Capítulo único

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El lugar era alumbrado por las intermitentes luces de la policía, mientras que los agentes de criminalística avanzaban por la penumbra del matorral, portando sus linternas; deteniéndose al ver la víctima: una quinceañera de cabello castaño y de ojos totalmente desorbitados, al juzgar por los hechos, fue a pedir dulces en el lugar equivocado.

-¿Causa de muerte?-preguntó uno de los criminalística apellidado como Kamado, observando al forense que examinaba sutilmente la víctima-

-No había visto algo tan complejo; pese a tener contusiones profundas en el abdomen, la causa principal de su deceso es la perforación en su cráneo; podría tratarse de una muerte instantánea... Como si la hubiesen torturado.

Luego del levantamiento del cadáver, los profesionales procedieron a indagar los hechos, pero no había rastros de huellas dactilares sobre la superficie en la que se hallaba la joven, sin embargo, daba indicios de que fue llevada ahí por alguna razón.

-Tal vez, sea el rey de los demonios-tartamudeó uno de ellos cuya cabellera era amarilla como el oro-Tanjiro, de todos los casos que he leído esté, es el más escalofriante.

El mencionado calmó a su compañero, si bien era cierto que el lugar le daba un olor a la presencia de dicho ser, era necesario indagar más en el asunto.

-Resolveremos, esté caso Zenitsu.-dicho ésto, le sonrió a su compañero; atenuando la preocupación que también llevaba.

Cuatro horas más tarde fueron necesarias para analizar lo poco que se obtuvo del vivero, (lugar donde parecía que sacrificaron a la chica) y parte de los restos de ADN que se consiguió mediante las uñas de ella. Y no fue hasta veinte minutos después que lograron hayar una pista: el vivero tenía las inscripciones Kibutsuji, deterioradas por el tiempo; sin embargo, los dueños que afirmaban no ser cómplices de tal homicidio no tenían relación consanguínea con tal clan. La otra era más inquietante: el hombre del crimen no estaba registrado en la base de datos.

-¡Esto tiene que ser una broma!-exclamó angustiado Zenitsu, leyendo repetidas veces el resultado que su compañera había analizado-Cada vez siento que nos estamos metiendo en un profundo abismo.

El de cabello rojizo mantenía su vista en la pizarra de corcho, y una que otra vez le daba un sorbo a su té; no parecía tan nervioso como su amigo, pero esperaba que terminara antes que le sucediera algo peor.

-Deberíamos partir desde aquí,-señaló Tanjiro al documento subrayado de rojo-la pista uno puede concordar con la dos; en el caso de la a, es el apellido Kibutsuji y los resultados afirman que los restos del asesino no están en nuestro sistema. Podría tratarse de una persona que no ha llegado a prisión.-comentó optimista ante su conclusión-ya sería buscar la lista de crímenes de menor cargo y ver con quién nos topamos.

Se dividieron el caso, el de cabello rubio se dedicó a indagar la identidad de la chica, mientras que su compañero organizaba las piezas del complejo rompecabezas; decidido a buscar una causa más lógica.

Transcurrida media hora, el joven Agatsuma logró contactarse con la familia de la quinceañera, causándole cierta sospecha que únicamente el hermano mayor de ella decidiera pasar a responder las preguntas.

La sala de interrogatorio permanecía con un silencio sepulcral, el rubio mantenía su vista fija en el hermano de la difunta; necesitaba escuchar su coartada.

-Un placer conocerlo joven Hiroshi Kurosawa, soy el agente Zenitsu Agatsuma, creo que debe saber por qué está aquí-habló sacando una carpeta con las fotos tomadas en la autopsia-su familia reportó desde el veinticinco de octubre la desaparición de su hermana y necesitamos saber el motivo por el cual sus huellas dactilares aparecen en el sombrero que ella usaba; hace años atrás fue acusado bajo el homicidio menor de su mascota de la misma forma en que asesinaron su hermana; sin embargo, por carencia de pruebas más lógicas no se procedió al caso.

El mencionado llevó sus manos a la cabeza, palideció por unos momentos y se volvió ante el adulto; incrédulo por tal afirmación.

-Ella me pidió que le arreglara su disfraz de bruja para la fiesta de su amiga, pero después de la fiesta no supe más nada... ¡Se lo juro!-exclamó tartamudeando, y luego poniéndose en pie continúo en un tono más calmado- Solamente sé que ella fue a la casa de su amiga, pero no tengo nada que ver con su asesinato.

