Débil

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Buenas noches mis queridos lectores💕
Aquí otra historia de mi loca mente, la cual veo que ha tenido muy buena aceptación😍 Gracias a todos por sus comentarios y votos en mis 2 primeras historias; gracias a ustedes, tuve la inspiración para hacer algo nuevo.

Y para no aburrirlos, ¡los dejo que lean!

//

-¿Por qué sigo siendo tan inútil? ¡¿Por qué?!-

La princesa lloraba amargamente sentada en la cama, sosteniendo fuertemente el cuerpo de Meliodas, quien permanecía inmóvil en la cama de una de las habitaciones del Boar Hat.

-Apesar de haber curado sus heridas y restaurado sus corazones, no soy capaz de traerle a la vida... No sé qué más hacer, me siento estúpida ya.-

-Elizabeth, no es tu culpa...por favor, ya no te sigas insultando ni lastimando...- le decía Hawk, poniendo una de sus patitas en la mano de ella, mientras que ella no dejaba de llorar.

-Por favor Hawk, déjame sola, ¿sí? Necesito estar sola ahora mismo.-

El cerdo asintió y salió de la habitación, con un semblante bastante triste y derrotado, al no poder ayudar a quien consideraba su mejor amiga.

-¿Sabes? Tenía razón cuando me dijo que no era necesaria en esta misión, que sólo le traería retrasos a todos los pecados; debí haber escuchado lo que me dijo y no estorbarles. Yo...lo siento mucho, Meliodas-sama... Nunca puedo ayudar, ni siquiera pelear, sólo soy una princesa a la cual siempre hay que rescatar... Y ya no puedo más con eso.-

Recordaba las palabras de Zaneri, cuando le dio ese atuendo al salir de Istar, donde Meliodas recuperó su poder, arrebatado por Merlín hace 10 años, diciéndole que por lo menos no los atrasara con esta ropa más cómoda para cualquier batalla. Recordaba como todos se hicieron más fuertes gracias al entrenamiento que recibieron, y ella ni siquiera pudo germinar esa semilla...

Se alejó de la cama, dando una última mirada vacía y llena de dolor a aquel capitán del cual ella estaba perdidamente enamorada; tanto, que no soportaba verlo de esa forma ahora.

Bajó las escaleras del bar y vio a Hawk dormido debajo de una mesa, caminó silenciosamente atravesando el salón y se dispuso a salir, con un rumbo fijo en su mente.

Caminó unos 10 minutos hasta llegar a un barranco, con una caída de más de 20 metros hacia abajo. Era un encuentro seguro con la muerte. Se sentó en el borde del mismo, mirando hacia abajo, a la larga caída que había bajo sus pies.

-No tengo más fuerzas, me rindo... Ni siquiera pude ayudar a la persona que amo, la persona que me salvó de tantas situaciones peligrosas... Ni siquiera he sido capaz de evitarle dolor a mi propia familia, desde que tengo memoria... Siempre me tienen que salvar, siempre tienen que cuidarme... ¿Por qué tengo que ser así? ¿Es algún tipo de destino cruel que tengo?-

"Sí, estás destinada a sufrir, no importa como sea..."

Una voz se escuchaba atrás de ella, pero al voltear, no vio a nadie allí. No le sorprendió mucho, tal vez estaba quedando loca de tanta tristeza e impotencia.

"Eres débil, eres una carga... ¿Por qué no lo entiendes? Ellos no te necesitan, solo los atrasas en su misión de derrotar a los 10 mandamientos... Lárgate..."

La voz seguía resonando en su cabeza, como dagas que la atravesaban.

-T-tienes razón...no debería estar aquí...-

Decía la princesa mientras que lágrimas rodaban por sus mejillas.

"Hazlo, nadie te extrañaría..."

Un viento fuerte sopló dejando su ojo dorado al descubierto, y tomó la decisión que por mucho tiempo estaba rondando su mente.

-Sí, eso haré...-

Y, sin dudar ni un segundo más, se impulsó hacia delante, a su encuentro con la muerte...

-Gracias a todos, pero ya no seré nunca más un estorbo... Gracias, Meliodas...- pensó finalmente para esperar su destino.

Pero, al estar más cerca de las rocas que estaban en el fondo del barranco, una energía la sostuvo en el aire de golpe para luego sentir como era empujada lejos de aquellas rocas, cayendo fuertemente en el pasto.

-Pero qué...- miraba incrédula hacia arriba, buscando al culpable de su salvación, pero sintió cómo, de su mano derecha salía una luz azul, que sentía que le iba a quemar la mano.

