- ¿Y que quieres hacer?- pregunto Jane.

Ambas estábamos acostadas en sobre mi cama, aburridas sin nada que hacer. Hoy el instituto termino temprano ya que nuestro profesor de arte se ausento y nos dejaron salir antes

- No lo sé… ¿qué hora es?- pregunte. Ella saco su celular y miró la hora.

- Las dos y media- ambas suspiramos fuertemente. Era muy temprano y no estábamos haciendo nada productivo.

- Si no hacemos algo me pondría a hacer la tarea ahora- nos miramos y empezamos a reír, creo que nuestro aburrimiento no era tan extremo.

- Buena esa- le dije.

En ese momento escuchamos los frenos de un auto. Nos levantamos de la cama y nos acercamos a la ventana, un camión de mudanzas.

- ¿Quienes se habrán mudado?

- No lo sé, hay que ver- ambas bajamos por las escaleras hasta la entrada.

Abrimos la puerta y vimos a una familia bajando cajas del camión junto con los hombres de la mudanza. Vimos a una chica de nuestra edad cargando tres cajas ella sola y se le estaban por caer de las manos, fuimos hacia ella para ayudarla.

- Déjame ayudarte- dijo mi hermana y tomo la caja que estaba arriba del todo y yo tome la que estaba debajo de esa.

- Gracias- agradeció. Ahora que la miro mejor ella es rubia con ojos azules. Llevaba puesto ropa negra, creo que nos llevaríamos bien.

- Soy Victoria- me presenté.

- Y yo Jane.

- Hola, soy Anna.

Su padre salió del interior de la casa y se ofreció a entrar nuestras cajas, nosotras nos negamos pero él no las quito de las manos, no de una manera brusca sino amable. Él antes de entrar a la casa le ordeno a su hija que conociera la ciudad junto con nosotras. Ambas aceptamos encantadas y nos llevamos a Anna a rastras.

- Cuéntanos Anna ¿de donde provienes?- pregunté.

- Soy de Chicago. A mi padre le ofrecieron trabajo aquí y no lo pudo rechazar- explicó.

- ¿A qué instituto asistirás?- las tres doblamos en la esquina, seguramente Jane nos estaba llevando al restaurante de Murakami.

- Al instituto Roosevelt.

- ¡Bien! A ese asistimos nosotras- las tres chocamos los cinco.

Tal y como había dicho llegamos al restaurante de Murakami. Entramos y el lugar no estaba tan lleno. Nos sentamos en una mesa de tres.

- Esperen aquí, le diré a Murakami lo que pediremos.

Me acerque a Murakami y le dije lo que pediríamos, el balbuceo lo que pedimos para acordarse mejor y volví a la mesa. Anna nos empezó a platicar un poco de su vida y vi que Jane tenía puesta la mirada en la entrada del lugar.

- ¿Que sucede Jane?- pregunte, Anna dejo de hablar y las dos miramos a mi hermana.

- Miren quien apareció- nos apuntó con su cabeza lo que estaba viendo. Me volteé y era Kyle con algunos de sus amigos.

- No puede ser- susurre.

- ¿Acaso te gusta Vic?- pregunto una muy confundida Anna.

- Para nada- volví mi vista a ella- es el idiota más grande que conocí y...

- Tendrás una cita con él- contesto una voz masculina.

Levante la cabeza y en efecto, era Kyle.

- No me contaste esa parte- dijo mi hermana.

- Porque no tenías que saberla.

- Ya admite que me amas y ya- dijo con una mirada divertida, rodeé los ojos.

- Eso jamás pasara- dije seria.

- Pero no negaste que me amas- dijo.

- Creo que quedo más que claro.

- Lo que sea- dijo- espero nuestra cita del viernes- dijo esto y se fue.

- Como lo odio- lleve mis manos a mi rostro.

- ¿Entonces porque aceptaste la cita?- pregunto Anna.

- No lo sé- retire las manos de mi cara- él solo... un día me recogio y me pregunto si quería salir con él. Lo vi nervioso en el auto cuando me traía a casa y cuando me baje del vehículo y me lo pregunto y yo... acepte.

- Aceptaste- dijo Jane, como si lo que acabara de decir fuera una broma.

- Si- aclare- como ya dije, me dio lastima.

- ¿Que cosas te hizo para que no quieras salir con el? Es guapo no hay que negarlo- preguntó Anna, seguido de una sonrisa.

Jane y yo reímos y le empecé a contar todo lo que me había hecho. Le conté las bromas constante en la escuela, las mirada de odio que nos dirigíamos a veces, y cuando el intento matarme a golpes. Ella escuchaba todo muy atenta, y cuando llegue a lo último ella abrió los ojos ante la sorpresa.

Luego de hablar de mí casi "relación" con Kyle, comenzamos a hablar de temas triviales. A fin de cuentas Anna era una chica muy agradable y simpática.