... solo salir al jardín y mirar las estrellas.

Sra. Wu: Maddie, ella está cansada después de la diálisis solo déjala descansar.

King: ¡Deja que Marcy hable, mamá! -Dijo exasperado.

Sr. Wu: ¡No le hables así a tu madre!

King: ¡Entonces dile que le permita a Marcy hablar! ¡Ella no es muda!

Marcy: Maddie... yo... yo solo... -"Estúpida, la voz no debería fallarte" Se regaño a sí misma.

Sra. Wu: Ella hará lo que sea mejor para su salud. Y lo mejor para ella es quedarse acá en casa.

De repente, Marcy comenzó a chasquear los dedos lentamente. Era algo que hacía cuando estaba estresada, indecisa o confundida. Mientras su familia peleaba en la mesa, ella los miraba sin saber que decir, chasqueando los dedos sin ser consciente de este acto. "¡Haz algo! ¡No dejes que se peleen por tu culpa!"

Maddie: ¡Tiene casi dieciocho años mama! ¡Ya no es un bebe!

Sra. Wu: ¡Pero ella está enferma!

Esto fue lo que hizo a Marcy reaccionar. En un ataque de ira la chica de ojos claros lanzo su plato al suelo y se levantó de la silla, frustrada, chasqueando los dedos inconscientemente.

Sr. Wu: Marcy, mi amor tranquila. Te puedes hacer daño.

Marcy: ¡NO SOY UNA PUTA ENFERMA, MAMA!

Y con toda la velocidad que le permitían sus débiles piernas, Marcy subió a su habitación y cerro con llave, aunque sabía que su madre tenía varias de repuesto, convirtiendo a este acto en un acto completamente inútil.

Enojada con su madre, con su familia y consigo misma, Marcy se lanzó sobre la cama y comenzó a llorar. ¿Por qué no podía ser normal? ¿Por qué no podía simplemente tener una ligera gripe de vez en cuando? ¿Por qué no podía simplemente tener malas notas en la escuela? ¿Por qué no podía ser solo una niña estudiosa encerrada en una biblioteca? ¿Por qué tenía que ser la puta niña enferma que siempre parece estar a punto de morir?

Sra. Wu: Marcy-La llamo su madre delicadamente a través de la puerta-Marcy, por favor, abre la puerta quiero... quiero hablar contigo.

Marcy: ¡YO NO QUIERO HABLAR CONTIGO!

Sra. Wu: Marcy, por favor, tranquilízate, no hagas ninguna locura.

Marcy: Déjame morir, mamá... -Suplico la Sra. Wu con lágrimas en los ojos.

Sra. Wu: ¿Qué?

Marcy: QUE ME DEJES MORIR. ¡YA NO PUEDO SALIR DE ESTA CASA! ¡YA NO PUEDO VER A IVY SI NO ES EN LAS PUTAS DIALISIS! ¡YA NO PUEDO NI SALIR DE LA DIALISIS! ¡YA NO PUEDO NI SALIR DE LA CASA! ¡NO PUE CASA! ¡NO PUEDO HACER DO HACER NADA POR MI MISMA! ¡NO ESTOY VIVA, MAMA! ¡ESTO NO ES VIDA! -Estallo-... Me estoy muriendo -sollozo.

Marcy escucho a su madre dejar escapar un gemido de dolor a través de la puerta y de inmediato supo que había actuado mal.

Marcy: Mama, lo siento...

Sra. Wu: Hablamos mañana, Marcy-Dijo, y finalmente termino marchándose con lágrimas en los corriendo por sus mejillas.

Luego de esto, Marcy no pudo hacer nada más que llorar desesperadamente sobre su cama, deseando no ser tan idiota, tan estúpida, tan... tan enferma. "¡ESTUPIDA! ¡ESTUPIDA! ¡ESTUPIDA! ¡ERES UNA ESTUPIDA MARCY WU!" Estuvo llorando por lo que parecieron horas... Lo hizo hasta que volvió a escuchar los mismos ruidos que había escuchado horas antes. Los ruidos de la ventana de enfrente al ser golpeada por un puño.

Marcy se levantó y camino hasta colocarse cerca de la ventana. Como siempre, puso su mano derecha sobre el vidrio. Sus dedos habían dejado de chasquear. La chica de la ventana estaba allí, con una hoja de papel sobre el vidrio, mirándole con una cara que, según el diccionario mental de Marcy, era preocupación.

Sí, Marcy tenía un diccionario mental. Como no podía reconocer bien el lenguaje no verbal (Gestos, señas y otros), su psicólogo le había recomendado aprender las expresiones faciales de memoria. Ahora, gracias a esto, Marcy podía diferencia un rostro triste falso de uno verdadero... No siempre, pero si la mayoría del tiempo.