Zenitsu analizó al chico con detenimiento, tenía los ojos irritados y con ojeras, posiblemente por la angustia de la ausencia de su hermana; pero, algo no cuadraba. Llevaba un suéter gris que le cubría hasta los nudillos, enseñando un poco su mano derecha vendada.

-¿Tiene alguna coartada para justificar eso?-inquirió señalando con el bolígrafo dicho lugar, sin apartar la mirada al joven.

Hiroshi Kurosawa volvió a tomar asiento, recogió la manga derecha exponiendo el largo vendaje; parecía reciente la herida.

-No sabría cómo explicarle agente, puede que mi existencia termine desencadenado algo peor.-alegó el joven observando repetidas veces las cámaras a los costados.

El rubio lo calmó, hablándole en un tono más bajo, le aseguró que podía confiar en él y que, las autoridades se encargarían de escoltarlo hasta su casa.

El momento de la cosecha a penas comenzaba.

Tanjiro había salido un momento del computador; necesitaba hallar una referencia al crimen, hasta ahora lo único que apuntaban las pistas era el apellido Kibutsuji y los restos de piel en las uñas de la chica.

-Esto me huele mal...

En eso, su compañero apareció; el rostro que reflejaba era más nervioso que de costumbre y, levantando la mirada, se volvió a él.

-¿Conseguiste algo?-le preguntó a Zenitsu, recibiendo una afirmación por su parte y dejar en la mesa parte de la entrevista.

-Se veía muy angustiado; quizás la persona que asesinó a su hermana lo tiene bajo amenaza.

El de ojos rubí frunció el ceño.

-Cambia esa cara, no es como si intentara fingir... ¡Oh demonios!

Agatsuma había conseguido conectar algo; solo era buscar el archivo que antes recordó mencionarle a Hiroshi.

-¿No lo ves Tanjiro?-preguntó, comparando la foto de la chica y el perro- ambos tienen las mismas puñaladas y el agujero en el cráneo.

-Pero...-interrumpió el mencionado-La cosa que usaron para asesinarlos no coincide con el calibre de un revolver o una navaja.

Volvieron nuevamente a rebuscar entre los archivos y no fue hasta que Tanjiro chasqueo los dedos, señalando a su compañero le dio la razón a sus palabras.

-Puede ser que Hiroshi sepa quién es ese tal Kibutsuji; deberías contactarlo nuevamente.-comentó Tanjiro sintiéndose alegre, ya que, cada vez estaban más cerca del responsable.

Con la velocidad del rayo, Zenitsu marcó en su teléfono al número del joven, sin embargo, terminaba por caer en la contestadora; una suposición embargó su mente; luego, recordando la línea telefónica del edificio, repitió el procedimiento, solo que esta vez, nadie contestó.

Maldijo para sus adentros, lamentándose porque no le tocó ser un empresario bien pagado. Callando al instante al momento en que escuchó la llamada entrante del joven.

-¿Joven Kurosawa?

Un sonido a misterio embargaba la llamada, y el tiempo parecía congelarse para Zenitsu, sintiendo un leve escalofrío recorrer su columna vertebral.

-Veo que no se tardaron menos de tres días en resolver el caso detective.-replicó otra voz, similar a la de un profesor, pero esta hacía temblar hasta el más valiente.- lamento mucho el destino de Hiroshi, pero debía aprender a guardar secretos.

-¿Qué le hiciste?-preguntó enfadado Agatsuma-

Una risa distorsionada se escuchó en la otra línea telefónica; aunque Zenitsu seguía siendo miedo, no iba a dejar que se apoderara de él.

-No es necesario que lo revele; al igual que tampoco es necesario que me busquen. Ya resolvieron el caso.

Dicho esto, el desconocido, colgó la llamada; dejando a un detective pálido como el papel.

-Esto no puede ser verdad...

Al día siguiente le informaron a ambos sobre el suicidio del joven Kurosawa; sin embargo, Zenitsu sabía la realidad, llegando al levantamiento del cuerpo para llevarlo a la morgue; Agatsuma recogió un papel, doblado entre los dedos de Hiroshi.

"La Cosecha del Terror logró ser fructífera, y prepárese para los próximos treinta y unos de octubre.
Felicidades, detective Agatsuma has entendido su significado.

Atentamente: M. Kibutsuji"

Metió rápidamente el mensaje en su bolsillo, aprovechando que su compañero entrevistaba a la madre de Hiroshi; no quería involucrarlo a un caso así.

Pero, indirectamente, seguía en el terreno de la cosecha.

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