Marcy Wu es un imán para las enfermedades. Al nacer, debió de someterse a un trasplante de corazón, pues el suyo tenía un gran agujero en él. Antes de cumplir un año ya había sufrido de varicela, sarampión, meningitis y otitis, esta última al menos dos veces. Al año y medio una fiebre la dejo en cama durante semanas. Los doctores les dijeron a sus padres que no viviría, pero Marcy lo hizo.

A los cuatro años los doctores les dijeron a los padres de Marcy que su trasplante de corazón estaba siendo rechazado por su organismo. A los cinco se sometió a otro trasplante. A los siete, le extirparon el páncreas. A los once, su corazón fue rechazado nuevamente. Sí, esto indico otro trasplante.

A los doce, Marcy estaba deprimida, así que sus padres la llevaron al psicólogo. No es extraño que este le diagnosticara algo también, Asperger. A los quince, Marcy dejo de asistir a la escuela y comenzó a recibir educación en casa, pues su madre llego a la conclusión de que era lo mejor para ella.

A los dieciséis, Marcy estaba más deprimida que nunca, sin amigos, escuchando música a alto volumen mientras miraba por la ventana de su habitación, saludando a su vecina durante las mañanas y como siempre, vino otro problema: los riñones de Marcy comenzaron a fallar. Recibió varias donaciones, pero todas las rechazo al instante. Ahora Marcy vivía de la diálisis tres veces a la semana, pero eso no era todo, su corazón, de nuevo, estaba siendo rechazado.

Luego estaba Anne Boonchuy una niña que solo había tenido un par de gripes en su infancia. Cuando su abuela murió y su madre heredo la casa por ser su única hija, Anne debió decir adiós a su vida en Tailandia y decir hola a la ciudad de California. Los primero días fueron difíciles, Anne conocía el idioma desde pequeña, pero aun así se le dificultaba entender algunas cosas.

La escuela fue difícil también, allí no tenía amigos, y al ya tener 17 años, estar en el último curso y ser una chica no muy dada a hacer amistades fácilmente, la hizo sentirse como una persona solitaria y deprimida durante los primeros meses.

Luego, sin saber cómo, conoció a Luz y Amity, y su vida dio un giro drástico. Podría decirse que Anne era feliz, lo era hasta que un chico, Gus, comenzó a acosarla y ella termino confesándole su gran verdad solo para que la dejara en paz.

Sí, Anne era lesbiana.

Luz y Amity no se alejaron de ella, pero eso no evito el montón de burlas que comenzó a recibir diariamente, así fue como Anne se convirtió en una joven deprimida que, al llegar a su casa, se encerraba y lloraba en su habitación, hasta que vio a la chica de ojos verdes que la miraba desde la casa de enfrente