"No llores, chica de la ventana"

Entonces Marcy sonrió como no había sonreído desde hacía mucho tiempo. La chica de la ventana giro la hoja de su cuaderno de dibujo y comenzó a garabatear algunas palabras rápidamente. Cuando termino, coloco el papel sobre la ventana delicadamente.

"Tienes una linda sonrisa"

Levanto un poco la vista del papel y pudo ver que la chica de la ventana también estaba sonriendo. Marcy no entendía la necesidad que tenían las personas de sonreír al decir algo amable, pero, aunque no lo entendía le gustaba que la chica de la ventana lo hiciera. De inmediato, Marcy tomo un cuaderno y un marcador y comenzó a escribir lo que estaba pensando.

"Tú también"

Ninguna de las dos escribió nada durante un buen rato, y mientras la chica de la ventana tenía la mirada baja, Marcy se permitió observarla sin temor a encontrarse con sus ojos. Delgada pero no demasiado, cabello corto y una hermosura de esas que solo se ven cuando las fotos son retocadas para las revistas.

Pero Marcy sabía que nada podía ser perfecto en el mundo, pues lo había leído en libros, así que busco rápidamente alguna imperfección. Y la encontró: Pijama rosa con conejitos amarillos. Para Marcy, quien solía vestir de colores oscuros TODO EL TIEMPO, los conejitos amarillos combinados con el color rosa de la tela era una imperfección bastante grande.


De repente, la chica de la ventana levanto la vista y la miro directamente a los ojos. Marcy de inmediato aparto la mirada. Se sentía tan incómoda mirando a las personas a los ojos... Era... antinatural para ella. Con la cabeza gacha, la chica de la ventana busco una hoja de papel en blanco y escribió sobre ella. Lo coloco sobre el vidrio en cuanto termino.

"¿Por qué estas llorando, chica de la ventana?"

Lo único que a Marcy se le ocurrió hacer fue tomar su cuaderno y escribir lo que pensaba.

"Porque no quiero ser una maldita enferma"

"¿Enferma? Tú no estás enferma"

"Eso es porque no me conoces"

"Tienes razón. No te conozco"

Marcy sonrió. Cuando conversaba con aquella chica las sonrisas salían tan naturalmente, como si ella las colocara en su cara con cada palabra. "Por favor, Marcy , nadie puede colocar sonrisas en las caras de las demás. Sonreír consiste en flexionar músculos idiotas, no en colocarlos, así como así" Se dijo mentalmente.


La chica de la ventana golpeo el vidrio, y Marcy se sintió mal por haberse perdido tanto tiempo en sus propios pensamientos. Miro hacia adelante y se sintió extrañada cuando la chica comenzó a abrir su ventana y luego coloco un papel frente a su cuerpo.

"Quiero escuchar tu voz, chica de la ventana"

Pero justo cuando Marcy comenzaba a abrir su ventana, una pequeña niña entro a la habitación de la otra chica y comenzó a saltar a su alrededor.
Por supuesto, no se fijó en Marcy, porque, como ya habíamos mencionado, nadie tiene tiempo para mirar a través de las ventanas. La chica de la ventana termino sonriendo y diciéndole algo al oído a la más pequeña. Casi de inmediato, la niña abandono la habitación. La chica de la ventana escribió algo apresuradamente en un papel y luego lo coloco frente a su cuerpo.

"Debo irme :(. ¿Hablamos mañana?"

Marcy solamente asintió, sonriendo como solo ella podía hacerla sonreír. Se alejo de la ventana en cuanto la chica desapareció por la puerta. Estuvo media hora esperándola, pero ella no llego. Fue entonces cuando vio el reloj y supo que debía de dormirse en ese mismo instante o no podría cerrar los ojos en toda la noche.

Tomo un baño corto, se colocó el pijama (el cual consistía en unos shorts blancos y en una holgada camisa negra), bebió sus medicinas y sus pastillas para dormir, y luego se recostó en la cama. Durante quince minutos intento dormirse, sin éxito. Cada vez que lo intentaba, la chica de la ventana aparecía en su cabeza. Era imposible para Marcy seguir así toda la noche. Entonces, inquieta, se levantó, se acercó a la ventana, coloco su mano derecha sobre el vidrio y miro atentamente, esperando verla una vez más para poder conciliar el sueño. Pero no la vio, porque ella aún no estaba allí.

Tomo un papel, un marcador y algo de cinta adhesiva. Escribió rápidamente en el papel, y con algo de torpeza lo pego sobre la ventana con ayuda de la cinta. Marcy se recostó sobre la cama y se durmió casi de inmediato, recordando lo que había escrito en aquel papel con una sonrisa en los labios.

"Buenas noches, chica de la ventana"

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