Y lo entendió rápidamente: su instinto y extraños poderes, inconscientemente, no habían dejado que se quitara la vida.

-¡Maldita sea, ya déjenme morir! Por favor...-

Golpeaba el pasto a sus pies con ambos puños cerrados, tratando de sacar toda la ira contenida. Sus uñas se enterraban en sus palmas, haciendo que saliera sangre de sus manos.

De pronto sintió un rayo atravesar su mente, por lo que cayó inconsciente en el momento.

Al abrir los ojos, estaba en un lugar distinto al que ella recordaba antes de perder la consciencia: Parecía un valle, pero el pasto era rojo sangre y el cielo estaba completamente oscuro. Se sintió demasiado ligera, por lo que decidió mirar a sus pies, para encontrarse a ella misma flotando, en esa inmensa oscuridad. Se aterró al verse en esa situación tan extraña, ¿qué estaba pasando?

-Ya era hora, Elizabeth.-

Escuchó la voz de una mujer a la misma altura que la de ella, por lo que dedujo que debería estar flotando también, pero al voltear, no esperó aquella imagen que la dejó completamente fría...

Era ella misma...con un semblante bastante serio; denotaban unos años más que los que tenía ahora mismo, tenía un atuendo completamente negro ceñido al cuerpo y una armadura roja que le cubrían los hombros, pecho y abdomen, junto con una falda del mismo material que le llegaba a medio muslo, pero lo más importante era que tenía ambos de sus ojos heterocromáticos con aquel símbolo extraño y tenía 2 pares de alas blancas, hermosas e imponentes.

Esto no tenía sentido, o había muerto y estaba en el infierno o definitivamente ya estaba desquiciada.

-No, no soy producto de tu imaginación, ni tampoco haz muerto, ¿okay?- le habló su contraparte, sacándola de sus pensamientos confusos.

-P-pero es...imposible...¿quién eres tú?- le preguntaba bastante nerviosa a aquella mujer.

-¿Y es que no es obvio? Yo soy tú, niña. O mejor dicho, tú eres mi reencarnación actual.- le respondía aquella mujer alada, con una voz bastante imponente y con el ceño fruncido.

-¿Y-yo?-

La princesa trató de moverse, pero se dio cuenta que no podía hacerlo ya, tal vez por algún tipo de magia de su contraparte que decía ser ella misma.

-No puedo comprender cómo es que en esta vida soy tan...inocente.- dijo la Elizabeth adulta y con alas. -Te lo explicaré brevemente, y apuesto que con eso, el resto de tus recuerdos deberían regresar.- La mujer se acercó rápidamente a la princesa y colocó una de sus manos en la frente de ella.

-"In eo quod abstulit"-

De golpe, todos los recuerdos de sus vidas pasadas regresaron a su mente: su breve y trágico amor con Meliodas, la maldición de sus padres y todas las 106 vidas anteriores a ellas, siendo la última en Danafor, la más presente.

Estando sostenida en el aire aún, cayó de rodillas agarrando su cabeza, por el dolor tan agudo que sintió en el momento de la recuperación de los recuerdos.

-Creo que ahora sí podemos hablar bien, ¿no?- Le decía la Elizabeth mayor con una sonrisa orgullosa mientras miraba a su contraparte aún arrodillada y cabizbaja.

-Sí, ahora sí podemos hablar bien, Ellisse.- le respondió la princesa, ahora con todos sus recuerdos de vuelta y sabiendo de quien se trataba realmente. -Si haz podido separarte de mí, es porque realmente iba a morir sin cumplir con la maldición, ¿no es así?-

Ellisse rió, mientras se acercaba a Elizabeth, quedando a unos pocos centímetros de ella. -Vaya, me alegro que te acordaras de mi. Te he dejado todo este tiempo actuar, pero veo que en esta última vida si la ibas a cagar completamente, por lo que he tenido que salir de urgencia. No pensé que pudiéramos reencarnar en una princesa tan inocente y débil como esta, es un poco patético.-

-No es necesario que me insultes, ya que lo haces contigo por ahí mismo. Normalmente, nuestros recuerdos regresan pasados los 20 años, pero esta vez, gracias a las circunstancias actuales, se ha roto esa regla. Dime, ¿piensas tomar el control tú?-

-Si me dejas, claro que lo haré.-

//

Ellisse era la contraparte oscura de Elizabeth. Todos los del clan de la diosa la poseían en tiempos ancestrales, pero la más peligrosa era la de la hija de la deidad suprema, ya que en muy pocas ocasiones, dejaba que esta tomara parte en sus batallas, demostrando lo realmente cruel y despiadada que podía hacer, haciendo contraste con la diosa piadosa que era realmente. Ellisse era muy poderosa, ya que mezclaba esa oscuridad divina con la luz que Elizabeth tenía naturalmente, pero ella no quería dejarla salir más nunca.

Meliodas la vio hace 3000 años, cuando por accidente, un demonio de clase baja los vio juntos en el teatro celestial y gritó a toda voz que iba a denunciarlos por traición. Él iba a acabar con aquel demonio, pero vio como se detuvo en el aire; parecía paralizado por alguna magia. Volteó a ver a su diosa y vio como mantenía el brazo alzado con la mano abierta en dirección al demonio, mientras que ella mantenía una aura completamente distinta a la normal: su color amarillo estaba siendo reemplazado por una mezcla entre celeste y púrpura.

-¿Elizabeth...?-

-Sí, sí soy yo, pero lastimosamente no puedo dejar que se vaya de aquí con vida...- le respondió sin mirarlo y lanzó un ataque hacia el indefenso demonio que la miraba completamente aterrado.

-Situmque terrarum.-

Su aura lo envolvió por completo, con una forma bastante parecida al Ark común, pero mucho más oscura. Cuando la energía se disipó, ya el demonio no estaba allí.

-¿Qué fue lo que le hiciste?- preguntaba el príncipe demonio, bastante asustado por lo que acababa de presenciar.

Elizabeth recuperó su aura dorada mientras cerraba los ojos y procedió a contestarle al amor de su vida.

-Lo eliminé del mundo gracias a Ellisse, mi contraparte oscura.-

Meliodas abrió los ojos bastante sorprendido y enterró su espada en el piso. -¿Me estás queriendo decir que ustedes tienen una parte maligna dentro?-

-Sí, pero te lo explicaré la próxima vez que nos veamos. Sólo...no me tengas miedo, por favor.- le decía cabizbaja, preocupada por la reacción de su demonio.

Él sólo sonrió y tomo sus manos para hacerla mirarlo fijamente. -Hemos visto peores cosas, y jamás tendría otro sentimiento que no fuera amor hacia ti. Lo que tengo es una curiosidad enorme ahora mismo.-

Ella lo miró sorprendida, pero cambió su semblante a una tierna sonrisa, para darle un beso en la mejilla y despedirse. -Nos vemos aquí en 2 días, ¿está bien?- Le terminó de decir para emprender el vuelo hacia su territorio.

Meliodas asintió e hizo lo mismo, sabiendo que la próxima vez que se verían, saciaría su curiosidad.

//

-¿Y bien? ¿Si lo harás o tengo que quedarme de brazos cruzados como estos 3000 años pasados?- le preguntaba Ellisse de manera desafiante a su "gemela".

-Aparte de que iba a morir, ¿cuál es la razón real por la cual quieres tomar el control ahora?- le preguntó Elizabeth, mirándola seriamente.

-Porque ya es hora de romper la maldición, y créeme que nuestro demonio piensa lo mismo... Se quiere convertir en el Rey Demonio.-

La diosa quedó fría, no recordaba ese detalle que él mismo le había dicho en Danafor, días antes de que muriera a manos de Fraudrin. Ya se había activado la maldición, por lo que sabía que ella tarde o temprano moriría, así que tomó esa decisión la cual ella estuvo completamente en desacuerdo.

-Lo habías olvidado, ¿verdad? Ya él no puede seguir viéndonos morir, así que va a tomar la decisión más drástica que hay, la cual lo va a separar de nosotras para siempre. No pienso permitirlo.-

-Yo tampoco quiero que lo haga, no después de todo lo que hemos pasado... ¿Si sabes que gracias a él mismo fue que no te dejé salir? Él detesta verme cuando eres tú quien está al mando.-

-¿Y? No me interesa eso en realidad, sólo quiero salvarlo de hacer esa locura...-

La diosa dudó por unos instantes; no estaba segura de como lo iba a tomar él, pero estaba decidida a no dejar que eso ocurriera.

-Bien, de acuerdo, hagámoslo. Pero nos tendremos que esconder unos días de él, tenemos que fusionarnos completamente, y eso nos tomará un rato.-

Ellisse sonrió. -Excelente, ahora nos toca a nosotras salvar a nuestro demonio.

//

Espero sus comentarios💕
¡Hasta la próxima!

ValyW



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro